POLITICA
Los gobernadores atan la aprobación de la Ley Ómnibus a que el Gobierno ceda con las cajas previsionales
El tratamiento de la nueva Ley Ómnibus se dilata. El oficialismo tenía la intención de que el proyecto ingrese al Congreso esta semana y tenga media sanción a fines de abril, pero hoy parece lejano ese ambicioso escenario. Sucede que hasta este jueves a la tarde, los gobernadores no tenían el texto final de la iniciativa.
Sin precisiones se complican las necesarias negociaciones para destrabar una ley que naufragó muy rápido en su primer intento en Diputados. En aquel entonces, el Gobierno confió en que había hecho los esfuerzos necesarios para persuadir a la llamada oposición dialoguista y al final del día -y mucho antes también- el resultado fue muy adverso.
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Por este motivo, en la antesala de un nuevo debate en el Congreso de la ley que el Gobierno considera fundacional, buscan tender puentes con los gobernadores. La reunión de este jueves con Posse y Francos fue bastante cordial, con un segmento de reclamos de las provincias, que no condicionan ni imposibilitan el apoyo a la Ley bases y el paquete fiscal.
Sobre los puntos en particular no dieron detalles, solo plantearon que se está incorporando el blanqueo, que antes no estaba. “Sacan todo lo fiscal y lo ponen junto con la propuesta del impuesto a los ingresos de las personas (Ex Ganancias)”, confiaron. Se estima que la escala será bastante más alta de la que tenían y los porcentajes más bajos. Pero no se habló en ningún momento de cifras ni detalles.
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De la Ley Bases, el Gobierno está escuchando devoluciones de los bloques del radicalismo, del PRO y del pichettismo. Según señaló uno de los mandatarios a TN, en general se dio un apoyo a la Ley Bases y al Pacto Fiscal.
Pero el respaldo no es unánime. “Si no nos dan lo que pedimos, la ley no sale”, deslizó a este medio un gobernador que ha manifestado sus diferencias en más de una oportunidad. Hay rispideces con la vuelta de Ganancias, donde los mandatarios buscan alcanzar una regionalización del impuesto.
“No es lo mismo el impacto en el Norte que en el Sur”, señaló sobre este tema el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, en el programa Solo una vuelta más, de TN. “Después de la ley, hay un montón de temas de gestión que resolver. Y ahí los gobernadores podemos ser aliados muy importantes”, agregó Torres.
“Fue una reunión muy buena. Nosotros vamos a acompañar. Es una buena ley que le sirve a las provincias y a la Nación. No está confeccionada del todo, faltan definir aspectos de la letra chica”, aseguró a TN el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.
“El gobierno va a subir el piso de Ganancias. En 1.2 millones no sale. Lo subirían y se va a trabajar en una nueva propuesta”, confió a este medio otro de los gobernadores que asistieron a la reunión. Además, los mandatarios se llevaron la promesa de que van a corregir el DNU de eliminación de partidas para las jubilaciones. “Reconocieron que fue un error no forzado en el afán de ordenar el frente fiscal”, apuntaron a este medio.
Gobernadores, Ley Ómnibus, Juntos por el Cambio
POLITICA
Cómo tramitar la ciudadanía estadounidense en solo diez pasos en 2025
Obtener la nacionalidad estadounidense es un objetivo para muchas personas que residen en Estados Unidos. El proceso de naturalización puede parecer complejo, pero si las personas siguen los pasos adecuados, se puede completar de manera eficiente. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. (USCIS, por sus siglas en inglés) explica en su página web oficial cómo hacerlo en tan solo diez pasos.
Los 10 pasos para tramitar la ciudadanía estadounidense
Para que las personas puedan convertirte en ciudadanos estadounidenses, deben cumplir con ciertos requisitos y completar un proceso que consta de distintas etapas. Entre los diferentes pasos se encuentran chequeo de elegibilidad, presentación de documentación, entrevistas presenciales y hasta una ceremonia.
Estos son los pasos que el Uscis recomienda seguir:
- Determinar si ya se es ciudadano estadounidense: aunque parezca obvio, las autoridades recomiendan que antes de iniciar el proceso, las personas deben verificar si ya son ciudadanos por nacimiento o si pudieron haber adquirido la ciudadanía a través de sus padres, pero no lo saben. Si se determina que no, se debe continuar al siguiente paso.
- Confirmar la elegibilidad para la ciudadanía: para este segundo tramo del trámite, existe una hoja de elegibilidad del Uscis donde las personas pueden asegurarse de que cumplen con los requisitos para solicitar la naturalización.
