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La granja del Mercado de San Nicolás: con huevos y pollos frescos, milanesas y pamplonas la tercera generación sigue la tradición

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“Esta historia comienza con mi padre. Él arrancó con un puestito en la calle”, confiesa Néstor Mosquera, mientras deshuesa unas pechugas de pollo detrás del mostrador. De fondo, suena la radio tanguera 2×4. “Me acompaña siempre”, dice y continúa con su labor.

La granjita de Gabriel y Nestor en San Nicolás

Es un hombre de pocas palabras, pero con cada movimiento de la cuchilla deja en evidencia que este oficio le apasiona. A su lado, se encuentra su hijo, Gabriel, quien continúo sus pasos, apanando dos kilos de milanesas que le encargó una clienta. “Acá todo se prepara en el momento. ¿O no, viejo?”, reconoce la tercera generación. El reloj marca las doce en punto del mediodía y a pesar de que el día está caluroso el Mercado de San Nicolás, sobre la Avenida Córdoba al 1750, está concurrido. En algunos puestos se armó fila. Como en la granja de “Gabriel y Néstor”, afamado por sus pollos y huevos frescos.

“Esta historia comienza con mi padre. Él arrancó con un puestito en la calle”, confiesa Néstor MosqueraLa buena atención y los productos frescos fueron su marca El Mercado al principio no estaba bajo techo

La familia Mosquera conoce cada rincón del mercado como la palma de su mano. Es que allí han pasado la mayor parte de su vida entre los puestos de frutas, verduras, carnicerías y pescaderías. De hecho, han acompañado cada una de sus etapas: desde la época de los puestos ubicados sobre la Avenida Córdoba hasta la calle Viamonte, pasando por la mudanza a un espacio cubierto hasta la última remodelación y puesta en valor del 2019. Fue Don Francisco Mosquera, el padre de Néstor, quien comenzó a rebuscarse la vida vendiendo pollos y huevos en el barrio de San Nicolás. Dicen que en aquella época había cientos de puestos y gran variedad. “Mi padre siempre contaba la anécdota de que los pollos llegaban vivos, desde Cañuelas y Capitán Sarmiento, en jaulas y aquí recién se los pelaba, limpiaba y deshuesaba”, relata Néstor, a sus 78 años.

Así se ve el puesto de la granjita de Gabriel y Néstor en el Mercado de San Nicolás

El jovencito cuando terminó la escuela secundaria comenzó a involucrarse en el negocio familiar. También se sumó su hermana Gloria. “Arranqué bien de abajo. Primero con los repartos y después mi padre me enseñó a deshuesar. Tenía una mano impresionante”, admite emocionado. Recién en la década del 60 el Mercado se muda a una superficie cubierta (donde se encuentra actualmente) y ellos en 1969 siguieron firmes con su puesto. “En ese momento había más de seis locales con productos de granja. Después fuimos quedando cada vez menos”, admite, quien mantiene los mismos proveedores desde hace décadas. Todos los días, temprano por la mañana, reciben la mercadería. A las ocho comienzan a deshuesar y preparar las milanesas frescas.

“Antes se vendía el pollo entero, ahora sale más la pechuga”

Mosquera reconoce que a lo largo de los años ha variado el consumo. “Antes se vendía mucho el pollo entero para familias numerosas. Ahora suele salir más la pechuga o la suprema”, expresa. Otra de las vedettes son las milanesas que preparan en el momento. Además de las clásicas de pechuga, una de sus especialidades son las de pata. “Son súper sabrosas y no se consiguen en todos lados. Por cada pata salen dos milanesas. Tenemos clientes que no las cambian por nada”, afirma Gabriel, quien arrancó a ayudar a su padre a los 19 años con los pedidos y se quedó.

