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SOCIEDAD

La ley de Alquileres tendría su sanción definitiva la semana que viene en Diputados: los cinco votos clave en disputa

El Frente de Todos buscará aprobar el texto con modificaciones que viene del Senado. En tanto, Juntos por el Cambio insistirá con la redacción original que la Cámara baja aprobó el mes pasado. El rol de los bloques “del medio” y el rechazo de los libertarios de Milei

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Cámara de Diputados

Tras largos meses de debate, la reforma de la ley de Alquileres tendría su sanción definitiva la semana que viene. Sin embargo, la falta de mayorías claras deja un escenario con final abierto.

A fines de agosto, la oposición había logrado la media sanción de un proyecto que proponía, entre otros puntos, volver a los contratos de dos años con actualizaciones cada cuatro meses. Sin embargo, cuando ese texto llegó al Senado el oficialismo hizo valer su mayoría e introdujo cambios fundamentales, entre los que se destacan los contratos por tres años y la actualización cada seis meses.

Por lo tanto, el proyecto volvió a la Cámara de origen. Y ahora los diputados tendrán dos opciones: aprobar el proyecto con modificaciones que viene del Senado o insistir con la redacción original.

El Frente de Todos, que en Diputados proponía inicialmente no modificar el núcleo de la ley vigente (contratos de tres años y actualización anual), consideró que el proyecto que llegó del Senado es “superador” y por lo tanto buscará darle sanción definitiva el martes que viene.

Según pudo saber Infobae, el oficialismo contará con el apoyo de los cuatro diputados del Frente de Izquierda y dos diputados misioneros de Provincias Unidas. En total 124 votos. No obstante, aún intentan convencer a los dos diputados rionegrinos ya que, a pesar de que ambos acompañaron la iniciativa original de Juntos por el Cambio, su jefe político, el gobernador electo Alberto Weretilneck, votó con el oficialismo en el Senado.

Comisiones de Presupuesto y Legislación General - Ley de Alquileres
Comisiones de Presupuesto y Legislación General – Ley de Alquileres

Por su parte, Juntos por el Cambio tendría de su lado a cuatro diputados del Interbloque Federal y dos del bloque SER (122 votos).

Teniendo en cuenta que los libertarios (3) de Javier Milei adelantaron a Infobae que mantendrán su posición de rechazo a ambas iniciativas, porque consideran que la derogación total de la ley es la única opción aceptable, y que otros dos diputados del interbloque Federal (Alejandro “Topo” Rodríguez y Natalia De la Sota) confirmaron que se abstendrán, los votos de los dos socialistas, el gobernador electo de Neuquén Rolando Figueroa y los dos rionegrinos terminarán de inclinar la balanza.

“La iniciativa de Diputados es la más adecuada porque da libertad para elegir el índice de indexación. Si defeccionan Weretilneck y Milei vamos a tener una ley que redactó Cristina Kirchner en el Senado”, dijo Juan Manuel López, de la Coalición Cívica, para aumentar la presión sobre los diputados en duda.

Si bien el oficialismo aún no decidió si incluirá el tema en la sesión prevista para el próximo martes, en la bancada que conduce Germán Martínez creen que si no lo hacen ellos, lo hará la oposición.

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Qué proponen los dos proyectos

Los puntos clave del proyecto promovido por el oficialismo incluye: mantenimiento de contratos por tres años, ajustes semestrales en lugar de anuales, aplicación del índice Casa Propia, que considera el menor índice entre la variación salarial y la inflación del último año. Actualmente, se utiliza el Índice de Contratos de Locación (ICL) del Banco Central, contratos en pesos e incentivos impositivos para propietarios que alquilen sus viviendas.

Por su parte, el proyecto aprobado originalmente en Diputados determinaba que los ajustes al valor del alquiler se podrán realizar por “intervalos no inferiores a los cuatro (4) meses”. Y aclara: “Las partes deberán convenir el mecanismo de actualización del precio del alquiler al inicio de la relación locativa, pudiendo aplicar a tales efectos el índice de precios al consumidor (IPC), el índice de precios mayoristas (IPM) y/o el índice de salarios (IS), elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) o una combinación de dichos índices, según las partes acuerden”.

