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POLITICA

Cuando el Estado destruye la verdad

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En abril de 2006, en medio de una escalada inflacionaria, Néstor Kirchner convoca a Guillermo Moreno a su despacho en la Casa Rosada. El presidente le anuncia que dejará su cargo en la Secretaría de Comunicaciones y desliza: “Me parece que usted les tiene miedo a los empresarios”. Moreno saca pecho: “Yo solo le tengo miedo a Dios”. Kirchner le dice entonces que se hará cargo de la Secretaría de Coordinación Técnica, que hacía los acuerdos de precios.

–Ningún problema –dice Moreno–. Solo necesito dos cosas. La primera es que se llame Secretaría de Comercio, porque nadie entiende su nombre actual. Y segundo, que me diga cuánto quiere de inflación para este año.

–Póngale el nombre que quiera –responde Kirchner–. En cuanto a la inflación, que esté debajo del 11%.

Cuando el funcionario está por dejar el despacho, su jefe lo vuelve a llamar.

–Moreno, venga, venga. Usted me dijo muy rápido que sí. Sería mejor llegar a un 10.

–Así será.

Mientras el país estaba pendiente del paradero desconocido de Loan Peña, mientras el Congreso aprobaba la Ley Bases, mientras la selección argentina le anotaba un agónico gol a Chile en Nueva Jersey, el fiscal Diego Luciani, en un alegato que duró once horas, pedía cuatro años de cárcel para Guillermo Moreno por haber falseado el índice de inflación del Indec en 2007. En una semana tan intensa, y en un país que naturaliza lo inconcebible, vale la pena rescatar este hecho para reparar en el daño que produce un gobierno cuando desde el Estado destruye la verdad. La escena descripta arriba la narra el propio Moreno en su libro En defensa del modelo, publicado en 2017.

Como un soldado con una misión, Moreno asedió a los técnicos del Indec para obtener los datos de los comercios a partir de los cuales se establecía el Índice de Precios al Consumidor. Esos datos son secretos, para evitar que el poder político los manipule. Graciela Bevacqua, entonces directora del IPC, se resistía a las presiones. Moreno la convocó a su oficina junto a Clyde Trabucchi, directora nacional del Indec. Las recibió con policías que les quitaron los celulares y, tras poner música a todo volumen, empezó a increparlas. Les recordó el poder que tenía y las trató de “antipatrias”. Bevacqua alegó que su trabajo era técnico. “El de Videla también lo era”, respondió Moreno furioso.

Tal como en la causa Vialidad, en la que Cristina fue condenada, Luciani hizo en su alegato una reconstrucción detallada de los delitos por los que acusó a Moreno

Bevacqua fue desplazada a fines de enero de 2007. La reemplazó Beatriz Paglieri. “Es Moreno con pollera”, la describió un vocero de ATE-Indec. Con la cabecera de playa ganada, la tropa de ocupación puso manos a la obra mediante los “topes” (a los productos que superaban un alza del 15% se les imponía ese tope) y las “podadas” (muchos de los productos que subían eran borrados del sistema). En las dos primeras semanas de enero el Indec registró una inflación del 2%. Pero a fin de mes, milagro, descendió a 1,1%. Solo hubo que extirpar del cómputo bienes y servicios de los sectores del Turismo y la Salud. Y a la lechuga.

Cynthia Pok, directora de la Encuesta Permanente de Hogares, se negó a calcular la canasta básica y a medir la pobreza dado que los datos del IPC, un insumo básico, ya venían falseados. Contó en el juicio que durante una asamblea la policía la hizo entrar a una habitación donde, a puerta cerrada y con las luces apagadas, una patota la tiró al piso y le pegó. Terminó en el hospital.

Con estos métodos Moreno conquistó el Indec. Las consecuencias fueron desastrosas. El país ya no tuvo índice de costo de vida ni pudo obtener la inflación real, y eso por supuesto repercutió en los salarios. Los datos de pobreza e indigencia quedaron dibujados. Organismos internacionales como la Cepal o la OIT dejaron de reconocer nuestras estadísticas. La degradación se expandió como una mancha de aceite hasta 2016, cuando Jorge Todesca recuperó la credibilidad del organismo.

Tal como en la causa Vialidad, en la que Cristina Kirchner fue condenada a seis años de prisión, el fiscal Luciani hizo en su alegato una reconstrucción detallada de los delitos por los que acusó a Moreno (abuso de autoridad, falsedad ideológica de instrumento público y destrucción de documentos oficiales), avalada con prueba contundente.

