Llevo jugando a la saga Atelier casi desde el primero de sus capítulos. Esta serie de JRPG siempre me ha interesado justamente por lo peculiar de su premisa. Todo el argumento suele girar en torno a una alquimista. Su profesión la obliga a aprender recetas, a encontrar materiales nuevos y a combatir usando las armas que crea. Siempre ha sido muy divertido aprender alquimia junto con una nueva alquimista, y vivir con ella una aventura relajada y sin demasiados sobresaltos.

El problema que yo siempre le he visto a los Atelier es que, más allá de esto, nunca han tenido muy claro qué querían ser. ¿De mundo abierto o lineales? ¿Más shonen o shojo? ¿Combates por turnos o más tradicionales? ¿De ritmo lento o normal? Siempre han sido un poco de todo y no sabría decir si los fans amaban los Atelier por esto o esta es la razón por la que la saga no haya sabido despuntar en nuestro país.

Esta identidad sin rumbo (en mi opinión, ojo, no se enfaden) cambió con la trilogía anterior a Yumia. Los tres Ryza son buenos títulos que llevaban a la franquicia a nuevos territorios, y ese trabajo ha eclosionado en Atelier Yumia. Por primera vez,  puedo decir que es un JRPG que me ha gustado no solo por ser cuqui, relajante, por la alquimia o porque me hayan caído bien sus protagonistas, sino porque es un juego de rol muy divertido, con un ritmo estupendo, buenos personajes, buenos antagonistas y una propuesta de juego que gustará tanto a los fans de siempre como a los nuevos.

Atelier Yumia es el JRPG de la saga con el que más he disfrutado

Atelier Yumia es una reflexión en profundidad de qué funcionaba y qué no de la saga, y no tiene ni el más mínimo problema en quitarse de encima lo que no. También es un análisis concienzudo de qué es lo que les gusta a los fans del JRPG en 2025. Juntando esas dos premisas es cómo se ha creado este título. Para empezar, el ritmo de juego es formidable.

A diferencia de otros Atelier, aquí estamos jugando duro y sin tragarnos conversaciones ni explicaciones de más desde el primer minuto. Los rollos se dejan de lado para ponerte a explorar, recolectar ingredientes y combatir cuanto antes. Ya no hay un mundo lineal que recorrer ni urgencias para ir de un sitio a otro. El mundo de Atelier Yumia es un gran espacio abierto compartimentado en varios biomas, algo así como Monster Hunter Wilds. Cuando me di cuenta de esto, pensé «a ver cómo han gestionado esto, ¿será un mundo abierto de los buenos o de los pochos?», pues es de los buenos. Han cogido lo aprendido en Ryza 3 y lo han hecho mejor.

La exploración tiene un regustito a Genshin Impact. La cámara se coloca muy cerca de la espalda de la protagonista, y lo divertido es encontrar la forma de llegar a los sitios a los que tenemos que ir. Se te señala algo en el mapa, pero el camino está oculto por árboles, caminos secretos o cuestas. Así que toca buscar bien. Eso te conduce a lugares nuevos de extracción, tumbas a explorar, tirolinas y puntos de viaje rápido que desbloquear y monstruos de nivel alto con los que combatir. No es tan increíble como Xenoblade Chronicles X, pero funciona bien a su propia manera.

El mundo abierto de Atelier Yumia está muy bien pensado

La gracia no es que sea un mundo inabarcable, lo guay es lo bien que trabaja zona a zona. Sabe muy bien dónde poner una cuesta para que no veas lo que hay al otro lado, o dónde colocar un camino subterráneo para que no lo encuentres a simple vista. Esto ha sido lo que más he disfrutado, buscar cosas. Lo chulo es que es muy coherente con Yumia, es alquimista y lo suyo es localizar lugares secretos en los que conseguir nuevos materiales.

Este buen ritmo en la exploración y en la narración también está en los combates. Las peleas fluyen a toda pastilla, apetecen. Son por turnos, pero están ordenados por los tiempos de carga y recarga de habilidades, no por una barra. Podemos hacer parry y contraataques en tiempo real, equiparnos objetos creados con la alquimia para desarrollar vistosos ataques en grupos, y hasta desplazarnos libremente en varias posiciones para evitar golpes de los enemigos.

Yumia lleva una especie de rifle con ella, y puede atacar a distancia y luego pasar al cuerpo a cuerpo. Usa este arma también para resolver algunos puzles, y es toda una declaración de intenciones del juego de que quiere acelerar las cosas. ¿Para qué ir a por algo si le puedo pegar un tiro? Por lo general, la dificultad no es alta, pero sí que la cosa se pone dura cuando aparece un enemigo de mayor nivel o el villano a derrotar. Aquí es cuando los combates se salen.

