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POLITICA

El Newcastle sorprendió al Arsenal y metió un pie en la final de la Carabao Cup

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Newcastle no sucumbió ante la presión y derrotó 2-0 a Arsenal en el Emirates Stadium de Londres por las semifinales de la Carabao Cup con goles de Alexander Isak y Anthony Gordon, trasladando su gran racha de victorias consecutivas en Premier League para poner un pie en la final del certamen.

Las Urracas no comenzaron el encuentro de la mejor manera posible pero dejaron la capital del Reino Unido con una sonrisa en su rostro, al conseguir un gran resultado que les deja en una gran posibilidad de cara al partido de revancha que será el próximo 5 de febrero. 

Pese a que los Gunners iniciaron de mejor manera el juego, el de gol de Isak a los 37 minutos del primer tiempo rompió por completo la estructura del encuentro. Esa ventaja para los Toons despertó la desesperación del local y permitió a la visita encontrar más espacios para defenderse con la pelota y golpear con certeza, fórmula que empleó para que Gordon logre el 2-0 a los 6 minutos del segundo tiempo.

Pese a sus mejores intentos, el elenco londinense no logró en ningún momento romper con la resistencia de una férrea defensa blanquinegra, que logra su séptimo triunfo de manera consecutiva y se perfila de la mejor manera posible al juego de revancha.

Las Urracas buscarán revalidar lo hecho en Londres cuando reciban a los Gunners en St. James Park el próximo 5 de febrero, donde en caso de meterse en la definición del torneo se verá las caras con el vencedor de la llave entre Liverpool y Tottenham. 

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POLITICA

Alejandro Galliano: “Trump, Musk, Thiel y Milei deberían pensar cómo hacer gobernable al Frankenstein ingobernable que somos todos”

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“El hombre nuevo es ingobernable”, afirma. “Es innegable que Milei logró enganchar con elementos de la libido colectiva local”, sostiene. “Desde afuera hacia dentro, se ve a Milei como referente de la desregulación económica y de la agenda neoconservadora”, precisa. “Si Trump tiene alguna misión histórica, es liderar esa especie de repliegue a lo real de los capitales de vanguardia”, señala. “Elon Musk representa la combinación del empresario disruptivo, propio del capitalismo digital, y la bajada a lo concreto”, comenta. “Durante mucho tiempo se pensó que la digitalidad iba a reducir la contaminación y las empresas iban a prescindir de activos. Hoy vemos que no es así”, asegura. “Empezamos a sentir la estrechez de los recursos y la importancia de los Estados soberanos para respaldar a las empresas. Hay un proceso de desglobalización y de reterritorialización”, define. “La izquierda falla sobre todo en la posibilidad de ofrecer futuros tentadores. Parece que lo único que se puede ofrecer es austeridad y precariedad”, cuestiona. “Seguir hablando de neoliberalismo hoy es una entelequia. Los rasgos de la sociedad neoliberal no existen más”, plantea. “A diferencia de Steve Jobs, Musk y Peter Thiel quieren introducir la disrupción de lo digital al mundo de lo material: autos, naves espaciales, colonización, el cuerpo humano”, compara. “Thiel dice que no va a perder más tiempo con el libertarianismo y va a buscar el futuro de la humanidad en tres lugares: el espacio exterior, el ciberespacio y el seasteading”, plantea. “Es renunciar a cualquier tipo de regulación estatal y a cualquier tipo de rendición de cuentas democrático e institucional”, sigue, para explicar la conexión de Milei con el nuevo orden. “Falta un tejido institucional que gobierne eso y una nueva hegemonía global. El camino va a ser largo y pedregoso”, advierte. “Por eso el autoritarismo y las excepciones y los matices a la democracia liberal están a la orden del día”, concluye. “La economía popular y solidaria tiene el mismo espíritu de lucro que todos los mercados”, subraya. “A medida que la sociedad salarial se carcome, todos nos volvemos un poco emprendedores”, dice. “La palabra “solidaridad” inevitablemente huele a pobre. Dejó de tener esa idea de proyecto colectivo del siglo XX”, contrasta. “Hasta el más progresista está esperando que no haya cepo, poder girar dinero o que no le cobren el 30 por ciento por gastos afuera”, reconoce. “El kirchnerismo cayó en la misma trampa que cayó el primer peronismo: usar a la emisión como vía de distribución”, analiza. “El aceleracionismo de derecha se afincó en que, al final del capitalismo, hay otro capitalismo, y que quizás lo que se caiga en el medio sea la democracia y la propia condición humana pero el capitalismo va a seguir, incluso sin nosotros”, reflexiona. “El aceleracionismo de derecha hoy está en su salsa y si para seguir su marcha y acelerar, el capitalismo tiene que prescindir del mundo, lo va a hacer”, anticipa.

