POLITICA
Esta vez, la víctima fue Banfield: el Argentinos de Nicolás Diez gana hasta cuando comete un blooper, desperdicia un penal y erra goles incontables
Argentinos sabía que debía ganar en el Florencio Sola si quería seguir liderando la zona A, a la espera de saber si al término de la novena fecha seguiría acompañado por Estudiantes y/o Tigre o bien lograba quedar en solitario. Sin embargo, salió dormido ante un Banfield que no gana desde la segunda jornada, pero que en la mayoría de sus partidos mostró una intensidad incómoda para los rivales. No fue la excepción. En los primeros seis minutos puso a prueba a Diego Rodríguez mediante remates de Gonzalo Ríos.
El primero, a los 180 segundos, con el volante exigiendo al “Ruso” mediante un bombazo que mandó por encima del arco con una volada. El segundo, tres minutos después, sorprendería a todos. Porque Ríos dejó varios jugadores del “Bicho” en el camino con una rápida y decidida filtración frontal al arco para, luego, sacar un remate más débil al anterior. Bien parado estaba nuevamente el arquero, avisando corporalmente que contendría la posibilidad.
Sin embargo, parece haber cometido el pecado de los jugadores que piensan en lo posterior antes de asegurar esa pelota que tendrán en su poder y, entonces, cometió un blooper inimaginable: cuando quiso embolsar, se le escapó hacia atrás y, cuando volvió a agarrarla, ya había pasado la línea del arco. Gol y algo más: un golpe de su rodilla contra el poste por la que, minutos después, necesitó atención.
Mucho más cómodo y seguro por la ventaja, Banfield empezó a esperar el juego destacado del líder. Ocupando espacios y corriendo a la par, parecía tener dominado el trámite, al menos en la primera parte. De hecho, a excepción de algún desvío en un defensor de Banfield que terminó en gol en contra de milagro, Argentinos no se soltó y no tuvo llegadas peligrosas. Hasta que, a la media hora de juego, el VAR comandado por Andrés Merlos apareció en acción para convocarlo a Hernán Mastrángelo.
¿Qué había pasado? Cuando José Herrera había desbordado por izquierda y lanzado un centro hacia atrás, Ramiro Di Luciano se puso de perfil para tapar el intento, pegando su mano más próxima (la izquierda) a su cuerpo para evitar el contacto, pero dejando alejado el brazo de atrás, producto del giro del cuerpo. Pareció un movimiento natural, algo que no interpretó así el juez del encuentro. Tras revisarla, cobró penal para Argentinos.
El hincha de Banfield explotó. Una vez más, ante los antecedentes sufridos en muchas de las fechas anteriores. “¡Tomala vos, damela a mí, vamos a matar a un referí!”, comenzó la descarga de las tribunas, que volvieron a acordarse del presidente de la AFA: “¡Chiqui Tapia, botón, sos un hijo de p…, la p… madre que te parió!”. Enseguida, la otra explosión. Porque Tomás Molina remató fuerte y cruzado, decisión adivinada por Facundo Sanguinetti, que con volar y sólo poner firme la mano derecha desvió la pelota hacia el córner.
Lo mejor del partido
Las tribunas verdiblancas sienten que serán perjudicadas en cada encuentro tras muchas situaciones que derivaron en el descargo público de su presidente Matías Mariotto en el estadio UNO, tras caer con Estudiantes en la sexta fecha por un penal insólito: “Estamos necesitando la suerte que nos avisaron que íbamos a necesitar”, fue una de sus frases, dedicadas a un posteo (casi) amenazante de Pablo Toviggino, tesorero de la casa madre.