- Preparar el Formulario N-400, la Solicitud de Naturalización: una vez chequeados los criterios de eligibilidad, las personas interesadas en obtener la ciudadanía deben completar un formulario en línea o en papel. Además, tienen que reunir los documentos necesarios y, si viven fuera de EE.UU., deben conseguir dos fotografías tamaño pasaporte.
- Envíar el Formulario N-400: para presentar la solicitud en línea o por correo se deben pagar las tarifas correspondientes. Es importante que las personas sepan que el trámite cuesta dinero, ya que de saltear este paso, podrían tener complicaciones con su documentación. Una vez recibido el formulario correctamente, USCIS envía a las personas una notificación de confirmación.
- Asiste a la cita de datos biométricos: el siguiente paso puede ser un llamado del Uscis. En algunos casos, las autoridades podrían solicitar las huellas dactilares, fotografías y firma del solicitante para verificar su identidad y antecedentes.
- Completar la entrevista de naturalización: el Uscis citará a las personas para una entrevista en la que evaluará una vez más su elegibilidad y realizará el examen de educación cívica y dominio del inglés. Para que las personas puedan prepararse, las autoridades publicaron un manual online con información de la historia del país norteamericano.
- Recibir la decisión del Uscis: tras la entrevista, las personas recibirán una notificación con la decisión sobre su solicitud. Puede ser aprobada, aplazada por falta de documentos o directamente denegada.
- Notificación para la ceremonia de juramento: si la solicitud es aprobada, las personas podrán asistir a una ceremonia de naturalización el mismo día o recibir una notificación con la fecha programada.
- Prestar el Juramento de Lealtad: este es el último requisito para convertirse en ciudadano. Durante la ceremonia, los solicitantes deberán completar el Formulario N-445, entregar su tarjeta de residente permanente y recibir su certificado de naturalización.
- Comprende tus derechos y responsabilidades como ciudadano: una vez naturalizado, las autoridades sugieren que el último paso es conocer los derechos y deberes que conlleva la ciudadanía estadounidense, como el derecho al voto y la obligación de respetar las leyes. Esto es fundamental para que con el paso del tiempo, el Uscis no retire la ciudadanía.
Según las autoridades, seguir estos pasos facilitará el proceso de naturalización y acercará a las personas a su objetivo de convertirse en ciudadano estadounidense en 2025.
POLITICA
Punto de inflexión para Milei
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POLITICA
Documentos oficiales: la Argentina enfrenta 236 demandas fuera del país por más de US$27.000 millones
La suciedad debajo de la alfombra puede ser tanta que, en algún momento, empieza a notarse. Es lo que ocurre con la montaña de demandas contra la Argentina que están radicadas en tribunales internacionales. Se trata de una potencial factura multimillonaria que pasa de mano en mano entre gobiernos. Sin distinción de colores políticos, todas las administraciones buscan lo mismo: demorar el pago todo lo posible mediante la presentación de recursos judiciales que estiren su cumplimiento.
LA NACION le puso nombres y montos a pagar a esta amenaza latente contra las cuentas públicas. Son, en total, 236 pleitos contra el país por incumplimientos de acuerdos de todo tipo. Entre ellos, remanentes de deuda pública impaga, cambios en las regulaciones locales con el presunto interés de sacar ventaja, estatizaciones desordenadas y ruptura de contratos de servicios públicos, un lastre imperecedero con el que la Argentina carga desde la crisis de 2001.
Expresado en dinero, el número es muy gráfico. Una cuenta muy conservadora arroja que el país enfrenta demandas en tribunales internacionales por casi US$27.000 millones, entre las que tienen montos determinadas. Hay muchos otros casos en los que aún no se definió el monto, de manera que puede ascender.
A modo de ejemplo, esa cifra representa un monto similar a las reservas brutas que tiene el Banco Central, o el 60% del dinero que el país le debe al Fondo Monetario Internacional (FMI).
La cifra surge de sumar las querellas en las que trabajan la Procuración del Tesoro (PTN) y el Servicio Jurídico del Ministerio Economía, y el juicio por YPF. En los dos primeros casos, se tomaron solo los pleitos que tienen montos determinados. Eso deja afuera un universo importante de demandas cuya cifra aún no fue establecida, según la información que figura en los registros oficiales.
LA NACION obtuvo la información en respuesta a un pedido de acceso a la información pública con datos disponibles hasta el 27 de enero último.
Se le agregó el pleito relacionado con la petrolera bajo control estatal porque, si bien no tiene todavía un monto determinado en la documentación argentina, la Justicia de Nueva York le puso un número a la demanda: habría que pagar US$16.100 millones.
El país tiene una gran variedad de demandantes. Desde inversores particulares alemanes que le prestaron dinero al Estado hasta megabufetes de abogados especializados en ganar contiendas contra naciones soberanas.
