La recesión y los elevados precios de la indumentaria empujan a cambios de hábitos en los consumidores argentinos, pues reemplazaron las tiendas de ropa por las ferias americanas en tanto lugares donde conseguir ropa. En paralelo, las ventas minoristas cayeron un 5,2% en septiembre frente al mismo mes del año pasado y la retracción acumulada en el año es del 15%, según lo informado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En ese marco, el sector textil e indumentaria cayó un 5,4% interanual y un 3,2% frente a agosto.

Este informe afirma que “se compró lo necesario, las ofertas tuvieron poco atractivo a pesar de ser muy generosas. Se observó poca predisposición a adquirir productos fuera de las necesidades más urgentes”.  En ese marco, las ferias americanas surgen como la gran alterativa frente a la carestía. En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) esta modalidad era marginal pero hoy está en ascenso y es furor entre la gente ávida de buscar ropa, que aunque usada, sirve si está en buen estado. La gente que ofrece este tipo de indumentaria simplemente se pone una manta y sobre ella pone su “mercadería”. No solo se vende ropa, sino que también se ofrecen sartenes, ollas usadas y herramientas, entre otros elementos.

La consolidación de la economía circular en un contexto de duro ajuste

El auge de las ferias americanas refleja una consolidación de la economía circular en un marco en el que la canasta de ropa cuesta, en el país, un 35% más que en el resto de Latinoamérica. Este tipo de intercambio incluye compartir, alquilar, reutilizar y reciclar materiales y se expande no solo entre las clases bajas, pues también abarcan a las clases medias. Asimismo, se fomenta un consumo responsable, evita las conductas acumulativas para vivir con lo necesario, y contribuye a reducir la contaminación por productos textiles y plásticos desechados sin más destino que transformarse en residuos que afectan el medio ambiente.

La ropa en Argentina cuesta un 35% más que en toda Latinoamérica

El crecimiento de las ferias americanas son un reflejo de la crisis actual que convive a la vez con los mercados del trueque de productos, se tratan de modalidades que, si bien proponen una nueva forma de consumir, también ponen de relieve una situación económico-social muy dura como la presente, en la que las clases bajas consumen aún menos de lo que consumían y los sectores medios se empobrecieron drásticamente en el presente año, en comparación al estancamiento o empobrecimiento gradual que se dio con la alta inflación, acompañada de paritarias en algunos casos, de los años previos al comienzo de la era Milei, que arrancó a lo grande con una devaluación del 118% que afectó abruptamente a la economía de los mencionados sectores.

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