POLITICA
Un paro que para Milei puede acarrear nuevos problemas de gobernabilidad
Polarizar con una CGT muy desprestigiada puede ser de momento rentable para el gobierno. Pero por algo hizo esfuerzos por evitar este segundo paro: sabe que si pierde el control de la calle y se generaliza y prolonga el desorden social, el principal damnificado será él mismo.
Columna publicada originalmente en TN por Marcos Novaro
Javier Milei y sus funcionarios recurrieron una vez más a su ya conocido argumento del “principio de revelación” cuando se confirmó que no habría marcha atrás, y la CGT sostendría su medida de protesta de este jueves. “Sindigarcas”, “Faraones”, de todo les dijeron para exponerlos al escarnio público, destacando los costos para la economía, y en particular para los sectores más postergados, que están provocando cada una de las huelgas a las que recurren los gremios, para defender lo que el gobierno entiende son sus “intereses de casta”.
Advirtamos, sin embargo, que la denuncia oficial de ese espíritu corporativo y faccioso vino a continuación de que se frustrara un intento de conciliación, en el que el gobierno invirtió bastantes esfuerzos, por el que hizo sacrificios considerables, que se volvieron en su contra.
Es que de nada sirvió que se moderara, días atrás, el capítulo laboral de la nueva Ley Bases, eliminando, entre otros cambios, la limitación del derecho de huelga en los servicios esenciales. Ni que se dejara fuera de discusión en el Congreso, al menos de momento, el proyecto antibloqueos. Al contrario.
Los gremialistas parecen haber interpretado esos gestos como muestras de debilidad
Tal vez fruto del cambio de clima que, muchos en el peronismo, creen habría disparado la marcha universitaria. Y quisieron aprovechar el momento para pasar a la ofensiva, mostrando la firmeza de su redescubierta vocación combativa, escalando y politizando sus planteos contra los proyectos de ley que pasaron al Senado.
Haciendo, en suma, de la aprobación o no de esos proyectos una prueba de fuerza decisiva: de ella dependería que el gobierno consolide su rumbo y su programa de reformas, o que se empantane y empiece a ceder terreno.
Dejaron entonces bien en claro que el suyo era un “paro político”, dirigido contra esos proyectos y más en general contra el rumbo adoptado por la gestión de gobierno, y no motivado en la situación económica, los salarios o el empleo. Y lanzaron amenazas explícitas contra los senadores que estén considerando la posibilidad de contribuir de una u otra manera a la aprobación del mismo. Recurriendo también a todo el arsenal de amenazas y aprietes violentos a su alcance, para asegurar el mayor acatamiento posible a su medida de fuerza.
Incluso el lunes previo a este segundo paro general, en una suerte de ensayo general de la eficacia que a él podrían proveerle los gremios de la CATT, estos echaron mano de las asambleas en los lugares de trabajo, con las que se suelen disfrazar paros que no se convocan como tales, para suspender el transporte público durante varias horas: los gremios del sector se evitaron así el riesgo de que se llamara a conciliación obligatoria, e impidieron, con la intervención de unos pocos activistas y delegados, que las empresas pudieran operar normalmente.
El capítulo laboral original de la ley bases pretendía, justamente, prohibir ese uso espurio de las asambleas, estableciendo que ellas debían realizarse de modo de no obstaculizar el normal funcionamiento de la actividad empresaria. Pero fue ese uno de los puntos que el gobierno sacrificó ante los gremios para apaciguarlos, y tratar de convencerlos de levantar el paro del 9.
No fue esa, obviamente, una buena estrategia
¿Significa esto que lo que le conviene al gobierno de aquí en más es endurecerse, volver a sus proyectos originales, no negociarlos, e intentar sacarle al sindicalismo todo el poder de fuego posible, también el financiamiento, y desarmar los recursos legales o semilegales con que lo amenaza y extorsiona a las empresas?
Entre la confrontación y una mala estrategia de negociación de las reformas, puede que el presidente y sus colaboradores estén hoy más inclinados que nunca a optar por la primera opción. Y tienen buenos motivos para reaccionar de ese modo: “les tendimos la mano, quisimos negociar y nos contestaron con más paros, más agresiones y su desprecio” podrán argumentar. Pero tal vez no sea esa la vía por la que al gobierno más le convenga avanzar: no debería descartar tan rápido la posibilidad de aprender de la experiencia, y hacer como con el Congreso, reemplazar una negociación improvisada y mal conducida, por una un poco más razonada y calculada.
Porque por más que en lo inmediato la confrontación con el sindicalismo sea para él políticamente rentable, tanto ante la sociedad como en su relación con las demás fuerzas no peronistas, que comparten ampliamente los fines de su política laboral y sindical, lo cierto es que abroquelar al conjunto del gremialismo peronista en su contra, y entregárselo así a la dirigencia kirchnerista, moño de regalo incluido, para que lo utilice como ariete de su hasta ahora alicaída estrategia de oposición dura, sería hacer exactamente lo mismo que se hizo semanas atrás con las universidades, con pésimos resultados: regalar a los adversarios más desafiantes la oportunidad de salir de su aislamiento y relegitimarse ante una sociedad que, en su gran mayoría, quiere cualquier cosa antes que darle la razón, una vez más, a esos personeros del statu quo.
