Recordando los intentos de la exgobernadora María Eugenia Vidal de vincular al Hipódromo de La Plata con actividades ilícitas, como la drogadicción y la prostitución, Marcelo Saracchini fue tajante: “Lo quería cerrar a toda costa. Lo vinculaba con cosas absurdas, cuando el turf no tiene absolutamente nada que ver». Para él, estos señalamientos no solo fueron injustos, sino que afectaron profundamente la imagen de los trabajadores y de toda la industria hípica.

Descuido en las pistas y condiciones peligrosas

Una de las principales preocupaciones de Saracchini es el estado de las pistas, que considera un reflejo del abandono general del hipódromo: “Hoy no se puede usar la segunda pista, que está desgastada. Se utilizan otras que también están en malas condiciones, y eso provoca que los caballos sufran lesiones frecuentes”. Además, explicó la falta de mantenimiento adecuado, como la ausencia de riego nocturno, que resulta esencial para conservar la humedad de la pista y prevenir accidentes. “Se sacó el largo de riego. Ahora los camiones de riego están rotos y ni siquiera riegan correctamente”, lamentó en referencia a la dependencia que dirige Mariano Cowen, quien también se desempeña como presidente de Club de Gimnasia y Esgrima La Plata.

Decepción con la gestión actual y falta de inversión

Saracchini también criticó duramente la actual administración de la institución, afirmando que, lejos de mejorar la situación que dejó Vidal, “lo malo se ha superado”. Según su relato, cuando asumió la gestión de Omar Galdurralde, se prometieron mejoras que no se han cumplido. “Se reúnen para sacarse la foto y pintar todo color Gimnasia, pero en el fondo la situación está peor que antes”.

Además, cuestionó el uso de los fondos destinados a mantenimiento e infraestructura, denunciando que el 30 por ciento del fondo de reparación histórica, que debería ser destinado a mejoras, no se ha utilizado correctamente: “Son 380 millones de pesos mensuales que se reparten entre San Isidro y La Plata. Con ese dinero, el hipódromo debería estar en mejores condiciones, pero nunca se ve una inversión real”.

El impacto en los trabajadores y la precarización laboral

Saracchini subrayó cómo esta falta de inversión también afecta a los trabajadores del hipódromo, quienes, según él, sufren la complicidad de las organizaciones gremiales: “Hay un silencio cómplice de los sindicatos que están para representar a los empleados. Es un cáncer que deteriora muy fuerte el salario del obrero y su dignidad laboral”.

La importancia del turf y la necesidad de profesionalización

Pese a la crisis actual, Saracchini destacó el potencial del turf como una industria que podría generar grandes ingresos para el país. Comparando con Japón, donde el turf es considerado un asunto de Estado, explicó que una buena gestión podría elevar el turf argentino a niveles internacionales: “Si la sociedad comprendiera que el turf no tiene techo, podríamos tener un desarrollo similar al de Japón, donde se juegan más de 100 millones de dólares por reunión”. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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