El historiador Alejandro Galliano, dueño de una mirada singular, estuvo en La Repregunta. Galliano es licenciado en Historia por la Universidad de Buenos Aires, donde es profesor de historia de los sistemas políticos. Su trabajo se enfoca en la historia conceptual y la sociología de la cultura. Es editor de la revista digital Supernova y autor de La máquina ingobernable, entre otros títulos.

De Milei a Musk, ¿cómo pensar el presente y el futuro? Nuevas derechas, ¿nuevo capitalismo, o su final? De Marte y Musk a los “Estados flotantes” de Peter Thiel y de ahí, a Milei: ¿qué lugar tiene en la imaginación del futuro global? Desregulación y reterritorialización, democracia y desglobalización, ¿en qué termina? ¿Ahora los capitales digitales vuelven a los activos reales? De los autos a las naves espaciales y el cuerpo humano. ¿Qué significa el desenganche de la OMS? Galliano hizo su análisis.

Aquí, la entrevista completa.

De Trump a Milei. ¿Llega un nuevo capitalismo de Estado? Los capitales digitales, entre la desglobalización y la re territorialización

-Todos lo sólido se desvanece en el aire y organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o Naciones Unidas están cuestionadas por distintos gobiernos y por todo un sector ideológico que se define como “la nueva derecha”. ¿Ése es un signo de los cambios y del nuevo tiempo que está atravesando el mundo?

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-Sí, de hecho se podría invertir la frase. Después de cuarenta años de decir todos los sólidos se disuelve el aire, o en bits o en el flujo financiero, lo que estamos viendo ahora, y que caracteriza a esta nueva fase del capitalismo, es que todo lo que pensábamos que se disolvía en el aire, está volviendo a ser sólido. Empezamos a sentir la estrechez de los recursos y la importancia de los Estados soberanos para respaldar a las firmas. Hay un proceso de desglobalización, casi de re territorialización. Si Trump tiene alguna misión histórica, es liderar esa especie de repliegue de los capitales. Estoy hablando de los capitales de vanguardia, no de la industria que supuestamente él defiende, sino de Silicon Valley, que no por nada se quiere mudar a Texas. Hay como una revalorización de la tierra. Si podemos definir a esta nueva fase del capitalismo, diría que es como un retorno y una venganza de lo real. Eso es lo que la define.

-¿De lo real territorial, en principio, bajo la idea de que el Estado-Nación coincide con un territorio y no con una super supra estructura de gobernanza global?

-Exactamente. Pero acompaña un proceso de re territorialización de los capitales. Durante cincuenta años, después de la crisis de los ´70, la solución que encontraron todas las grandes corporaciones occidentales fue globalizarse. Fue desengancharse de los procesos nacionales, de los marcos regulatorios, y los Estados acompañaron ese proceso. En las condiciones actuales, en los rasgos que definen al capitalismo ahora, parece tener ventaja un modelo más asiático que identificamos con China, pero que se puede extender a toda Asia, en el que las firmas son nativas y están muy respaldadas por los Estados. Hay un capitalismo nativo que a la hora de disputar recursos, a la hora de disputar datos, a la hora de disputar prosumidores, tiene más herramientas para garantizárselos a las firmas.

Thiel dice que no va a perder más tiempo con el libertarianismo y va a buscar el futuro de la humanidad en tres lugares: el espacio exterior, el ciberespacio y el seasteading. Eso es renunciar a cualquier tipo de regulación estatal y a cualquier tipo de rendición de cuentas democrático e institucional

-¿El capitalismo de Estado de China es el modelo por antonomasia de eso?

