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SOCIEDAD

Horóscopo de hoy, miércoles 24 de enero de 2024

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Signo Aries

Aries. Buscarán irritarte para que descuides una posición estratégica. Sé astuto y adelántate a tus oponentes con inteligencia.

Amor: Una relación que durante un tiempo fue provechosa ya no lo es. Mejor, toma distancia y conoce a nuevas personas.

Riqueza: La actividad laboral ofrecerá finalmente los frutos tan ansiados. Habrá más que merecidos aumentos en tus ingresos.

Bienestar: No des las cosas por perdidas antes de tiempo, solo se trata de complicaciones y percances con documentos. Sé más resolutivo y menos temeroso.

Signo Tauro

Tauro. Necesitarás mantener un ritmo intenso para así adaptarte a las dificultades. Si no estás alerta, tendrás problemas.

Amor: Es posible que tengas contactos sexuales clandestinos y situaciones amorosas ocultas. Hay riesgo de ruptura.

Riqueza: El día de hoy estará signado por la suerte y por las oportunidades de que tu vida cambie en forma radical. Aprovecha el momento.

Bienestar: Conéctate más con tus propios deseos, deja de pensar en las exigencias del entorno que no hacen más que generarte presión y estrés.

Signo Géminis

Géminis. Hoy verás la vida desde otra perspectiva, conocerás a alguien que le pondrá diversión y adrenalina a tus días.

Amor: Te sucederá algo inédito, te quedarás sin palabras. Una persona bellísima o de mucho carácter será la responsable.

Riqueza: En el día de hoy, son posibles las confusiones, así que asegúrate de que los términos y las condiciones estén bien claros.

Bienestar: Debes ser consciente de que las decisiones que has tomado son las más acertadas. El tiempo y los resultados te darán la razón.

Cáncer. Encuentro casual con alguien que no imaginas. Sentirás algo inesperado que te llevará a replantearte muchas cosas.

Amor: Si apuestas a la pareja, todo saldrá bien. Discutirás con alguien a quien temes, sostén tu posición y resultarás beneficiado.

Riqueza: No te lleves por la tentación de gastar dinero que no tienes, más si es en algo que realmente no vale la pena.

Bienestar: Hoy podrás sufrir una estupidez. Es necesario que escuches los consejos de una persona más madura que reconoce tus límites.

Signo Leo

Leo. No comentes sobre eso que te han confiado, algunas personas muy allegadas perderán la confianza en ti, y será muy duro remontarla.

Amor: Los problemas de pareja ceden y los inconvenientes con seres queridos dejan de angustiarte. Día especial para fortalecer lazos.

Riqueza: Alguien que se alejó de tu vida puede regresar en cualquier momento y pedirte dinero prestado, prepárate para ello.

Bienestar: Controla tu temperamento, ningún exceso te llevará a buen puerto, escucha las opiniones de los demás y luego tómate un tiempo para decidir.

Signo Virgo

Virgo. En el trabajo pueden producirse algunos retrasos. Puede que te responsabilicen por ello, pero trata de tener calma.

Amor: Prefieres basar tu vida sentimental en la solidez. Continúa así, poniendo todo de ti para ocuparte de las personas que quieres.

Riqueza: Muy buena posición para puestos de mando, con poder para la táctica y la estrategia. Tu bienestar económico se beneficia.

Bienestar: Mide las intenciones de quien se te acerca sin interés ni intención. Deberás agudizar todos tus sentidos para que no te vendan gato por liebre.

Signo Libra

Libra. Sentirás que los demás se están metiendo en tu espacio, necesitas evadirte y pasar solo algún tiempo con alguien cercano a ti.

Amor: Tu poder de seducción se irá reforzando constantemente. Días soleados y noches de gran pasión. Juegos de erotismo y seducción.

Riqueza: Los planes a largo plazo empezarán a rendir dividendos, si sigues atendiendo los buenos consejos de tus amigos.

Bienestar: No te subestimes, tu confianza en ti mismo debe aumentar. Hay personas que tienen una opinión más alta de ti de lo que crees.

