El reciente caso de la muerte de Liam Payne, exintegrante de One Direction, muestra las consecuencias más trágicas del abuso de sustancias. Según reportes oficiales, estaba bajo los efectos de drogas y alcohol antes de su fallecimiento, lo que provocó comportamientos erráticos y su caída fatal desde un tercer piso.

Muchos de los que sufren adicciones sienten que cada día es una batalla perdida, inmersos en un ciclo de autodestrucción a menudo se alimenta de la soledad y el estigma que enfrenta quien lucha contra estas enfermedades.

La presión social, los problemas emocionales y el fácil acceso a estas sustancias son algunos de los factores que influyen en el aumento del consumo de drogas y alcohol que, si se prolonga en el tiempo produce daños irreversibles en varios órganos. Entre las consecuencias más graves se encuentran:

– Problemas hepáticos, como cirrosis y hepatitis.

– Trastornos cardiovasculares, incluyendo hipertensión y ataques cardíacos.

– Deterioro cognitivo, como pérdida de memoria y dificultades para razonar.

– Trastornos de salud mental, tales como ansiedad y depresión.

La dependencia de sustancias altera el cerebro, reduciendo su capacidad de tomar decisiones de forma clara y afectando gravemente la salud emocional. Los tratamientos para combatir la adicción deben ser de largo plazo, con una combinación de intervenciones médicas, terapéuticas y de apoyo social.

Estos son algunos consejos para cuidar la salud y prevenir el abuso de sustancias:

Fomentar hábitos saludables: hacer ejercicio y mantener una buena alimentación puede reducir la necesidad de recurrir a sustancias para lidiar con el estrés.

Fortalecer el apoyo emocional: contar con una red de apoyo familiar o de amigos es vital para mantener el equilibrio emocional.

Terapia preventiva: consultar con un psicólogo o consejero antes de que los problemas emocionales se agraven.

El entorno juega un papel clave. Un ambiente positivo, donde se fomentan actividades saludables y se brindan valores sólidos, puede actuar como un escudo protector ante la presión social. La educación sobre los riesgos asociados al consumo de sustancias también es vital, ya que permite tomar decisiones informadas.

Algunos de los tratamientos más utilizados son:

Desintoxicación médica: la eliminación de sustancias del cuerpo bajo supervisión médica.

Terapia cognitivo-conductual: ayuda a los pacientes a cambiar los patrones de pensamiento que llevan al consumo.

Grupos de apoyo: programas como Narcóticos Anónimos o Alcohólicos Anónimos brindan un entorno de contención y apoyo.

Medicación: en algunos casos, se usan fármacos para reducir los antojos o los efectos del síndrome de abstinencia.

La clave está en personalizar el tratamiento de acuerdo a las necesidades del individuo y garantizar un apoyo a largo plazo. La recuperación es un proceso físico, emocional y social.

Fuente: Con Bienestar