-El modelo y por otro lado, el contra modelo porque si uno escucha a Trump, a Musk y a Milei, China es lo que hay que evitar. Pero paradójicamente, para evitar a China, para combatirla, hay cierto proceso de mimesis, hay cierto proceso de adopción de esa política de capitalismo nativo, o sea, desglobalizar. En el camino, caen principios universales, instituciones globales, criterios de gobernanza también mundial que se consideran obstáculos obsoletos. Incluso se persiguen a algunas instituciones globalistas casi como si fuera una conspiración.

Elon Musk y Peter Thiel vs Steve Jobs. ¿Por qué el capitalismo digital regresa a la posesión de activos reales? Autos y naves espaciales

-Milei dio un discurso en este Davos 2025 que generó muchas polémicas. No me interesa entrar en ese discurso cuya interpretación ya está muy gastada. Pero sí quiero ir a otro discurso de Milei. Para mí, el mejor discurso que ha dado desde que llegó al poder, que es el discurso del Milken Institute el año pasado. Allí plantea la idea del héroe empresario, Elon Musk como el ejemplo de una nueva etapa en la evolución de la humanidad, de la especie humana, saltando hacia Marte, desprendiéndose de las restricciones de la Tierra y llevando ese espíritu emprendedor al universo. ¿El héroe actual de esta nueva fase de capitalismo queda descripto por ese ideario que propone Milei?

-Musk, más allá de las exageraciones de Milei, a quien le gusta hablar en escalas… “el ajuste más grande de la historia de la humanidad” y ese tipo de escala inchequeable.. Musk representa muy bien esa combinación del empresario disruptivo característico del capitalismo digital y la bajada a lo concreto. Musk está haciendo punta en dos industrias vetustas pero muy representativas del capitalismo norteamericano, la industria automotriz y la carrera aeroespacial.

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 Donald Trump y Elon Musk

-¿Vetustas porque tienen una larga data, pero no porque hacia el futuro tengan riesgos?

-Si uno escucha al CEO de Ford, la industria automotriz norteamericana no tiene nada que hacer ante la competencia china por los autos eléctricos. Realmente tiraron la toalla. Solamente basta ver el diseño: hasta los años ´80 o ´90, el diseño de automóviles representaba la vanguardia del diseño. Hoy, las SUV son todas iguales.

-¿Tesla no representa el futuro de esa industria?

-Musk se enfrenta a ese discurso de ya está, perdimos, pero con un modelo distinto porque si hay algo regulado, eso es la industria automotriz. Y Musk llega ahí casi con un auto en versión beta que puede pisar a un ciclista o prenderse fuego y bueno, mala suerte, vamos a seguir mejorándolo. Esa idea de ir mejorando las cosas en el camino, de tener una escala de empresa chica, más startup y no la gran corporación es trasplantar prácticas y modelos de negocios del mundo digital al mundo material. Por eso te decía que se está dando el retorno de lo real. Peter Thiel, una persona muy cercana a Elon Musk, que quiere llevar esto ya directamente a la ciencia de la vida, dice que lo que caracteriza a lo digital es que es inmaterial pero los procesos son reversibles. Puedo borrar, es decir, “control z” y vuelvo. En cambio, lo que caracteriza a la biología es que es material, y por eso son procesos irreversibles. Thiel propone trasplantar la reversibilidad de los procesos digitales a la materialidad de los procesos biológicos. Ese cruce es lo que define la disrupción hoy. Ya no es el discurso de Steve Jobs, es una bajada a lo real.

-¿Cómo era el discurso de Steve Jobs comparado con esto de Thiel?

-Steve Jobs era el representante, primero, del optimismo y del emprendedorismo, pero también de una sociedad que era percibida más desde lo de lo líquido, como decía Bauman: los datos circulaban, los flujos financieros también,. Durante muchos años, se percibió erróneamente una especie de desmaterialización de la economía. Se pensaba que en líneas generales la digitalidad iba a reducir la contaminación y que las empresas iban a prescindir de activos. Hoy vemos que no es así: el consumo de carbón se disparó por el deep learning por encima de los números de antes de los acuerdos ambientales.

