POLITICA
Cuba en alerta ante la llegada del huracán Rafael que amenaza con tocar tierra en el occidente de la isla
Cuba se prepara para la llegada del ciclón Rafael, que se convirtió en huracán la noche de este martes. Según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. (NHC, por sus siglas en inglés), Rafael avanzaba en dirección noroeste hacia el extremo occidental de Cuba, incluida La Habana, con fuertes vientos de 121 km/h.
Se prevé que toque tierra en la isla en la mañana del miércoles con vientos de categoría 1 o 2. El temporal amenaza con agravar la precaria situación del país caribeño, al que ya golpearon dos ciclones esta temporada y que atraviesa una profunda crisis marcada por la escasez de productos básicos y los cortes eléctricos.
Peligro de inundaciones
El NHC pronosticó que Rafael llevará a Cuba “vientos con fuerza de huracán dañinos, marejada ciclónica que amenaza la vida y olas destructivas”.
También especificó que las subidas del mar producto de la marejada alcancen hasta 2,5 metros en la provincia occidental cubana de Pinar del Río.
Rafael también amenaza con causar inundaciones, deslaves y otros daños en varias localidades del oeste de Cuba, entre ellas La Habana, que podría recibir el impacto directo del ciclón.
El Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) pronosticó lluvias, chubascos y tormentas eléctricas en las regiones oriental y central, que podrían ser fuertes e intensas en algunas localidades, y que después se extenderán al oeste de la isla.
El gobierno declaró alerta ciclónica en las provincias de Artemisa, La Habana Matanzas, Mayabeque y Pinar del Río, y el municipio especial de la Isla de la Juventud.
En los seis territorios las autoridades cubanas cancelaron las actividades escolares, modificaron o suspendieron servicios de transporte público y establecieron medidas para proteger los suministros de electricidad y alimentos, según informó la prensa estatal.
También se ordenaron evacuaciones de residentes en las zonas de mayor riesgo.
En Estados Unidos se anunció un aviso de tormenta tropical en los cayos de Florida, donde Rafael podría llegar el miércoles ya degradado tras su paso por Cuba.
Tercer huracán para Cuba
El huracán Rafael llega en un momento delicado para Cuba, que a finales de octubre sufrió un colapso de la red eléctrica que dejó sin luz durante varios días a prácticamente el total de su población de 10 millones de habitantes.
Aquellos días impactó en el extremo oriental de la isla otro huracán, Oscar, que dejó 8 muertos, provocó graves daños e interrumpió la cadena de suministro de alimentos y otros productos y servicios básicos.
Y las regiones occidentales de isla recibieron el impacto del huracán Helene, que causó daños materiales, cortes eléctricos y evacuaciones.
Cuba se encuentra, además, inmersa en una profunda crisis económica que ha provocado la escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, situación que podría agravarse con el impacto de otro temporal.
La temporada de huracanes en el Atlántico comenzó oficialmente el 1 de junio y finaliza el próximo 30 de noviembre. Hasta la llegada de Rafael se habían registrado ya diez ciclones: Beryl, Debby, Ernesto, Francine, Helene, Isaac, Kirk, Lesley, Milton y Oscar.
Entre ellos, dos alcanzaron la categoría 5, la máxima en la escala de intensidad Saffir-Simpson: Beryl y Milton.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) predijo una actividad mayor a la habitual en esta temporada de huracanes en el Atlántico con entre 8 y 13 ciclones, de ellos entre 4 y 7 de categoría mayor.
POLITICA
Euforia por los resultados en el comando trumpista en Florida, donde solo se espera el anuncio final para desatar “una fiesta”
WEST PALM BEACH, Florida.- Con el camino al triunfo de Donald Trump ya prácticamente allanado, la expectativa está puesta en el discurso del líder republicano en el megaevento electoral del candidato republicano, que revolucionó West Palm Beach, en Florida, el lugar elegido por su equipo de campaña para lo que será su fiesta de victoria, de desquite casi personal de la derrota de 2020.
El último estallido del público llegó con las proyecciones de que el magnate se quedó con Pensilvania, uno de los estados que se preveían cruciales. Solo faltaba sumar oficialmente un puñado más de votos en el Colegio Electoral para que Trump se convierte en el 47 presidente de Estados Unidos.