Hace algunos años también ganaron fama las pamplonas. La de pechuga viene rellena con zanahoria rallada, huevo duro, jamón y morrón. Mientras que la de pata es agridulce con jamón y ciruelas. Quedan deliciosas a la parrilla. En la lista de los imperdibles no puede faltar el matambre casero “Primavera”, con zanahoria, huevo, jamón y morrón. A pedido, también puede incluir aceitunas. “En épocas festivas vuela. Tengo familias que lo encargan hace años como tradición”, suma Gabriel.

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El mercado en Avenida Córdoba al 1750 tiene una gran afluencia de público

Abuelos con sus nietos; Tita Merello y Pinti entre los habitués

En la granjita tienen clientes desde hace varias generaciones. “Me emociona cuando vienen los abuelos con sus nietos. Es como un legado. Somos como una tradición en las casas”, considera Néstor. Por su parte, su hijo agrega: “Creo que lo que nos distingue es la atención personalizada. A nosotros nos encanta mimar a los clientes. Los llamamos por su nombre, recordamos sus gustos, etc.”. Otra de las particularidades, es que tienen una pequeña libreta de fiado. “Acá es a la antigua, las relaciones se basan en la confianza. Esta es otra de las enseñanzas de papá”, dice Néstor.

Aprender a usar los cuchillos es uno de los saberes que se transmitieron de generación en generación“Acá es a la antigua, las relaciones se basan en la confianza. Esta es otra de las enseñanzas de papá”, dice Néstor

Por su cercanía a la zona de teatros, a lo largo de los años han recibido a cientos de personalidades de la farándula. Entre sus principales clientes, recuerdan a Alberto Olmedo, Jorge Porcel y Tita Merello. También Enrique Pinti. “A él le encantaban las milanesas”, confiesa. Otro habitué era Ricky Maravilla.

La granjita de Gabriel y Nestor en San Nicolás

¿Qué es lo que más te apasiona de este oficio?, se les consulta

“La verdad que todo, pero si tengo que resaltar algo en particular es la relación con los clientes. Somos como familia. Incluso con muchos tenemos años de amistad”, considera Néstor.

En tanto Gabriel reconoce: “Pase casi toda mi vida en estos pasillos y todo lo que tengo es gracias a esto. Me pone muy orgulloso el reconocimiento de la gente. Es lindo cuando vuelven porque uno a esto lo hace con mucho amor. Es la única manera”, remata, mientras afila la cuchilla. ¿Cómo andás Cristina, te preparo lo de siempre?, le consulta. Enseguida, le corta en tiritas la pechuga de pollo y le envuelve un maple de huevos. Como reza el cómico gallo Claudio en una de las paredes del pequeño local: “compro los productos de granja en este local por la calidad y la buena atención”.

La granjita de Gabriel y Nestor en San Nicolás


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San Lorenzo, un grito desesperado de la tribuna a los jugadores y de los jugadores a los dirigentes: “situación terminal”

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Una vez más, a San Lorenzo le tocó salir a jugar en medio de un volcán en ebullición. A los conocidos problemas económicos del club de Boedo, hubo que sumarle este viernes el conflicto por la suspensión de la Asamblea de Socios del club. ¿Qué sucedió? En la previa del partido con Tigre, los socios azulgranas se iban a reunir en el Polideportivo azulgrana para votar el balance correspondiente a la temporada 2023/24, pero hubo incidentes porque se corrió la versión de que iban a vender a futbolistas de las inferiores para saldar parte de la deuda con el plantel. Por eso, en el Nuevo Gasómetro, cuando los equipos salieron al campo de juego se escucharon gritos de guerra como “¡Los pibes no se venden!”, además de criticar a los jugadores tildándolos de “mediocres” y pidiendo que “se vayan todos”, este último mensaje -sobre todo- apuntando a los dirigentes encabezados por el presidente Marcelo Moretti. La derrota ante Tigre por 1-0 potenció la bronca.