Esta suerte de orquestación de la mentira, que dañó sobre todo al sector más desprotegido de la sociedad, fue una pieza clave para instalar al país en la fantasía del relato. En su combate contra la verdad, el kirchnerismo atacó las instituciones encargadas de velar por ella, como el Indec o la Justicia. Los que levantaban la bandera del Estado presente lo llenaron de militantes y en el fondo lo desmantelaron. Pasó de servir a la sociedad, con deficiencias y todo, a ponerse al servicio de un liderazgo alienado. El kirchnerismo nos dejó un Estado ausente. Esa deserción imperdonable resulta omnipresente en el caso de Loan, cuya desaparición puso en foco a un pueblo abandonado a su suerte, similar a centenares de pueblos a lo largo y ancho de la Argentina. Un pueblo que necesita la verdad. Lo mismo que el país. En este y muchos otros casos.

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POLITICA

El Gobierno oficializó la transformación de Télam en una Agencia de Publicidad y Propaganda del Estado

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El Gobierno de Javier Milei oficializó este lunes la transformación de Télam, agencia de noticias estatal cuyo cierre fue anunciado por el Presidente el 1 de marzo en el discurso de apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso, en una Agencia de Publicidad y Propaganda del Estado.

Lo hizo con la publicación del decreto 548/2024 en el Boletín Oficial, documento que lleva la firma del Presidente y del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y cuyo texto había sido adelantado parcialmente el sábado por Manuel Adorni. “Télam tal como la conocimos ha dejado de existir. Fin”, anticipó en vocero presidencial en redes, junto a la imagen de un extracto de la medida.

“Dispónese la transformación de Télam Sociedad del Estado en Sociedad Anónima Unipersonal, bajo la denominación de Agencia de Publicidad del Estado Sociedad Anónima Unipersonal (APE S.A.U.) en la órbita de la Jefatura de Gabinete de Ministros, bajo el régimen de la Ley General de Sociedades N° 19.550, T.O. 1984 y sus modificatorias”, expresó el artículo 1° de la normativa.

El mismo apartado “instruye a los representantes del Estado Nacional para que en la Asamblea General Extraordinaria de Télam Sociedad del Estado, a realizarse el día 28 de junio de 2024, den cumplimiento a lo establecido precedentemente y arbitren las medidas que correspondan para la transformación de la empresa y aprobación del estatuto de la nueva sociedad”.

El artículo 2°, por su parte, establece que APE S.A.U. operará “como Agencia de Publicidad y Propaganda, entendiendo en la elaboración, producción, comercialización y distribución de material publicitario nacional y/o internacional, tanto dentro del territorio de la República Argentina como en el exterior, en su carácter de Agencia de Publicidad”.

El Gobierno aprobó también el modelo de estatuto social de la flamante Sociedad Anónima Unipersonal y la publicó en un anexo de la resolución. Además, sostuvo a través del artículo 4° del decreto que «el Poder Ejecutivo Nacional ejercerá, a través del vicejefe de Gabinete Ejecutivo de la Jefatura de Gabinete de Ministros, los derechos societarios que le correspondan al Estado Nacional por su participación en el capital accionario de Agencia de Publicidad del Estado Sociedad Anónima Unipersonal (APE S.A.U.)».

En tanto, el artículo 8°, el documento «instruye al señor Interventor de Télam Sociedad del Estado para que adopte los recaudos necesarios para transferir de Télam Sociedad del Estado a medios públicos y/o a terceros, dentro de la órbita que se determine, los servicios periodísticos y de Agencia de Noticias, el personal, los bienes muebles e inmuebles, marcas, registros, patentes y demás bienes inmateriales y todos aquellos bienes que a la fecha de dictado del presente se encontraren afectados al uso de los servicios periodísticos y de Agencia de Noticias, cuya titularidad detentara la referida Télam Sociedad del Estado”.

El anuncio del cierre de Télam de Javier Milei

«Vamos a cerrar la agencia Télam, que ha sido utilizada en las últimas décadas como agencia de propaganda kirchnerista«, dijo el Presidente el viernes 1 de marzo en el Congreso.

Tres días después, la agencia fundada en 1945 dejó de funcionar, se dio de baja su sitio web, las dos sedes porteñas de la agencia amanecieron valladas, y sus empleados fueron «dispensados» de ir a trabajar.

Desde entonces, hubo un Plan de Retiros Voluntarios y además intimaron a todos los empleados de Télam a devolver las notebooks, cámaras fotográficas, filmadoras, drones y otros dispositivos que les fueron asignados para realizar sus tareas periodísticas.

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Así anunció el Presidente el cierre de la Agencia Telam.

La agencia de noticias y publicidad Télam funcionó hasta esa fecha como un mayorista de noticias, que difundía 500 notas (cables) por día a más de 800 medios de comunicación a los que les prestaba servicio, junto con unas 200 fotos diarias de los más diversos acontecimientos.

Además, era la encargada de implementar, controlar y facturar la distribución de la publicidad oficial del Gobierno nacional, hasta que Milei decidió suspender la pauta oficial por un año.

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