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SOCIEDAD

Luis Majul: “Javier Milei, la ‘lista negra’ y la ‘cola limpia’”

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Javier Milei volverá a descalificar en público, con nombre y apellido, a los senadores nacionales que intenten, “con argumentos tirados de los pelos” voltear la Ley Bases y el Capítulo Fiscal.

El Presidente se lo confesó hace horas a un ministro que le preguntó cómo iba a reaccionar si el paquete regresaba a Diputados con modificaciones.

Milei tiene en su celular una “lista negra” de legisladores que, según el gobierno, parecen estar queriendo “vender caro” su voto en el recinto.

Por supuesto, primero, en la nómina, aparece Martín Lousteau. No es el único. Solo el más visible.

Hay peronistas, radicales y “líberos” que no responden ni a los partidos políticos ni los gobernadores. Como la senadora por Catamarca Lucía Corpacci, quien profirió declaraciones consideradas antisemitas contra el rabino Axel Vahnish, propuesto y finalmente aceptado como embajador argentino en Israel.

El Presidente cree, una vez más, que tiene, de su lado, a “las fuerzas del cielo”. Que todavía está fresca la memoria de los argentinos la escena de la manito alzada de manera vergonzante por Lousteau, votando un escandaloso aumento de las dietas. Una imagen tan viralizada como la caricatura del gesto que hizo Esteban Trebucq, en el medio de la masiva indignación.

Si, por el contrario, Bases y capítulo fiscal se convierten en ley, Milei volverá a usar su cuenta de X para elogiar a quienes considere que lo hayan ayudado. Será parecido a que lo hizo con Cristian Ritondo y Silvia Lospenatto el martes pasado.

¿Milei está cambiando? ¿De repente se volvió pragmático? ¿Negocia con la casta porque entendió que de otra manera el gobierno no arranca más?

El Presidente se niega a dar la razón a los analistas clásicos que sostienen que tuvo que ceder para obtener su primera victoria política. Dice, cada tanto, en la intimidad: “Soy liberal libertario, pero no boludo”. Y repite, como un mantra: “Lo único que no voy a negociar es el déficit cero”.

Mientras tanto, mantiene entretenidos a “los pibardos” con la expectativa de una “nueva cumbre” con Elon Musk. Sucederá este lunes, a las 15:30, hora de Los Angeles, en el marco de la invitación que le hizo el Instituto Milken, como principal orador, junto a Kristalina Georgieva.

Elon Musk y Javier Milei

Milei se sentará a conversar con Musk sobre inteligencia artificial. También se encontrará con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, para hablar de otra de sus obsesiones. La que comparte con el expresidente Mauricio Macri: la conversión de los clubes de fútbol en sociedades anónimas.

Y todo eso, lo hará sin dejar de hacer funcionar, la “máquina de comunicar buenas noticias”, conducida por él mismo, y que en las últimas horas no paró de arrojar datos positivos. Algunos ejemplos:

-Posible inflación de un dígito para el mes de abril.

-Deflación de los siguientes productos, también durante abril:

  • 2.9% mermeladas
  • 0.4% pastas frescas
  • 0.9% arroz
  • 1% lavandina
  • 1.8% puré
  • 2.2% rollos de cocina
  • 2.3% harina
  • 3.6% gaseosas
  • 3.8% papel higiénico
  • 4.2% desinfectantes
  • 4.3% aceites
  • 4.3% café
  • 4.3% flanes
  • 5.6% azúcar
  • 6.2% toallas femeninas
  • 6.3% enlatados de pescado
  • 7.5% cremas dentales
  • 10.5% detergente para ropa

-Arranque de mayo con una fuerte deflación en alimentos.

-Expectativa de que la inflación de mayo termine en un 6 o un 7 por ciento, algo impensado poco tiempo atrás.

-Postergación del Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC) para evitar el impacto en el precio de la nafta.

-No aplicación del aumento de las tarifas de luz y de gas que se había anunciado en mayo.

-Presión sobre las prepagas para que dieran marcha atrás a las subas.

-Anuncio de la baja de aranceles para importar heladeras, lavarropas, neumáticos e insumos plásticos.

Milei continuará, durante las próximas horas, su combate, cara a cara, contra los que sostienen que el superávit financiero no es sustentable. Y también contra los que denomina: “Los fundamentalistas del atraso cambiario”.

