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SOCIEDAD

¿Cuál es el restaurante peruano donde se come el mejor pollo a la brasa del mundo? Esto respondió Taste Atlas

En el ámbito culinario global, la cocina peruana ha ganado renombre gracias a su diversidad de sabores, siendo el ceviche su representante más destacado. Medios prestigiosos como The Washington Post y The New York Times han elogiado la excelencia gastronómica de Perú

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Más que una simple distinción, esta elección refleja la autenticidad y calidad que define a esta delicia peruana. (Composición: Infobae)
Más que una simple distinción, esta elección refleja la autenticidad y calidad que define a esta delicia peruana. (Composición: Infobae)

En el ámbito culinario mundial, Perú se distingue por su variada oferta de platos que han ganado reconocimiento a nivel mundial. Medios prestigiosos como The Washington Post y The New York Times han elogiado la excelencia de la gastronomía peruana. A pesar de la diversidad de sabores que caracteriza a la cocina peruana, un plato en particular ha logrado conquistar los gustos tanto de residentes como de visitantes: el pollo a la brasa.

En este contexto, Taste Atlas, reconocido portal gastronómico, dio a conocer cuál es el mejor lugar para degustar este plato a nivel mundial y es peruano. Esta distinción no solo resalta la calidad y autenticidad del pollo a la brasa, sino también la creciente influencia de la cocina peruana en la escena internacional.

Taste Atlas sobre el pollo a la brasa

Pollo a la brasa
Taste Atlas designa a Perú como el mejor lugar para disfrutar del Pollo a la Brasa a nivel global.

El reconocido portal gastronómico clasifica al pollo a la brasa como uno de los mejores platos peruanos, por su característica textura crujiente y jugosa, lograda al ser cosido lentamente por el fuego de la leña o carbón. Tradicionalmente, se sirve acompañado de papas fritas y ensaladas, conformando una combinación que ha ganado popularidad en todo el Perú. Actualmente, esta delicia culinaria es consumida diariamente por aproximadamente 27 millones de peruanos.

Taste Atlas, además, proporciona detalles sobre los ingredientes clave que componen este plato: pollo, ajo, ají panca, romero, vinagre, cerveza, salsa de soya (sillao) y aceite vegetal. La calificación otorgada por el portal a este plato peruano es de 4,5 sobre 5, subrayando su calidad y aceptación tanto a nivel nacional como internacional.

Estas son las mejores pollerías según Taste Atlas

La distinción resalta la autenticidad y calidad del Pollo a la Brasa peruano. (Composición: Infobae)
La distinción resalta la autenticidad y calidad del Pollo a la Brasa peruano. (Composición: Infobae)

Según Taste Atlas y los críticos especializados en esta plataforma, Pardos Chicken se alza con el título de ofrecer el mejor pollo a la brasa del mundo. Las reseñas destacan la exquisitez del plato, señalando que “Lima está repleta de cadenas de pollos asados; este, sin lugar a dudas, es el mejor. Es recomendable llegar temprano para el almuerzo, ya que el lugar se llena rápidamente”. Los críticos elogian la jugosidad del pollo y la acompañan con elogios a la salsa de ají picante, que describen como simplemente perfecta.

Siguiendo de cerca, se encuentra Pollo Los Toldos, ubicado en Cusco, cuya propuesta gastronómica es descrita como un festín para los sentidos. “Acomódese y prepárese para saborear un pollo bien sazonado y realmente delicioso. El pollo viene acompañado de papas fritas elaboradas con sabrosas papas peruanas. Coma al estilo local, hundiendo los dedos en el pollo para obtener los mejores bocados”, reza el portal gastronómico.

En el tercer puesto figura Granja Azul, ubicado en Santa Clara, Ate, Lima, cuna de la historia de este célebre platillo. Según los expertos, “el pollo asado de Lima es uno de los mejores del mundo, y Granja Azul es el mejor de Lima, básicamente, el mejor pollo asado del mundo”.

Taste Atlas revela las mejores pollerías, fusionando tradición peruana. (Composición: Infobae)
Taste Atlas revela las mejores pollerías, fusionando tradición peruana. (Composición: Infobae)

En el cuarto puesto se destaca Norky’s. “Una pechuga de pollo grande, bien sazonada y jugosa. Todo estaba fresco y sabroso. Todos los ingredientes eran lo que esperábamos: pollo jugoso y sabroso”, dijo la experta Kim Allen Jones. Importante destacar que todos los restaurantes mencionados, hasta el momento, son de origen peruano.

