El Banco Central decidió emprolijar su balance y elaborarlo según las normas contables vigentes. Tras valuar de manera real las letras intransferibles y otros papeles que le “encajó” compulsivamente el Tesoro en los últimos años, el ente autárquico sinceró un quebranto de al menos 45.000 millones de dólares.

Ya durante el Gobierno de Néstor Kirchner, el expresidente decidió colocar en enormes cantidades letras en dólares, pero intransferibles a cambio de dólares de las reservas, que eran utilizados para saldar deuda del Tesoro emitida en moneda extranjera. Con bonistas y también con organismos internacionales.

La primera movida en ese sentido fueron las letras fue a fines de 2005 para saldar por completo una deuda con el FMI por unos 10.000 millones de dólares. De ahí en adelante, este tipo de operaciones se hizo repetida, toda vez que el Gobierno estaba impedido de tomar dólares en los mercados de capitales como consecuencia del default con los bonistas y las muy altas tasas de interés que debía pagar el país.

En 2010, un pedido de más dólares por parte del Ejecutivo al Central provocó un fuerte enfrentamiento entre Cristina Kirchner y el por entonces titular del BCRA, Martín Redrado, que termino renunciando ante la negativa de ceder más reservas a cambio de letras intransferibles.

A partir de este lunes, el Banco Central informó que el balance se presentará desde ahora utilizando “normas profesionales vigentes”, con el objetivo de sincerar y mejorar la calidad de la información de la institución, y aprobó la adecuación de su Manual de Políticas Contables.

“El principal impacto de esta adecuación se observa en los criterios de valuación de las Letras Intransferibles y Otras Letras del Tesoro Nacional en dólares estadounidenses, así como de los Adelantos Transitorios al Gobierno Nacional”.

El comunicado explica que “Anteriormente, para la valuación de ambas exposiciones con el Sector Público (Letras Intransferibles y Adelantos Transitorios) se utilizaban los criterios de “Valor Técnico” y “Valor Nominal”, respectivamente, dos criterios no aceptados por las normas contables profesionales argentinas vigentes para la valuación de créditos similares.

Con vigencia efectiva a partir de los estados contables al 31 de diciembre de 2023, la disposición establece que la valuación de los instrumentos mencionados se realizará a “costo amortizado considerando el límite del valor recuperable”, criterio dispuesto por las normas contables profesionales argentinas vigentes”.