Esta semana, en El Observador 107 9, el Presidente le respondió, con lujo de detalles a Cristina, quien, en su última aparición, lo acusó de lograr un superávit de mentirita.

Cristina Kirchner y Javier Milei

Lo hizo diciendo que no va a haber más obra pública tal como la conocimos gracias a los Cuadernos de la Corrupción, ni más transferencias discrecionales a las provincias, ni más gobernadores pidiéndole limosna a los funcionarios en Buenos Aires.

Además, en las últimas horas, antes de subirse por primera vez al avión oficial de la presidencia ARG 01 que lo llevó hasta Los Angeles, Milei les propuso un debate a quiénes sostienen que el tipo de cambio está atrasado.

Y todo eso, mientras su equipo de comunicación se encarga de “bajar línea” sobre los logros de la semana, tarea en la que se destacó Javier Lanari, con dos tuits de alto impacto.

Uno, con un claro epicentro en el cierre del 40% de los registros del automotor. El otro, con breve resumen de las últimas 24 horas, hecho hace solo un día.

Pero no solo las buenas noticias, sino su manera de presentarlas, es lo que la oposición le cuestiona a Milei. ¿Era necesario, por ejemplo, decir que la economía, en un momento determinado, iba a empezar a crecer como “pedo de buzo”?

El stand-up de Javier Milei

En la entrevista que le hicimos junto a Trebucq, Pablo Rossi, Luis Gasulla, Camila Dolabjian y Horacio Cabak le preguntamos, si semejante frase no había sido una exageración. Y él pareció admitirlo al responder: “La economía ya está teniendo una recuperación y los salarios le están ganando a la inflación, pero esto no es magia y demanda tiempo”

Rossi también le preguntó sobre su decisión de proponer a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla como nuevos miembros de la Corte Suprema de Justicia. Entonces Milei se hizo cargo de las sospechas y sentenció: “Tengo el culo limpio”

Lo mismo le dijo a un periodista que en las últimas horas le preguntó por qué los diputados de la Libertad Avanza no habían votado a favor de cobrar a Pablo Otero el mismo nivel de impuestos que se le cobra al resto de las tabacaleras. Recordemos que el propio Milei se había referido a Otero como “el señor Tabaco”. Contestó, palabra más, palabra menos: “Como tengo el c… limpio, estoy a favor de que nadie deje de pagar impuestos por un arreglo o una situación particular”

Al mismo tiempo, Milei, ante una pregunta de Gasulla, quiso dejar en claro que, más allá del respeto por la división de poderes, el Ejecutivo no iba a dejar de presentar ante la justicia todas las denuncias sobre casos de presunta corrupción, como el de los alimentos que no llegaban a los comedores populares.

En este sentido, Juan Grabois debería dejar de enviar cartas documento a periodistas y dedicarse a responder, punto por punto, las imputaciones que pesan sobre él y sus amigos por los presuntos delitos de abuso de autoridad, fraude, malversación de caudales públicos e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Por haber recibido el equivalente a mil millones de dólares a través del Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), para hacer 6517 casas, de las cuales solo se habrían terminado 400.

También Grabois debería preocuparse, y mucho, por explicar como fue que se “apropió” del enorme predio de Pedro Echague 1265, violando normas y disposiciones, sin que sus socios políticos lo denunciaran ante la justicia.

Quizá así, los que todavía lo ven como una mezcla del Che Guevara y un enviado del Papa, al final, se den cuenta, que Grabois no es pobre, sino que “trabaja” de pobre. Y que todo lo que hace, lo hace por plata.

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SOCIEDAD

El discurso de Milei en Brasil, a la luz de un estudio clásico sobre el populismo económico latinoamericano

La secuencia que describió en su alocución el mandatario argentino tiene similitudes con las “fases” que describieron hace más de 30 años dos prestigiosos economistas. Pero también hay diferencias, desde la política cambiaria hasta las motivaciones políticas

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Javier Milei CPAC Brasil
Argentina’s President Javier Milei gestures during the CPAC Brazil conference in Camboriu, Santa Catarina State, Brazil on July 7, 2024. Conservative Political Action Conference (CPAC) is a political conference attended by conservative activists and elected officials. (Photo by EVARISTO SA / AFP) (EVARISTO SA/)

Así como en lo político el discurso del presidente Javier Milei ante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Brasil, se inmiscuyó en la política brasileña calificando de “persecución judicial” las causas contra el exmandatario Jair Bolsonaro, pero se cuidó de cargar directamente contra el actual, Lula da Silva, al que en otra oportunidad había calificado de “corrupto”, en lo económico siguió la línea de un muy citado paper de principios de los 90s de dos académicos muy conocidos en América Latina, el difunto economista (alemán de nacimiento y norteamericano), Rudiger Dornbusch, y el chileno Sebastián Edwards.

