El oficialismo y la oposición vuelven a medirse en el recinto en la sesión pedida para este martes donde se busca someter a votación las modificaciones a la ley de DNU y el rechazo el decreto que Javier Milei dictó para renegociar la deuda sin pasar por el Congreso; dos temas que impactan de lleno en el poder del Presidente.

Por eso el Gobierno intentará hacer fracasar la movida -trabaja para que la oposición no consiga quórum- y amenaza con el Presupuesto 2025. De haber quórum, seguramente el Gobierno se llevará una derrota.

Martín Menem encabezó varias reuniones con jefes de bloques e hizo llamados. En el oficialismo confían en que los legisladores de los gobernadores -a quienes aseguran que presionarán con obras públicas – van a ser decisivos. De lo contrario, amenazan con «retirarse» de la negociación del Presupuesto.

Dato: la diputada Pamela Caletti, del bloque Innovación Federal que responde a los gobernadores de Salta, Misiones y Río Negro, no acompañó el pedido de sesionar.

«¿Alguien, seriamente, tiene certeza de que el Gobierno va a cumplir con la obra pública en las provincias? Salvo ese invento de ‘te tiro por la cabeza los activos del gobierno nacional en esos territorios». No es serio», afirma un legislador de una provincia clave.

«Hace rato no piden nada ni llaman. No cumplieron casi nada de lo acordado. Pero necesitan Presupuesto, por los mercados y por el FMI. Hasta Milei les dijo a los gobernadores que las obras que estaban conveniadas iban a estar en el Presupuesto», apuntan en el entorno de un mandatario que jugó como aliado en las últimas votaciones.

En el oficialismo recogen el guante y aseguran que justamente la idea era dejar asentado todo en el Presupuesto para dar seguridad de que se ejecutará lo prometido.

Con Unión por la Patria, el grueso de Encuentro Federal, el nuevo bloque radical de Pablo Juliano y otros federales tendrían número. Necesitan mayoría especial de 129 afirmativos. Pero el oficialismo buscará limarlos.

Deben fijar postura el PRO y la UCR de Rodrigo De Loredo, donde están fracturados. Ambos partidos siempre quisieron modificar la ley de DNU , sancionada en época de Cristina Fernández, pero ahora ponen reparos. O porque «no es el momento», o porque no quieren votar junto con el kirchnerismo.

Este lunes se reúne el bloque del PRO para fijar postura por ambos temas.

También este lunes se reunirá la mesa nacional del PRO, que integran Mauricio Macri, el jefe de la bancada de Diputados, Cristian Ritondo, los tres gobernadores del partido -Ignacio Torres, Jorge Macri y Rogelio Frigerio- y algunos referentes partidarios, como María Eugenia Vidal y Guillermo Montenegro. Deberán tomar alguna definición.

«Mauricio está muy cruzado con el Gobierno», cuenta un dirigente del PRO. El ex presidente está enojado con la Rosada por una serie de incumplimientos del oficialismo, entre ellos el de la coparticipación de la Ciudad.

¿Condicionará la decisión que se tome ese enojo? Habrá que ver. Por lo pronto el PRO ya tiene decidido que no dará quórum. Le falta definir si se abstienen o votan con el oficialismo.

«El Gobierno de Milei ha enfrentado dos intentos de desestabilización financiera: jubilados y universidades. Se viene un tercer intento de desestabilización: institucional, esta vez: los DNU», declaró Mariano Campero, uno de los «radicales peluca».

Julio Cobos, compañero de bancada, durante el fin de semana lanzó un hilo de tuit con una postura opuesta: «El oficialismo debería aceptar que se mejora la calidad institucional y corrige falencias de la ley sancionada en el 2006. Menos discrecionalidad, más institucionalidad y equilibrio de poderes para fortalecer la Democracia», apuntó.

«La ley de DNU (26.122) que ‘repentinamente’ quieren modificar, tiene casi 19 años de vigencia. Quienes promueven esto se valieron de la misma cuando fueron gobierno. Solamente quieren complicar al actual Gobierno. Priorizan sus intereses y se olvidan una vez más de la gente», apuntó Menem durante el fin de semana, quien a pesar de la amenaza que se cierne en Diputados se fue de gira con Karina Milei a montar La Libertad Avanza por las provincias.

El texto, tal como salió de la comisión, modifica apenas dos cuestiones pero trascendentales: establece que el rechazo de una sola cámara alcanza para voltear un DNU y fija un plazo de vigencia (de 90 días) para que, si en ese tiempo el Congreso no lo avala, se caiga automáticamente.

Lo cierto es que Milei ya adelantó que si la aprueban la veta, como hizo con Jubilaciones y Universidades. El Congreso no consiguió revertir el veto en ninguna de esas oportunidades, aunque para este tema habrá que mirar más de cerca al PRO porque Mauricio Macri no quiere pagar los costos de un veto en este tema ligado a lo institucional, en el que su propio partido tenía proyectos.

La oposición además buscará en la sesión derogar el DNU 846 de Milei que autorizó al Ejecutivo a llevar adelante un canje de deuda sin pasar por el Congreso y sin cumplir con el artículo de la Ley de Administración Financiera (LAF) que obliga a, en una renegociación, obtener mejoras en al menos tres variables: plazos, intereses o quita de capital.

Este tema puso al Gobierno en alerta. Aseguran que si se aprueba le cortan las alas al Gobierno y todo el plan económico se vendría a pique.

El peronismo en el Senado, por otro lado, también buscará esta semana voltear el DNU de canje de deuda, aunque necesitará del apoyo de legisladores de otros bloques. Si el martes Diputados consigue bocharlo, en la Cámara alta intentarán tumbarlo el jueves por completo.