-¿Se refiere al consumo de energía?

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-Pero de la peor energía: el carbón típico del siglo XIX.

-¿Esto es por el consumo de carbón de China?

-Por eso y por todas las usinas que necesitan alimentar una infraestructura que consume energía de una manera demencial al agregar el blockchain. Pero el deep learning, que es la industria de punta de esta fase del capitalismo, es altamente consumidora. Los centros de datos requieren condiciones meteorológicas, agua dulce para funcionar. Hay una disputa por los recursos.

-¿Podría subrayar la diferencia central de Musk y Thiel con Steve Jobs?

-Es la bajada a lo material, querer introducir la disrupción de lo digital al mundo de lo material: autos, naves espaciales, colonización.

-Biotecnología.

-El mismo cuerpo humano.

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De Milei a Musk y Marte y a Thiel y los “Estados-flotantes”. ¿La nueva utopía es la desregulación al infinito y más allá?

-Musk habla de Marte. Y Thiel habla o hablaba del “seasteading”, usted me dirá si estoy atrasada en eso. Milei tiene una relación muy cercana con Elon Musk, hay una fascinación mutua según se ve, por lo menos públicamente. Y a principios de 2024, cuando Milei recién iniciaba su presidencia, Peter Thiel llegó a la Argentina para encontrarse con Milei. Es decir, esas dos figuras centrales, están en contacto con Milei y llegan con toda esa imaginación, la de Musk depositada en Marte y la de Peter Thiel, en la biotecnología, y en algún momento, en el “seasteading”. ¿Qué es eso y qué significa todo ese imaginario para el mundo de la vida cultural, social y política?

-El seasteading es un proyecto de larga data. El primer experimento que me viene a la memoria es el de Minerva, que es de 1972: es crear enclaves en alta mar que se sustraigan de cualquier legislación y soberanía nacional.

Empezamos a sentir la estrechez de los recursos y la importancia de los Estados soberanos para respaldar a las empresas. Hay un proceso de desglobalización y de reterritorialización

-Como “floating states”, Estados- flotantes.

-Son flotantes y son comunitarios. Hay algo medio contracultural, medio setentista en ellos. Son libertarios. Es increíble qué cantidad de ideas de la contracultura de los años 60 y 70 fueron sucesivamente asimiladas por otras corrientes de ideas. Thiel tiene un artículo en la revista Cato, la revista libertaria…

Para Peter Thiel, el futuro de la humanidad está en el espacio exterior, en el ciberespacio y en el seasteading

-¿Del Cato Institute?

-Sí. Thiel dice que está decepcionado de la política, que ya está, que no va a perder más tiempo con el libertarianismo y que va a buscar el futuro de la humanidad en tres lugares: en el espacio exterior, en el ciberespacio y en el seasteading. Es renunciar a cualquier tipo de regulación estatal y sobre todo, a cualquier tipo de rendición de cuentas democrático e institucional. Esto es muy importante porque en la medida en que hoy estas personas tienen llegada directa a un Estado soberano, esta mixtura tan rara entre lo privado y lo público, entre lo constitucional y lo autoritario, puede llegar a tener un alcance que no tiene un experimento de sistema como el de Minerva. En todos los casos, estas ideas implican una fuga, implican irse, pero irse a algo concreto, no flotar en los flujos globales…

-En territorios nuevos: el mar, el espacio o la biología.

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-Hace poco, Trump dijo que él quería ser el nuevo (William) McKinley. Es un presidente de Estados Unidos que quedó en la historia por dos cosas. Primero, por las tarifas que impulsó en su época de diputado, cuando le complicó la vida a muchos países, entre ellos a la Argentina, que exportaba lana en ese momento. Pero otra cosa importante es que McKinley anexionó Hawai y Filipinas. Representa un último ramalazo del viejo espíritu colonizador que ya no es en el midwest. Obviamente, esto se hacía en el contexto del imperialismo mundial. Estados Unidos no participó mucho de esa carrera, pero McKinley dijo: mientras yo sea presidente, Filipinas va a estar en el mapa norteamericano. En Trump, también hay una intención de recuperar ese espíritu colonialista.

-El emprendedor conquistador.