Milei definió los “programas socialistas” de América Latina como una “receta para el desastre”. Según enumeró, parten de una situación de bonanza, con economías ordenadas y un contexto internacional favorable, pero se enamoran de la supuesta bonanza y emprenden un derrotero hacia el desastre: aumento del empleo público y de los subsidios y el gasto y luego de los impuestos para intentar cubrir el consiguiente déficit, con lo que espantan la inversión. A posteriori, siguió Milei, se “consumen los stocks”, se endeudan y cuando agotan el crédito recurren a la emisión monetaria. Mientras, inventan “regulación sobre regulación”, creando negocios para “la casta prebendaria”. Lo que nunca resuelven, dijo Milei, es el “círculo vicioso” de exceso de gasto público, déficit fiscal y emisión.

Colección de culpables

“El costo lo paga la gente que los socialistas dicen proteger, pero quieren esclavizan para permanecer en el poder”, acusó Milei. En eso consisten, afirmó, el “Socialismo del siglo XXI”, el “Foro de San Pablo” y el “Grupo de Puebla”, y para subrayarlo afirmó que en los últimos 70 años en la Argentina la Base Monetaria argentina se multiplicó “25.000 trillones de veces”, cifra a todas luces exagerada, incluso si se interpreta la palabra “trillones” como derivada del trillion inglés, que en español es “billón” (millón de millones).

Más allá de eso, la secuencia descripta por el mandatario argentino sigue las líneas del paper “Macroeconomía del Populismo”, de Dornbusch y Edwards, de principios de los 90s. Notablemente, una de las notas a pie de página de ese ensayo remite a un trabajo de Federico Sturzenegger, alumno de Dornbusch en el prestigioso “Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Dornbusch y Edwards describen las experiencias populistas en América Latina afirmando: “una y otra vez, en un país como en otro, los gobernantes han aplicado programas económicos que recurren en gran medida al uso de políticas fiscales y crediticias expansivas y a la sobrevaluación de la moneda para acelerar el crecimiento y redistribuir el ingreso y a la sobrevaluación de la moneda para acelerar el crecimiento y redistribuir el ingreso”. Paradójicamente, una cada vez más extendida crítica de los economistas argentinos a la actual política económica es, precisamente, que está recurriendo a la “sobrevaluación de la moneda”.

El presidente de Argentina, Javier Milei, participa en la conferencia del Conservative Political Action Conference (CPAC), este domingo en Balneário Camboriú, estado de Santa Catarina (Brasil). EFE/ André Borges
El presidente de Argentina, Javier Milei, participa en la conferencia del Conservative Political Action Conference (CPAC), este domingo en Balneário Camboriú, estado de Santa Catarina (Brasil). EFE/ André Borges (EFE/Andre Borges André Borges/)

Más allá de esa curiosidad, lo cierto es que el paper refiere que después de un breve período de crecimiento “surgen cuellos de botella que provocan presiones macroeconómicas insostenibles y que finalmente conducen al derrumbe de los salarios reales y a graves dificultades de la balanza de pagos”. El resultado final, resumen, es “una inflación galopante, la crisis y el colapso del sistema económico” tras lo cual “no queda más opción que instituir un programa de estabilización drásticamente restrictivo y costoso, por lo regular con el auxilio del FMI. El carácter autodestructivo del populismo es evidente en la gran declinación del ingreso per capita y los salarios reales en los últimos días de estas experiencias”.

Condiciones iniciales y fases del populismo

Al igual que el discurso de Milei, el trabajo de Dornbusch y Edwards, describe “condiciones iniciales” y “fases del populismo”. Pero no describe el punto de partida como “bonanza” sino más bien como una situación de insatisfacción popular con los resultados de la economía: “crecimiento moderado, estancamiento o depresión franca, debido a esfuerzos de estabilización anteriores”, un marco político propicio al modelo populista, cuya secuencia, ya en el poder, recorre 4 “fases”.

