El senador oficialista Bartolomé Abdala -que esta semana reconoció tener a la mayoría de sus asesores parlamentarios trabajando en San Luis para su futura candidatura a gobernador- está denunciado por fraguar fichas de afiliaciones para el partido libertario en esa provincia.

La denuncia fue presentada por Diego Balsano, presidente del Partido Libertario por el Departamento de Junín, uno de los fundadores del espacio que empezó a armarse en 2018 en la provincia.

Aseguran que las irregularidades comenzaron cuando se sumó Abdala, a quien Balsano consideró «casta pura» y «un oportunista más del montón».

Concretamente la denuncia apunta que hubo afiliaciones falsas, de personas muertas y de otros sin su consentimiento.

«Había un listado de martilleros ternados a concurso que se lo copió y pegó íntegramente y se les puso la firma falsamente. Uno de ellos lo advirtió e hizo la denuncia. La persona que certificaba las firmas declaró que ella solo recibía las hojas ya completadas y las firmabas. Es decir, no certificaba nada«, detalló a Clarín Adrián Bueno, abogado de Balsano.

A su vez aseguran que el juez federal con competencia electoral Juan Esteban Maqueda es «amigo de toda la vida» de Abdala y tiene frenada la causa iniciada en 2022. «Está durmiendo el sueño de los héroes bajo el amparo del juez Maqueda».

Balsano incluso presentó otra denuncia por «amenazas» por parte de Abdala contra su persona después de que ratificara la denuncia.

La pelea de fondo es por quién se queda con el nombre de Partido Libertario. En San Luis hay dos justicias electorales: una provincial y otra federal. Abdala tiene el registro a nivel distrital, en la justicia federal. Pero si el sello provincial, que se creó antes, no adhiere -algo que nunca pasó- se genera un problema.

«Puede pasar que Abdala cambie de nombre a La Libertad Avanza, que es el sello que están armando ahora, y ese problema se soluciona. Pero lo que él arma está plagado de irregularidades. Lo mismo pasó con (Lourdes) Arrieta en Santa Fe, por eso la corrieron. Es un lastre, ensucia al partido», aseguró Balsano a Clarín.

Abdala, por el momento, no va a hacer declaraciones.

“Tengo más de 15 asesores, eso seguro, pero muchos en San Luis, esa es la verdad. Mi deseo es ser gobernador y para eso necesito mantener vivo el territorio”, declaró Abdala en TN y estalló el escándalo.

La sinceridad de su respuesta despertó una catarata de críticas, adentro y afuera de su espacio.

Entre sus 20 asesores, hay 6 con planta permanente. Entre ellos Marina Rodríguez Saá, hija del ex gobernador puntano Adolfo Rodríguez Saá. Los de planta permanente se mueven de despacho a despacho, una vez terminada el mandato de su jefe.

No todos cobran igual. Depende de qué categoría estén inscriptos.

La categoría más alta equivale a 845 módulos y la más baja a 138 módulos. Cada módulo, actualizado a agosto, vale $ 2096. Pero sumados los adicionales que todos tienen llevan el sueldo más básico a $ 576.592,45 y el más alto a $ 2.031.702,11.

Ezequiel Atauche, jefe de bloque tiene 16; la puntana Ivanna Marcela Arrascaeta tiene 18; Vilma Facunda Bedia –después de que la obligaran a despedir familiares– quedó con 11; Bruno Olivera Lucero tiene 16; Carlos Pagotto tiene 7. En total el bloque libertario suma 88.

Este año como un paso más en el plan de «detección de ñoquis», la vicepresidenta Victoria Villarruel anunció que se va a imponer el sistema de huella dactilar en el Senado, para que todos los empleados se registren y detectar quienes van a trabajar y quienes no.

El anuncio cayó mal porque justamente muchos de los asesores no fichan porque no están en Buenos Aires, sino en las provincias de sus jefes. «Para presentar proyectos hay que conocer las temáticas de las provincias. Un porcentaje siempre va y viene con el senador», señalan en otras bancadas.

Durante la gestión de Juntos por el Cambio se había implementado el ingreso con huella digital pero con la pandemia se dio marcha atrás. Se calcula que la planta del Senado tiene 4400 personas.

La senadora de La Libertad Avanza: la jujeña Vilma Facunda Bedia que había designado a sus hijos, sus hermanos, su sobrina y hasta a su nuera en su despacho.