El plazo mínimo del contrato será de dos años y se considerará de ese plazo si su duración no está estipulada, pero el inquilino o locatario puede renunciar a ese plazo, en caso de preaviso, bajo ciertas condiciones.

alquileres
Viviendas en alquiler

Por otro lado, en caso de vivienda habitacional, no puede exigirse al inquilino o locatario el pago de alquileres anticipados ni depósitos de garantía superiores a un mes. Tampoco podrá exigirse un pago de “valor llave o equivalente” ni la firma de pagarés “o cualquier otro documento que no forme parte del contrato original”.

Como incentivos para la reactivación del mercado de alquileres, el proyecto propone exenciones al monotributo para aquellos propietarios que “no realicen más de tres actividades simultáneas o no posean más de tres unidades de explotación”, y aclara además que en el caso de la actividad de locación de inmuebles, mediante contratos debidamente registrados, se considera como una sola unidad de explotación independientemente de la cantidad de propiedades afectadas a la misma”.

Otro estímulo es la exención del pago del impuesto a los Bienes Personales sobre los bienes ofrecidos en locación “para casa-habitación, con contratos debidamente registrados”, aunque con tope a determinar según el valor de los contratos vigentes.

También se exime del pago del impuesto al cheque las operaciones bancarias “utilizadas en forma exclusiva para las operaciones inherentes a la actividad de locación de inmuebles con destino casa – habitación, cuyos contratos se encuentren debidamente registrados”.

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“Bajo amenaza”: Estados Unidos y Brasil acechan el liderazgo de la Argentina en un negocio que aporta US$10.000 millones

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La producción de soja en Sudamérica y Estados Unidos sigue creciendo a niveles récord, pero el aumento de la oferta no se traduce en mejores perspectivas para la Argentina. Expertos alertaron que las políticas de biocombustibles en Brasil y Estados Unidos están generando un excedente de harina de soja que amenaza el liderazgo argentino en este segmento, que para el país representaría ingresos por 10.496 millones de dólares en el cierre de 2024, y se estima que en 2025 podría ubicarse, en 9898 millones, aunque con desafíos crecientes.

”La política argentina debería comprender que nuestro principal clúster exportador, la soja, está bajo amenaza”, apuntó Javier Preciado Patiño, de RIA Consultores y exsubsecretario de Mercados Agropecuarios. En ese sentido, explicó que tanto Brasil como Estados Unidos, mediante sus políticas de biocombustibles, están impulsando una mayor demanda de aceite de soja, “lo que genera excedentes de harina que deben exportarse”. Destacó que “el mercado de harina de soja es relativamente pequeño en comparación con el de poroto, lo que facilita su saturación”. Ambos países están volcando cantidades cada vez mayores al mercado internacional, lo que plantea un problema estructural para la Argentina. Este desafío no solo impactará en la campaña actual, sino que también podría extenderse en el tiempo, afectando la competitividad del país en el segmento, advirtió.

A esta situación se agrega que este año, con el aumento de la producción, la demanda no acompañó el crecimiento de la oferta y esto ya se verá reflejado en la caída de los precios. En rigor, las proyecciones para la campaña 2024/25 apuntan a una producción récord de soja a nivel mundial. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), la producción global alcanzaría 427,1 millones de toneladas, un 8,2% más que en la campaña anterior. En Sudamérica, Brasil liderará con un crecimiento del 10,5%, alcanzando las 169 millones de toneladas, con un potencial de 180 millones si las condiciones climáticas son favorables. En tanto, para la Argentina proyecta un incremento del 7,9%, a 52 millones de toneladas.

Ante esta situación, Preciado Patiño destacó la necesidad de que la Argentina tome medidas para proteger el principal complejo exportador del país. “Para sostener nuestro liderazgo, necesitamos dos medidas clave: la baja de los derechos de exportación y el incremento del corte obligatorio con biodiésel”. Esto permitiría replicar la estrategia de Brasil y Estados Unidos, que incrementan el uso de biocombustibles, retiran oferta del mercado global y, de alguna manera, subsidian la exportación de harina de soja.