Lo cierto es que en el club del Sur van contando las jugadas. Ante Defensa y Justicia le cobraron un penal en contra por falta, pero no se apreció ni siquiera el contacto: allí también lo salvó Sanguinetti, que lo desvió y le permitió a su equipo ganar en Florencio Varela. A la siguiente jornada, en lo que fue goleada (3-0) a Newell’s, Luciano Lollo pegó dos patadas para cortar la carrera de Tomás Nasif, que se iba mano a mano cuando el resultado apenas iba 1-0. No sólo Sebastián Martínez no lo echó, sino que no cobró infracción y desde Ezeiza no lo convocaron. En la tercera, llegó el encuentro difícil de disimular: Luis Lobo Medina hizo todo lo posible para quedar apuntado por todos tras un arbitraje difícil de catalogar, entre la convalidación del gol de Kevin Jappert, que en la misma jugada estuvo dos veces en posición adelantada, y múltiples jugadas medidas con diferentes criterios. Incluso, una jugada dudosa por un pisotón de Fernando Tobio a Nasif que podía ser revisada por posible penal, pero también fue obviada.
¿Más? Sí. En la última jugada ante Belgrano, Fernando Echenique fue convocado al VAR por una mano de Santiago López García y, aunque fue la menos discutible de todas, el hincha expuso el arrastre de la impotencia: penal y empate agónico de los cordobeses. El límite fue en La Plata, unos días después, cuando Sebastián Zunino también fue llamado por una acción insólita: un cabezazo de Guido Carrillo había pegado en un brazo de Alexis Maldonado cuando estaba de espalda y no pudo saltar por la carga del delantero. Sin detenerse en alguno de esos puntos, el juez cobró tiro penal y así ganó Estudiantes. Y en los últimos días, en la reanudación ante Independiente, la fuerte patada de Diego Tarzia hacia Gerónimo Rivera (lo sacó de la cancha y de los siguientes encuentros) fue considerada amonestación por Jorge Baliño cuando para muchos era clara expulsión por fuerza desmedida. El VAR, nuevamente, ni siquiera invitó a revisarla.
Volviendo al encuentro de este viernes, si no se sentía cómodo el equipo de Nicolás Diez, luego del penal agravó su situación. No encontró los caminos durante un largo rato. Los de Ariel Broggi estaban cómodos, pero -más allá de un cabezazo de Bruno Sepúlveda– se metía cada vez más en su área y agarraba cada vez menos la pelota para darle fluidez a su juego. Y correr atrás de la pelota ante un Argentinos que sabe jugar, te cansa. Así, terminó siendo un cómplice de las facilidades que comenzó a tener el equipo de La Paternal.
A los 17, Alan Rodríguez lanzó un centro pese a estar encerrado cerca del córner derecho y encontró un cabezazo letal de Molina, que tuvo revancha a pesar del esfuerzo del arquero local, que la tocó sin poder sacarla por encima. Desde ahí, el partido dio un vuelco. Directamente, fue al otro extremo: si Sanguinetti no estaba en el arco con semejante inspiración, terminaba siendo goleada de la visita. Un zurdazo potente de Rodríguez lo encontró bien parado, promediando el segundo período. A los 29, Ismael Sosa encontró espacios en el fondo (a Banfield lo desacomodó la igualdad repentina) y se animó a meterse en el área para rematar cruzado: encontró la respuesta de la figura de Banfield, que en los últimos cinco minutos padeció una ráfaga de chances.
A los 41, desvió con la punta de los dedos un bombazo de Román Vega que pedía ángulo y, por su intervención, encontró el travesaño. Pelota, situaciones y un gol de triunfo que se olfateaba, todo en poder del equipo sensación. Tras aquella jugada, Alan Lescano se perdió un gol insólito abajo del arco y, dos minutos después, Rúben Bentancourt tuvo el suyo, pero se encontró con la muralla en el arco. Lejos de morirse, al encuentro le faltaba algo: un rebote fortuito tras un remate lejano le dejó la pelota a Lucas Gómez cerca del área chica, con tiempo para mirar al arquero y entender que debía definir cruzado como lo hizo.
Victoria agónica y, cuando parecía que el puntero podía caer, resurgió y se llevó lo que terminó mereciendo. Más puntero que nunca, Argentinos mirará relajado qué pasará el domingo con Estudiantes (juega ante Defensa) y Tigre (visita a Aldosivi). Sin derrotas, aguarda también una caída del “Pincha” para coronar su momento como el único invicto del torneo Apertura.
