L., un bebé de 21 meses, espera su oportunidad de encontrar una familia que le dé el amor y el cuidado que necesita. Desde los cuatro meses vive con una familia de acogimiento, un hogar transitorio que le ha dado el afecto y la seguridad para crecer y desarrollarse en esta primera etapa. Pero aún el pequeño no ha encontrado una familia adoptiva dispuesta a darle un hogar definitivo por esa razón se abrió una convocatoria pública en el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad.

Según informaron desde el Consejo, su situación ha llegado a una instancia especial, llamada «convocatoria pública». Este es el último esfuerzo que el sistema realiza para hallar una familia que esté dispuesta a acompañar a L. en su vida y a darle el cariño que él, sin duda, tiene para ofrecer. Este mecanismo continúa a través de la republicación constante de las convocatorias públicas, persiguiendo el objetivo de encontrar familia.

Quienes conocen a L. lo describen como un bebé con una gran facilidad para socializar y una energía que contagia alegría. Está a punto de comenzar el jardín y sueña con compartir momentos de juego con otros niños. Entre sus pasatiempos favoritos están bailar mientras ve programas infantiles como “Topa”, “Plin Plin” y “La Casa de Mickey Mouse”. También adora los juguetes de encastre y aquellos con luces y sonidos, que no solo lo entretienen, sino que lo ayudan a desarrollar sus habilidades.

Cada día, L. sorprende a su entorno con nuevas palabras, gestos y sonrisas. Le encanta comer solo, y ya ha dejado la sillita de bebé para unirse a la mesa con los demás.Sigue desarrollándose sin mayores dificultades, a pesar de un síndrome genético que requiere algunos cuidados específicos.

María Jimena Álvarez de la Fuente, directora general de Gestión, Políticas y Programas del Consejo, considera que esta convocatoria para L. representa un hito, ya que visibiliza la situación de muchos niños que, como él, necesitan una familia. Este proceso, explicó, es necesario cuando no se encuentran familias adoptivas dentro de los registros tradicionales. A pesar de que L. solo requiere algunos cuidados y un seguimiento médico, muchas familias inscriptas en el sistema no están dispuestas a adoptar a niños con alguna cuestión de salud, lo que redujo drásticamente las opciones para él.

Eliana Carlomagno, directora operativa de Programas Especiales para Niñas, Niños y Adolescentes sin Cuidados Parentales, comentó que apenas el 2% de los inscriptos en los registros de adopción están abiertas a recibir a niños con necesidades de salud. Ante esta realidad, el sistema realiza primero una búsqueda local y, si no encuentra una familia que cuente con la disponibilidad adoptiva que se adecúe a los niños, se amplía la búsqueda a nivel nacional. En el caso de L., ni siquiera la búsqueda en los registros de todo el país dio resultados positivos, por lo que se recurrió a la convocatoria pública, un recurso excepcional.

Las personas interesadas en adoptar a L. pueden encontrar su convocatoria en la página oficial del programa, donde cada caso tiene un número de referencia específico. Este enlace brinda un resumen de la historia y características del niño, junto a las instrucciones para postularse. El proceso comienza con un formulario de inscripción y una serie de evaluaciones que buscan asegurar que la familia interesada esté preparada para ofrecer el apoyo y el cariño que el pequeño necesita. Al cierre de la convocatoria, el equipo evalúa las postulaciones recibidas y realiza encuentros informativos para profundizar en las necesidades específicas del niño.

L. ha crecido en un entorno afectivo proporcionado por su familia de acogida, quienes le han dado el primer apego seguro que todo niño necesita. Desde los cinco meses, esta familia le brindó un espacio donde se siente querido y protegido, y aprendió a convivir con otros «hermanos» de acogida. Para Álvarez de la Fuente, es crucial que la familia adoptiva de L. esté dispuesta a preservar el vínculo con su familia de acogida, pues esta conexión ha sido fundamental en su desarrollo.

«Es importante que las familias comprendan que el apego que el niño ha generado con su familia de acogida puede mantenerse», expresó Eliana. «Los niños que pasan por una familia de acogida logran perfectamente crear un vínculo con su familia adoptiva, sin necesidad de perder los lazos previos», agregó. La convocatoria del pequeño se extiende hasta el 10 de diciembre y lleva como número referencia: «REF 0212-CABA».

La historia de L. no solo es un llamado para encontrarle una familia, sino que también pone en evidencia la situación de muchos otros niños en el sistema de adopción. Actualmente, sólo en la ciudad de Buenos Aires hay más de 100 niños en espera de una familia. Algunos tienen condiciones de salud, otros son adolescentes, otros son grupos de hermanos que sueñan con permanecer juntos.

Para más información por la convocatoria pública comunicarse a convocatoriaspublicas@buenosaires.gob.ar. Y si se quiere formar parte del Programa Acogimiento Familiar, enviar un correo electrónico a acogimientofamiliar@buenosaires.gob.ar.