Actualmente, en la Argentina los cortes obligatorios son del 7,5% para el biodiésel que viene del aceite de soja y del 12% para el bioetanol de maíz. Estas cifras están lejos de las políticas más agresivas de otros países.

En Estados Unidos, actualmente, aproximadamente la mitad de los insumos para fabricar diésel renovable salen del aceite de cocina usado importado principalmente de China y otros países asiáticos. Existe una fuerte presión por parte de los gobernadores de la región del Midwest y legisladores estadounidenses para que la nueva administración prohíba la importación de este aceite reciclado y lo reemplace por aceite de soja y colza producidos localmente.

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Se demanda más aceite de soja para biodiésel, lo que libera más harina para exportar

Dijo que la política de Trump podría alinearse con estas demandas. “Es probable que se restrinja la importación de estos materiales y se promueva el uso de aceites vegetales derivados de cultivos nacionales”, apuntó. Esto, comentó, podría dejar mayores excedentes exportables de harina de soja en el mercado global, afectando aún más a Argentina.

En esa línea, la Bolsa de Comercio de Rosario había advertido hace unos meses que para la Argentina “la principal amenaza es el crecimiento del procesamiento de soja en Brasil y Estados Unidos, que no absorben toda la harina producida en sus mercados domésticos”. Entre 2013/14 y 2023/24 ambos países aumentaron su producción en más de 12 millones de toneladas, destinando Brasil el 50% de ese incremento a la exportación y Estados Unidos el 30%. En ese sentido, la entidad advirtió: “Con las perspectivas de que ambos países sigan incrementando su corte para biocombustibles y demanden más aceite de soja, es factible que continúe aumentando el crush de soja y se incremente la competencia por colocar excedentes de harina de soja en el mercado internacional”.

Gustavo López, analista de mercados, remarcó que la industria aceitera argentina enfrenta dificultades debido a la falta de oferta, problemas de competitividad y la negativa de algunos productores a vender. Esto mientras Brasil y Estados Unidos avanzan a un ritmo mucho más acelerado con esta política de utilizar su aceite de soja para biocombustibles, algo que indicó, al igual que Patiño, puede “generar un excedente de harina de soja que, aunque no se nota de inmediato, terminará afectando el mercado global”.

López dijo que, a pesar de que la Argentina sigue siendo líder en la exportación de harina de soja, ha perdido algunos puntos en su participación global, pasando del 40% al 38%. Sin embargo sigue siendo un actor clave en este segmento. Según el analista, el problema radica en que los países competidores, especialmente Estados Unidos, están aumentando su capacidad de molienda con la construcción de nuevas plantas, lo que les permite generar más aceite para biodiésel y más harina que, eventualmente, será exportada.

Hay expectativa por la política de Trump para los biocombustiblesEITAN ABRAMOVICH – AFP

“Los americanos tenían previsto 18 plantas nuevas; aunque no todas están habilitadas, algunas sí, lo que les permite moler más, generar más aceite para biodiésel y producir más harina que mandan al mercado”, explicó. López también mencionó que Brasil está siguiendo una estrategia similar, lo que podría complicar aún más la situación para Argentina en el futuro cercano.

Carlos Pouiller, analista de mercados de AZ-Group, señaló que los incentivos a la producción y molienda de oleaginosas, en este caso soja para biocombustibles, ya se vienen dando desde hace un tiempo, y destacó que esto podría ser un problema en el futuro. Sin embargo, resaltó que en estos momentos lo que “más perjudica” a la Argentina es la situación de bajos precios internacionales tanto para el grano de soja como para la harina y el aceite. “A nivel mundial, la oferta de grano ha aumentado en casi 30 millones de toneladas en comparación con el ciclo anterior, pero la demanda no es suficiente para absorber esta producción. Esto ha llevado a un incremento significativo en los stocks, lo que genera un mercado saturado. Esta situación se refleja claramente en la tendencia a la baja de los precios que hemos observado en las últimas semanas”.

En esta línea, Pouiller también indicó que, con la victoria de Trump, una de las posibilidades es que si Estados Unidos anula las políticas de estímulo a la producción de biocombustibles el precio del aceite de soja podría caer aún más.

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