POLITICA
Cómo tramitar la ciudadanía estadounidense en solo diez pasos en 2025
Obtener la nacionalidad estadounidense es un objetivo para muchas personas que residen en Estados Unidos. El proceso de naturalización puede parecer complejo, pero si las personas siguen los pasos adecuados, se puede completar de manera eficiente. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. (USCIS, por sus siglas en inglés) explica en su página web oficial cómo hacerlo en tan solo diez pasos.
Los 10 pasos para tramitar la ciudadanía estadounidense
Para que las personas puedan convertirte en ciudadanos estadounidenses, deben cumplir con ciertos requisitos y completar un proceso que consta de distintas etapas. Entre los diferentes pasos se encuentran chequeo de elegibilidad, presentación de documentación, entrevistas presenciales y hasta una ceremonia.
Estos son los pasos que el Uscis recomienda seguir:
- Determinar si ya se es ciudadano estadounidense: aunque parezca obvio, las autoridades recomiendan que antes de iniciar el proceso, las personas deben verificar si ya son ciudadanos por nacimiento o si pudieron haber adquirido la ciudadanía a través de sus padres, pero no lo saben. Si se determina que no, se debe continuar al siguiente paso.
- Confirmar la elegibilidad para la ciudadanía: para este segundo tramo del trámite, existe una hoja de elegibilidad del Uscis donde las personas pueden asegurarse de que cumplen con los requisitos para solicitar la naturalización.
- Preparar el Formulario N-400, la Solicitud de Naturalización: una vez chequeados los criterios de eligibilidad, las personas interesadas en obtener la ciudadanía deben completar un formulario en línea o en papel. Además, tienen que reunir los documentos necesarios y, si viven fuera de EE.UU., deben conseguir dos fotografías tamaño pasaporte.
- Envíar el Formulario N-400: para presentar la solicitud en línea o por correo se deben pagar las tarifas correspondientes. Es importante que las personas sepan que el trámite cuesta dinero, ya que de saltear este paso, podrían tener complicaciones con su documentación. Una vez recibido el formulario correctamente, USCIS envía a las personas una notificación de confirmación.
- Asiste a la cita de datos biométricos: el siguiente paso puede ser un llamado del Uscis. En algunos casos, las autoridades podrían solicitar las huellas dactilares, fotografías y firma del solicitante para verificar su identidad y antecedentes.
- Completar la entrevista de naturalización: el Uscis citará a las personas para una entrevista en la que evaluará una vez más su elegibilidad y realizará el examen de educación cívica y dominio del inglés. Para que las personas puedan prepararse, las autoridades publicaron un manual online con información de la historia del país norteamericano.
- Recibir la decisión del Uscis: tras la entrevista, las personas recibirán una notificación con la decisión sobre su solicitud. Puede ser aprobada, aplazada por falta de documentos o directamente denegada.
- Notificación para la ceremonia de juramento: si la solicitud es aprobada, las personas podrán asistir a una ceremonia de naturalización el mismo día o recibir una notificación con la fecha programada.
- Prestar el Juramento de Lealtad: este es el último requisito para convertirse en ciudadano. Durante la ceremonia, los solicitantes deberán completar el Formulario N-445, entregar su tarjeta de residente permanente y recibir su certificado de naturalización.
- Comprende tus derechos y responsabilidades como ciudadano: una vez naturalizado, las autoridades sugieren que el último paso es conocer los derechos y deberes que conlleva la ciudadanía estadounidense, como el derecho al voto y la obligación de respetar las leyes. Esto es fundamental para que con el paso del tiempo, el Uscis no retire la ciudadanía.
Según las autoridades, seguir estos pasos facilitará el proceso de naturalización y acercará a las personas a su objetivo de convertirse en ciudadano estadounidense en 2025.