-Y Musk lo representa perfectamente.

Milei y el caso OMS. ¿Milei, el arquetipo del desregulador global?

-Entonces, en esta idea de soltar amarras de las regulaciones y los controles y de los límites que ponen los Estados nacionales, ¿Milei se convierte por eso en una figura tan atractiva para estos nombres?

-Seguramente, sí. El problema es que hay dos lecturas de Milei. Una es la que se puede hacer desde afuera hacia adentro. Ahí Milei aparece como un referente no solamente de la desregulación económica sino también de cierta agenda neoconservador e incluso, neo reaccionaria. Y otra es la lectura que podemos hacer nosotros desde adentro hacia afuera, en donde vemos que Milei está solucionando o está tratando de solucionar un conjunto de problemas macroeconómicos estrictamente argentinos. Si vemos de cerca y punto por punto el ajuste que está aplicando, no hay mucha diferencia con otros ajustes que se hayan aplicado, incluyendo medidas heterodoxas como cepos e impuestos. Hay como una especie de Milei global que es atractivo, y es el lugar donde Milei se siente más cómodo. Por eso prefiero los foros internacionales y por eso, a veces, uno lo ve como demasiado preocupado por una agenda que no es prioritaria en la Argentina.

-La faceta desreguladora, por ejemplo con el fin de la intermediación de las obras sociales para la derivación de aportes a las prepagas, ¿eso no es una agenda desreguladora que va en ese sentido, de empezar a soltar amarras de algunas restricciones que ponía el red-tape, como se dice en Estados Unidos, la burocracia y las regulaciones que pueden poner restricciones a los individuos?

-Sí, totalmente. Pero andá a explicarle a los norteamericano lo que es una obra social y lo que es una prepaga. Milei está desregulando en el contexto argentino, que tiene una tradición de regulaciones y un volumen de regulaciones muy distinto, no digo ya comparado con Estados Unidos, sino incluso con el resto de Sudamérica.

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-¿El anuncio de salirse de la OMS se alinea más con esa tendencia internacional?

-Creo que fue (Gabriel) Tokatlián el que dijo que Milei le habla al 1 por ciento global. No recuerdo más de un solo discurso en el que Milei se haya dirigido a los argentinos. Es un Presidente que está más preocupado por ese foro y por esa imagen de desregulador, pero también de referente neoconservador. Casi te diría, neo reaccionario. La política doméstica de Milei se explica mucho más desde la historia económica argentina. La lectura que puede haber afuera es muy interesante, pero nosotros conocemos quizás el lado más folk de Milei.

“Héroe colectivo” vs. “héroe individual” Milei: ¿el regreso del héroe individual y el progreso personal? Individuo, precariedad y “el emprendedor”

-Usted planteó que muchas de las ideas de la nueva derecha se tocan de manera muy curiosa con algún ideario contracultural de la década del ´60 o ´70. En esos idearios, el héroe era colectivo. En el caso de Milei y de la nueva derecha, el héroe es individual. Con ese regreso de Milei, esa re legitimación del héroe individual, ¿es cuando Milei conecta con los argentinos y logra la representación en la Argentina? Porque usted plantea que le habla al 1 por ciento de la gente en el mundo pero en la Argentina ha tenido un éxito electoral muy contundente. ¿Es porque recupera el valor del individuo, del progreso individual y de la prosperidad personal ya no como un signo de egoísmo sino como un destino completamente deseable y legítimo?

-Sí, es innegable que logró enganchar con elementos de la libido colectiva local.

-¿Eso nos conecta con el mundo? Quiero decir: ¿por razones argentinas terminamos conectados con el mundo?

-Si hay algo que nos conecta con el mundo es la precariedad. En todos estos años, a nivel global, crecieron lo que llamamos “mercados informales”. Hay un reporte de la Agencia de Comercio Exterior norteamericana dedicado a listarlos y catalogarlos, y lo ven como un problema: no paran de crecer.

La economía popular y solidaria tiene el mismo espíritu de lucro que todos los mercados

-¿Con precariedad se refiere a gente que no tiene un empleo formal, con aportes?

