POLITICA
Cuestión de escala: el camino hacia los “robotaxis” será largo (y caro)
La elección de Elon Musk de los estudios Warner Bros para el tan esperado lanzamiento de su robotaxi el 10 de octubre fue completamente apropiada. Los estudios de cine de Hollywood son fábricas de sueños al igual que Tesla, su compañía de autos eléctricos. La visión que presentó, acompañada de vítores de sus fans repartidos en la audiencia, es un Cybercab autónomo tan barato que servirá como “transporte masivo individualizado”. Sin embargo, las promesas del Musk fueron, como muchas películas de Hollywood, largas en pomposidad y cortas en realidad. El camino hacia los taxis autónomos será largo y Tesla enfrentará una intensa competencia en el camino.
El Cybercab, un auto de dos plazas sin volante ni pedales, estará a la venta “antes de 2027″, según Musk, aunque sus plazos a menudo se retrasan—una vez prometió una flota de 1 millón de robotaxis para 2020. También mostró una Robovan, que llevará a 20 pasajeros, y modestamente predijo que su robot humanoide será el “mayor producto de cualquier tipo”. Sin embargo, el evento, que careció de detalles, decepcionó a los inversores; el precio de las acciones de Tesla cayó un 9% al día siguiente.
Robotaxi Waymo: el modelo autónomo de Google que quiere revolucionar el transporte
En los últimos años, los servicios de robotaxis han surgido en un número creciente de ciudades. Waymo, una división de Alphabet, ha avanzado en Estados Unidos. Después de 15 años y cerca de US$30.000 millones en inversiones, ahora tiene una flota de 700 taxis autónomos operando en Los Ángeles, San Francisco y Phoenix, y pronto llegará a Atlanta y Austin. Más atrás está Cruise, cuyo mayor inversor es General Motors. También opera en Phoenix y está reanudando las pruebas en San Francisco después de que los reguladores pusieron el freno tras un accidente el año pasado. Zoox, la contribución de Amazon al transporte sin conductor, está probando vehículos en cinco lugares, incluidos Las Vegas y Miami.
China también se ha convertido en un punto caliente para la autonomía. Apollo Go, la unidad de robotaxis de Baidu, un gigante tecnológico chino, lanzó su servicio en Wuhan en 2022 y desde entonces se ha expandido a diez otras ciudades chinas. Su objetivo es duplicar su flota en Wuhan a 1000 robotaxis para fin de año. Otras empresas chinas, incluidas Pony.ai, WeRide y Didi, la mayor plataforma de viajes del país, también están experimentando con robotaxis en varias grandes ciudades.
Pero una serie de pilotos en un puñado de ciudades está lejos de la visión de “ir a cualquier parte” que Elon Musk ha defendido, y aún no hay garantía de ganancias significativas en un futuro previsible. Waymo y sus competidores, hasta ahora, operan principalmente en lugares donde el clima es bueno y las carreteras son rectas y anchas. Expandirse a paisajes urbanos más complicados llevará tiempo y dinero. Para implementar su servicio en una nueva ciudad, Waymo tiene que invertir sumas significativas por adelantado para compilar mapas 3D detallados y construir otra infraestructura necesaria.
El costo de los vehículos autónomos en sí—alrededor de US$150,000 en el caso de Waymo— también sigue siendo un problema. Se estima que alrededor de dos tercios de ese costo provienen del hardware. Para operar sus vehículos de forma autónoma, Waymo y otros jugadores dependen de un conjunto de sensores caros, incluidas cámaras y radares, que utilizan láseres para crear una imagen 3D del entorno del vehículo, así como una gran cantidad de poder de computación a bordo para dar sentido a todos los datos.
