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SOCIEDAD

Tigres vs Chivas: los felinos ya lo ganan con una anotación de Sebastián Córdova

Cade Cowell ya realizó su debut con el rebaño en la cancha del Estadio Universitario de San Nicolás de los Garza

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Minuto 90. El juez añadió cinco minutos al cronómetro.

Minuto 90. Gol anulado para las Chivas.

Guzmán había logrado meter el balón en el arco rival después de un segundo intento ofensivo posterior al tiro de equina. No obstante, el árbitro lateral invalidó la anotación al notar que se encontraban en posición adelantada.

Minuto89. Tiro de esquina para Chivas que termina siendo rechazado por la defensa.

Minuto 88. Chivas intenta volver a acercarse al área felina.

Minuto 85. Los médicos ingresaron al campo para revisar a Javier Aquino después de haber sufrido un golpe en la rodilla. El jugador no podrá continuar en el partido.

Minuto 82. ¡Error del Piojo Alvarado! El delantero del rebaño realizó un remate de primera intención a pocos metros del arco y con la oportunidad de marcar, sin embargo el contacto se fue lejos de la meta.

Minuto 81. El trámite del encuentro se ha concentrado en el medio campo con un ritmo de juego notablemente más lento y con pausas constantes.

Minuto 78. Antes de la más reciente ventana de cambios, Robert Dante Siboldi llamó a Sebastián Córdova para permitir el ingreso de Luis Quiñones. Mientras tanto, Fernando Gago llamó a Pavel Pérez y José Juan Macías para enviar al campo a Cade Cowell y Ronaldo Cisneros.

Minuto 75. Los Tigres realizaron una serie de cambios para mantener la ventaja en el marcador. Los sacrificados fueron André-Pierre Gignac y Fernando Gorriarán para abrir paso a la presencia de Juan Pablo VIgón y Nicolás Ibañez.

Minuto 71. ¡Las Chivas se encontraron cerca de empatar! Cade Cowell relizó un remate de primera intención en el filo del área grande, pero la esférica se fue por un costado.

Minuto 63. Cade Cowell, el flamante refuerzo de las Chivas del Club Deportivo Guadalajara ya realizó su debut oficial con el equipo al ingresar de cambio.

Minuto 62. ¡Goooooool de Tigres!

Sebastián Córdova ya abrió la pizarra en el volcán después de rematar un servicio desde la banda en los linderos del área chica. La anotación llegó cuando el equipo tapatío jugaba mejor y tenía mayor control del trámite.

Minuto 56. Amonestación para Tigres. Jesús Angulo fue pintado de amarillo por el árbitro tras una falta sobre el “Piojo” Alvarado.

Minuto 52. Las Chivas mantienen la iniciativa para hacer daño al arco rival.

Minuto 46. Las asistencias médicas ingresaron al terreno de juego para atender una posible lesión Jesús Orozco. El jugador pudo abandonar el terreno de juego por su propio pie después de torcerse el tobillo.

¡Arrancó el segundo tiempo!

Finalizó el primer tiempo.

En los primeros 45 minutos del encuentro, los Tigres y las Chivas han mantenido su arco en cero, aunque los tapatíos se han empeñado en generar más ocasiones de peligro en contra del arco rival. A pesar de los esfuerzos, la delantera enviada por Fernando Gago al terreno de juego no ha podido convertir las ocasiones generadas. Por el contrario, aunque ha tenido menor posesión del esférico, el cuadro felino también ha tenido acercamiento al arco rival.

El posible ganador se definirá en la segunda mitad.

Minuto 45. El juez añadió dos minutos al tiempo regular.

Minuto 43. ¡Cerca Tigres! El equipo felino logró acercarse al arco de Chivas, pero de nueva cuenta no concretaron la ocasión. El encuentro reanudó desde el tiro de esquina.

Minuto 40. Tigres 0 – 0 Chivas.

Minuto 39. Tiro de esquina para Tigres.

Minuto 37. ¡Cerca Chivas de nuevo! El rebaño tuvo una nueva oportunidad de irse al frente en el marcador gracias a Erick Gutiérrez, pero el disparo que intentó desde media distancia se fue lejos de la portería.