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-Informalidad económica pero junto con la informalidad económica, vino un nuevo estilo de vida en donde los procesos son menos previsibles, los proyectos de vida no son tan planificados como los que podía tener un obrero asalariado. Es un fenómeno que creció de manera global y obviamente, en nuestra región y en nuestro país, mucho más. El tema son las lecturas que se hicieron. Para Estados Unidos, es un problema. Para gran parte del mundo, es algo que está por debajo del radar. En la Argentina, fue leído, sobre todo por movimientos populares y progresistas, como parte del movimiento popular.

-La famosa economía popular.

-Exactamente. Y no te olvides del apellido que tiene la economía popular: “solidaria”. En Brasil, le dicen “economía solidaria”.

Javier Milei en el Liberal Institut de Suiza

-Claro, tiene que ser virtuosa.

-Se entendía que, por las condiciones de vida, los agentes de esa economía eran automáticamente solidarios. Y no es así. Son agentes de una economía que tiene el mismo espíritu de lucro que todos los mercados, pero desatado por la falta de cualquier regulación. Eso creció bajo una mirada un poco compasiva que entendía que siempre iban a ser compañeros de ruta de cualquier proyecto progresista o popular. Y en realidad, no fue así. Milei sintonizó con ese sector: esa fue la sorpresa. Lo votó la clase media alta, algo que quizás estaba en los cálculos porque se lo suponía heredero de ciertos votos que en su momento había tenido el PRO o Cambiemos. La sorpresa fue cuando vieron que mucha gente en la Provincia de Buenos Aires cortó boleta y votó Milei-Kicillof. Esa es la fuerza interna de Milei porque el estilo de vida de esa gran cantidad de gente, que diagnosticó hace mucho tiempo (José) Pepe Nun como “la masa marginal”, sí se refrenda en el discurso emprendedor. Hoy ese discurso lo tiene Milei. pero no nos olvidemos que lo articuló primero, de manera mucho más moderada, el Pro.

-¿Podría desarrollar esa comparación? La idea del emprendedor y de salir a ganarse el pan con la imaginación propia.

-La historia de la palabra “emprendedor” es muy curiosa. A la Argentina, la trajo la Fundación Endeavor, con muchísima incidencia y muchísima influencia en los empresarios más dinámicos de la Argentina. Cuenta la leyenda que su fundadora (NdelE: Linda Rottenberg), hablando con un taxista porteño que además era ingeniero, le preguntó por qué no era empresario, y el hombre la miró con asco. Claro, si a un argentino le dicen “empresario”, piensa más en Bulgheroni. Ella se dio cuenta de que había que buscar una palabra que fuera más aceptable. La palabra es “emprendedor”, es el empresario chico, el empresario aventurero, el empresario que todavía tiene un sustrato popular, empresas que nos pueden llegar a caer bien.

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-O es el ciudadano común que tiene una fuerza vital que lo lleva a querer progresar.

-Es que en la medida en que la sociedad salarial se carcome, y se viene carcomiendo hace cuarenta años, todos somos un poco emprendedores. Incluso aquellas personas que tienen empleos en blanco no resisten la tentación de abrirse una actividad por fuera. Entonces, en algún punto, eso nos interpeló a todos. Algunas personas tienen anticuerpos ideológicos que las inhibieron de subirse a eso; otras, no. Pero en un punto, hasta el más progresista está esperando que no haya cepo, que pueda girar dinero afuera sin problemas, que no le cobren el 30 por ciento por gastos afuera. Hay como una libido realmente muy difundida de emprendedorismo.

Milei vs. progresismo. ¿Por qué la izquierda no logra interpretar la nueva libido social? Austeridad vs. espíritu de lucro.

-Si aún las personas más progresistas tienen ese deseo, ¿quiere decir que la izquierda falló en interpretar o dejó de entender la libido social profunda?

-Sí, la respuesta corta sería sí, con la aclaración piadosa de que no es tan fácil entenderla. Casi todo el sistema político falló en conectar con eso, y por eso triunfó un outsider, que no sé si se lo propuso o le salió. Eso quedará en el cerebro de Milei por los siglos de los siglos. Para la izquierda, es un problema porque pierde conexión con el sector que quiere y se propone movilizar. Pero también falla en la posibilidad de ofrecer futuros tentadores, que sí es un reproche más fuerte que se le puede hacer. Parece que lo único que se puede ofrecer es austeridad y precariedad,

-Solidaridad pero con precariedad. Solidaridad en la pobreza compartida.

