POLITICA
Tomas, vigilias y clases públicas: los estudiantes de universidades nacionales intensifican la protesta
Las universidades públicas del país comienzan una nueva semana en la que la principal consigna es endurecer las posturas de la lucha por el financiamiento y las paritarias docentes y no docentes. Tras la ratificación del veto de la norma el miércoles pasado y del paro que se llevó a cabo en todo el país el jueves, con un acatamiento prácticamente total, hoy los estudiantes anunciaron que seguirán en plan de lucha: habrá tomas, un paro, clases públicas y cortes de calles en los próximos días, según lo que se votó en las asambleas de cada facultad de la Universidad de Buenos Aires (UBA), durante la tarde de hoy. Algunas adhirieron al documento de lucha presentado por la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y otras sumaron acciones locales al acuerdo general. Así, se confirmó que habrá un nuevo paro con cese de actividades anunciado para el jueves próximo, que fue convocado por el Frente Sindical de Universidades Nacionales.
El acuerdo que se firmó incluye “continuar con el armado de clases públicas con el fin de concientizar a la comunidad universitaria y a la sociedad en general por el conflicto presupuestario. Adherir a las actividades y medidas de fuerza organizadas por las distintas federaciones universitarias, los rectores, los centros de estudiantes, los gremios universitarios y no universitarios. Continuar realizando actividades de visibilización y movilización hacia el Congreso de la Nación y Palacio Pizzurno en la semana”. También se habla de sostener el rechazo al veto a la ley de financiamiento universitario y seguir exigiendo la aprobación del boleto estudiantil.
En la Facultad de Derecho, pasadas las 17, la asamblea firmó un plan de lucha propio, y como primera medida comenzaron con una vigilia. El documento coincide en varios puntos con el de la FUBA: adherir al paro universitario del jueves; impulsar y convocar a clases públicas permanentes, impulsar el pronunciamiento del Consejo Directivo por el estado de emergencia salarial y presupuestaria; sumarse a la actividades y medidas organizadas por los gremios universitarios y convocar a las actividades propuestas por la FUBA, los rectores, el Frente Sindical y la FUA. También advirtieron que van a trabajar por impulsar una nueva marcha federal universitaria. Tendrán una radio abierta el miércoles.
En la Facultad de Ciencias Económicas, la asamblea decidió adherir también al documento de la FUBA. Y en particular, decidieron seguir adelante con las medidas que ya impulsaron hoy: se tomaron los carriles izquierdos sobre la avenida Córdoba, a la altura del cruce con Junín, incluida la ciclovía para dar una nueva clase abierta en reclamo al rumbo de la política universitaria del Gobierno. Para ello, instalaron pupitres y pizarrones en medio del asfalto. Durante la semana volverán a hacerlo.
En la Facultad de Ciencias Médicas, la asamblea comenzó pasadas las 18 y votó su plan de lucha alrededor de las 20. La convocatoria fue multitudinaria, aseguró Eugenia Córdoba, miembro del centro de estudiantes, presente en la votación. Además de adherir a todo lo anterior, aquí se decidió la toma de la institución.
Varios centros de estudiantes ya habían adelantaron que tenían planeado incluir la toma de facultades, clases públicas con cortes de calle, y, en algunos casos, vigilias. Y así lo fueron confirmando con el correr de las horas. Además, entre hoy y el miércoles la decisión se va a replicar en más de 100 facultades de todo el país, como en la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Tecnológica Nacional y la Universidad Nacional de Córdoba, entre otras.
En el caso de la UBA, la primera facultad en empezar con estas acciones fue Filosofía y Letras la semana pasada, en espera a la sesión del miércoles pasado en la que Diputados decidió blindar el veto. Hasta las 20.30, continuaba la asamblea. “Venimos haciendo clases públicas, pero ya quedó demostrado que con eso no alcanza, que en la Cámara de Diputados no podemos confiar, y tampoco como estudiantes confiamos mucho en las autoridades de las universidades”, opinó Luca Bonfante, secretario general del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL).
Sin expectativas después del veto a la ley, los estudiantes aglomerados en centros sostuvieron que, de todas formas, están “determinados a continuar con las medidas de fuerza”. Además, advirtieron: “Nos parece importante que haya un paro general para unir todas las luchas y expresar de forma contundente el rechazo a las políticas de este gobierno, no solo en materia de educación, sino en temas como jubilaciones, salarios, etc. El plan de acción va en ese camino. Sabemos muy bien que no nos podemos salvar solos, entonces nos parece fundamental la coordinación con otros sectores que la están peleando, y por eso hacemos una clara exigencia a la CGT para que convoque a un paro general”.
Horas antes de la asamblea, en la Facultad de Ciencias Exactas los estudiantes anticipaban que adherirían a la medida: “se va a votar la toma de la facultad”, afirmó Iñaki González, vocal del Centro de Estudiantes de Ciencias Exactas y Naturales (Cecen) por minoría.
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En la Facultad de Ciencias Sociales la reunión comenzó a las 18 y, según dijo Lourdes Oliverio, que forma parte de una secretaría del centro de estudiantes y de la Juventud del PTS, se votó adherir a las tomas. “Entendemos que es una medida necesaria, que es urgente, que viene pasando en un montón de otras universidades del país. La idea fue discutir otras medidas, como una nueva marcha universitaria, también una jornada de lucha el miércoles durante todo el día con cortes en diferentes calles, porque queremos visibilizar esto y porque si el veto ya había despertado mucho malestar en las universidades y en las facultades, los dichos de este fin de semana del Gobierno, más todavía. Decir que a la universidad solo van ricos es una ridiculez”, remarcó.