POLITICA
Punto de inflexión para Milei
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POLITICA
Documentos oficiales: la Argentina enfrenta 236 demandas fuera del país por más de US$27.000 millones
La suciedad debajo de la alfombra puede ser tanta que, en algún momento, empieza a notarse. Es lo que ocurre con la montaña de demandas contra la Argentina que están radicadas en tribunales internacionales. Se trata de una potencial factura multimillonaria que pasa de mano en mano entre gobiernos. Sin distinción de colores políticos, todas las administraciones buscan lo mismo: demorar el pago todo lo posible mediante la presentación de recursos judiciales que estiren su cumplimiento.
LA NACION le puso nombres y montos a pagar a esta amenaza latente contra las cuentas públicas. Son, en total, 236 pleitos contra el país por incumplimientos de acuerdos de todo tipo. Entre ellos, remanentes de deuda pública impaga, cambios en las regulaciones locales con el presunto interés de sacar ventaja, estatizaciones desordenadas y ruptura de contratos de servicios públicos, un lastre imperecedero con el que la Argentina carga desde la crisis de 2001.
Expresado en dinero, el número es muy gráfico. Una cuenta muy conservadora arroja que el país enfrenta demandas en tribunales internacionales por casi US$27.000 millones, entre las que tienen montos determinadas. Hay muchos otros casos en los que aún no se definió el monto, de manera que puede ascender.
A modo de ejemplo, esa cifra representa un monto similar a las reservas brutas que tiene el Banco Central, o el 60% del dinero que el país le debe al Fondo Monetario Internacional (FMI).
La cifra surge de sumar las querellas en las que trabajan la Procuración del Tesoro (PTN) y el Servicio Jurídico del Ministerio Economía, y el juicio por YPF. En los dos primeros casos, se tomaron solo los pleitos que tienen montos determinados. Eso deja afuera un universo importante de demandas cuya cifra aún no fue establecida, según la información que figura en los registros oficiales.
LA NACION obtuvo la información en respuesta a un pedido de acceso a la información pública con datos disponibles hasta el 27 de enero último.
Se le agregó el pleito relacionado con la petrolera bajo control estatal porque, si bien no tiene todavía un monto determinado en la documentación argentina, la Justicia de Nueva York le puso un número a la demanda: habría que pagar US$16.100 millones.
El país tiene una gran variedad de demandantes. Desde inversores particulares alemanes que le prestaron dinero al Estado hasta megabufetes de abogados especializados en ganar contiendas contra naciones soberanas.
Las demandas caen en dos sacos. Uno de ellos es la Procuración del Tesoro, que reúne una menor cantidad de causas, pero cuyos resultados pueden traer altísimas consecuencias para el país. Son, en total, 36. Allí recalan los litigios en el CIADI y en la Justicia de Nueva York, con el caso por la expropiación de YPF como sobresaliente.
Otra porción de los juicios contra el país fuera de sus fronteras está a cargo del Servicio Jurídico del Ministerio de Economía, coordinado por la Subsecretaría Legal, que maneja Alejandro Speroni.
De acuerdo con la documentación que vio LA NACION, atiende 200 demandas de ese estilo. La mayoría están radicadas en Alemania, aunque los montos mayores se expresan en dólares. Hay incluso un pleito en yenes. Es por una demanda del MUFG, el banco más grande de Japón, que también es acreedor del Estado nacional.
Hay que aclarar, también, que las cifras pueden variar en el futuro por distintos motivos. En ciertos casos, la Argentina y sus demandantes estarían en condiciones de discutir alternativas de pago. Además, las demandas de los bonistas contemplan el pago de deuda que no se saldó y está incluida en el monto del litigio.
Hay tres pleitos hoy que concentran la atención oficial y de parte del establishment. El número uno es el de YPF, una demanda peregrina que se sustenta en los errores cometidos por el kirchnerismo entre los años 2006 y 2012. Primero, con el ingreso de la familia Eskenazi al capital social de la empresa petrolera y, luego, por la manera en que se estatizó la compañía.