Con el agravante de que, en el caso de una confrontación a cara de perro con el sindicalismo, existirá un riesgo mucho más serio que con las universidades de que se alimente el clima de incertidumbre e inestabilidad, ya suficientemente preocupante de por sí. Porque esos actores no necesitan tener legitimidad para ejercer su poder de daño, tanto sobre la actividad económica como sobre la vida cotidiana del conjunto de la sociedad. Por lo que la “revelación” que hoy festeja el presidente pronto podría volverse en su contra, provocando que lo que los paros “revelen” sea la fragilidad del orden social que él está en condiciones de proveer.
Fue lo que le pasó a Alfonsín en los años ochenta: Milei todavía está a tiempo de aprender, tanto de su propia y corta experiencia en este terreno, como de la de ese presidente que él tanto desprecia, pero que en muchos aspectos, entre otros este, se le parece mucho más de lo que imagina.
POLITICA
Denunciaron a Milei frente a la Oficina Anticorrupción por la promoción de una beca de una universidad privada
Diputados de la Coalición Cívica presentaron una denuncia ante la Oficina Anticorrupción contra el presidente Javier Milei por la promoción de la “Beca Presidencia de la Nación”, otorgada por la Universidad ESEADE. La acusación señala una posible violación a la Ley de Ética en el Ejercicio de la Función Pública y al Código de Ética Pública por el uso de la imagen presidencial en la difusión de una iniciativa de una institución privada, fundada por el economista liberal Alberto Benegas Lynch (h), mentor del mandatario.
El caso tomó notoriedad cuando Milei compartió en sus redes sociales un flyer con su imagen y la banda presidencial para promocionar la beca, mientras que afiches con el mismo diseño aparecieron en la vía pública. En el anuncio se afirmaba: “Beca Presidencia de la Nación. Aplicá y obtené hasta un 100% de Beca en todas nuestras carreras. Beca financiada exclusivamente por ESEADE sin aportes del Estado”. La universidad también difundió un comunicado en el que destacaba la relación de Milei con la institución y el alineamiento de su gobierno con las ideas liberales.
Los diputados Mónica Frade y Maximiliano Ferraro firmaron la denuncia y exigieron que se investigue la posible existencia de un conflicto de intereses. En el documento presentado, señalaron que la promoción de la beca “expone una vinculación especial entre el Presidente y la institución educativa” que podría implicar “uso indebido de recursos públicos”. La polémica surgió casi en simultáneo con el escándalo por la promoción del token cripto $LIBRA, lo que intensificó las críticas al Gobierno.
Desde ESEADE afirmaron que el programa de becas era financiado íntegramente por la universidad y que el Consejo Académico sería el encargado de definir su otorgamiento. Sin embargo, en su página web se mencionaba que la validación final de las becas estaría a cargo de la Presidencia de la Nación. Consultada sobre estos aspectos, la institución no detalló cuál fue el apoyo concreto de Milei ni qué papel desempeñaba el Gobierno en la iniciativa.
Por su parte, el Ministerio de Capital Humano, del que depende la Secretaría de Educación, aclaró que no tuvo injerencia en la beca y que se trataba de “un arreglo entre privados”. No obstante, al tratarse de una iniciativa educativa, la supervisión estatal debería recaer en dicha cartera, lo que generó interrogantes sobre la transparencia del proceso.
Tras la denuncia, ESEADE emitió un nuevo comunicado en el que aseguró que “el uso de la imagen del Presidente por parte de nuestra institución no ha sido expresamente autorizado” y que la decisión de incluirlo en la promoción de la beca fue “un homenaje a la figura presidencial”. Sin embargo, la referencia a Milei y a la validación gubernamental fue eliminada posteriormente de su página web, lo que alimentó las sospechas sobre la legitimidad del programa y el posible uso indebido de la investidura presidencial.
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Jugada de la oposición: sorpresiva convocatoria de la comisión de Acuerdos del Senado para bajar el pliego de García-Mansilla para la Corte
Siguen las tensiones en la UCR
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La extraña confesión de Tori Spelling: no bebe agua ni ningún líquido que le sirvan por miedo a que la envenenen
Tori Spelling suele sorprender con sus confesiones. Este martes, en su pódcast MisSpelling, la exprotagonista de Beverly Hills 90210 contó que “odia el agua” y que no bebe ningún líquido servido por otro porque tiene pánico de que la envenenen.
“No bebo agua. Y cuando digo que no bebo agua, es que no consumo ni una gota”, indicó la actriz de 51 años. Y agregó. “¡Nadie sabe cómo sigo viva! Soy como un cactus. Solo riéguenme de vez en cuando y de alguna manera sobrevivo. Pero le tengo aversión”.