Signo Escorpio

Escorpio. Tendrás tiempo para demostrar tus capacidades y tomar revancha con quien no ha creído en ti. Algo te causará preocupación.

Amor: Cierta necesidad de soledad. Si estás en pareja, aparece la necesidad de compartir momentos de intimidad y tranquilidad.

Riqueza: Para que se abran las puertas de la prosperidad debes arriesgar un poco hacia lo nuevo, pudiéndote traer buenos resultados.

Bienestar: Aceptar las ideas ajenas y eventualmente seguirlas no es debilidad. Cede y mantén el aplomo ante personas o situaciones difíciles.

Signo Sagitario

Sagitario. Entusiasmo y energía positiva. Favorable para viajes de placer, excursiones al aire libre, caminatas, ocio y entretenimiento.

Amor: Puede presentarse una preocupación por no tener cierta delicadeza en algunos momentos importantes. Piensa antes de hablar.

Riqueza: Situaciones interesantes en relación con la economía que, sin embargo, pueden resultar ficticias. Presta atención al trabajo.

Bienestar: Debes evitar actitudes dominantes y exigentes con tus seres queridos. Eso te alejará de quienes en verdad te quieren y hoy te temen.

Signo Capricornio

Capricornio. Buenas vibraciones con tus amigos. Estos días habrá festejos, reuniones e invitaciones para disfrutar a pleno con quienes quieres.

Amor: Tus asuntos serán más lentos que lo habitual. La virtud de la paciencia te ayudará a salir airoso de los asuntos sentimentales.

Riqueza: Sufrirás enfrentamientos por asuntos económicos. No sobre valúes la importancia de los asuntos y pon las cosas en su sitio.

Bienestar: Deberás cuidar tus cuerdas vocales y prestar atención a posibles desarreglos hormonales. Cuídate de los cambios de clima.

Signo Acuario

Acuario. Puede que las cosas en el hogar no se estén moviendo rápido, pero se mueven. El avance es positivo y estás en buen camino.

Amor: Un inesperado gesto de esa persona inaccesible te alimentará el ego, algo que a los de tu signo suele hacerles mucha falta.

Riqueza: Si estás al mando, lo importante será usar el poder con mesura. Harás grandes progresos en tiempo récord, aunque no concretes.

Bienestar: No te lamentes de tus errores en el área sentimental, ya que una sola palabra es suficiente para mejorar la relación. No esperes más y habla.

Signo Piscis

Piscis. Una persona muy querida arremeterá en tu contra y quedarás malherido. No soportarás la traición y tendrás que tomar decisiones.

Amor: Los amigos en primera fila, los amores en segundo lugar. Sentirás la necesidad de hacer contacto con gente espontánea y franca.

Riqueza: Usas nuevos métodos para mejorar la producción y la dinámica laboral, y quizás te reconozcan tus méritos.

Bienestar: Di lo que sientes, y a medida que pase el tiempo los tuyos entenderán que la primera lealtad que se debe tener es con uno mismo.

SOCIEDAD

Mundos íntimos. Parir en el extranjero: cómo es ser madre en otro idioma y que te consideren poco abnegada

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Dislocar: verbo transitivo. Sacar de su lugar. Referido a huesos y articulaciones, usado más como pronominal

La maternidad te saca de lugar. Te descoloca pero, sobre todo, te disloca: las dislocaciones (o luxaciones) son lesiones en las articulaciones que arrancan los extremos de los huesos y los sacan de su posición. Te arranca los extremos –todos los extremos– y te deja en carne viva. Por estar en una posición otra, la maternidad es una forma de exilio. Te posiciona fuera del yo. En la maternidad una persona se pierde. Es como tantear la niebla en la oscuridad; una penumbra que enmaraña el sentido. Lo que digo no es una novedad. Con una amiga querida intercambiamos experiencias maternas y llegamos a la misma resolución. La maternidad como exilio fue una nota concluyente. Ser mamá es deslizarse por una geografía empinada, foránea, que estalla de manera constante porque en sus pliegues yacen artefactos inexplorados, harto inflamable y predominantemente explosivos. Un tobogán de la sinrazón.