El quinto lugar lo ocupa Pío Pío 8, localizado en Nueva York, Estados Unidos, donde los críticos insisten en la calidad del pollo asado. Recomiendan disfrutar del plato para llevar, argumentando que “sería una verdadera lástima perderse un solo trozo del excelente pollo asado”.

En el sexto lugar se encuentra la pollería Don Tito, ubicada en el distrito limeño de San Borja. Destacan que el tamaño de las presas es el mejor; además que el pollo es jugoso y tiene un increíble sabor. A esto se suma la gran cantidad de porción de papas fritas que se entregan, por lo que sin duda lo recomiendan.

Este establecimiento se une a otros cuatro restaurantes peruanos en el selecto top 10, entre los que se destacan reconocidos nombres como Restaurante y Parrilla Hebrón, Barra de Pollo Primos, Caravana Restaurante y La Panka. Todos estos distinguidos locales están ubicados en diversas regiones de Perú, consolidando aún más la reputación del país.

La historia del pollo a la brasa

Más que una simple distinción, esta elección refleja la autenticidad y calidad que define a esta delicia peruana. (Composición: Infobae)
Más que una simple distinción, esta elección refleja la autenticidad y calidad que define a esta delicia peruana. (Composición: Infobae)

La historia del pollo a la brasa se remonta a mediados del siglo pasado, el 5 de febrero de 1950, fecha en la cual se inauguró en Perú el restaurante pionero La Granja Azul. Fundado por Roger Schuler, un visionario ciudadano suizo que transformó su negocio de venta de pollos en una granja para convertirse en el artífice de la preparación de estas aves al carbón. Fue gracias a Schuler que el platillo peruano encontró su lugar en la culinaria internacional y se convirtió en una tradición que hoy representa en los hogares peruanos.

A día de hoy, La Granja Azul, venerado por su larga tradición y reconocimiento como la cuna de este plato tan especial, sigue vigente con dos locales que operan durante todo el año: uno en Santa Clara y otro en San Isidro. Además, la exquisita oferta se extiende hacia el sur, con un restaurante en Asia que abre sus puertas exclusivamente durante la temporada de verano. La persistencia y expansión de La Granja Azul resaltan la perdurable influencia de este establecimiento en la difusión y mantenimiento de la esencia del pollo a la brasa a lo largo del tiempo y las regiones peruanas.

¿Cuántas calorías tiene el pollo a la brasa

Pollo a la brasa. Foto: Archivo
Pollo a la brasa. Foto: Archivo

Nuestro plato emblemático aporta alrededor de 495,5 calorías (Kcal) cuando se sirve un cuarto de pollo acompañado de una ensalada fresca sin aderezo. Este valor calórico variará dependiendo del enfoque dietético que se esté siguiendo en ese momento. Es importante tener en cuenta que la inclusión de acompañamientos como papas, bebidas gaseosas o salsas puede influir en el contenido calórico total.

En el caso específico del delicioso pollo a la brasa acompañado de papas fritas y ensalada fresca, el aporte calórico se eleva a aproximadamente 731,3 Kcal. Ante esta consideración, se sugiere consumir este manjar con moderación, conscientes de la contribución calórica que puede tener en nuestra ingesta diaria.

¿Cuándo es el día del pollo a la brasa

Pollo a la brasa / GOB.PE
Pollo a la brasa / GOB.PE

Por su exquisito sabor y su ubicuidad en los hogares de Perú, además del sentimiento de orgullo nacional que suscita especialmente entre los peruanos en el extranjero, este emblemático plato de la cocina peruana, originado en las cocinas a leña, es honrado anualmente con una celebración especial.

Cada tercer domingo de julio, en Perú se conmemora el Día del Pollo a la Brasa. Este año 2024, la festividad se celebrará el día 21 de julio.