Minuto 34. ¡Cerca Tigres! Cuando las Chivas presentaban mayor orden, los Tigres lograron armar un contragolpe y generar temor en el aro rojiblanco.

Minuto 32. Las Chivas han logrado neutralizar el parado del equipo encabezado por Robert Dante Siboldi.

Minuto 28. Los Tigres intentan sacar jugadas desde su área, pero la presión de los rojiblancos les ha impedido atravesar el medio campo.

Minuto 24. Las Chivas siguen presionando el arco de los Tigres con pases cortos y apertura de espacios, pero la línea defensiva de San Nicolás de los Garza ha mostrado mayor orden con el transcurso de los minutos.

Minuto 21. Tigres se acerca al arco de Chivas. Samir Caetano intentó un disparo que no alarmó al portero de las Chivas.

Minuto 19. ¡Cerca Chivas de nueva cuenta! José Juan Macías intentó un disparo de media distancia que se fue por un costado del arco felino. El marcador se mantiene empatado sin goles.

Minuto 16. Las Chivas se han aproximado en más ocasiones al arco de Tigres en los últimos minutos.

Minuto 14. ¡Cerca las Chivas! El Rebaño se quedó cerca de abrir el marcador después de que la ofensiva aprovechó un error en el parado de la línea defensiva felina e ingresaron hasta el área chica. No obstante, el balón no consiguió tocar el fondo de la red.

Minuto 13. El encuentro ha perdido intensidad.

Minuto 8. Los equipos se han repartido la tenencia del esférico en el arranque, aunque los visitantes han gozado de mayor claridad ofensiva.

Minuto 6. El panorama visual del Estadio Universitario de San Nicolás de los Garza luce distinto debido a que el equipo local cambió su tradicional indumentaria en color amarillo por una en tonalidad de rojo con negro.

Minuto 3. Las Chivas tuvieron la primera posibilidad de riesgo ante el arco defendido por los Tigres de la UANL, pero el balón se fue por un costado del arco.

Los Tigres de la UANL saltaron a la cancha con la siguiente formación.

El equipo de Fernando Gago saltó al terreno de juego con la siguiente alineación.

(X/@Chivas)
(X/@Chivas)

¡Arrancó el partido!

Los dos equipos ya se encuentran en el terreno de juego.

Uno de los encuentros más esperados de la jornada 2 de la Liga MX es el que enfrentará a los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) en contra de las Chivas del Club Deportivo Guadalajara. Los dos equipos disputarán las unidades en un encuentro que resulta atractivo por ver a los refuerzos de ambos equipos en acción.

Si bien se encuentran en la mitad de la tabla, los tres puntos serán de vital importancia para catapultar al equipo ganador a los primeros puestos de la clasificación.

Tigres y Chivas: el choque de gigantes que promete revancha después de la final dramática (Gabriela Pérez Montiel/Cuartoscuro)
Chivas y Tigres chocarán en la jornada 2 del torneo (Gabriela Pérez Montiel/Cuartoscuro)

SOCIEDAD

Mundos íntimos. Parir en el extranjero: cómo es ser madre en otro idioma y que te consideren poco abnegada

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Dislocar: verbo transitivo. Sacar de su lugar. Referido a huesos y articulaciones, usado más como pronominal

La maternidad te saca de lugar. Te descoloca pero, sobre todo, te disloca: las dislocaciones (o luxaciones) son lesiones en las articulaciones que arrancan los extremos de los huesos y los sacan de su posición. Te arranca los extremos –todos los extremos– y te deja en carne viva. Por estar en una posición otra, la maternidad es una forma de exilio. Te posiciona fuera del yo. En la maternidad una persona se pierde. Es como tantear la niebla en la oscuridad; una penumbra que enmaraña el sentido. Lo que digo no es una novedad. Con una amiga querida intercambiamos experiencias maternas y llegamos a la misma resolución. La maternidad como exilio fue una nota concluyente. Ser mamá es deslizarse por una geografía empinada, foránea, que estalla de manera constante porque en sus pliegues yacen artefactos inexplorados, harto inflamable y predominantemente explosivos. Un tobogán de la sinrazón.