“¡Se acabó!”, festejó un hombre en medio del en griterío que parecía un punto sin retorno. Un joven con una gorra de Make America Great Again subió la apuesta. “¡Que se joda Joe Biden! ¡Que se joda ella!”, dijo en referencia a Kamala Harris, la rival de Trump en las elecciones.
La multitud, eufórica, coreaba: “¡Estados Unidos! ¡Estados Unidos!”. Ahora están reunidos cerca del escenario esperando que Trump entre y pronuncie un discurso. Todo es entusiasmo, abrazos y sonrisas, en un búnker al que siguen llegando invitados, como Tucker Carlson, recibido como una estrella.
“Se va a terminar este desastre [del gobierno demócrata]. Hoy será una fiesta. ¿Alguna duda de eso?”, señaló más temprano Magali, que llevaba un vestido brillante con los colores de la bandera norteamericana. “Me quedaré hasta el final para escuchar a nuestro líder”, añadió la mujer, junto a un grupo de amigas, todas vestidas para una fiesta. Tras una cena múltiple que ofreció en su club Mar-a-Lago a personas de su entorno y donantes de campaña –el multimillonario Elon Musk fue uno de los invitados estelares-, Trump ya se dirige al Palm Beach County Convention Center para dar un discurso.
Con el avance del recuento oficial y el mapa de estados que poco a poco se pintó más de rojo que de azul, como era esperado con los primeros anuncios, la confianza en el búnker trumpista iba en aumento. También por las proyecciones que circulaban en redes sociales y medios de comunicación sobre las mayores posibilidades de victoria republicana en el Colegio Electoral, la llave para volver a la Casa Blanca. Nadie despegaba su mirada de las pantallas y los celulares, atentos a cada dato. De todas formas, ninguno se quería adelantar a los resultados finales.
“Esperamos un triunfo, sin dudas, aunque sabemos que el anuncio oficial puede tardar. Habrá que tener paciencia”, dijo a LA NACION Matt Moore, que viajó especialmente desde Wisconsin para el evento. “Es difícil confiar en el sistema electoral, ya vamos viendo lo que pasa en Pensilvania”, advirtió, mientras mostraba en su celular una publicación de Trump en Truth Social, aún en plena votación, en la que denunciaba “masivas trampas en Filadelfia”.
En medio de un fuerte operativo de seguridad desde temprano en torno al centro de convenciones, unos 5000 republicanos invitados se congregaron para seguir los resultados. El merchandising trumpista estuvo a la orden del día: con gorras rojas MAGA (Make America Great Again), banderas con la cara del magnate y otras norteamericanas, y remeras estampadas con la fórmula Trump-Vance 2024.
El primer grito llegó con la confirmación del amplio triunfo republicano en Florida. “¡Trump! ¡Trump! ¡Trump!”, cantaron los simpatizantes cuando el extremo sudeste del mapa se pintó de rojo, en el estado de residencia del expresidente. “¡Flo-ri-da! ¡Flo-ri-da!”, corearon sus simpatizantes.
Las encuestas preveían un triunfo cómodo de Trump –por unos siete puntos- en el estado del sol, convertido en un bastión republicano después de haber sido un distrito en disputa en elecciones pasadas (Barack Obama se impuso en 2008 y 2012). El candidato republicano se aseguró esos 30 votos para el Colegio Electoral, con la sorpresa de una victoria aplastante: 13 puntos de ventaja sobre Kamala Harris. Fue una diferencia mucho mayor a la pronosticada, lo que consolidó el amplio predominio conservador en el estado (en cada elección en la que participó, Trump aumentó aquí sus márgenes de victoria).
Además, Trump se convirtió en el primer candidato presidencial republicano en ganar Miami-Dade, el condado más poblado de Florida, desde 1988. Biden lo había ganado por siete puntos en 2020.
Un grupo de afroamericanos con remeras de Black Voters for Trump también se hizo presente en el evento trumpista. “Confiamos en él, las cosas no han sido mejores cuando tuvimos a un presidente afroamericano y demócrata”, señala uno de ellos, en referencia a las administraciones de Barack Obama.
Ante la fuerte demanda de medios de prensa de todo el mundo, el equipo republicano rechazó el acceso a decenas de periodistas internacionales, lo que provocó fuertes quejas. Además, según informó la cadena CNN, en represalia por su cobertura se les quitó la acreditación a periodistas de Politico, Voice of America y Mother Jones.
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