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POLITICA

Denunció ante las cámaras un caso de trata infantil y ahora la detuvieron por dejar que abusaran de sus hijos

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“Hay un pibe en Retiro que le dicen el Loquillo del Alto Palermo y hace violar a un nene de cuatro años en una casilla. Me quiere mandar a matar”, exclamó ante una periodista de un canal de noticias N. B. M. G., de 43 años y en situación de calle. La cronista, que recorría las calles de la ciudad de Buenos Aires para hablar con los pasajeros que se habían quedado sin transporte por el último paro de colectivos, le recomendó que hiciera la denuncia. “No puedo, está arreglado con la policía”.

El viernes pasado, a las 20, 30 horas después de haber aparecido en las cámaras del canal Todo Noticias (TN), N. B. M. G. era detenida por personal de la Policía de la Ciudad en la puerta de un banco de Recoleta. Tenía un pedido de captura por haber “reducido a la servidumbre” a sus hijos y por permitir que su pareja abusara sexualmente de los niños.

Mujer en situación de calle denunció una red de trata en un móvil

Según un expediente judicial al que tuvo acceso LA NACION, N. B. M. G. y su pareja, solo identificado como C. A. V., obligan a los niños, que en ese momento tenían 13 y 7 años, a mendigar. De la investigación participaron detectives de la División Delitos Contra la Integridad Sexual y de la División Delitos contra Grupos Vulnerables de la Policía de la Ciudad.

“Los niños, por imposición de los imputados, debían pedir dinero en la calle, para lo cual limpiaban los vidrios de los autos y realizaban malabares. Una de las niñas, de 13 años, era obligada a realizar distintas tareas para conseguir dinero como cantar en los trenes o pedir limosna a los peatones, lo que solía hacer en la zona de Galerías Pacífico, en el barrio de San Nicolás, para lo cual, conforme se lo imponían, debía fingir padecer una discapacidad (debía permanecer sentada todo el día y simular que poseía un retraso madurativo y que no podía caminar) con el fin de que le dieran más dinero. La totalidad del dinero recaudado por los niños debía ser entregado a los sospechosos, quienes solían utilizarlo presuntamente para la compra de sustancias estupefacientes”, sostuvo el juez en lo criminal y correccional porteño Martín Yadarola, en la resolución donde, el 8 de enero pasado, procesó con prisión preventiva C. A. V., de 29 años, por los delitos de reducción a la servidumbre, abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de cuatro personas menores de 13 años de edad y robo agravado.

La investigación que derivó en el procesamiento de C. A. V. y la detención de N. B. M. G. comenzó el 2 de junio de 2019 cuando la mujer y sus cuatro hijos fueron trasladados de urgencia al Hospital Rivadavia por personal del Servicio de Atención Médica de Emergencia (SAME) para que le realizaran una “evolución interdisciplinaria” tras advertir que N. B. M. G. cruzara, junto a los niños, en forma imprudente la avenida Santa Fe por la zona de Plaza Italia de esta ciudad, con el semáforo habilitado para que circulen los vehículos, poniendo en riesgo la vida de los niños”, según surge en el expediente judicial.

Pocas horas después, se comprobó que tres de los menores [los que eran obligados a mendigar], un niño y dos niñas de entre 13 y 7 años, “se hallaban indocumentados, no estaban escolarizados, no poseían controles de salud ni vacunas”. La cuarta víctima era un bebe que en ese momento, según la evaluación médica, tenía un año de vida. “Se constató que la imputada se encontraba bajo los efectos del consumo problemático de alcohol y otras sustancias psicoactivas”, según surge en el expediente judicial

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Los niños de entre 13 y 7 años son hijos que N. B. M. G. tuvo con una anterior pareja. El bebé es fruto de la relación con C. A. V.; los cuatro menores ahora está en proceso de adopción, explicaron fuentes judiciales.

“El trámite de la causa se demoró porque las víctimas no estaban en condiciones de declarar (de hacer la cámara Gesell). Entonces se decidió esperar a que estuvieran bien y que se avanzara en el proceso de adopción”, explicó una calificada fuente judicial.

Para resolver la situación procesal de C. A. V., el juez Yadarola tuvo en cuenta no solo el relato que hicieron las víctimas en Cámara Gesell, sino también los testimonios de las licenciadas en psicología, psiquiatría y otros auxiliares de justicia que participaron de la investigación.

Por ejemplo, en la citada resolución se hizo referencia a lo que recordó el niño que en ese momento tenía 9 años. “Acá me quemó. Estábamos cocinando chancho en una lata, me quemó con el encendedor. Él me dijo que no diga nada, que me quemé solo. Cuando estábamos en el cajero [C. A. V.] me metió el dedo en el trasero, también a mis hermanas, pero mi mamá les decía que no diga nada”, según consta en el expediente judicial.