Cuando digo maternidad no intento excluir al padre, al pater, la paternidad. No hay política detrás de este texto excepto toda política que ineludiblemente acompaña todo texto. Pero quiero hablar desde mi voz de mamá, la mamá que devine viviendo en el exilio. Por cierto, decir exilio merece una aclaración. Desde hace muchos años que escribo sobre los dislocamientos, sus poéticas y articulaciones –esas figuraciones lesionadas, esos arranques deshuesados– provocadas por el exilio. Pero exilio es un término controvertido. No dejé mi lugar de origen por alguna forma de persecución ni me vi forzada a pedir refugio político. Nadie me obligó a irme. Nadie me enajenó. Dejé mi patria porque, como muchos, busqué oportunidades en circuitos más amplios de conocimiento, en sitios con economías hasta cierto punto estables, en instituciones académicas que me expusieran a una matriz de saberes amplios y diversos que, entonces, no detectaba en mi cercanía.

Para Gisela Heffes, había prácticas de tratamiento del embarazo que parecían distintas a las conocidas, pero había que aceptarlas y disfrutar la “dulce espera”.Para Gisela Heffes, había prácticas de tratamiento del embarazo que parecían distintas a las conocidas, pero había que aceptarlas y disfrutar la “dulce espera”.

Un combinado de posibilidades. Pero de un modo u otro dejar la tierra de origen es una experiencia liminal. Y aunque sin duda la mía fue una experiencia hasta cierto punto “privilegiada”, no es fácil ni fue fácil. La tierra a la que llegué no sustituyó la que dejé, pero tampoco me fue enteramente ajena. Devino un sitio en donde el cuerpo, la voz, la mirada, me obligaron a moverme, a hablar, a ver y observar, a escuchar y sentir desde una posición inédita, en la que no me había apostado previamente y que revelaba mi condición de neófita. El decir y oír palabras inexploradas –a pesar de conocer la lengua– el mirar, oler, sentir, palpitar, y reaccionar con el cuerpo atravesado por una topografía física, mental, psicológica, emocional e incluso epistemológica u ontológica, me atiborró con la torpeza típica del principiante.

Me gusta la idea de dislocamiento a pesar de tantas otras opciones (desarraigo, destierro, desplazamiento, exilio voluntario). Imagino un dislocamiento del hombro, de la cadera. Ese dolor intenso que impide que el lenguaje se manifieste. O que se manifieste en toda su plenitud.

Maternidad. 1. f. Estado o cualidad de madre.

Dar a luz fuera de la tierra de origen, dislocada sin ser forzada a partir, dejar la patria –que en un mundo ideal sería matria: ese matriarcado ansiado, un regreso al oikos que te arropa, te envuelve, te abriga y te nutre. Del griego, oikos significa “casa”. Dar a luz, parir: experimentar un estado o cualidad de madre permanente. Vivir en el exilio del yo. Y habitar otro exilio, el del cuerpo que se mueve en otra lengua –y otra tierra. Un yo fuera del yo fuera del cuerpo. Esa posición física enajenada que yace fuera de sí también determina al lenguaje. Y lo define. El sonido que el cuerpo emana, por ejemplo, varía de frecuencia, y, de igual modo, la vocalización y la cadencia. Si la maternidad es exilio, el desalojarse del cuerpo-territorio en la que una persona nació (yo, en este caso) ¿cómo es ser madre en el exilio? ¿Cómo es ser madre en otra lengua? ¿Cómo es parir en inglés (o para el caso francés, alemán, chino, hebreo, rumano, etc…)? ¿Y cómo es el cuerpo cuyo vientre fecundo te obliga a desplazarte con el soplo de otro ser que te habita?

Gisela Heffes con su hija. Ahora tocaba educarla, pero sin resignar su carrera profesional.Gisela Heffes con su hija. Ahora tocaba educarla, pero sin resignar su carrera profesional.