-Lo que pasa es que la solidaridad es una palabra que se fue percudiendo en la medida en que cambió la economía que la hacía posible. En el siglo XIX, solidaridad era un gesto que tenían las élites hacia los más desfavorecidos de la sociedad.

-Filantropía.

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-Orfanatos, etcétera. En el siglo XX, pero sobre todo a partir de los años ´30, se dan dos procesos. Primero, el Estado se hace cargo de todo eso mucho antes de que Eva Perón expropie la Sociedad de Beneficencia. Pero en segundo lugar, la sociedad salarizada tiene mecanismos de movilidad ascendente que estructuran la solidaridad.

-¿Está pensando en las jubilaciones, por ejemplo?

-Pero también estoy pensando en proyectos de vida predecibles: militar en un sindicato permite acceder a un ingreso que permite comprar una casa, que permite dar una estabilidad a la familia, que me permite que los hijos estudien, que permite que el día de mañana no tengan que trabajar de lo mismo que sus padres.

-Pero con el correr de los años, eso se institucionaliza y pierde potencia vital y se convierte en el botín de una casta, en parte.

-Las posibilidades de vivir así son cada vez más reducidas. Hoy, dentro de la clase trabajadora, ser un empleado en blanco sindicalizado, con paritarias, es pertenecer a una aristocracia obrera. El tema es que la solidaridad se reformula: ya ni siquiera es que las élites ayuden a los desfavorecidos sino que los desfavorecidos se ayudan entre sí. De ahí viene la idea de economía solidaria. Entonces, la palabra “solidaridad” inevitablemente huele a pobre. Dejó de tener esa idea de proyecto colectivo que pudo haber tenido en el siglo XX, conectado con la idea de solidaridad.

Justicia social, entre Milei y el Kirchnerismo. ¿Tiene algún lugar en la imaginación del futuro? Inflación y las trampas del kirchnerismo

-Conectado con la idea de solidaridad, hay otro debate que es el de la justicia social. Milei plantea una idea interesante: que justicia social es bajar la inflación.

-Justicia social puede ser cualquier cosa que beneficie a la mayoría.

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-Pero las acciones de discriminación positiva o de políticias sociales muy orientadas a los sectores más vulnerables, como las de un gobierno progresista como el kirchnerismo, por ejemplo, con una inflación alta fogoneada por la emisión, no era un proceso virtuoso de justicia social y cuidado de los más débiles.

-El kirchnerismo cayó en la misma trampa que cayó el primer peronismo, que es usar a la emisión como vía de distribución, una distribución desenganchada de la productividad basada en la confianza de que los salarios siempre le iban a ganar a la inflación. Es algo que todavía hoy sostiene gente como Julia Strada. Por eso siempre conviene ver los procesos y aprender de ellos. El problema es que es muy difícil sostener el nivel de salario real por encima de la inflación, y tarde o temprano la inflación le gana a los salarios y ahí viene un proceso de deterioro de los ingresos.

-Además, ese proceso de indexación continua también genera inflación.

-Pero en términos de justicia social, ellos podrían decir: la macroeconomía tiene que subordinarse a la distribución del ingreso. El problema es que al final hasta la distribución del ingreso cayó. Entonces tenía ventajas en un contexto inflacionario para aquella persona que tenía ingresos en otra moneda o que podía poner sus ahorros en un activo que no fuera monetarios. Aquella persona que tenía poca capacidad de ahorro y se manejaba esencialmente con circulante local, salía perjudicada, y esos son los más pobres. A Milei se lo votó para bajar la inflación mucho más que para combatir la agenda woke o para criticar el estilo de vida de los homosexuales o para desengancharse de la Organización Mundial de la Salud.

De Milei a Musk. ¿El fin del “hombre neoliberal” y la llegada del “híbrido ingobernable”? ¿Qué democracia para el “Frankenstein ingobernable”?