Obstáculos
Los conductores humanos representan más de la mitad de las tarifas de servicios de transporte como Uber y Lyft, lo que podría sugerir una gran oportunidad para los taxis autónomos. Sin embargo, Waymo todavía emplea “conductores de seguridad” remotos para supervisar sus vehículos. También se necesita una cantidad significativa de espacio inmobiliario cerca de los centros urbanos para cargar, limpiar y mantener los robotaxis. La consultora Bernstein calcula que, una vez que se consideran todos los costos, las tarifas de los taxis autónomos seguirán siendo más altas que las de los taxis con conductor humano durante algún tiempo. Además, reemplazar la flota de autos de Uber y Lyft en América con robotaxis requeriría hasta 400,000 vehículos, según Bernstein. Al costo actual de un Waymo, eso significaría una inversión de alrededor de US$60.000 millones. Tesla está apostando a que puede hacer funcionar una opción más económica. Su sistema de “conducción totalmente autónoma”, que será la tecnología subyacente para sus robotaxis, se basa únicamente en cámaras para recopilar información. Los datos de estas se introducirán en una “red neuronal de extremo a extremo”—una caja negra algorítmica entrenada en 9000 millones de millas de datos de conducción de los seis millones de Teslas que ya están en la carretera—para producir comandos de conducción. Como resultado, Tesla dice que sus robotaxis costarán menos de US$30,000 y serán más fáciles de trasladar de una ciudad a otra.
Incluso si Tesla puede hacer que la tecnología funcione, aún necesitará convencer a los reguladores de su enfoque. Su red neuronal será mucho menos transparente que los sistemas modulares utilizados por Waymo y otros. Y los reguladores pueden no confiar en que depender únicamente de cámaras sea suficiente para lidiar con “casos extremos” raros y inusuales. Las autoridades ya están cautelosas por la seguridad después del accidente de Cruise el año pasado, en el cual uno de sus vehículos arrastró a un peatón arrojado a su camino por un conductor humano que se dio a la fuga.
¿Airbnb sobre ruedas o invento mediocre? Musk dice que los robotaxis son el futuro pero los expertos tienen dudas
Larga espera
Musk cree que su enfoque obtendrá la aprobación regulatoria una vez que demuestre que es más seguro que los conductores humanos. Pero cualquier incidente que ocurra podría ahuyentar a los pasajeros potenciales. Y algunas ciudades también podrían resistirse a los robotaxis si se perciben como una amenaza para el transporte público y los empleos locales o como una fuente de congestión vehicular.
Tampoco está resuelta la cuestión de quién poseerá y operará todos estos robotaxis. Las firmas de transporte por app son una posibilidad. Uber ha firmado acuerdos con Waymo y Cruise para hacer que sus vehículos estén disponibles en su plataforma en algunas ubicaciones. También ha invertido en Wayve, una startup británica de autonomía. Pero la empresa, que apenas ha comenzado a obtener ganancias después de años de “quemar” su dinero, puede ser reacia a invertir más millones en adquirir una flota autónoma.
Durante su presentación, Musk especuló que “un conductor de Uber o Lyft hoy” podría algún día operar una flota de taxis autónomos “como un pastor cuida su rebaño”. Ese tipo de pensamiento ilusorio es parte de la razón por la cual el banco JPMorgan Chase no espera “generación de ingresos material en los próximos años” por parte de los robotaxis de Tesla. Esperar ansiosamente al borde de la ruta por un viaje sin conductor implicará, para la mayoría de la gente, una larga espera.ß © The Economist
POLITICA
Denunciaron a Milei frente a la Oficina Anticorrupción por la promoción de una beca de una universidad privada
Diputados de la Coalición Cívica presentaron una denuncia ante la Oficina Anticorrupción contra el presidente Javier Milei por la promoción de la “Beca Presidencia de la Nación”, otorgada por la Universidad ESEADE. La acusación señala una posible violación a la Ley de Ética en el Ejercicio de la Función Pública y al Código de Ética Pública por el uso de la imagen presidencial en la difusión de una iniciativa de una institución privada, fundada por el economista liberal Alberto Benegas Lynch (h), mentor del mandatario.
