SOCIEDAD
En qué trabajaba Alfonso Basterra antes de ser condenado por el asesinato de Asunta
El padre adoptivo y uno de los autores del asesinato de Asunta Basterra Porto, de tan solo 12 años
El caso Asunta, uno de los asesinatos más famosos de España, ha vuelto a las primeras planas gracias a la serie estrenada por Netflix, protagonizada por Candela Peña y Tristán Ulloa. Los dos actores interpretan a los padres adoptivos de Asunta Basterra Porto, condenados a 18 años de prisión por el asesinato de la pequeña.
Ambos suministraron lorazepam a Asunta para luego asfixiarla y dejar su cuerpo tirado en una pista forestal cercana a la casa de la madre, Rosario Porto, según constató la sentencia emitida en su contra. El padre fue uno de los autores materiales, pero ¿A qué se dedicaba Alfonso Bastera antes de ingresar en prisión?
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De periodista económico a información de turismo
Basterra nació en el año 1964 en Bilbao. Con 30 años se estableció en Santiago de Compostela donde comenzó trabajando como periodista económico en el diario local de la ciudad, El Correo Gallego. Más tarde se convirtió en periodista ‘freelance’ y encadenó diferentes trabajos en gabinetes de prensa como el del Ayuntamiento de Padrón, donde residía, y en diversos medios de comunicación, como Expansión o la Cadena Cope.
En estos últimos se había acabando especializando en información de turismo. Sin embargo, el 26 de octubre de 1996 se casó con Rosario Porto y dejó de trabajar para vivir de la riqueza de su mujer. Porto era miembro de una familia acomodada de Santiago e hija de un letrado y una catedrática de Historia.
Consigue llevar esta vida hasta el 14 de febrero de 2013, cuando ambos se separan por una crisis matrimonial y el marido acaba malviviendo en un piso de dos habitaciones con tan solo cuatro muebles, sobreviviendo solo con un pequeño préstamo de una de sus tías.
Su suerte volvió a sonreír unos meses más tarde, cuando Rosario sufre una enfermedad grave reumática. Sus padres ya habían muerto y sin hermanos ni familiares cercanos, Basterra se convierte en su único sustento. Este es el momento en el que se considera que comienzan a urdir el plan para matar a Asunta.
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Un plan premeditado
Durante la investigación, gracias a los análisis toxicológicos, se revelaron dosis elevadas de ansiolíticos en el cadáver, no solamente en el momento de la muerte, sino desde por lo menos tres meses antes, y el estudio forense confirmó que la muerte de la menor había sido violenta. Dos expertas que declararon en el juicio, aseguraron que Asunta había ingerido por lo menos 27 pastillas de Orfidal de un miligramo el día de su muerte.
El juez concluyó que el asesinato de la niña respondía a “un plan premeditado, ejecutado de forma gradual”, y que resultaba “imposible sin la participación, o al menos el consentimiento de ambos imputados”.
Los padres llevaban desde julio de ese año comprando grandes cantidades de lorazepam e iban suministrándoselo en dosis cada vez más alta a su hija, como si de un experimento se tratará. La niña fue poco a poco mostrando episodios de somnolencia. El peor incidente ocurrió el 22 de julio, cuando Asunta confesó a sus profesoras que sus padres la “engañan” y que su madre le dio “unos polvos blancos que la hacen dormir durante días”.
El día de su muerte los tres comieron juntos, momento en la que la hacen ingerir las 27 pastillas. Más tarde abandonan la casa para dirigirse al chalet de la madre, en el coche de ella, en el que según la sentencia, también iba el padre escondido en la parte trasera. En esa vivienda no se sabe del todo que ocurrió, pero si que la hija salió ya muerta y atada de manos y piernas, para ser abandonada en la pista forestal donde fue encontrada.
SOCIEDAD
El horario en el que no deben consumirse alimentos para facilitar la pérdida de peso, según los nutricionistas
Hoy en día, las personas se preocupan por tener un buen físico, y es por eso que, en lo posible, tratan de cuidar su alimentación. Cuando tienen kilos de más, recurren a las tradicionales dietas. Muchos se preguntan cuál es el mejor horario para comer, el cual ayude en la pérdida de peso, ya que algunos piensan que, después de cierto tiempo, no pueden consumir alimentos.
La dietista Lena Bakovic comentó que no se trata solo de lo que se come en el almuerzo o durante el día, sino de la forma en que la que se lo hace, ya que esto es primordial a la hora de perder esos kilos de más. “Si alguien se despierta a las 7 a. m. y come un desayuno rico en nutrientes a las 8 a. m., entonces es probable que se familiarice con sus señales de hambre aproximadamente cuatro a cinco horas después, entre las 12 y la 1 p. m.”, agregó Bakovic.
Cuando se almuerza más tarde de la hora recomendada, esto puede dificultar que el cuerpo metabolice los alimentos de manera adecuada. Por lo tanto, cuando llega la hora de la cena, las personas pueden saltársela o comer algún dulce antes de irse a dormir. Algunos científicos sugieren que aquellos que comen tarde suelen quemar menos calorías que aquellos que se alimentan antes de la 1 p.m.
Expertos revelan cuál es el mejor horario para comer
Un reciente estudio publicado por la revista Nutrients reveló que las personas que almuerzan a las 4:30 p. m. suelen tener los niveles de azúcar en sangre inestables durante todo el día, lo que retrasa la transformación de los carbohidratos en energía.
Además, hay varias investigaciones que demuestran que cuando no se come durante un período prolongado es posible contraer enfermedades graves, incluyendo la diabetes tipo 2.
“Es posible que comer un almuerzo más temprano, poco después del desayuno, contribuya a tener más hambre más tarde en el día y antes de la hora de la cena. Esto puede llevarnos a comer bocadillos que no son tan saludables”, agregó Bakovic.
Cuando las personas no almuerzan a la hora correspondiente y lo hacen cerca de la hora de la cena, no solo provoca que se salten esta comida, sino que también puede hacer que sientan hambre antes de irse a dormir. “Esto podría promover el consumo de bocadillos con alimentos salados y/o azucarados con bajo valor nutricional”, afirmó la dietista.
Comer a deshoras puede ser perjudicial para la salud, además de no ayudar con la pérdida de peso, y también podría afectar los ritmos circadianos.“Así como los ciclos de sueño y vigilia son constantes e importantes para que nuestros cuerpos se sientan sincronizados día a día, lo mismo puede decirse de nuestras comidas”, cerró Bakovic.
Autor: Wendys Pitre Ariza
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