En la Cámara de Diputados, los legisladores quedaron sorprendidos ayer cuando sus pares del Senado aprobaron un aumento en sus dietas. En este sentido, criticaron la falta de tacto en las formas y el momento elegido para esta medida, especialmente en un contexto de ajuste económico. “Los senadores le regalaron a Javier Milei un argumento más para pegarle al Congreso y a la casta”, reprocharon desde la oposición.

Más allá de las críticas al Senado, todos los bloques opositores en Diputados, incluido el Pro –que es cercano al Gobierno–, coinciden en que será difícil que Martín Menem, presidente del cuerpo, pueda mantener congelados los ingresos por mucho más tiempo. 

Con el aumento aprobado la semana pasada, los senadores pasarán a cobrar más del doble que un diputado nacional, cuya dieta mensual se mantuvo congelada desde diciembre pasado y oscila entre $1,4 y $1,9 millones, dependiendo de si reciben el plus por desarraigo.

A pesar de que Menem y la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, habían concedido hace tres meses una actualización del 30% de las dietas en línea con la paritaria de los empleados del Poder Legislativo, dejaron sin efecto el beneficio por orden del Presidente. 

Esto generó una gran indignación entre los legisladores, que aunque debieron expresarla en voz baja, el malestar va en aumento. Especialmente entre los diputados del interior del país, que ya están restringiendo sus viajes a la Capital porque dicen que ya no pueden costear su estadía.

“Hay legisladores de mi bloque que me anticipan que no van a viajar desde sus provincias si no es urgente, porque se les va las tres cuartas partes de su dieta sólo en pagar las noches de hotel, que en Capital cuestan una fortuna. Todas las semanas hago malabares para cubrirlos con reemplazos en las comisiones”, relató a LA NACIÓN, con un dejo de agobio, un importante jefe de bloque opositor.

Menem, por el momento, posterga el problema y evita dar una respuesta a los que reclaman una solución urgente. “Nos dice que entiende la situación, pero que esperemos hasta después de la sanción de la ley de Bases y del paquete fiscal”, sugiere otro jefe de bloque de manera escéptica. Sin embargo, ¿dependerá de la aprobación de las leyes solicitadas por el Poder Ejecutivo que los diputados reciban un aumento en sus dietas?

El presidente de la Cámara de Diputados ya está bajo la crítica de la oposición. “Yo vivo de la dieta que recibo todos los meses, mi trabajo es full time en el Congreso por lo que no recibo otro ingreso. Muchos están en la misma condición. En cambio, Menem se da el lujo de sortearla mientras vende barritas energéticas de cereal de su empresa en La Rioja. Si él tiene espaldas para prescindir de la dieta está perfecto, pero no puede imponerle al resto de los diputados un congelamiento eterno en sus ingresos”, reprocha otro legislador.

Menem tiene mandato como presidente del cuerpo hasta los primeros días de diciembre. “Habrá que ver si logra renovar”, desafían desde la oposición más crítica hacia su gestión.

Los proyectos

Varias son las propuestas que se acercaron desde las distintas bancadas. “Lo más razonable es que las dietas vuelvan a quedar enganchadas a los aumentos de los empleados legislativos. En lo que va de este año las subas que se acordaron están por detrás de la inflación, no es algo insensato”, desliza un legislador opositor.

Desde el bloque de Hacemos Coalición Federal, que conduce Miguel Pichetto, sostienen que la discusión salarial debería definirse por ley y abarcar a los tres poderes del Estado, para que la equiparación sea justa y el desfasaje entre las dietas de los legisladores y los ingresos de los jueces y ministros no sea tan marcada como lo es hoy.

En esa línea, presentó un proyecto de ley de “equiparación y limitación de remuneraciones en el sector público”, por la cual proponen que el vicepresidente de la Nación, los jueces de la Corte Suprema de Justicia, los senadores y diputados no puedan tener una remuneración mensual que supere a la del Presidente de la Nación. Las actualizaciones, sostiene el proyecto, deben regirse por la fórmula de movilidad jubilatoria.

En tanto, la diputada María Eugenia Vidal (Pro) volvió a presentar hoy su proyecto por el cual propone que los aumentos de sueldo de los legisladores no puedan ser mayor al porcentaje de aumento anual de las jubilaciones. En esta misma línea va el proyecto del diputado libertario Carlos D’Alessandro, aunque con una diferencia: propone fijar como base del ingreso de los legisladores una proporción de 20 haberes mínimos.

Al valor actual del haber mínimo ($204.000), si sus colegas aprobaran la iniciativa del libertario la dieta treparía a unos 4 millones de pesos mensuales. Casi lo mismo que el ingreso neto que percibirán los senadores tras el aumento que se otorgaron ayer.