Regresemos en el tiempo. La mujer está embarazada. Antes, tuvo un aborto espontáneo (no me gusta “aborto espontáneo”, prefiero el término miscarriage, en inglés, porque el mis que precede al carriage concentra pérdida, acumula vacío y solidifica dolor). Pero mis(s) no sólo atañe al verbo “perder” sino también “extrañar”. Es perder esa carga preciada, pero extrañarla. Añorarla aún sin llegar a ser. Extrañarla tremendamente. La mujer que ensaya ser madre regresa al ginecólogo y, por fin embarazada, acoge la noticia de que su bebé es un breech baby. La ignorancia por no saber cómo lo llaman en su tierra la abruma. Recurre al diccionario. El vacío se redobla con la ausencia de referentes. ¿Cómo le dicen al breech baby en Argentina? Una enciclopedia sugiere bebé de nalgas. Pero en Argentina no se usa la palabra “nalgas”. Ese diccionario apunta a otro español. Un español disonante para la madre. Misma lengua pero no. Un ¿bebé de culo? ¿De cola? ¿De trasero? La madre de la madre le explica que ella también fue un bebé de culo-cola-trasero-nalgas. Que se dio vuelta antes de nacer. Que el obstetra –esos de antes, que hacían magia sin someterte a una cesárea– la sacó con sus habilidades magistrales por la cola un 26 de noviembre de 1971 en la clínica Marini (ya no existe). Pero en EEUU, un bebé de culo-cola-trasero-nalgas requiere cirugía.

La obstetra le sugiere que den vuelta a su bebé antes de dar a luz (“dar a luz”, otra expresión que no encuentra equivalente en inglés). Esa operación sin cirugía pero con las propias manos de la obstetra la titulan, en la tierra que ahora habita, External Cephalic Version (ECV). Google Translation le ofrece una traducción bastante literal: “versión cefálica externa”. Este procedimiento consiste en dar vuelta con la mano experta de la obstetra al bebé, sin cirugía, en el hospital, y conectada la madre a múltiples monitores. Pero, y a pesar de someterse a tal ejercicio dactilar, el bebé volvió a darse vuelta.

Inconsciente de este gesto rebelde y contestatario que se efectuaba en su vientre enorme y cilíndrico, cuando las contracciones llegaron, y la beba de culo-cola-trasero-nalgas rebotaba contra el umbral del canal de parto, hubo que aceptar que tendría una cesárea pese a tanto y pese a todo. Le ataron las muñecas; la crucificaron en una camilla horizontal. La desnudaron y la volvieron a cubrir con sábanas de papel esterilizado. Abrieron un hueco en forma de rectángulo al que se arremetieron, médicos y enfermeras, con tijeras metálicas, bisturís, agujas e hilos, para arrancar, con vida y rozagante, el cuerpo pequeño de su hija. La madre no recuerda si gritó en inglés, español o castellano. Si sus lágrimas exaltadas y eufóricas desplegaban un rictus idiomático local o extranjero, o se expandían, como el cuerpo trémulo, a la emoción desenfadada y feliz de la maternidad.

Amamantar. 1. tr. Dar de mamar. Sin.: lactar, atetar.

Lo primero que la madre nota, cuando recobra la conciencia, es a su beba en su pecho llorando, y a su lado, una enfermera con uniforme diferente que la espía desde un costado del ojo. La madre tiene la lengua un poco atascada. Le habla, quien sabe en qué idioma, pero a la enfermera parece no molestarle. Su misión es otra. No es policía de la lengua sino policía de la teta. Deposita unos folletos sobre la mesada junto a la camilla. La mira ahora de manera un poco más directa. Desde un centro que se despliega hacia adentro. La madre no puede percibir, exactamente, de qué se trata. En inglés, le pregunta si considera amamantar a su hija. Por qué no, piensa la madre, pero no alcanza a decir nada ya que el dolor intenso del posoperatorio, sumado al llanto de su hija, que la perturba, no le permite extender su concentración más allá de esa órbita precisa. Le habla y le explica, agarrando su pecho y llevándolo a la boca de su hija que llora incansable de hambre y destierro, que si no le da la teta, la beba, tu beba, no se desarrollará saludablemente. No hay nada como la leche materna, remata. La madre cierra los ojos por un instante, aún bajo los efectos de los narcóticos que le inyectaron para paliar el dolor, para tajarla, y para inducir a su hija, y no logra entender por qué algo tan natural y orgánico de repente se torna una imposición cuasi fascista. La mujer le lastima el seno al obligarla a darle de mamar a su hija, y cuando la madre cobra un suspiro de lucidez, la empuja fuera de sí y le pide que se vaya. No recuerda si lo hizo en inglés, español o castellano. Lejos de la vigilancia insidiosa de la mujer, madre e hija se enredan indivisibles en un hálito sin palabras.