Las demandas caen en dos sacos. Uno de ellos es la Procuración del Tesoro, que reúne una menor cantidad de causas, pero cuyos resultados pueden traer altísimas consecuencias para el país. Son, en total, 36. Allí recalan los litigios en el CIADI y en la Justicia de Nueva York, con el caso por la expropiación de YPF como sobresaliente.
Otra porción de los juicios contra el país fuera de sus fronteras está a cargo del Servicio Jurídico del Ministerio de Economía, coordinado por la Subsecretaría Legal, que maneja Alejandro Speroni.
De acuerdo con la documentación que vio LA NACION, atiende 200 demandas de ese estilo. La mayoría están radicadas en Alemania, aunque los montos mayores se expresan en dólares. Hay incluso un pleito en yenes. Es por una demanda del MUFG, el banco más grande de Japón, que también es acreedor del Estado nacional.
Hay que aclarar, también, que las cifras pueden variar en el futuro por distintos motivos. En ciertos casos, la Argentina y sus demandantes estarían en condiciones de discutir alternativas de pago. Además, las demandas de los bonistas contemplan el pago de deuda que no se saldó y está incluida en el monto del litigio.
Hay tres pleitos hoy que concentran la atención oficial y de parte del establishment. El número uno es el de YPF, una demanda peregrina que se sustenta en los errores cometidos por el kirchnerismo entre los años 2006 y 2012. Primero, con el ingreso de la familia Eskenazi al capital social de la empresa petrolera y, luego, por la manera en que se estatizó la compañía.
Los demandantes, Burford e Eton, dos fondos que se dedican a eso, tienen un fallo a favor de la Justicia de Nueva York, según el cual la Argentina debería pagar US$16.100 millones más intereses. Hay chances de apelación, pero los especialistas le ven poco futuro a esa opción.
La justicia británica, por otra parte, les dio la razón a los fondos Palladian Partners, HBK Master Fund, Hirsh Group LLC y Virtual Emerald, que acusaron al Estado de perjudicar a los inversores cuando modificó la manera de calcular el producto bruto interno (PBI), que derivó en que, en 2013, se paguen menos intereses de deuda por los bonos “cupón PBI”, emitidos en 2005 y 2010. Quien manejaba la economía por aquellos días era el hoy gobernador bonaerense, Axel Kicillof, con el férreo apoyo de Cristina Kirchner. No existían entre ellos las diferencias del presente.
En Nueva York se tramita otra demanda importante. Un fallo de la jueza Debra Ann Livingston, de la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito, ratificó una decisión de la muy conocida Loretta Preska que les permite a ciertos acreedores embargar activos soberanos por unos US$310 millones. Este dinero fue depositado en una cuenta del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en la Reserva Federal.
El pleito en Londres pone de manifiesto las dificultades para el futuro de la economía que plantea el hecho de tener tantas demandas abiertas al mismo tiempo, por montos que pueden asustar a un país como la Argentina. El gobierno de Javier Milei depositó en marzo de 2024 una garantía de US$325 millones para seguir litigando. Los demandantes la ejecutaron en febrero pasado. Es decir, ese dinero ya no está.
Para una economía saludable, la suma anterior puede parecer nimia. No parece ser el caso de la Argentina, donde el Gobierno despliega un fuerte plan de ajuste para reducir la inflación y cuenta hasta las monedas para mostrar mes a mes números fiscales equilibrados o con superávit.
“Los juicios en el exterior contra el país son una contingencia que no se reduce a lo monetario. Expande sus efectos a varios frentes, incluyendo el político. Basta pensar en una emisión o una reestructuración de deuda soberana -explica Bernardo Saravia Frías, exprocurador del Tesoro-. Cualquiera de estos juicios que terminan en una sentencia adversa tienen, sin dudas, dificultades para ser ejecutados. Pero tienen una herramienta poderosa: medidas cautelares que pueden entorpecer cualquier proceso de endeudamiento o reordenamiento de deuda de un país. Se vio con la Fragata Libertad”.
“La Argentina es un país que comete muchos errores e incumple promesas. Eso nos ha costado mucho dinero. Me parece que es momento de sentarse a pensar para saber si vale la pena seguir pateando la pelota, sabiendo que perdemos el 99% de los casos, más allá de los que tenemos abiertos”, explicó Sebastián Maril, CEO de Latam Advisors y una de las personas que más sigue estos temas en el país.
Según sus cuentas, desde comienzos de este siglo la Argentina pagó aproximadamente US$17.000 millones por temas judicializados en el exterior. Vale una aclaración: la suma mencionada incluye la cancelación de deuda que estaba impaga.
Es, quizá, la forma más clara de mostrar que la acumulación de pleitos terminan generando un problema económico, pese a que no se trata de una discusión que esté presente de forma cotidiana en las conversaciones del sector privado.