SOCIEDAD

El discurso de Milei en Brasil, a la luz de un estudio clásico sobre el populismo económico latinoamericano

La secuencia que describió en su alocución el mandatario argentino tiene similitudes con las “fases” que describieron hace más de 30 años dos prestigiosos economistas. Pero también hay diferencias, desde la política cambiaria hasta las motivaciones políticas

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Javier Milei CPAC Brasil
Argentina’s President Javier Milei gestures during the CPAC Brazil conference in Camboriu, Santa Catarina State, Brazil on July 7, 2024. Conservative Political Action Conference (CPAC) is a political conference attended by conservative activists and elected officials. (Photo by EVARISTO SA / AFP) (EVARISTO SA/)

Así como en lo político el discurso del presidente Javier Milei ante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Brasil, se inmiscuyó en la política brasileña calificando de “persecución judicial” las causas contra el exmandatario Jair Bolsonaro, pero se cuidó de cargar directamente contra el actual, Lula da Silva, al que en otra oportunidad había calificado de “corrupto”, en lo económico siguió la línea de un muy citado paper de principios de los 90s de dos académicos muy conocidos en América Latina, el difunto economista (alemán de nacimiento y norteamericano), Rudiger Dornbusch, y el chileno Sebastián Edwards.

Milei definió los “programas socialistas” de América Latina como una “receta para el desastre”. Según enumeró, parten de una situación de bonanza, con economías ordenadas y un contexto internacional favorable, pero se enamoran de la supuesta bonanza y emprenden un derrotero hacia el desastre: aumento del empleo público y de los subsidios y el gasto y luego de los impuestos para intentar cubrir el consiguiente déficit, con lo que espantan la inversión. A posteriori, siguió Milei, se “consumen los stocks”, se endeudan y cuando agotan el crédito recurren a la emisión monetaria. Mientras, inventan “regulación sobre regulación”, creando negocios para “la casta prebendaria”. Lo que nunca resuelven, dijo Milei, es el “círculo vicioso” de exceso de gasto público, déficit fiscal y emisión.

Colección de culpables

“El costo lo paga la gente que los socialistas dicen proteger, pero quieren esclavizan para permanecer en el poder”, acusó Milei. En eso consisten, afirmó, el “Socialismo del siglo XXI”, el “Foro de San Pablo” y el “Grupo de Puebla”, y para subrayarlo afirmó que en los últimos 70 años en la Argentina la Base Monetaria argentina se multiplicó “25.000 trillones de veces”, cifra a todas luces exagerada, incluso si se interpreta la palabra “trillones” como derivada del trillion inglés, que en español es “billón” (millón de millones).

Más allá de eso, la secuencia descripta por el mandatario argentino sigue las líneas del paper “Macroeconomía del Populismo”, de Dornbusch y Edwards, de principios de los 90s. Notablemente, una de las notas a pie de página de ese ensayo remite a un trabajo de Federico Sturzenegger, alumno de Dornbusch en el prestigioso “Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Dornbusch y Edwards describen las experiencias populistas en América Latina afirmando: “una y otra vez, en un país como en otro, los gobernantes han aplicado programas económicos que recurren en gran medida al uso de políticas fiscales y crediticias expansivas y a la sobrevaluación de la moneda para acelerar el crecimiento y redistribuir el ingreso y a la sobrevaluación de la moneda para acelerar el crecimiento y redistribuir el ingreso”. Paradójicamente, una cada vez más extendida crítica de los economistas argentinos a la actual política económica es, precisamente, que está recurriendo a la “sobrevaluación de la moneda”.

El presidente de Argentina, Javier Milei, participa en la conferencia del Conservative Political Action Conference (CPAC), este domingo en Balneário Camboriú, estado de Santa Catarina (Brasil). EFE/ André Borges
El presidente de Argentina, Javier Milei, participa en la conferencia del Conservative Political Action Conference (CPAC), este domingo en Balneário Camboriú, estado de Santa Catarina (Brasil). EFE/ André Borges (EFE/Andre Borges André Borges/)

Más allá de esa curiosidad, lo cierto es que el paper refiere que después de un breve período de crecimiento “surgen cuellos de botella que provocan presiones macroeconómicas insostenibles y que finalmente conducen al derrumbe de los salarios reales y a graves dificultades de la balanza de pagos”. El resultado final, resumen, es “una inflación galopante, la crisis y el colapso del sistema económico” tras lo cual “no queda más opción que instituir un programa de estabilización drásticamente restrictivo y costoso, por lo regular con el auxilio del FMI. El carácter autodestructivo del populismo es evidente en la gran declinación del ingreso per capita y los salarios reales en los últimos días de estas experiencias”.

Condiciones iniciales y fases del populismo

Al igual que el discurso de Milei, el trabajo de Dornbusch y Edwards, describe “condiciones iniciales” y “fases del populismo”. Pero no describe el punto de partida como “bonanza” sino más bien como una situación de insatisfacción popular con los resultados de la economía: “crecimiento moderado, estancamiento o depresión franca, debido a esfuerzos de estabilización anteriores”, un marco político propicio al modelo populista, cuya secuencia, ya en el poder, recorre 4 “fases”.