Los demandantes, Burford e Eton, dos fondos que se dedican a eso, tienen un fallo a favor de la Justicia de Nueva York, según el cual la Argentina debería pagar US$16.100 millones más intereses. Hay chances de apelación, pero los especialistas le ven poco futuro a esa opción.
La justicia británica, por otra parte, les dio la razón a los fondos Palladian Partners, HBK Master Fund, Hirsh Group LLC y Virtual Emerald, que acusaron al Estado de perjudicar a los inversores cuando modificó la manera de calcular el producto bruto interno (PBI), que derivó en que, en 2013, se paguen menos intereses de deuda por los bonos “cupón PBI”, emitidos en 2005 y 2010. Quien manejaba la economía por aquellos días era el hoy gobernador bonaerense, Axel Kicillof, con el férreo apoyo de Cristina Kirchner. No existían entre ellos las diferencias del presente.
En Nueva York se tramita otra demanda importante. Un fallo de la jueza Debra Ann Livingston, de la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito, ratificó una decisión de la muy conocida Loretta Preska que les permite a ciertos acreedores embargar activos soberanos por unos US$310 millones. Este dinero fue depositado en una cuenta del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en la Reserva Federal.
El pleito en Londres pone de manifiesto las dificultades para el futuro de la economía que plantea el hecho de tener tantas demandas abiertas al mismo tiempo, por montos que pueden asustar a un país como la Argentina. El gobierno de Javier Milei depositó en marzo de 2024 una garantía de US$325 millones para seguir litigando. Los demandantes la ejecutaron en febrero pasado. Es decir, ese dinero ya no está.
Para una economía saludable, la suma anterior puede parecer nimia. No parece ser el caso de la Argentina, donde el Gobierno despliega un fuerte plan de ajuste para reducir la inflación y cuenta hasta las monedas para mostrar mes a mes números fiscales equilibrados o con superávit.
“Los juicios en el exterior contra el país son una contingencia que no se reduce a lo monetario. Expande sus efectos a varios frentes, incluyendo el político. Basta pensar en una emisión o una reestructuración de deuda soberana -explica Bernardo Saravia Frías, exprocurador del Tesoro-. Cualquiera de estos juicios que terminan en una sentencia adversa tienen, sin dudas, dificultades para ser ejecutados. Pero tienen una herramienta poderosa: medidas cautelares que pueden entorpecer cualquier proceso de endeudamiento o reordenamiento de deuda de un país. Se vio con la Fragata Libertad”.
“La Argentina es un país que comete muchos errores e incumple promesas. Eso nos ha costado mucho dinero. Me parece que es momento de sentarse a pensar para saber si vale la pena seguir pateando la pelota, sabiendo que perdemos el 99% de los casos, más allá de los que tenemos abiertos”, explicó Sebastián Maril, CEO de Latam Advisors y una de las personas que más sigue estos temas en el país.
Según sus cuentas, desde comienzos de este siglo la Argentina pagó aproximadamente US$17.000 millones por temas judicializados en el exterior. Vale una aclaración: la suma mencionada incluye la cancelación de deuda que estaba impaga.
Es, quizá, la forma más clara de mostrar que la acumulación de pleitos terminan generando un problema económico, pese a que no se trata de una discusión que esté presente de forma cotidiana en las conversaciones del sector privado.
Esa es una de las trampas de los juicios abiertos fuera del país. Pueden resultar etéreos y lejanos por diversos motivos. Entre ellos, debido a que en algunos casos se admiten instancias de “regateo”, así como el hecho de que hay sentencias contra el país que no se pagan. Pero eso tiene un límite. El problema tiene efectos visibles cuando no queda otra cosa más que pagar la factura en contra.
Hay centenares de empresas dispuestas a cobrarle al país lo que creen que les debe. La información que recopiló LA NACION permite hacer un ranking de esos demandantes.