Además, indicó que suele pensar que sus bebidas pueden estar envenenadas y explicó que cuando su exmarido, Dean McDermott, recientemente le entregó una conocida bebida gaseosa de origen inglés fabricada con agua mineral, jengibre, azúcar y limón, pensó que le había puesto “algo”.
“Soy la hija de Aaron Spelling , hola”, explicó, haciendo referencia a su difunto padre, quien produjo programas televisivos exitosos como Dinastía, Los ángeles de Charlie, Beverly Hills, 90210 y Melrose Place, a quien la actriz definió como “el creador de la narrativa dramática”.
Tori contó luego que su exesposo le respondió: “Sos la madre de mis hijos. ¿Por qué querría envenenarte?“. Y ella le respondió: ”No es personal. Pienso esto sobre todo el mundo”.
Según explicó después, durante su niñez, su madre Candy le daba medicamentos mezclados con jarabe de bebida cola. “Yo le decía: ‘¿Qué pusiste aquí? ¿Qué me estás dando?’ Y ella decía siempre lo mismo: ‘¿Qué, crees que estoy tratando de envenenarte?’”.
“Esto se remonta a mi infancia”, continuó Spelling. “Este miedo loco e irracional a que otras personas me den líquidos… No bebo agua. No digo que tengo miedo al agua, simplemente me gusta decir que odio el agua. Le tengo alergia”.
La actriz, que es madre de Liam, de 17 años; Stella, de 16; Hattie, de 13; Finn Dave , de 12; y Beau Dean , de 8, relató, además, que se obligó a beber agua cuando estaba embarazada. “Lo hice porque tenía a que hidratar al bebé que crecía dentro de mí. Pero en mi mente, pensaba: ‘Estoy bebiendo por ellos, no por mí’”.
“Puedo beberme una copa de vino en dos segundos, no hay problema. Pero tomo unos sorbos de agua y trago con cuidado, y de repente siento que tengo ganas de vomitar”, indicó.
Un par de semanas atrás, la actriz amplió una historia que ya había relatado, pero reveló el hilarante desenlace. Spelling volvió a referirse a la cifra que gastó en el OnlyFans de su amiga Denise Richards y relató que su entonces esposo, McDermott, terminó siendo acusado de ser el responsable de los gastos.
La actriz de Scary Movie y McDermott todavía estaban juntos en ese momento y se preparaban para disfrutar de la cena de Navidad con sus hijos cuando surgió el tema de la entonces flamante plataforma de contenido para adultos y se enfrascaron en una discusión.
Spelling adoptó la postura de defender a la plataforma social porque conoce a muchas personas, incluida Richards, que se habían unido a ella. Luego, para dejar aún más marcada su posición y colaborar con su colega, se suscribió a la cuenta OnlyFans de la estrella de Criaturas salvajes con un nombre falso.
“Es genial. Porque déjame decirte que te enganchan”, bromeó. “Porque juega con el hecho de que si te suscribís y pagas una cuota, recibirás algo especial de Denise. Así que esperé y esperé”, rememoró.
“No voy a mentir; pensaba: ‘Tengo que verlo. ¿Qué contenido subirá?’¡Es fascinante!”, continuó la intérprete. Tan fascinante, que luego depositó más dinero en la cuenta para tener un mayor acceso al contenido. “Solo quería ver. ¡Es mi amiga! Me preguntaba qué tanto iba a mostrar”, se justificó.
Su entusiasmo y su curiosidad la llevaron a hacer un nuevo depósito en la cuenta de Richards para tener el privilegio de poder enviarle un mensaje directo a su amiga. Y entonces, luego de pensarlo un rato, le escribió: “Oye, me encanta lo que estoy viendo. Me gustaría ver más”.
La actriz estaba convencida de que esos mensajes funcionaban como los DM de otras redes y que su colega respondería “de inmediato”. Varias horas más tarde. Spelling recibió un mensaje de Richards, pero no era lo que esperaba: la actriz la invitaba a pagar por contenido adicional, y ella decidió hacerlo.
¿Cuánto terminó gastando la estrella para ver el contenido de su colega? “En el transcurso de dos días, unos 400 dólares”, reveló, entre risas. Y agregó, a manera de resumen: “¡No podía parar!”.
Esa misma semana, su contadora la contactó para informarle sobre los gastos. “En pocas palabras… Me llamó y me dijo con tono solemne: ‘No sé cómo decirte esto’. Yo me asusté y le pregunté qué había pasado. Y ella me respondió: ‘Creo que Dean está buscando chicas en OnlyFans. Lo siento mucho’”.
“Cuando le pregunté cuánto había gastado y me dijo que 452,28 dólares, confesé que había sido yo. Le dije: ‘No sé qué pasó. Gasté todo ese dinero’”.
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