  1. Mediante políticas “expansivas” de gasto y subsidios elevan la producción, los salarios reales y el empleo, mostrando un aparente éxito. “Los controles aseguran que la inflación no sea un problema, y las importaciones alivian la escasez. La disminución de los inventarios y la disponibilidad de importaciones (financiadas mediante desacumulación de reservas o la suspensión de los pagos externos) absorben la expansión de la demanda con escaso efecto en la inflación.
  2. Aparecen cuellos de botella en la economía debido a una fuerte expansión de la demanda de bienes nacionales y a una creciente falta de divisas. Mientras que la reducción de los inventarios fue un aspecto esencial de la primera fase, los bajos niveles de los inventarios y su reposición constituyen ahora una fuente de problemas. Se hacen necesarias las correcciones de los precios y la devaluación, el control de cambios o el proteccionismo. La inflación aumenta de manera significativa, pero los salarios se mantienen. El déficit presupuestario empeora enormemente como resultado de los subsidios generalizados a los bienes de consumo básico y las divisas.
  3. La escasez generalizada, la aceleración de la inflación y la insuficiencia de divisas llevan a la futa de capitales y la desmonetización de la economía. El déficit fiscal aumenta fuertemente debido a la caída de la recaudación y el costo de los subsidios. El gobierno intenta estabilizar reduciendo los subsidios y devaluando: los salarios reales caen drásticamente y la política se torna inestable. “El gobierno se encuentra en situación desesperada”.
  4. Un nuevo gobierno intenta una estabilización ortodoxa, usualmente con un programa del FMI.

“Cuando todo haya terminado, el salario real habrá bajado hasta un nivel significativamente menor que el prevaleciente cuando se inició todo el episodio. Además, esa declinación será muy persistente, porque la política y la economía del experimento habrán deprimido la inversión y promovido la fuga de capital. Lo extremo de las declinaciones de los salarios reales se debe a un hecho sencillo: el capital es móvil a través de las fronteras, pero la mano de obra no lo es. El capital puede huir de las malas políticas, pero los trabajadores están atrapados. El desmantelamiento final es acompañado a menudo por grandes cambios políticos, incluido el derrocamiento violento del gobierno”, escribieron hace más de 30 años los autores del trabajo.

Patricio Aylwin, primer presidente de la "Concertación". Detrás suyo, Augusto Pinochet, que mantuvo durante años el cargo de "Senador vitalicio". Fue el inicio del verdadero "milagro económico" chileno
Patricio Aylwin, primer presidente de la «Concertación». Detrás suyo, Augusto Pinochet, que mantuvo durante años el cargo de «Senador vitalicio». Fue el inicio del verdadero «milagro económico» chileno

A diferencia de Milei, Dornbusch y Edwards no atribuyeron el populismo a una maldad intrínseca de los gobernantes ni los (des)calificaban de “socialistas”. Por el contrario, escribieron, “no tenemos duda acerca de la sinceridad de los gobernantes que emprendieron estos programas y compartimos su preocupación por la distribución del ingreso y el alivio de la pobreza. Sin embargo, es precisamente la sinceridad de estos gobernantes lo que hace urgente la necesidad de discernir exactamente cómo y por qué fallaron los programas”.

Una nota final, esperanzadora, refería la entonces naciente experiencia de la “concertación” chilena, que había llegado al poder en Chile, tras 15 años de dictadura pinochetista.

Así decía: “un interrogante es si los países tienen una memoria económica y política que les permita aprender de sus propios errores. Los recientes acontecimientos de Chile, donde el nuevo gobierno democrático que llegó al poder en marzo de 1990 afrontaba presiones urgentes e inmediatas para mejorar las condiciones sociales de los pobres, arrojan nueva luz acerca de este tema. Los informes del equipo económico del nuevo gobierno chileno y el programa económico de la coalición gobernantes —que incluye a muchos de los partidos de la Unidad Popular de Allende—, sugieren que en ese país se han absorbido algunas de las lecciones más importantes en lo referente a la elaboración de la política económica. En efecto, las nuevas autoridades han destacado reiteradamente la necesidad de mantener el equilibrio fiscal y de perseguir metas de redistribución mediante políticas microeconómicas específicas”.

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