Tal como se esperaba, el candidato y líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no logró los votos suficientes para ser investido presidente de Gobierno, por lo que queda el camino allanado para que Pedro Sánchez se mantenga en el poder gracias al pacto en puerta con el independentismo catalán.

Feijóo consiguió 172 votos positivos, los de su partido (137), de Vox (33), UPN (1) y Coalición Canaria (1). Quedó a cuatro apoyos para la necesaria mayoría absoluta. 

Los diputados del PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG (178 en total) votaron no a la investidura del PP. El viernes Feijóo volverá a intentar su investidura en una votación por mayoría simple, aunque, con seguridad, recibirá otra revés por parte de la Cámara.

El fracaso popular abre la puerta al intento de investidura de Sánchez, quien se ha mantenido en silencio durante las dos sesiones y ha mandado a una tercera línea, al diputado Oscar Puente, a la réplica parlamentaria, en un claro gesto de bajarle el precio a una investidura «fallida» de antemano.

Sin chance de ser investido, Feijóo marca el inicio de una oposición agresiva para desestabilizar a Sánchez

El presidente de Gobierno en funciones deberá esperar la habilitación del Rey para iniciar su proceso. La intención de Ferraz es empezar a hablar el sábado mismo de las negociaciones en puerta con los posibles socios parlamentarios y empezar a develar los acuerdos que están sobre la mesa, entre ellos la amnistía de los líderes independentistas que comandaron el procés.

El PP confirma, eso sí, su alianza política con Vox, su único aliado de peso en la próxima legislatura. Feijóo hizo varias referencias «los once millones de votantes» a los que dice representar, los ocho millones de sufragios del PP y los tres millones de la extrema derecha. 

El supuesto pacto con los catalanes fue el eje del discurso de Feijóo, un intento de investidura que, por momentos, se vistió de moción de censura contra el Gobierno en funciones. El PP acusa a Sánchez de «ocultarle a los españoles» los «espurios acuerdos» -no blanqueados en el programa electoral del PSOE- para ser investido.

 «Ha preferido escapar para no decir la verdad. Quien calla otorga, señor Sánchez. No ha querido salir a la tribuna porque, en mi opinión, no podría defender ayer lo que defendió hace dos meses delante de todos los españoles», ha criticado el líder gallego en una de sus intervenciones. 

Al cabo, la explicación pública de la amnistía, si es que forma parte de la moneda de cambio para lograr el apoyo de Carles Puigdemont, será clave para lograr los 176 apoyos en la votación de finales de octubre.  

Ayuso: «Sánchez comienza destruyendo el Congreso de los Diputados»

Por lo pronto, del otro lado, tanto ERC como Junts insisten en la necesidad de incluir un referéndum en la negociación con la amnistía, una línea roja que el PSOE no está dispuesto a cruzar, al igual que Sumar, que sí ha hecho publico su apoyo a la desjudicialización del conflicto catalán, no así a la autodeterminación.

Feijóo sale de este fracaso político ya erguido como jefe de la oposición, que por el tono empleado en su discurso será frontal y agresiva al estar en riesgo la «democracia y la constitución». 

La explicación pública de la amnistía, si es que forma parte de la moneda de cambio para lograr el apoyo de Carles Puigdemont, será clave para que Sánchez logre los 176 apoyos en la votación de finales de octubre 

En Génova repiten que cuenta con el absoluto respaldo del partido. Sin embargo, el hecho de haber logrado la investidura -algo que se descontaba antes de las elecciones- lo debilita ante una figura, la de Isabel Díaz Ayuso, que sigue conservando poder interno y el respaldo de todos los militantes.

Sánchez le baja el precio a la investidura de Feijóo y manda a una tercera línea a responderle

El PP confirma, eso sí, su alianza política con Vox, su único aliado de peso en la próxima legislatura. Feijóo hizo varias referencias «los once millones de votantes» a los que dice representar, los ocho millones de sufragios del PP y los tres millones de la extrema derecha. 

Los populares combatirán la «radicalización» de Sánchez con el perfil más ultra de la historia del partido.