Cuando digo maternidad no intento excluir al padre, al pater, la paternidad. No hay política detrás de este texto excepto toda política que ineludiblemente acompaña todo texto. Pero quiero hablar desde mi voz de mamá, la mamá que devine viviendo en el exilio. Por cierto, decir exilio merece una aclaración. Desde hace muchos años que escribo sobre los dislocamientos, sus poéticas y articulaciones –esas figuraciones lesionadas, esos arranques deshuesados– provocadas por el exilio. Pero exilio es un término controvertido. No dejé mi lugar de origen por alguna forma de persecución ni me vi forzada a pedir refugio político. Nadie me obligó a irme. Nadie me enajenó. Dejé mi patria porque, como muchos, busqué oportunidades en circuitos más amplios de conocimiento, en sitios con economías hasta cierto punto estables, en instituciones académicas que me expusieran a una matriz de saberes amplios y diversos que, entonces, no detectaba en mi cercanía.

Para Gisela Heffes, había prácticas de tratamiento del embarazo que parecían distintas a las conocidas, pero había que aceptarlas y disfrutar la “dulce espera”.Para Gisela Heffes, había prácticas de tratamiento del embarazo que parecían distintas a las conocidas, pero había que aceptarlas y disfrutar la “dulce espera”.

Un combinado de posibilidades. Pero de un modo u otro dejar la tierra de origen es una experiencia liminal. Y aunque sin duda la mía fue una experiencia hasta cierto punto “privilegiada”, no es fácil ni fue fácil. La tierra a la que llegué no sustituyó la que dejé, pero tampoco me fue enteramente ajena. Devino un sitio en donde el cuerpo, la voz, la mirada, me obligaron a moverme, a hablar, a ver y observar, a escuchar y sentir desde una posición inédita, en la que no me había apostado previamente y que revelaba mi condición de neófita. El decir y oír palabras inexploradas –a pesar de conocer la lengua– el mirar, oler, sentir, palpitar, y reaccionar con el cuerpo atravesado por una topografía física, mental, psicológica, emocional e incluso epistemológica u ontológica, me atiborró con la torpeza típica del principiante.

Me gusta la idea de dislocamiento a pesar de tantas otras opciones (desarraigo, destierro, desplazamiento, exilio voluntario). Imagino un dislocamiento del hombro, de la cadera. Ese dolor intenso que impide que el lenguaje se manifieste. O que se manifieste en toda su plenitud.

Maternidad. 1. f. Estado o cualidad de madre.

Dar a luz fuera de la tierra de origen, dislocada sin ser forzada a partir, dejar la patria –que en un mundo ideal sería matria: ese matriarcado ansiado, un regreso al oikos que te arropa, te envuelve, te abriga y te nutre. Del griego, oikos significa “casa”. Dar a luz, parir: experimentar un estado o cualidad de madre permanente. Vivir en el exilio del yo. Y habitar otro exilio, el del cuerpo que se mueve en otra lengua –y otra tierra. Un yo fuera del yo fuera del cuerpo. Esa posición física enajenada que yace fuera de sí también determina al lenguaje. Y lo define. El sonido que el cuerpo emana, por ejemplo, varía de frecuencia, y, de igual modo, la vocalización y la cadencia. Si la maternidad es exilio, el desalojarse del cuerpo-territorio en la que una persona nació (yo, en este caso) ¿cómo es ser madre en el exilio? ¿Cómo es ser madre en otra lengua? ¿Cómo es parir en inglés (o para el caso francés, alemán, chino, hebreo, rumano, etc…)? ¿Y cómo es el cuerpo cuyo vientre fecundo te obliga a desplazarte con el soplo de otro ser que te habita?

Gisela Heffes con su hija. Ahora tocaba educarla, pero sin resignar su carrera profesional.Gisela Heffes con su hija. Ahora tocaba educarla, pero sin resignar su carrera profesional.