-Quiero volver al futuro, que es tan interesante. En la década del ´60, la representación de lo que podía ser el “hombre nuevo” era la cara del Che Guevara. Con este orden global en reconstrucción, en una especie de barajar y dar de nuevo, y una nueva derecha tallando fuerte y sin complejos, ¿por dónde pasa la imaginación del futuro en términos de ciudadanía?

-Ya somos hombres nuevos. Nuestra subjetividad, que está envuelta en digitalidad, ya cambió hace muchos años. El rasgo principal de esta nueva subjetividad es que nos hicimos ingobernables. El hombre neoliberal, para llamarlo de alguna manera, era un consumidor pasivo que estaba en frente de la televisión, en frente de una vidriera. En cambio, nosotros estamos envueltos en una digitalidad que nos pide todo el tiempo un retorno, todo el tiempo un feedback. Nos impulsa a opinar, a participar de las identidades más radicalizadas posibles.

-¿El hombre nuevo es libertario o anarco capitalista?

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-El hombre nuevo es ingobernable. Y a ese rasgo, ponele el contenido que quieras. Si hay un proyecto que mueve o debería mover a las élites a las que pertenece Trump, Musk, Peter Thiel y también nuestro gobierno es hacer gobernable a este nuevo sujeto. Por eso el autoritarismo y las excepciones y los matices a la democracia liberal están a la orden del día. Ese es el horizonte más fuerte y los que todavía creemos en la democracia liberal deberíamos movilizarnos en ese sentido.

-¿Qué tiene que ver Frankenstein en este conglomerado de ideas?

-Frankenstein es el primer híbrido.

-Pero es un híbrido que termina mal. Entonces, ¿este capitalismo que estamos viviendo es el fin del capitalismo y el camino hacia un nuevo orden?

-Frankenstein es un híbrido ingobernable como todos nosotros somos ahora. El fin del capitalismo llega siempre. Después viene otro capitalismo. Estamos viendo el advenimiento bastante consolidado de una especie de capitalismo 4.0, con rasgos muy diferentes al capitalismo anterior. Seguir hablando de neoliberalismo hoy es una entelequia.

-¿Es una antigüedad?

-Sí, los rasgos de la sociedad neoliberal no existen más. Tenemos otra máquina nodal, otro paradigma tecnológico que es el deep learning, otras condiciones que es la aceleración de la crisis climática. Falta un tejido institucional que gobierne eso y una nueva hegemonía global. El camino va a ser largo y pedregoso.

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De Milei a Musk y Trump. ¿La nueva hegemonía del “aceleracionismo de derecha”?

-Usted suele hablar del aceleracionismo de la izquierda y cómo no fue suficiente para producir una alternativa al capitalismo. ¿Qué es el aceleracionismo y por qué no logra resultados?

-El aceleracionismo es una doctrina que propone acelerar al capitalismo al punto de que se disuelva en sí mismo. Al principio, no era ni de izquierda ni de derecha. Lo que pasa es que sus mentores, Nick Land por un lado y por otro lado gente como Mark Fisher están tratando de dar una bajada política. El aceleracionismo de izquierda fracasó porque confiaba en que al final del capitalismo, había otra cosa que no era capitalista. El aceleracionismo de derecha se afincó en que, al final del capitalismo, hay otro capitalismo, y que quizás lo que se caiga en el medio sea la democracia y la propia condición humana pero el capitalismo va a seguir, incluso sin nosotros. Ante esa apuesta tan radicalizada, y que uno la puede encontrar en algunas formulaciones…Hace un tiempo un tuitero aparentemente muy próximo al gobierno tuiteó algo así como: “es desesperante saber el futuro y ver lo que tardamos en llegar a él”. Bueno, eso es aceleracionismo.

-Lo nombró a Mark Fisher, que es alguien que usted cita en muchos de sus artículos. Tiene una frase muy interesante: “Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”.

-Es una frase que se memificó muy rápido. No estoy de acuerdo con esa frase. Pero lo que está proponiendo el aceleracionismo de derecha, que hoy está en su salsa, es que si para seguir su marcha y acelerar, el capitalismo tiene que prescindir del mundo, lo va a hacer y lo tiene que hacer: Musk quiere ir a Marte.

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