Una pericia forense arrojó un poco de luz sobre el misterio de San Martín de los Andes, sacudida por la aparición de un cuerpo en el Lago Falkner. Los primeros análisis permitieron conocer la identidad del cadáver. Se trata de Juan Ignacio Castañón, de 37 años y de Mar del Plata. Pero las incógnitas continúan: no saben si era turista o residente en la zona y los estudios dieron como resultado que llevaba 15 días muerto al momento de su rescate.

Así, la pericia necrodactiloscópica aportó más información sobre un caso que había sembrado misterio en un paraje paradisíaco de Neuquén, desde el momento en que un navegante llegó con la noticia de la aparición de un cuerpo.

Aquel primer reporte ocurrió el martes por la tarde. El punto de referencia era un punto alejado de la costa de acceso al lago, ubicado a a 50 kilómetros de San Martín de los Andes y a 60 de Villa La Angostura.

El navegante informó sobre el presunto hallazgo al cuartel de bomberos de la zona. Dijo que había distinguido una figura humana. Añadió como referencias al cuartel de Meliquina haber visto unas mantas, una hamaca paraguaya y comida en una costa. En lo que respecta al cuerpo, puntualizó que se acercó a un refugio improvisado (que eran unas lonas atadas a dos árboles) y observó que debajo de las mantas asomaban piernas humanas.

El lugar era de ingreso complejo. Estaba a unos 10 minutos de la costa hacia el este del lago, donde hay tres islas. Desde ahí, navegando diez minutos más, se llega a la costa del lago, desde donde hay que caminar cerca de 20 minutos para llegar al lugar exacto en que estaba el refugio.

Las pocas, aunque contundentes, referencias despertaron precaución en las autoridades. Pero el miércoles a la mañana llegaron al refugio y, tal como les había adelantado el informante, pudieron recuperar el cuerpo. Luego de que en las primeras horas se especulara con que fuera un ermitaño de la zona, finalmente un día más tarde se conoció la identidad.

Apenas recuperaron el cuerpo, los investigadores observaron que no había marcas de golpes ni otras lesiones. Este jueves, los estudios profundizaron en el estado en que se encontraba el cuerpo y puntualizaron la data de muerte.

La autopsia y otras pericias forenses se hicieron en San Martín de los Andes. Juan Ignacio Castañón llevaba muerto más de quince días, de ahí el estado avanzado de descomposición que mostraba el cadáver. El fiscal de Junín de los Andes, Manuel González, indicó que el hombre estaba vestido sólo con una remera y calzoncillos.

A partir de ese dato, el fiscal deslizó una hipótesis principal: la versión más fuerte indica que el hombre habría fallecido debido a hipotermia.

La identificación del cuerpo no fue tarea sencilla. Al carecer de cualquier tipo de documentación que acreditara su identidad, los investigadores tuvieron que recurrir a una pericia forense, la pericia necrodactiloscópica. Esta técnica forense consiste en utilizar tejidos de las manos para intentar recuperar las huellas digitales.

Así fue cómo se establecieron varios elementos. Su identidad, Juan Ignacio Castañón; su origen, Mar del Plata; su fecha de nacimiento, el 13 de septiembre de 1986. A eso se suma un detalle: cuando fue encontrado, el cuerpo tendría 38 años, pero como llevaba más de dos semanas sin vida, la edad de muerte se computó en 37.

Hasta allí lo que se sabe. El resto es territorio incógnito. Un dato que esperan despejar en las próximas horas es si el marplatense vivía en la zona de San Martín de los Andes o de la Ruta de los Siete Lagos, o bien estaba como turista. Según La Mañana de Neuquén, los investigadores incluso evalúan la posibilidad de que hubiera hecho un viaje para celebrar su cumpleaños 38.

En la escena donde apareció el cuerpo de Castañón también encontraron un celular. Ese dispositivo puede convertirse en la principal fuente de información para conocer más sobre el hombre. Ahora, peritos informáticos de la Policía de Neuquén van a intentar desbloquear el teléfono para discernir, entre otros elementos, la causa de muerte.

La de un cuadro de hipotermia no deja de ser una entre otras posibilidades: en el refugio improvisado junto al cuerpo hallaron veneno de ratas, diazepam, jeringas y cánulas. Por ese motivo, otra de las pruebas que se aguardan en la fiscalía es el informe toxicológico, para determinar si podría tratarse, eventualmente, de un suicidio.