“Se observó en forma palmaria la necesidad del niño de explicitar tales episodios sexuales y de maltrato vivenciados de manera espontánea que, según los estudios preliminares, evidenciaban continuidad temporal en su discurso, acompañados de material gráfico que vislumbraba indicadores emocionales de agresividad, angustia y ansiedad”, explicó el magistrado.

La sospechosa fue detenida por personal de la Policía de la Ciudad en la puerta de un banco de Recoleta

Una de las niñas, que tenía 11 años en el momento de los hechos, en 2019, sostuvo: “Cuando estábamos parando en el cajero, un día me desperté y tenía la mano de mi padrastro acá (señalándose los genitales)”.

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Cuando los niños se referían al “cajero automático” era porque dormían en un banco situado en avenida Santa Fe al 3300, en Palermo. Los abusos sexuales habrían ocurrido entre enero y junio de 2019.

“C. A. V. aprovechó la situación de convivencia preexistente y la guarda provisoria que tuviera de las víctimas en ausencia de otras personas mayores de edad, cuando quedaban a su respectivo cuidado, pudiendo tales episodios haber influido en el normal desarrollo de la sexualidad de los niños. En dicho contexto, el encausado habría accedido carnalmente a los damnificados. La madre de los niños los forzaba a soportar tales abusos y al silencio”, según la imputación que hizo la Justicia.

Los testimonios de los niños sobre los abusos y su sufrimiento cotidiano son estremecedores. “Siempre andábamos por la calle, un día de lluvia nos mojamos, no nos veíamos bien, no dormíamos bien, no nos alimentábamos bien, andábamos todo sucio, no nos podíamos bañar”; “Pedíamos plata en los autos, no sé, hacíamos algún malabar… toda la plata que ganaba se la tenía que dar a mi mamá… a ellos [a sus hermanos] le pegaban, le enseñaban cosas feas, hasta le enseñaban que entren a los quioscos a robar”, sostuvo una de las víctimas.

Hasta el momento la madre de los niños no pudo ser indagada. Su defensa argumentó que no está en condiciones de declarar. El juez Yadarola ordenó que sea evaluada por un equipo médico, según informaron a LA NACION fuentes judiciales.

Fuentes de la Policía de la Ciudad explicaron que el Ministerio Público Fiscal inició una investigación de oficio para que se determine si tienen veracidad los dichos que la sospechosa hizo ante la periodista de TN.




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POLITICA

Separatismo en África: La agenda global ignorada

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A lo largo del continente africano, un amplio número de movimientos separatistas permanecen activos, representando una serie de reclamos históricos y modernos que, en muchos casos, llevan décadas sin resolverse. Estos movimientos, en gran parte ignorados por la comunidad internacional, plantean desafíos cruciales no solo para la estabilidad de los países africanos, sino también para la paz y seguridad global.

Desde las montañas de Cabilia en Argelia hasta las islas de Annobón y Fernando Poo en Guinea Ecuatorial, los separatismos en África encarnan diversas luchas por la autodeterminación, impulsadas por factores como la marginalización étnica, la explotación de recursos y la herencia de fronteras coloniales impuestas. Sin embargo, a pesar de la gravedad y persistencia de estos conflictos, la respuesta internacional ha sido insuficiente.

En este artículo, analizaremos algunos de los movimientos separatistas más significativos que continúan afectando el panorama africano actual y las razones por las que el mundo debe prestarles atención.

La persistencia del separatismo

1. Cabilia (Argelia): La región de Cabilia ha sido históricamente una zona de resistencia al poder central argelino. La población bereber cabilia, con una identidad cultural y lingüística distinta, ha luchado por la autonomía frente a las políticas de arabización promovidas por el gobierno. A pesar de décadas de represión, el cabilismo sigue siendo una fuerza significativa en Argelia.

2. Cabinda (Angola): El enclave de Cabinda, una región rica en petróleo y separado físicamente del resto de Angola, ha sido el escenario de una lucha armada intermitente por la independencia desde la década de 1970. El Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC) sostiene que, bajo el acuerdo colonial, Cabinda nunca fue parte de Angola.

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3. Ngamilandia (Botswana): Ngamiland, donde reside la comunidad tswana, busca mayor autonomía y el reconocimiento de sus derechos territoriales. Las demandas se centran en el control sobre los recursos naturales y la preservación de su cultura.

4. Ambazonia y Bakassi (Camerún): Ambazonia, un movimiento que busca la independencia de las regiones anglófonas de Camerún, ha ganado atención internacional debido a la represión violenta del gobierno camerunés. El área de Bakassi, rica en petróleo, también enfrenta tensiones separatistas.


Protestas en Bakassi (Foto: Vanguard).