Migrante; migrar. 1. intr. Trasladarse desde el lugar en que se habita a otro diferente. Sin.: emigrar, inmigrar, mudar.

En el país que habito, muchas mamás tienden a ser abnegadas. Conozco unas cuántas profesionales que archivaron el título de abogacía en el cajón luego de parir. Nuca supe si aquella abnegación es un vehículo inconsciente para autoconvencerse de que su rol de madre acredita tal sacrificio, o un cálculo meramente económico frente al alto costo de las guarderías o niñeras. Puede ser además la influencia puritana, que late en cada recoveco de esta tierra. En todo caso, ser madre que trabaja es otra forma de habitar el exilio, en el exilio mismo. A veces su hija dice I love you, mom! Pero cuando le recrimina que está “trabajando” y no le dedica su tiempo incondicional a ella, la desacredita con un lapidario never mind. ¿Acaso yo fui grosera, de chica? se pregunta sabiendo que la respuesta es afirmativa. ¿Acaso es esto el efecto búmeran de la genética? ¿O es algo que ella mamó de mi teta cuando apenas era una beba? Le responde en castellano, español, inglés. Por la noche, la arropa con un fragmento de Dailan Kifki. Good night, dice la hija, contenta. Ta mañana, responde la madre. Y así, cada día, mes, año, en el exilio de la vida y en la vida del exilio, entre lenguas que se rozan y confunden, entre gestos y muecas y ademanes disonantes.

Enfocar. 1. tr. Hacer que la imagen de un objeto producida en el foco de una lente se recoja con nitidez sobre un plano u objeto determinado. Ant.: desenfocar.

Parir en el exilio se asemeja a un impulso por encuadrar la experiencia presente en un marco obstinado en borrarse. Es vivir fuera de foco: la guardería y el colegio, los amigos y las vacaciones, la salud, la terapia, la ortodoncia, la pubertad, la ropa, los modos de comer y de vestirse, de hablar, pararse, esperar, saludar. Desde mi nervio óptico, echar los cimientos en una esfera otra es transcribir las vivencias íntimas e inalienables en un intento por delimitar el foco, enfocar lo que no cabe en el marco del lente porque el marco es, en efecto, otro, el medium es otro, el plano es otro. Pura divergencia. Una existencia en continua asonancia. En la esfera que es la tierra que uno habita, el ser madre, parir, amamantar, cuidar, abrigar, cantar (“Manuelita vivía en Pehuajó” y “The Itsy Bitsy Spider”) es anidar lo recóndito. Gravitando al ras del suelo, los huesos arrebatados de cuajo y sus extremos dislocados ovillan el cuerpo desterrado, su voz, la mirada, los pies. Las manos. Y en el gravitar, esparcen semillas ansiosas de ímpetu y arraigo.

Gisela Heffes es escritora y enseña literatura y cultura latinoamericana en la universidad de Johns Hopkins. Sus publicaciones más recientes son el ensayo crítico “Visualizing Loss in Latin America: Biopolitics, Waste, and the Urban Environment” (2023), las novelas “Ischia” (Deep Vellum, 2023), “Cocodrilos en la noche” (2020; 2023), el poemario bilingüe “El cero móvil de su boca / The Mobile Zero of Its Mouth” (2020) y “Aquí no hubo ni una estrella” (2023). Es co-editora de “The Latin American Ecocultural Reader” (2020), “Pushing Past the Human in Latin American Cinema” (2021), “Un gabinete del futuro” (2022) y “Turbar la quietud” (2023).

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