Lo primero que verá Javier Milei en Palm Beach será, obviamente, un mar de palmeras que se mecen al viento en este rincón de Florida. Por aquí pasean señores y señoras mayores que viven una jubilación dorada y al sol en uno de los condados con mayor poder adquisitivo del país, un enclave con amarras para yates, varios campos de golf y condominios lujosos con vista al mar, donde abundan las carteras Louis Vuitton de verdad y es más fácil encontrar autos Bentley que Toyotas.

Este sitio se ha convertido estos días en una verdadera “Trumplandia” desde que Donald Trump decidió mudarse a su mansión Mar-a-Lago, luego de dejar la Casa Blanca en 2021. El condado se ha revitalizado con afluencia de turistas, el valor de las propiedades ha aumentado y el magnate se benefició con la donación de varios de sus vecinos millonarios.

Pero aquí se entusiasman cada vez más: ahora la residencia es una especie de bunker donde se mezclan familiares, amigos, lobbystas y mucho trabajo, donde el magnate festejó su triunfo en las elecciones del 5 de noviembre y donde afina ahora su transición. Algunos dicen que será “La Casa Blanca de invierno” en los próximos cuatro años.

A esta residencia de 8.000 metros cuadrados, 114 habitaciones, más de 30 baños, salones de baile y pasillos revestidos de mármol llega este jueves el presidente Milei para verse con el presidente electo de los Estados Unidos, un encuentro formal que el argentino anhelaba desde hace tiempo. Será el primer presidente que Trump reciba desde que ganó las elecciones, aunque cuando era candidato fue visitado por varios líderes mundiales.

Milei arribará en vuelo privado junto con su hermana Karina, secretaria general de la presidencia, y aquí lo espera el canciller Gerardo Werthein. El libertario y el republicano ya habían tenido un breve encuentro en abril, en el marco de una conferencia conservadora en Washington, pero se había dado entre bambalinas porque Trump era candidato opositor y el gobierno de Joe Biden no veía con buenos ojos un apoyo explícito al republicano.

Milei había apostado al triunfo de Trump –con quien tiene afinidad de estilo y de ciertas políticas— y en la Rosada celebraron la victoria republicana como propia. “Felicitaciones por su formidable victoria electoral. Ahora, Haga a EE.UU. grande de nuevo. Sabe que puede contar con la Argentina para llevar a cabo su tarea. Éxitos y bendiciones”, tuiteó el argentino tras conocerse los resultados.

Enseguida llegó una invitación de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) que realizaría un encuentro de inversionistas justamente en Mar-a-Lago entre el jueves y el sábado. Y luego de una semana finalmente el martes se dio la comunicación telefónica que Milei deseaba: “Usted es mi presidente favorito”, le dijo Trump al argentino en la llamada que duró unos 10 minutos, según compartió el vocero del Jefe de Estado, Manuel Adorni.

Los términos del encuentro de Milei-Trump no se han difundido y el horario es aún indeterminado, pero seguramente los dos podrán disfrutar un tiempo a solas.

En la Rosada se entusiasman con una alianza crucial basada en la buena sintonía entre ambos líderes.

“El gobierno electo se siente mucho más cómodo trabajando conmigo que con otros gobiernos y eso tiene implicancias comerciales y financieras», afirmó este miércoles el presidente en una entrevista radial. Y anunció una iniciativa que seguramente planteará a Trump en su reunión: «Nosotros podemos avanzar en mayores acuerdos comerciales con Estados Unidos de la misma manera que estamos avanzando muy fuertemente con China».

Al ser consultado si iba a buscar un acuerdo de libre comercio más profundo con Estados Unidos, respondió: «Sí, así es, lo leyó perfecto».

Además, Milei se mostró confiado con que la próxima gestión republicana ayudará a la Argentina en el marco de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, donde ahora buscan un nuevo programa con fondos frescos. Según indicó el presidente, “es de esperar” que la administración de Trump “nos apoye para seguir avanzando con el FMI”.

A Trump le interesa conocer de primera mano el “plan motosierra” de Milei y su misión desreguladora, ya que ha designado a los empresarios Elon Musk y Vivek Ramaswamy para liderar un “Departamento de Eficiencia Gubernamental” para desregular trabas burocráticas y suprimir agencias del gobierno. Ramaswamy se había encontrado con el argentino en la CPAC en abril y se había mostrado entusiasta con el plan del libertario.

Más allá del encuentro con Trump, Milei ofrecerá una disertación el viernes en la CPAC que, a diferencia de la organizada en Washington, es mucho más selectiva y destinada a inversionistas que pagaron hasta 25.000 dólares la entrada. Por obvias razones de seguridad, esta vez tendrá un acceso más restricto.

“Milei se siente reivindicado por el triunfo de Trump”, dijo a Clarín Michael Shifter, profesor de Georgetown University y miembro senior del InterAmerican Dialogue. “El lo admira mucho y busca construir una estrecha alianza entre Argentina y los EE.UU. Puede decir que está en el lado correcto de la historia”.

Sin embargo, el experto modera algunas expectativas. “Probablemente, para Argentina el valor diplomático y simbólico de la relación entre ambos mandatarios será más significativa que cualquier fruto económico. Podría haber algún favor en el tema de aranceles, de protección de algunos productos, pero me parece muy poco probable que Trump se vaya a jugar para salvar la economía Argentina”.

Y pone un ejemplo: “Vale la pena estudiar lo que paso entre Trump y Jair Bolsonaro durante los dos años que coincidieron en la presidencia. A pesar de su gran afinidad y alianza, no hubo acuerdos importantes en materia económica entre ambos países. Muchas sonrisas y abrazos, admiración mutua, pero es difícil identificar beneficios concretos para Brasil”.

Luego de su disertación el viernes, Milei y su comitiva volarán de regreso a Buenos Aires donde el sábado llega el presidente francés Emmanuel Macron.