El Gobierno, bajo la dirección de Javier Milei, decidió no conceder más aumentos salariales a los empleados estatales durante los últimos meses de 2024. La propuesta fue comunicada a los gremios que representan a los trabajadores del sector público nacional, y el objetivo es que esta medida sirva como una referencia clave en las próximas negociaciones salariales del sector privado, con la intención de reducir la presión inflacionaria en la recta final del año.

En diversas mesas de negociación paritaria, el mensaje del Ejecutivo ha sido claro: se espera que los aumentos salariales acompañen una desaceleración significativa de la inflación, con el fin de acercarla a un nivel cercano a 0% en diciembre. Sin embargo, este plan no ha sido bien recibido por los sindicatos, que ya han expresado su descontento.

Durante la última ronda de negociaciones, los principales gremios estatales, UPCN y ATE, rechazaron firmemente la propuesta del Gobierno de limitar los aumentos a un 2% en octubre y un 1% en noviembre, con un congelamiento total en diciembre. “Es inaceptable y perjudicial para los trabajadores que ya han visto sus salarios deteriorarse más del 25% en lo que va del año”, afirmó Andrés Rodríguez, líder de UPCN.

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La estrategia de congelamiento también se ha replicado en otras negociaciones del sector público, como la de los trabajadores de AYSA, donde la paritaria acordada impone un incremento mínimo en los próximos meses y ningún aumento para el último bimestre del año. El gremio que representa a estos trabajadores ha manifestado su total oposición, señalando que la pérdida del poder adquisitivo es cada vez más alarmante.

La situación es similar en Aerolíneas Argentinas, donde el conflicto entre los sindicatos y la empresa ha escalado debido a la propuesta de la aerolínea de establecer aumentos marginales en julio y agosto, con un congelamiento salarial para noviembre y diciembre. “La idea del Gobierno es imponer un criterio generalizado, pero es insostenible sin una clara desaceleración inflacionaria”, advirtió un representante sindical.

En el sector privado, la postura del Gobierno ha encontrado resistencia. Aunque algunos gremios, como los metalúrgicos y camioneros, han acordado incrementos salariales moderados, otros, como la UOCRA y Sanidad, han rechazado la idea de un congelamiento, negociando aumentos que superan las expectativas oficiales. “El Gobierno puede proponer un congelamiento, pero sin un compromiso real de los formadores de precios, esta medida será inútil”, sostuvo Gerardo Martínez, secretario general de la UOCRA.

El panorama se muestra complicado para el Ejecutivo, que enfrenta una creciente oposición tanto en el sector público como en el privado, mientras intenta controlar la inflación y mantener una cierta estabilidad económica en los últimos meses del año.