  1. Mediante políticas “expansivas” de gasto y subsidios elevan la producción, los salarios reales y el empleo, mostrando un aparente éxito. “Los controles aseguran que la inflación no sea un problema, y las importaciones alivian la escasez. La disminución de los inventarios y la disponibilidad de importaciones (financiadas mediante desacumulación de reservas o la suspensión de los pagos externos) absorben la expansión de la demanda con escaso efecto en la inflación.
  2. Aparecen cuellos de botella en la economía debido a una fuerte expansión de la demanda de bienes nacionales y a una creciente falta de divisas. Mientras que la reducción de los inventarios fue un aspecto esencial de la primera fase, los bajos niveles de los inventarios y su reposición constituyen ahora una fuente de problemas. Se hacen necesarias las correcciones de los precios y la devaluación, el control de cambios o el proteccionismo. La inflación aumenta de manera significativa, pero los salarios se mantienen. El déficit presupuestario empeora enormemente como resultado de los subsidios generalizados a los bienes de consumo básico y las divisas.
  3. La escasez generalizada, la aceleración de la inflación y la insuficiencia de divisas llevan a la futa de capitales y la desmonetización de la economía. El déficit fiscal aumenta fuertemente debido a la caída de la recaudación y el costo de los subsidios. El gobierno intenta estabilizar reduciendo los subsidios y devaluando: los salarios reales caen drásticamente y la política se torna inestable. “El gobierno se encuentra en situación desesperada”.
  4. Un nuevo gobierno intenta una estabilización ortodoxa, usualmente con un programa del FMI.

“Cuando todo haya terminado, el salario real habrá bajado hasta un nivel significativamente menor que el prevaleciente cuando se inició todo el episodio. Además, esa declinación será muy persistente, porque la política y la economía del experimento habrán deprimido la inversión y promovido la fuga de capital. Lo extremo de las declinaciones de los salarios reales se debe a un hecho sencillo: el capital es móvil a través de las fronteras, pero la mano de obra no lo es. El capital puede huir de las malas políticas, pero los trabajadores están atrapados. El desmantelamiento final es acompañado a menudo por grandes cambios políticos, incluido el derrocamiento violento del gobierno”, escribieron hace más de 30 años los autores del trabajo.

Patricio Aylwin, primer presidente de la "Concertación". Detrás suyo, Augusto Pinochet, que mantuvo durante años el cargo de "Senador vitalicio". Fue el inicio del verdadero "milagro económico" chileno
Patricio Aylwin, primer presidente de la «Concertación». Detrás suyo, Augusto Pinochet, que mantuvo durante años el cargo de «Senador vitalicio». Fue el inicio del verdadero «milagro económico» chileno

A diferencia de Milei, Dornbusch y Edwards no atribuyeron el populismo a una maldad intrínseca de los gobernantes ni los (des)calificaban de “socialistas”. Por el contrario, escribieron, “no tenemos duda acerca de la sinceridad de los gobernantes que emprendieron estos programas y compartimos su preocupación por la distribución del ingreso y el alivio de la pobreza. Sin embargo, es precisamente la sinceridad de estos gobernantes lo que hace urgente la necesidad de discernir exactamente cómo y por qué fallaron los programas”.

Una nota final, esperanzadora, refería la entonces naciente experiencia de la “concertación” chilena, que había llegado al poder en Chile, tras 15 años de dictadura pinochetista.

Así decía: “un interrogante es si los países tienen una memoria económica y política que les permita aprender de sus propios errores. Los recientes acontecimientos de Chile, donde el nuevo gobierno democrático que llegó al poder en marzo de 1990 afrontaba presiones urgentes e inmediatas para mejorar las condiciones sociales de los pobres, arrojan nueva luz acerca de este tema. Los informes del equipo económico del nuevo gobierno chileno y el programa económico de la coalición gobernantes —que incluye a muchos de los partidos de la Unidad Popular de Allende—, sugieren que en ese país se han absorbido algunas de las lecciones más importantes en lo referente a la elaboración de la política económica. En efecto, las nuevas autoridades han destacado reiteradamente la necesidad de mantener el equilibrio fiscal y de perseguir metas de redistribución mediante políticas microeconómicas específicas”.

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