Regresemos en el tiempo. La mujer está embarazada. Antes, tuvo un aborto espontáneo (no me gusta “aborto espontáneo”, prefiero el término miscarriage, en inglés, porque el mis que precede al carriage concentra pérdida, acumula vacío y solidifica dolor). Pero mis(s) no sólo atañe al verbo “perder” sino también “extrañar”. Es perder esa carga preciada, pero extrañarla. Añorarla aún sin llegar a ser. Extrañarla tremendamente. La mujer que ensaya ser madre regresa al ginecólogo y, por fin embarazada, acoge la noticia de que su bebé es un breech baby. La ignorancia por no saber cómo lo llaman en su tierra la abruma. Recurre al diccionario. El vacío se redobla con la ausencia de referentes. ¿Cómo le dicen al breech baby en Argentina? Una enciclopedia sugiere bebé de nalgas. Pero en Argentina no se usa la palabra “nalgas”. Ese diccionario apunta a otro español. Un español disonante para la madre. Misma lengua pero no. Un ¿bebé de culo? ¿De cola? ¿De trasero? La madre de la madre le explica que ella también fue un bebé de culo-cola-trasero-nalgas. Que se dio vuelta antes de nacer. Que el obstetra –esos de antes, que hacían magia sin someterte a una cesárea– la sacó con sus habilidades magistrales por la cola un 26 de noviembre de 1971 en la clínica Marini (ya no existe). Pero en EEUU, un bebé de culo-cola-trasero-nalgas requiere cirugía.

La obstetra le sugiere que den vuelta a su bebé antes de dar a luz (“dar a luz”, otra expresión que no encuentra equivalente en inglés). Esa operación sin cirugía pero con las propias manos de la obstetra la titulan, en la tierra que ahora habita, External Cephalic Version (ECV). Google Translation le ofrece una traducción bastante literal: “versión cefálica externa”. Este procedimiento consiste en dar vuelta con la mano experta de la obstetra al bebé, sin cirugía, en el hospital, y conectada la madre a múltiples monitores. Pero, y a pesar de someterse a tal ejercicio dactilar, el bebé volvió a darse vuelta.

Inconsciente de este gesto rebelde y contestatario que se efectuaba en su vientre enorme y cilíndrico, cuando las contracciones llegaron, y la beba de culo-cola-trasero-nalgas rebotaba contra el umbral del canal de parto, hubo que aceptar que tendría una cesárea pese a tanto y pese a todo. Le ataron las muñecas; la crucificaron en una camilla horizontal. La desnudaron y la volvieron a cubrir con sábanas de papel esterilizado. Abrieron un hueco en forma de rectángulo al que se arremetieron, médicos y enfermeras, con tijeras metálicas, bisturís, agujas e hilos, para arrancar, con vida y rozagante, el cuerpo pequeño de su hija. La madre no recuerda si gritó en inglés, español o castellano. Si sus lágrimas exaltadas y eufóricas desplegaban un rictus idiomático local o extranjero, o se expandían, como el cuerpo trémulo, a la emoción desenfadada y feliz de la maternidad.

Amamantar. 1. tr. Dar de mamar. Sin.: lactar, atetar.

Lo primero que la madre nota, cuando recobra la conciencia, es a su beba en su pecho llorando, y a su lado, una enfermera con uniforme diferente que la espía desde un costado del ojo. La madre tiene la lengua un poco atascada. Le habla, quien sabe en qué idioma, pero a la enfermera parece no molestarle. Su misión es otra. No es policía de la lengua sino policía de la teta. Deposita unos folletos sobre la mesada junto a la camilla. La mira ahora de manera un poco más directa. Desde un centro que se despliega hacia adentro. La madre no puede percibir, exactamente, de qué se trata. En inglés, le pregunta si considera amamantar a su hija. Por qué no, piensa la madre, pero no alcanza a decir nada ya que el dolor intenso del posoperatorio, sumado al llanto de su hija, que la perturba, no le permite extender su concentración más allá de esa órbita precisa. Le habla y le explica, agarrando su pecho y llevándolo a la boca de su hija que llora incansable de hambre y destierro, que si no le da la teta, la beba, tu beba, no se desarrollará saludablemente. No hay nada como la leche materna, remata. La madre cierra los ojos por un instante, aún bajo los efectos de los narcóticos que le inyectaron para paliar el dolor, para tajarla, y para inducir a su hija, y no logra entender por qué algo tan natural y orgánico de repente se torna una imposición cuasi fascista. La mujer le lastima el seno al obligarla a darle de mamar a su hija, y cuando la madre cobra un suspiro de lucidez, la empuja fuera de sí y le pide que se vaya. No recuerda si lo hizo en inglés, español o castellano. Lejos de la vigilancia insidiosa de la mujer, madre e hija se enredan indivisibles en un hálito sin palabras.