5. Dar El Kuti (República Centroafricana): En la República Centroafricana, el movimiento de Dar El Kuti busca una mayor representación y autonomía para su población, que ha sido históricamente marginada en el contexto de la inestabilidad nacional.

6. Sur Congo (República del Congo): El movimiento del Sur Congo, que busca autonomía y reconocimiento cultural, ha emergido en un contexto de marginalización económica y política en una región rica en recursos.

7. Bas-Congo y Katanga (República Democrática del Congo): Ambos movimientos han surgido en respuesta a la explotación de los recursos naturales y la falta de inversión en sus respectivas regiones, buscando mayor autonomía y desarrollo.

8. Nacionalismo copto (Egipto): El nacionalismo copto representa la lucha de la comunidad cristiana egipcia por preservar su identidad y derechos, en un contexto de creciente islamización y marginación.

9. Región del Mar Rojo del Sur (Eritrea): Esta región busca mayor autonomía y reconocimiento de su identidad cultural dentro del estado eritreano, donde ha habido tensiones históricas con el gobierno central.

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10. Fernando Poo y Annobón (Guinea Ecuatorial): En Guinea Ecuatorial, las islas de Annobón y Fernando Poo representan casos de fuertes demandas de autonomía. Annobón ha sido escenario de represión violenta por parte del régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, mientras que Fernando Poo alberga a la etnia bubi, que busca mayor autonomía frente al grupo fang.


Una postal que retrata el reclamo histórico del pueblo bubi.

11. Ogaden, Oromia, Tigray, Sidama, Amhara y Afar (Etiopía): Cada uno de estos movimientos representa diferentes grupos étnicos que buscan autonomía y derechos políticos dentro de un Estado centralizado, a menudo enfrentándose a la represión del gobierno etíope.

12. Mayotte (Francia): Este movimiento busca una mayor autonomía y reconocimiento de su identidad cultural dentro de un contexto colonial, donde las poblaciones locales a menudo se sienten marginadas.

13. Togolandia Occidental (Ghana): Este movimiento busca la reunificación con Togolandia, que fue dividido entre Ghana y Togo durante el colonialismo. Las demandas incluyen mayor representación y desarrollo.

14. Mombasa (Kenia): El movimiento de Mombasa busca la autonomía de la región costera de Kenia, que se siente marginalizada y busca un mayor control sobre sus recursos.

15. Cyrenaica (Libia): En Libia, el movimiento de Cyrenaica busca autonomía para esta rica región del este, a menudo ignorada por el gobierno central en Trípoli.

16. Nyika (Malawi): El movimiento de Nyika busca mayor autonomía y desarrollo en una región montañosa rica en recursos, que ha sido históricamente descuidada por el gobierno central.

17. Azawad y Macina (Mali): Ambos movimientos representan demandas de los tuareg y otros grupos étnicos por autonomía y reconocimiento dentro de un Estado en crisis.

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18. Rodrigues (Mauricio): La isla de Rodrigues busca mayor autonomía y reconocimiento cultural, en un contexto donde se siente marginada por el gobierno central.


Isla Rodrigues, un paraíso.

19. Rif (Marruecos): La región del Rif ha sido un foco recurrente de protestas, donde la población bereber busca mayor desarrollo y un fin a la marginación política y cultural.

20. Franja de Caprivi y Área de Rehoboth (Namibia): Ambos movimientos buscan mayor autonomía y reconocimiento de los derechos culturales y territoriales de sus poblaciones.

21. Biafra, Oduduwa, Delta del Níger, Arewa y Ogonilandia (Nigeria): Estos movimientos representan diversas luchas de diferentes grupos étnicos por la autodeterminación y el reconocimiento en un país con una historia de tensiones interétnicas.

22. Madeira (Portugal): La isla de Madeira ha visto emergencias de movimientos que buscan mayor autonomía y reconocimiento cultural dentro del contexto de la administración portuguesa.


La bandera del Frente de Liberación del Archipiélago de Madeira.

23. Casamanza (Senegal): En Casamance, el Movimiento de las Fuerzas Democráticas de Casamanza (MFDC) busca la independencia de esta región rica en recursos, que ha sido ignorada por el gobierno central.

24. Somalilandia y Jubalandia (Somalia): Estos movimientos buscan reconocimiento internacional y autonomía dentro de un estado que ha enfrentado décadas de conflicto y descomposición.

25. República del Cabo, Volkstaat y Zululandia (Sudáfrica): Cada uno de estos movimientos busca la autodeterminación de diferentes grupos étnicos en un contexto post-apartheid, donde las tensiones étnicas aún persisten.

26. Rol Naath (Sudán del Sur): El movimiento Rol Naath busca una mayor autonomía y reconocimiento de su cultura dentro de un estado que ha enfrentado tensiones étnicas y políticas.

