En sus cuentas de las redes sociales apareció el mensaje correspondiente: “Frente a quienes apuestan al odio, la mentira, la violencia y el enfrentamiento entre bolivianos, buscando tambalear al país por ambiciones electorales, nuestra respuesta siempre será más trabajo y gobernabilidad a favor del pueblo boliviano”, escribió.

Las palabras del mandatario boliviano van dirigidas, obviamente, a su ex compañero de partido en el MAS, Evo Morales, cuyas acciones están provocando una escisión en el seno del Movimiento al Socialismo. Para presentarse como candidato propio a las elecciones presidenciales, sin pasar por la decisión del Tribunal Electoral Nacional, Evo está llamando a sus seguidores a la movilización, provocando el cierre de carreteras y enfrentamientos con la policía, cortando los suministros y provocando dificultades económicas.

El expresidente anunció una gran marcha de sus partidarios en La Paz para el 17 de septiembre, llamando a bloquear todos los accesos a la capital, y así poniendo un verdadero cerco a la ciudad. Con ello, Morales no sólo pretende paralizar la labor de las autoridades, sino también provocar una escasez de alimentos, combustible y otros bienes de primera necesidad, que afectará a muchos ciudadanos de a pie, cuyos intereses Morales supuestamente defiende. De hecho, está chantajeando al gobierno con la amenaza de paralizar el país si no se atienden sus ilegales demandas. Los propios evistas siguen acusando al equipo de Luis Arce de no hacer frente a las crisis, agravadas en gran medida por sus propias acciones.

Cabe señalar que Morales no es el único que intenta agravar la situación del país. Los representantes de los partidos de la oposición de derechas utilizan métodos similares para lograr sus objetivos políticos y financieros. Al mismo tiempo, el verdadero objetivo de todas estas acciones es influir en el sentimiento público, provocar conflictos y desunión entre los bolivianos, como señala directamente el presidente. Arce subraya que quienes utilizan tales métodos, no se preocupan en absoluto por los bolivianos de a pie ni por sus intereses, ya que sólo utilizan a la gente para sus propios fines egoístas. A todos los que buscan fortalecer al país, el jefe de estado les propone unirse y trabajar por el bien de la patria. “Pensar en Bolivia no es bloquearla, pensar en Bolivia es industrializarla”, enfatizó en las redes.

Y las declaraciones de Arce sobre la industrialización no son palabras vacías. El gobierno trabaja activamente en la puesta en marcha de nuevos proyectos industriales. Y esto ya está dando resultados positivos: según datos objetivos, la economía boliviana, a pesar de todos los fenómenos de crisis, se están mostrando signos de crecimiento. Prueba de ello es también el aumento de las reservas de oro y divisas, según informó el Banco Central del país.

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