El caso tomó notoriedad cuando Milei compartió en sus redes sociales un flyer con su imagen y la banda presidencial para promocionar la beca, mientras que afiches con el mismo diseño aparecieron en la vía pública. En el anuncio se afirmaba: “Beca Presidencia de la Nación. Aplicá y obtené hasta un 100% de Beca en todas nuestras carreras. Beca financiada exclusivamente por ESEADE sin aportes del Estado”. La universidad también difundió un comunicado en el que destacaba la relación de Milei con la institución y el alineamiento de su gobierno con las ideas liberales.
Los diputados Mónica Frade y Maximiliano Ferraro firmaron la denuncia y exigieron que se investigue la posible existencia de un conflicto de intereses. En el documento presentado, señalaron que la promoción de la beca “expone una vinculación especial entre el Presidente y la institución educativa” que podría implicar “uso indebido de recursos públicos”. La polémica surgió casi en simultáneo con el escándalo por la promoción del token cripto $LIBRA, lo que intensificó las críticas al Gobierno.
Desde ESEADE afirmaron que el programa de becas era financiado íntegramente por la universidad y que el Consejo Académico sería el encargado de definir su otorgamiento. Sin embargo, en su página web se mencionaba que la validación final de las becas estaría a cargo de la Presidencia de la Nación. Consultada sobre estos aspectos, la institución no detalló cuál fue el apoyo concreto de Milei ni qué papel desempeñaba el Gobierno en la iniciativa.
Por su parte, el Ministerio de Capital Humano, del que depende la Secretaría de Educación, aclaró que no tuvo injerencia en la beca y que se trataba de “un arreglo entre privados”. No obstante, al tratarse de una iniciativa educativa, la supervisión estatal debería recaer en dicha cartera, lo que generó interrogantes sobre la transparencia del proceso.
Tras la denuncia, ESEADE emitió un nuevo comunicado en el que aseguró que “el uso de la imagen del Presidente por parte de nuestra institución no ha sido expresamente autorizado” y que la decisión de incluirlo en la promoción de la beca fue “un homenaje a la figura presidencial”. Sin embargo, la referencia a Milei y a la validación gubernamental fue eliminada posteriormente de su página web, lo que alimentó las sospechas sobre la legitimidad del programa y el posible uso indebido de la investidura presidencial.
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Jugada de la oposición: sorpresiva convocatoria de la comisión de Acuerdos del Senado para bajar el pliego de García-Mansilla para la Corte
Siguen las tensiones en la UCR
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La extraña confesión de Tori Spelling: no bebe agua ni ningún líquido que le sirvan por miedo a que la envenenen
Tori Spelling suele sorprender con sus confesiones. Este martes, en su pódcast MisSpelling, la exprotagonista de Beverly Hills 90210 contó que “odia el agua” y que no bebe ningún líquido servido por otro porque tiene pánico de que la envenenen.
“No bebo agua. Y cuando digo que no bebo agua, es que no consumo ni una gota”, indicó la actriz de 51 años. Y agregó. “¡Nadie sabe cómo sigo viva! Soy como un cactus. Solo riéguenme de vez en cuando y de alguna manera sobrevivo. Pero le tengo aversión”.
Además, indicó que suele pensar que sus bebidas pueden estar envenenadas y explicó que cuando su exmarido, Dean McDermott, recientemente le entregó una conocida bebida gaseosa de origen inglés fabricada con agua mineral, jengibre, azúcar y limón, pensó que le había puesto “algo”.
“Soy la hija de Aaron Spelling , hola”, explicó, haciendo referencia a su difunto padre, quien produjo programas televisivos exitosos como Dinastía, Los ángeles de Charlie, Beverly Hills, 90210 y Melrose Place, a quien la actriz definió como “el creador de la narrativa dramática”.
Tori contó luego que su exesposo le respondió: “Sos la madre de mis hijos. ¿Por qué querría envenenarte?“. Y ella le respondió: ”No es personal. Pienso esto sobre todo el mundo”.