Tan convulsionado está el clima en San Lorenzo que el equipo, pese a ser local, tuvo una actitud pasiva: le cedió campo y pelota al rival y trató de hacerse fuerte recuperando en su terreno para salir de contraataque. Hasta Iker Muniain estuvo lejos del buen nivel mostrado en el segundo tiempo ante River, en el Monumental. El balón lo manejó con libertades el equipo de Sebastián Domínguez (controlando 60-40 el porcentaje de la posesión), que llegaba a este encuentro en baja, también con dificultades desde el juego y los resultados.

El Vasco, elegido no bien llegó Russo como el capitán del equipo, hizo amonestar a Nehuén Paz y tuvo movilidad para intentar ser nexo, pero casi no pudo participar ofensivamente. Eso sí: ejecutó el córner que finalizó en el cabezazo de Vombergar que desvió Zenobio. Su continuidad para 2025 estaba encaminada, pero la difícil realidad futbolística y económica lo incluye en el gran signo de interrogación.

La primera chance de peligro llegó con un zurdazo cruzado de Sebastián Medina que se fue cerca del palo izquierdo de Orlando Gill. El arquero paraguayo de 24 años hizo su presentación porque Miguel Russo -preocupado por las últimas actuaciones- necesitaba otro tipo de respuestas de los jugadores. Por la misma razón Ezequiel Cerutti empezó sentado en el banco y tuvo su posibilidad Matías Reali. No la aprovechó. Alexis Cuello y Nahuel Bustos también estuvieron como alternativas y el 9 titular fue Andrés Vombergar. Cuello y Cerutti habían arrancado con el pie derecho en el ciclo de Russo, pero se fueron desinflando. Hasta Romaña, uno de los más regulares en todo el año, venía de hacer el gol en contra ante Argentinos.

Lo mejor del partido

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Las señales no eran buenas, tampoco adentro de la cancha. Russo no paró de dar indicaciones incluso antes de la media hora inicial. Y Gonzalo Luján se hizo amonestar infantilmente a los 35 minutos del primer tiempo por tirar la pelota lejos luego de cometer una infracción. Una muestra de que el clima de tensión arrastra a los futbolistas. Lejos de animarlos, los ata, los condiciona, les aumenta el temor al error.

Y si algo le faltaba al Ciclón era sufrir la baja de Jhohan Romaña por lesión. El central colombiano pidió el cambio a los 38, luego de un esfuerzo en un pique ante Medina. Lo reemplazó Gastón Campi, uno de los cuestionados por el hincha. ¿Algo más? Sí, a los 16 minutos del segundo tiempo se fue bien expulsado Luján por un patadón a Medina.

Orlando Gill se presentó en el arco de San Lorenzo

Tigre ya comenzó un profundo recambio. El DT Domínguez resolvió que no continúen ocho futbolistas y se espera que lleguen alrededor de 12 refuerzos. Su objetivo seguirá estando en evitar el descenso, ahora que volverán para el 2025.

Russo movió el banco: adentro el Pocho Cerutti y Nahuel Barrios por Reali y Leguizamón, respectivamente. Pero la expulsión de Luján condicionó todo: ingresó Herrera para rearmar la última línea y el técnico local se quedó sin ventanas para más modificaciones. Martín Garay, la figura de la cancha, anotó un golazo tras un centro pinchado de Maroni desde la izquierda al punto penal. Todo nació en una recuperación alta de Santiago González (otra de las figuras) ante Cerutti en un inicio de contraataque.

“San Lorenzo está en una situación casi terminal, hemos puesto dinero muchos dirigentes. Vamos a hacer un presupuesto más austero. Le pido perdón al hincha por este presente deportivo. Vinimos a sanear el club y hacer el estadio en Boedo”, dijo el presidente Marcelo Moretti luego de los incidentes en la asamblea de socios. La crisis está dentro y fuera de la cancha, en cada rincón. Todo el Ciclón es un grito desesperado en busca de ayuda.

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