En la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) comenzaron una vigilia, a partir de las 17.30, donde se decidió un plan de acción “en defensa de la educación pública”, según anunció a través de sus redes sociales El Módulo, que tiene la conducción del Centro de Estudiantes de FADU (Cefadu). “Sabemos que, aunque el conflicto educativo sigue en pie, la cursada no da tregua y tenemos que preparar nuestras entregas. Por eso venite con tu ‘compa’ y terminen sus maquetas, diseños o proyectos junto a nosotrxs [Sic] mientras seguimos defendiendo la universidad pública”, se lee en varios posteos.
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En Psicología, Martina Rapazioli, dirigente de En Clave Roja, afirmó, como el resto, que “habrá tomas y clases públicas”. Se confirmó en una reunión masiva de estudiantes. Las clases públicas, en este caso, empezarían mañana.
Además de la UBA, ya hay tomas en la Facultad de Psicología de la UNLP, y de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán, y en algunas sedes de la Universidad Nacional de Quilmes y de la Universidad Nacional de Rosario.
Con la colaboración de Evangelina Himitian
POLITICA
El espectáculo político se renueva
Hasta el siglo pasado se entendía que cuanto más visible un personaje más chance de ser electo, por lo que los políticos buscaban celebridad para acceder al poder. Michelle Obama muestra cómo en el siglo XXI el verdadero éxito es aprovechar la notoriedad política para hacer espectáculos.
La señora Obama no solo tiene más popularidad en las redes que Kamala Harris. En Instagram duplica a Donald Trump y superó a su marido Barack Obama incluso cuando era presidente. Y si esa popularidad no es transferible a las elecciones nacionales (preguntar a Kamala), es sumamente redituable en el mundo del espectáculo global.
La alianza de los Obama con Netflix comenzó con el documental American Factory (2019), sobre los cambios de la industria norteamericana frente a los chinos, que obtuvo múltiples premios incluido el Oscar a mejor documental
Al revés de esos presidentes que llegan al poder para tener sus medios y su programa de TV, los Obama aprovecharon su salida para legar algo más que una biblioteca, como es tradición en los Estados Unidos. Desde la productora Higher Ground consolidan una filmoteca en Netflix tan variada como para albergar una serie de citas de cincuentones que se llama The Later Daters, de reciente estreno internacional.
La alianza de los Obama con Netflix comenzó con el documental American Factory (2019), sobre los cambios de la industria norteamericana frente a los chinos, que obtuvo múltiples premios incluido el Oscar a mejor documental. Y se consolidó con la película que captura la presentación nacional de Becoming, la autobiografía de Michelle.
Mientras Barack Obama envejecía aceleradamente en los últimos años de poder, Michelle florecía, ganaba estilo y glamur y lo contaba en libros, entrevistas, conferencias multitudinarias
Estas películas coinciden con Campamento extraordinario, Trabajar: eso que hacemos todos los días, American Symphony, Paternidad, varios documentales de naturaleza y algunos infantiles en un propósito: hacer política desde el entretenimiento sin que se note.
Los Obama entendieron que cambiaron los manuales de política y que lo que tiene más popularidad no es la controversia. Michelle aprendió de su amiga Oprah Winfrey que en las plataformas ganan las historias humanas con las que el público puede identificarse. Las dos eligen mensajes de superación personal con esa seguridad que les da saberse extraordinarios ejemplos de éxito y esplendor.
Mientras Barack Obama envejecía aceleradamente en los últimos años de poder, Michelle florecía, ganaba estilo y glamur y lo contaba en libros, entrevistas, conferencias multitudinarias. Una auténtica influencer de estos tiempos, que sabe que dirigir los destinos del país más poderoso del mundo no es tan importante como tener reinar en el mundo de las redes sociales y sus negocios asociados.
La política pop se actualiza. Buscar el centro de las pantallas es de políticos del siglo pasado. En estos tiempos, la gente verdaderamente influyente, la que convierte a sus seguidores en suscriptores, es aquella que cede el protagonismo a la comunidad que conforma su red. En las series de su productora, los Obama apenas hacen unos breves cameos. Pero están. Michelle no aparece en la serie de citas, pero desde su cuenta de Instagram dejó claro quién manda. Mirando algunas escenas dejó entrever sus recriminaciones a un señor que se pasó de picante en su cita con una señora de 62. Hasta sugirió que en una próxima temporada debería estar bajo la supervisión de Logan Ury, la psicóloga de Harvard que asiste a los postulantes para conseguir pareja.
Un final feliz para la dama y ridículo para el caballero en la serie del momento es más efectivo que la mejor campaña por la igualdad. A Netflix no le convendría que esas series se conviertan en alguno de esos bodrios de canal Encuentro que envejecieron tan mal y tan pronto.
El éxito de Michelle es, precisamente, que entendió el desgaste de la política y lo poderosa que es la conexión humana. Por eso pierde cuando retoma la campaña, y brilla en sus redes que explotan cuando baila, conversa, aconseja o se deja entrevistar. La popularidad no se transfiere pero, como el público, se renueva.
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