Esta es otra cosa poco común en un Atelier. La aventura de Yumia no es para nada cozy, es un shonen canónico con su malo terrible, sus giros de guion y sus secretos a descubrir. Es un shonen por su ritmo, su villano, por la historia de superación de Yumia y también por lo bien dirigidas que están sus secuencias de acción. Atrás queda el plano contra plano o los excesivos fundidos en negro. Atelier Yumia está repleta de secuencias con contrapicados, picados, paneos… Hay un dinamismo en todo que es alucinante. Os juro que me emocioné en la primera batalla importante que hay en el juego. Son todo tropos que ya conocemos, pero muy bien puestos en su sitio.

Ojalá el ritmo de Atelier Yumia se quede para siempre en la saga

Por todo esto, jugar al título es un vicio. La historia se narra de una forma similar a la de Breath of the Wild. Se ha producido una catástrofe por culpa de la alquimia que ha dejado el mundo patas arriba. Involucra a tu madre, y ha provocado que la alquimia se convierta en un tema tabú. Tu misión es descubrir qué ha ocurrido, y para eso hay que encontrar recuerdos. Cuando localizamos uno, avanza la historia. Esto activa conversaciones con nuestros compañeros, nos encariñamos de ellos y seguimos jugando. Es decir, la narrativa se basa en la búsqueda de lore, un tema que me fascina.

Para completar lo positivo que tiene el juego, me ha encantado su estilo artístico. Su mundo es muy bonito, y también la paleta de colores elegida. He jugado al juego en Steam Deck, y aunque no ofrece el mejor rendimiento, sí que lo he podido jugar muy bien. Petardea un pelín en los combates, pero se disfruta mucho.

A medida que avanzaba por el título, me estaba dando cuenta de que todo esto que digo que me gusta del juego no es directamente propio de Atelier. El mundo es muy Genshin Impact, la narrativa recuerda a Breath of the Wild, hay un montón de misiones secundarias que hacer… ¿Qué hay de los valores clásicos de la saga? Si os he de ser honestos, lo que menos me ha gustado del juego es lo de mezclar ingredientes para crear cosas. Los menús son un lío, y hay un exceso de fanservice en el proceso que aturulla. A Yumia le da por bailar mientras mezcla cosas, y hace que cada proceso se eternice.

Lo que menos me ha gustado del juego es lo que es más Atelier

En Atelier Yumia no solo creamos pociones y armas, ahora también podemos fabricar casas y mobiliario. A medida que avanzamos por el mundo, vamos construyendo nuevos refugios y talleres, y los preparamos para vivir. Esta parte tampoco me ha acabado de enamorar. Los controles no van del todo bien y no es un sistema de juego que tenga tanta finura como la exploración y los combates.

Por suerte, hay modos para automatizar ambos sistemas y de los que yo he abusado muchísimo. Además, a medida que conseguimos puntos de experiencia y de habilidad, podemos agilizar mucho todo esto, pero creo que le hace falta una repensada tan profunda y tan buena a este sistema como al resto que sí han evolucionado.

También os digo que, siendo honestos, soy un jugador al que no le gusta nada el crafting ni la decoración de interiores. Por eso no estoy diciendo que los sistemas de construcción sean malos, sino que no han logrado ganarse mi interés. Yo solo quería salir al campo, explorar, llegar a sitios altos usando el triple salto de Yumia intentando trampear como en Skyrim en sus montañas, hablar con mis amigos y desentrañar el gran misterio del juego.

Y por fin en español

He querido dejar para el final uno de los motivos por los que he disfrutado tanto de Atelier Yumia. El juego está traducido al español y está muy bien localizado. Lo he agradecido muchísimo porque me ha ayudado a conectar mucho más con sus divertidos protagonistas. Y lo cierto es que lo agradezco mucho, porque lo extremadamente sexualizados que están todos y todas a veces me saca fuera. Ya quisiera para mí los pectorales de sus protas, la virgen.

En resumen, Atelier Yumia es un fantástico JRPG de exploración en mundo semiabierto, con un buen acabado artístico, unos combates muy divertidos y bien dirigidos. Por desgracia, a mí su sistema de alquimia no me ha acabado de enamorar, pero tampoco me ha molestado porque lo demás está genial. Gust ha hecho muy bien lo más difícil en un JRPG. Lo he disfrutado mucho. Ya desde su Fairy Tail 2, el estudio ha demostrado una mejora tremenda en calidad, y con Atelier Yumia me ha acabado de confirmar su buena salud. Ya no me interesa solo la saga Atelier por su curiosa premisa, sino porque con Yumia y cuenta con JRPG buenos y sólidos que funcionan incluso sin disfrutar de sus sistemas de alquimia.