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27. Islas Canarias y Ceuta (España): Estos movimientos buscan mayor autonomía y reconocimiento cultural dentro del contexto de la administración española.

28. Darfur y Beja (Sudán): Ambos movimientos han surgido en respuesta a la explotación de recursos y la violencia sistemática, buscando autonomía y derechos para sus poblaciones.

29. Zanzíbar y Pemba (Tanzania): Ambos movimientos buscan mayor autonomía y reconocimiento cultural, en un contexto donde la historia de la isla ha sido frecuentemente ignorada por el gobierno central.

30. Acholi (Uganda): El movimiento Acholi busca un mayor reconocimiento y derechos para su población, que ha sufrido las consecuencias del conflicto y la represión.


El Ejército de Resistencia del Señor, originario de Acholi (Foto: Humanrights4all).

31. Territorio Británico del Océano Índico (Reino Unido): Este territorio ha visto surgimiento de movimientos que buscan autodeterminación y una mayor consideración de los derechos de sus habitantes.

32. Barotselandia (Zambia): El movimiento de Barotselandia busca la autonomía y el reconocimiento de su cultura, en un contexto de marginación histórica.

33. Matabelelandia (Zimbabue): En Zimbabue, el movimiento de Matabelelandia lucha por el reconocimiento de los derechos de la comunidad ndebele, que ha enfrentado discriminación y violencia histórica.

La inacción internacional y sus consecuencias

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A pesar de la gravedad de estos conflictos, la respuesta de la comunidad internacional ha sido inconsistente y, en muchos casos, inexistente. Los movimientos separatistas africanos, a menudo vistos a través de la lente de la estabilidad regional o como meros disturbios internos, no han recibido el tipo de atención diplomática, humanitaria y política que merecen.

En lugar de abordar las causas profundas de estos conflictos -tales como la falta de representación política, la explotación económica de las regiones ricas en recursos y la discriminación étnica y cultural-, la comunidad internacional ha priorizado la estabilidad a corto plazo, manteniendo el statu quo en lugar de buscar soluciones sostenibles.

En el caso de Annobón, por ejemplo, la represión sistemática del régimen de Obiang, combinada con la explotación de los recursos naturales de la isla, no ha sido debidamente denunciada por la ONU ni por organizaciones internacionales clave. Esta falta de intervención pone en peligro la vida y los derechos de los habitantes de la isla y perpetúa un ciclo de violencia y explotación.

Una agenda global pendiente

El caso de los movimientos separatistas en África no es solo un problema local o regional; es una cuestión que requiere atención global. La fragmentación política, las demandas no resueltas de autodeterminación y los abusos de los derechos humanos son problemas que impactan no solo a los países involucrados, sino a todo el sistema internacional.

Si la comunidad global continúa ignorando estos conflictos, las consecuencias serán más profundas y duraderas, afectando la paz, la estabilidad y el desarrollo de África y más allá. Es hora de que estos movimientos, muchos de los cuales han sido relegados a los márgenes de la política internacional, ocupen un lugar prioritario en la agenda global.

La realidad plantea un llamado urgente para que los actores internacionales aborden las causas subyacentes de los movimientos separatistas en África, no solo como una cuestión de derechos humanos, sino también como una estrategia esencial para prevenir futuros conflictos y promover la paz y el desarrollo en el continente. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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ETIQUETAS DE ESTA NOTA

Portugal, Libia, España, Reino Unido, Marruecos, Francia, Egipto, Sudán, Annobón, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, Guinea Ecuatorial, República Democrática del Congo, Namibia, Nigeria, Camerún, Cabilia, Argelia, Cabinda, Angola, Botswana, Ambazonia, Bakassi, Dar El Kuti, República Centroafricana, Sur Congo, República del Congo, Bas-Congo, Katanga, Nacionalismo copto, Región del Mar Rojo del Sur, Eritrea, Fernando Poo, Ogaden, Oromia, Tigray, Sidama, Amhara, Afar, Etiopía, Mayotte, Togolandia Occidental, Ghana, Mombasa, Kenia, Cyrenaica, Nyika, Malawi, Azawad y Macina, Mali, Rodrigues Mauricio, Rif, Franja de Caprivi, Área de Rehoboth, Biafra, Oduduwa, Delta del Níger, Arewa, Ogonilandia, Madeira, Casamanza, Senegal, Somalilandia, Jubalandia, Somalia, República del Cabo, Volkstaat, Zululandia, Sudáfrica, Rol Naath, Sudán del Sur, Islas Canarias, Ceuta, Darfur, Beja, Zanzíbar, Pemba, Tanzania, Acholi, Uganda, Territorio Británico del Océano Índico, Barotselandia, Zambia, Matabelelandia, Zimbabue, Ngamilandia

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