Los primeros lugares de esa lista -en los casos en que la burocracia argentina ya tiene contabilizado un número para la demanda- se muestran en una visualización que acompaña esta nota. De allí surge una variedad reveladora.
El primer lugar lo ocupa una demanda de Teinver radicada en el Ciadi, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a inversiones. Teinver es una subsidiaria del grupo español Marsans, que llevó al país a un arbitraje internacional en 2009. La disputa finalizó, con una decisión en contra de la Argentina, en 2017. La cuenta a pagar, según los registros de la Procuración del Tesoro, es de US$1590 millones.
En segundo término aparece un grupo de acreedores de deuda liderado por el fondo Aurelius. De acuerdo con los registros públicos, esa factura suma US$1321,92 millones.
La empresa Orazul International España Holdings, subsidiaria de la norteamericana Duke Energy International, por la concesión de la represa Cerros Colorados, le hizo un reclamo al país por US$667,3 millones. Si bien el pleito figura en la administración pública, el Ciadi en ese caso rechazó los planteos de la empresa.
En tercer lugar hay un viejo problema de los años 90. Se trata del pleito de Papel del Tucumán, quebrada, con el Estado Nacional y el Banco Central de la República Argentina. Son más de US$500 millones. La Argentina recibió un fallo en contra en la Cámara de Comercio Internacional (CCI).
Para Camilo Tiscornia, de C&T Consultores, la gran cantidad de demandas contra el país muestra que el que las hace las paga. “El hecho de violar contratos tiene un costo reputacional y económico. Es una lección para la Argentina, para una parte del arco político que considera que hacer estas cosas es gratis. Que porque hay emergencia, pobreza, cambió el gobierno o porque lo hizo otro, con esos argumentos se puede violar cualquier contrato”, sostuvo.
El economista también refleja otra cosa. Estas violaciones de contratos surgen porque en algún momento esos contratos se firmaron. Se pensó que era bueno, provechoso para el país. Pero luego se pensó al revés. “La gran imposibilidad que tenemos es ponernos de acuerdo para mantener un rumbo”, sostuvo.
El análisis de lo que ocurrió con estos casos aporta información que alerta sobre el futuro. Entre las 36 causas que maneja la PTN, 16 tramitan en el Ciadi. El amontonamiento allí de pleitos contra la Argentina tiene en sus orígenes una decisión del menemismo en los años 90. Interesado en la llegada de inversión extranjera, Carlos Menem promovió la firma de decenas de acuerdos de protección recíproca de inversiones con países importantes, como Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia, por mencionar algunos casos.
Al igual que ahora, la Argentina tenía por aquellos días un sólido historial de incumplimientos, vaivenes e incertidumbre. Por eso, el equipo económico liderado por Domingo Cavallo les concedió a las empresas, a través de esos acuerdos, la posibilidad de litigar en tribunales extranjeros como el Ciadi.
Esa estela llega al presente a través de la Ley Bases y el RIGI, el esquema implementado por Javier Milei para atraer inversiones. Es un revival noventista profundizado porque, según diversos especialistas, otorga aún mayores garantías a la inversión que la experiencia menemista.
“Con la Ley Bases y con el RIGI en particular, se extiende la vigencia del Ciadi en caso de incumplimiento del Estado. Cabe la pregunta acerca de si es un mecanismo idóneo para la protección de los intereses del estado argentino”, explicó Carlos Balbín, exprocurador del Tesoro en la gestión de Mauricio Macri y profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En términos abreviados, el planteo de los que advierten por demandas potenciales es el siguiente: si la experiencia indica que las concesiones hechas en el pasado le abrieron la puerta a una gran cantidad de demandas millonarias contra el Estado, en el futuro el número de pleitos podría crecer a la luz de los cambios facilitados por este gobierno.
La Casa Rosada responde de forma contundente. Las garantías que se les otorgan a los empresarios extranjeros se transformen en algo negativo para el país solo cuando la Argentina rompe los contratos. Un país normalizado, donde manden la institucionalidad y la continuidad de las políticas, no debería tener problemas con eso.
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