Migrante; migrar. 1. intr. Trasladarse desde el lugar en que se habita a otro diferente. Sin.: emigrar, inmigrar, mudar.

En el país que habito, muchas mamás tienden a ser abnegadas. Conozco unas cuántas profesionales que archivaron el título de abogacía en el cajón luego de parir. Nuca supe si aquella abnegación es un vehículo inconsciente para autoconvencerse de que su rol de madre acredita tal sacrificio, o un cálculo meramente económico frente al alto costo de las guarderías o niñeras. Puede ser además la influencia puritana, que late en cada recoveco de esta tierra. En todo caso, ser madre que trabaja es otra forma de habitar el exilio, en el exilio mismo. A veces su hija dice I love you, mom! Pero cuando le recrimina que está “trabajando” y no le dedica su tiempo incondicional a ella, la desacredita con un lapidario never mind. ¿Acaso yo fui grosera, de chica? se pregunta sabiendo que la respuesta es afirmativa. ¿Acaso es esto el efecto búmeran de la genética? ¿O es algo que ella mamó de mi teta cuando apenas era una beba? Le responde en castellano, español, inglés. Por la noche, la arropa con un fragmento de Dailan Kifki. Good night, dice la hija, contenta. Ta mañana, responde la madre. Y así, cada día, mes, año, en el exilio de la vida y en la vida del exilio, entre lenguas que se rozan y confunden, entre gestos y muecas y ademanes disonantes.

Enfocar. 1. tr. Hacer que la imagen de un objeto producida en el foco de una lente se recoja con nitidez sobre un plano u objeto determinado. Ant.: desenfocar.

Parir en el exilio se asemeja a un impulso por encuadrar la experiencia presente en un marco obstinado en borrarse. Es vivir fuera de foco: la guardería y el colegio, los amigos y las vacaciones, la salud, la terapia, la ortodoncia, la pubertad, la ropa, los modos de comer y de vestirse, de hablar, pararse, esperar, saludar. Desde mi nervio óptico, echar los cimientos en una esfera otra es transcribir las vivencias íntimas e inalienables en un intento por delimitar el foco, enfocar lo que no cabe en el marco del lente porque el marco es, en efecto, otro, el medium es otro, el plano es otro. Pura divergencia. Una existencia en continua asonancia. En la esfera que es la tierra que uno habita, el ser madre, parir, amamantar, cuidar, abrigar, cantar (“Manuelita vivía en Pehuajó” y “The Itsy Bitsy Spider”) es anidar lo recóndito. Gravitando al ras del suelo, los huesos arrebatados de cuajo y sus extremos dislocados ovillan el cuerpo desterrado, su voz, la mirada, los pies. Las manos. Y en el gravitar, esparcen semillas ansiosas de ímpetu y arraigo.

Gisela Heffes es escritora y enseña literatura y cultura latinoamericana en la universidad de Johns Hopkins. Sus publicaciones más recientes son el ensayo crítico “Visualizing Loss in Latin America: Biopolitics, Waste, and the Urban Environment” (2023), las novelas “Ischia” (Deep Vellum, 2023), “Cocodrilos en la noche” (2020; 2023), el poemario bilingüe “El cero móvil de su boca / The Mobile Zero of Its Mouth” (2020) y “Aquí no hubo ni una estrella” (2023). Es co-editora de “The Latin American Ecocultural Reader” (2020), “Pushing Past the Human in Latin American Cinema” (2021), “Un gabinete del futuro” (2022) y “Turbar la quietud” (2023).

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