Según explicó después, durante su niñez, su madre Candy le daba medicamentos mezclados con jarabe de bebida cola. “Yo le decía: ‘¿Qué pusiste aquí? ¿Qué me estás dando?’ Y ella decía siempre lo mismo: ‘¿Qué, crees que estoy tratando de envenenarte?’”.
“Esto se remonta a mi infancia”, continuó Spelling. “Este miedo loco e irracional a que otras personas me den líquidos… No bebo agua. No digo que tengo miedo al agua, simplemente me gusta decir que odio el agua. Le tengo alergia”.
La actriz, que es madre de Liam, de 17 años; Stella, de 16; Hattie, de 13; Finn Dave , de 12; y Beau Dean , de 8, relató, además, que se obligó a beber agua cuando estaba embarazada. “Lo hice porque tenía a que hidratar al bebé que crecía dentro de mí. Pero en mi mente, pensaba: ‘Estoy bebiendo por ellos, no por mí’”.
“Puedo beberme una copa de vino en dos segundos, no hay problema. Pero tomo unos sorbos de agua y trago con cuidado, y de repente siento que tengo ganas de vomitar”, indicó.
Un par de semanas atrás, la actriz amplió una historia que ya había relatado, pero reveló el hilarante desenlace. Spelling volvió a referirse a la cifra que gastó en el OnlyFans de su amiga Denise Richards y relató que su entonces esposo, McDermott, terminó siendo acusado de ser el responsable de los gastos.
La actriz de Scary Movie y McDermott todavía estaban juntos en ese momento y se preparaban para disfrutar de la cena de Navidad con sus hijos cuando surgió el tema de la entonces flamante plataforma de contenido para adultos y se enfrascaron en una discusión.
Spelling adoptó la postura de defender a la plataforma social porque conoce a muchas personas, incluida Richards, que se habían unido a ella. Luego, para dejar aún más marcada su posición y colaborar con su colega, se suscribió a la cuenta OnlyFans de la estrella de Criaturas salvajes con un nombre falso.
“Es genial. Porque déjame decirte que te enganchan”, bromeó. “Porque juega con el hecho de que si te suscribís y pagas una cuota, recibirás algo especial de Denise. Así que esperé y esperé”, rememoró.
“No voy a mentir; pensaba: ‘Tengo que verlo. ¿Qué contenido subirá?’¡Es fascinante!”, continuó la intérprete. Tan fascinante, que luego depositó más dinero en la cuenta para tener un mayor acceso al contenido. “Solo quería ver. ¡Es mi amiga! Me preguntaba qué tanto iba a mostrar”, se justificó.
Su entusiasmo y su curiosidad la llevaron a hacer un nuevo depósito en la cuenta de Richards para tener el privilegio de poder enviarle un mensaje directo a su amiga. Y entonces, luego de pensarlo un rato, le escribió: “Oye, me encanta lo que estoy viendo. Me gustaría ver más”.
La actriz estaba convencida de que esos mensajes funcionaban como los DM de otras redes y que su colega respondería “de inmediato”. Varias horas más tarde. Spelling recibió un mensaje de Richards, pero no era lo que esperaba: la actriz la invitaba a pagar por contenido adicional, y ella decidió hacerlo.
¿Cuánto terminó gastando la estrella para ver el contenido de su colega? “En el transcurso de dos días, unos 400 dólares”, reveló, entre risas. Y agregó, a manera de resumen: “¡No podía parar!”.
Esa misma semana, su contadora la contactó para informarle sobre los gastos. “En pocas palabras… Me llamó y me dijo con tono solemne: ‘No sé cómo decirte esto’. Yo me asusté y le pregunté qué había pasado. Y ella me respondió: ‘Creo que Dean está buscando chicas en OnlyFans. Lo siento mucho’”.
“Cuando le pregunté cuánto había gastado y me dijo que 452,28 dólares, confesé que había sido yo. Le dije: ‘No sé qué pasó. Gasté todo ese dinero’”.
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