El Gobierno nacional confirmó este viernes que cerrará el Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte. Así lo dio a conocer este viernes el Ministerio de Salud, después de que trabajadores denunciaron el cierre de la guardia y de las internaciones en ese centro nacional de salud mental, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires. Hay manifestaciones y los empleados evalúan pasar la noche dentro del centro médico.

«El gobierno nacional acaba de comunicar el cierre total del servicio de internación del Hospital Nacional de Salud Mental Lic. Laura Bonaparte, donde actualmente hay pacientes internados. También ordenó el cierre total del servicio de guardia«, informaron trabajadores del hospital, que este viernes se manifestaban en el centro médico localizado en la calle Combate de los Pozos al 2.100, en el barrio porteño de Parque Patricios.

Desde el Ministerio de Salud confirmaron que pondrán en marcha el plan para el cierre del hospital, aunque no hablaron de plazos. Argumentaron que está subutilizado.

Por otra parte, tras la acusación de «abandono de pacientes» que hizo el personal del hospital, desde la cartera que encabeza Mario Lugones garantizaron la continuidad de los tratamientos de las personas internadas. «Esto no va a afectar a los pacientes internados, que serán derivados a otras instituciones dependientes del Ministerio. Y los ambulatorios también serán derivados a otras instituciones dependiente del Ministerio y otros hospitales del radio de la comunidad, y de las jurisdicciones a las que pertenezcan los pacientes», señala el comunicado.

En lo que va de 2024 ya se trataron allí 25 mil personas.

Tras conocerse el anuncio, los trabajadores realizaron una asamblea y se convocaron a sus puestos de trabajo.

«Los trabajadores del Hospital Nacional de Salud Mental Lic. Laura Bonaparte rechazan el cierre dispuesto por Milei. Es el único hospital de salud mental del estado nacional. Apoyemos a los trabajadores y defendamos la salud pública», manifestó Gabriel Solano, legislador porteño del Partido Obrero.

El hospital tiene sus orígenes a fines del siglo XIX, como Hospital Militar. En 1940 se convirtió Hospital Nacional Central para Enfermos Tuberculosos. Años más tarde quedó abandonado. Tras rescatarlo, en 1973 se levantó allí el CENARESO (Centro Nacional de Reeducación Social), dedicado a toxicómanos.

El 12 de diciembre de 1996, se aprobó su estructura organizativa mediante la Decisión Administrativa 433, como organismo descentralizado del Ministerio de Salud de la Nación.

A mediados de 2016, cuando ya habían evolucionado modalidades de tratamiento, pasó a llamarse Hospital Nacional en Red Especializado en Salud Mental y Adicciones «Licenciada Laura Bonaparte».

Sorprendió la decisión del cierre a los empleados del Hospital Bonaparte, que se enteraron a primera hora de la tarde del viernes. «Fue abrupto, no estábamos al tanto de nada. Yo atendí hasta las dos de la tarde y cuando terminé, los delegados de ATE nos dijeron que tenían algo importante que decirnos y fue ahí que nos desayunamos con el cierre de las guardias y las internaciones», hace saber Sebastián Rigolino (33), psiquiatra que trabaja hace cinco años en el centro asistencial.

«En medio de la reunión con el gremio, apareció el director del Bonaparte, Christian Baldino, que no sólo confirmó el cierre de las guardias e internaciones, sino que dijo que cerraba el hospital. Fue muy seco y lapidario, agregó que se trató de una decisión ministerial y se fue con una frase que nos dejó boquiabiertos: ‘Lo que ocurre de ahora en adelante dependerá de ustedes’. Nadie entendió nada, ¿qué nos estaba queriendo decir?».

Rigolino contó que «los 37 internados que se encuentran en el hospital siguen recibiendo sus atenciones terapéuticas y continúan al cuidado del personal. De hecho se les comunicó el anuncio del cierre y nos expresaron su solidaridad», afirma el psiquiatra cuyo contrato trimestral finalizó en septiembre».

Terapista ocupacional, Guadalupe Villamide, que además está realizando su formación profesional en el Bonaparte, señaló que «al hospital no lo liberaremos, lo vamos a tomar, por lo menos hasta el lunes, porque nuestro temor es que si nos vamos, no podamos volver a entrar. En estos momentos nos estamos organizando en grupos para ver de qué manera haremos las guardias. Todavía no salimos de la perplejidad, esto hasta ayer era inimaginable».