Con el mar de fondo de que no había pasado ni una semana desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la emergencia internacional por la viruela del mono, ante el indicio de ronchas en un tripulante de buque cerealero que provenía de Europa y Brasil, las autoridades sanitarias argentinas decidieron aislarlos a todos y que no pisen suelo argentino. Falsa alarma. Era varicela.

Más allá de esa decisión propia del Reglamento Sanitario Internacional, que días atrás el Gobierno decidió reforzar en aeropuertos, puertos y entradas terrestres ante la amenaza de la entrada de casos de mpox (como se llama a la viruela símica), los síntomas de ambas vistosas y molestas afecciones pueden confundirse. Aunque sean más las diferencias.

Clarín consultó a una especialista en infectología para separar las manifestaciones de la viruela del mono y las de la varicela, y repasar las pautas a seguir en caso de sospecha de una u otra enfermedad infectocontagiosa.

En Argentina el primer caso confirmado de viruela de mono se registró en 2022. Desde ese entonces hubo 1.157 casos confirmados -1.025 en 2022, 124 en 2023 y 8 en lo que va de 2024- con dos fallecidos, ninguno este año.

La edad promedio de los infectados argentinos fue de 34 años, con un mínimo de 23 años y un máximo de 44 años. De los 8 casos de viruela del mono confirmados desde enero, 7 son varones. Dos residen en la provincia de Buenos Aires, tres viven en la Ciudad, uno en Corrientes, otro en Santa Fe y otro en Río Negro.

Cuatro registran antecedentes de viaje o contacto con viajeros y un caso no presenta estos antecedentes, mientras que los restantes continúan en investigación epidemiológica.

Los casos se caracterizaron principalmente por la presencia de exantemas vesiculares (erupciones en la piel) en diferentes localizaciones incluyendo genitales, perianales, manos y torso, además de fiebre y dolor de cuerpo.

«El virus de la varicela y el de la viruela del mono son dos virus diferentes. La mayoría de los que tienen varicela, que es sumamente contagiosa, tienen un cuadro de general de fiebre, decaimiento. Afecta principalmente a niños no vacunados. Por suerte ya en la Argentina tenemos incorporada la vacunación, y aún así adolescentes o adultos jóvenes que no se hubieran vacunado pueden tener varicela», explica a Clarín Elena Obieta, jefa del Servicio de Enfermedades Transmisibles y Emergentes de la Municipalidad de San Isidro.

Las manchitas de la varicela, dice la infectóloga, rápidamente van evolucionando. «Primero es una manchita y después se transforma en una vesícula, una pequeña ampolla, se hace la costra y después se cae».

Lo más característico de los niños, niñas y adolescentes con varicela es que tienen en simultáneo lesiones en la boca, en la piel, incluso en genitales, en cuero cabelludo, pero en distintos estadíos: «En la cara tienen una ampolla y en el cuero cabelludo ya tienen las costras».

La viruela de mono es una infección vírica (producida por el virus MPXV) que puede propagarse entre las personas y, en ocasiones, desde el entorno a las personas a través la ropa, sábanas, toallas y superficies, como el celular o picaportes, que haya tocado recientemente alguien infectado. Pertenece a la familia de los orthopoxvirus.

La característica más distintiva es que la mayoría de los casos se da en pacientes en el pico de su actividad sexual, a diferencia de la varicela, que es una de las enfermedades eruptivas más frecuentes de la infancia.

La varicela en cambio es producida por el virus varicela-zóster y también es muy contagiosa: afecta a casi todas las personas antes de alcanzar la edad adulta, y es por eso que sólo el 10% es susceptible de enfermarse de varicela en la adultez (por no haber tenido la enfermedad antes o no estar vacunados).

En Argentina, previo a la introducción de la vacuna al Calendario Nacional de Vacunación (desde 2022 se agregó una segunda dosis de protección, la primera a los 15 días de vida y otra a los 5 años), se estimaban alrededor de 400.000 casos de varicela cada año. Para la viruela del mono no hay vacuna.

En la viruela de mono, las vías de transmisión de persona a persona pueden producirse por contacto cercano directo con lesiones cutáneas o mucosas (bucal o anal) de una persona enferma, especialmente en un contacto estrecho sexual; o en contacto con objetos contaminados.

«Mientras que la varicela no tiene complicaciones, más que la sobreinfección de las lesiones por bacterias, en la viruela de mono rápidamente en las ronchas se hace pus, costras, agujeritos, que son pequeñas ulceritas, y se inflaman los ganglios. Las complicaciones solamente se ven en personas inmunosuprimidas, y el compromiso es en el recto, como proctitis», dice Obieta.

El período de incubación de mpox es en un rango de 5 a 21 días, habitualmente de 6 a 13 días. La enfermedad es en general se resuelve en 14 a 21 días con manejo de los síntomas, del dolor y la picazón.

Los síntomas de la fase inicial incluyen fiebre, dolor de cabeza y de cuerpo, cansancio, dolor de garganta y/o dolor en el ano o los genitales.

Las lesiones en general son múltiples (aunque pueden ser únicas) y suelen aparecer algunos días después de los síntomas iniciales, aunque pueden ocurrir en simultáneo; y tienen a concentrarse en las regiones anal, genital, en la cara y los brazos o las piernas.

Fuentes del Ministerio de Salud explicaron que «al principio, las lesiones son planas, luego se llenan de líquido y, a continuación se forman costras, que se secan y se desprenden, y por debajo se forma una capa nueva de piel». Eso produce picazón.

La confirmación de infección por este virus se realiza por diagnóstico en el laboratorio analizando el material de las lesiones cutáneas mediante una PCR (reacción en cadena de la polimerasa).

¿Cuáles son los síntomas de la varicela y por qué son similares? El cuadro clínico de varicela arranca con fiebre y malestar general, durante 24 a 48 horas antes del inicio de la aparición de vesículas (esas pequeñas ampollas con contenido líquido, con algún parecido a la de la viruela del mono).

La erupción provocada por la varicela aparece entre los 10 y 21 días posteriores a la exposición al virus de la varicela-zóster. La erupción suele durar entre 5 y 10 días.

Esa manifestación se presenta en diferentes brotes sucesivos (6-24 horas entre cada uno) que afectan todo el cuerpo, y pican mucho. Las lesiones suelen aparecer primero en el cuero cabelludo, se extienden al tronco y a las extremidades. Luego de la aparición de las vesículas se generan unas costras (similar a lo que ocurre con la viruela de mono, pero que recién pica cuando aparecen las costras).

La varicela es una enfermedad considerada benigna, que se trasmite fundamentalmente por gotas de las vías respiratoria, a diferencia de la viruela de mono, cuya transmisión de esa forma es más infrecuente. Y si bien circula todo el año, «la varicela es un virus tiene dos picos estacionales en el invierno y en la primavera«, señaló Obieta.

Se recomienda que la persona con varicela permanezca en su casa hasta que las ampollas hayan evolucionado a costras en su totalidad. El mismo aislamiento que en el caso de la viruela de mono.