Esa es una de las trampas de los juicios abiertos fuera del país. Pueden resultar etéreos y lejanos por diversos motivos. Entre ellos, debido a que en algunos casos se admiten instancias de “regateo”, así como el hecho de que hay sentencias contra el país que no se pagan. Pero eso tiene un límite. El problema tiene efectos visibles cuando no queda otra cosa más que pagar la factura en contra.
Hay centenares de empresas dispuestas a cobrarle al país lo que creen que les debe. La información que recopiló LA NACION permite hacer un ranking de esos demandantes.
Los primeros lugares de esa lista -en los casos en que la burocracia argentina ya tiene contabilizado un número para la demanda- se muestran en una visualización que acompaña esta nota. De allí surge una variedad reveladora.
El primer lugar lo ocupa una demanda de Teinver radicada en el Ciadi, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a inversiones. Teinver es una subsidiaria del grupo español Marsans, que llevó al país a un arbitraje internacional en 2009. La disputa finalizó, con una decisión en contra de la Argentina, en 2017. La cuenta a pagar, según los registros de la Procuración del Tesoro, es de US$1590 millones.
En segundo término aparece un grupo de acreedores de deuda liderado por el fondo Aurelius. De acuerdo con los registros públicos, esa factura suma US$1321,92 millones.
La empresa Orazul International España Holdings, subsidiaria de la norteamericana Duke Energy International, por la concesión de la represa Cerros Colorados, le hizo un reclamo al país por US$667,3 millones. Si bien el pleito figura en la administración pública, el Ciadi en ese caso rechazó los planteos de la empresa.
En tercer lugar hay un viejo problema de los años 90. Se trata del pleito de Papel del Tucumán, quebrada, con el Estado Nacional y el Banco Central de la República Argentina. Son más de US$500 millones. La Argentina recibió un fallo en contra en la Cámara de Comercio Internacional (CCI).
Para Camilo Tiscornia, de C&T Consultores, la gran cantidad de demandas contra el país muestra que el que las hace las paga. “El hecho de violar contratos tiene un costo reputacional y económico. Es una lección para la Argentina, para una parte del arco político que considera que hacer estas cosas es gratis. Que porque hay emergencia, pobreza, cambió el gobierno o porque lo hizo otro, con esos argumentos se puede violar cualquier contrato”, sostuvo.
El economista también refleja otra cosa. Estas violaciones de contratos surgen porque en algún momento esos contratos se firmaron. Se pensó que era bueno, provechoso para el país. Pero luego se pensó al revés. “La gran imposibilidad que tenemos es ponernos de acuerdo para mantener un rumbo”, sostuvo.
El análisis de lo que ocurrió con estos casos aporta información que alerta sobre el futuro. Entre las 36 causas que maneja la PTN, 16 tramitan en el Ciadi. El amontonamiento allí de pleitos contra la Argentina tiene en sus orígenes una decisión del menemismo en los años 90. Interesado en la llegada de inversión extranjera, Carlos Menem promovió la firma de decenas de acuerdos de protección recíproca de inversiones con países importantes, como Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia, por mencionar algunos casos.
Al igual que ahora, la Argentina tenía por aquellos días un sólido historial de incumplimientos, vaivenes e incertidumbre. Por eso, el equipo económico liderado por Domingo Cavallo les concedió a las empresas, a través de esos acuerdos, la posibilidad de litigar en tribunales extranjeros como el Ciadi.
Esa estela llega al presente a través de la Ley Bases y el RIGI, el esquema implementado por Javier Milei para atraer inversiones. Es un revival noventista profundizado porque, según diversos especialistas, otorga aún mayores garantías a la inversión que la experiencia menemista.
“Con la Ley Bases y con el RIGI en particular, se extiende la vigencia del Ciadi en caso de incumplimiento del Estado. Cabe la pregunta acerca de si es un mecanismo idóneo para la protección de los intereses del estado argentino”, explicó Carlos Balbín, exprocurador del Tesoro en la gestión de Mauricio Macri y profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En términos abreviados, el planteo de los que advierten por demandas potenciales es el siguiente: si la experiencia indica que las concesiones hechas en el pasado le abrieron la puerta a una gran cantidad de demandas millonarias contra el Estado, en el futuro el número de pleitos podría crecer a la luz de los cambios facilitados por este gobierno.
La Casa Rosada responde de forma contundente. Las garantías que se les otorgan a los empresarios extranjeros se transformen en algo negativo para el país solo cuando la Argentina rompe los contratos. Un país normalizado, donde manden la institucionalidad y la continuidad de las políticas, no debería tener problemas con eso.
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