La información fue difundida por las autoridades de Prefectura Nacional, que por otra parte envió al lugar del operativo – en donde se habría incautado la embarcación- a prefectos especializados.

Todo fue sorpresa y confusión. Hasta que hoy apareció Martín, hijo del propietario del gomón volador, y le contó a TN un poco de la historia de esta embarcación: es un invento italiano, de 1985. Tiene tres ruedas, dos en la parte trasera y una delantera. Esto permite que levante vuelo también desde el piso, no sólo desde el agua. Es biplaza y tiene por encima una estructura similar a la de un aladelta. Además de un motor de dos tiempos, ultraliviano.

El padre de Martín trajo dos de estos gomones en 1996 y a lo largo de este tiempo tuvo otros. Incluso su familia construyó uno en el país.

Para el joven, el uso de este dispositivo es totalmente normal («Cuando nací ya había uno en casa», dijo frente a las cámaras), pero entiende que haya habido personas que se pudieran sorprender. La vecina que los denunció ya los conoce y cree que pudo haberlo hecho por los ruidos.

Prefectura Nacional había comunicado ayer que la embarcación no estaba inscripta, ni matriculada. Sin embargo, la familia informó que tienen autorización desde 1996, el año en que trajeron el primero desde Italia.

Explicó que no tienen que avisar a ninguna autoridad para salir a navegar-volar, «es como salir a andar en bote», aseguró Martín.

Contó además que no pueden volar a más de 150 metros de altura porque el radar del Aeroparque porteño los detecta y podría confundirlo con un aeronave. «De todas formas, es más lindo hacer el vuelo más cerca del agua», explicó el joven, que detalló que carga 50 litros de combustible y puede llegar hasta Carmelo, en la costa de Uruguay.

Sobre la seguridad del vuelo, contó que el dispositivo no permite hacer figuras aéreas, sino que se hace un vuelo pendular. «Además hacemos un mantenimiento permanente. Mi viejo me ensenó a volar y aprendí a hacerlo sobre el agua, en lugares despejados, en condiciones óptimas y con responsabilidad«, concluyó.

Por supuesto, no quita que los ruidos de un motor de dos tiempos -que pueden ser muy invasivos- molesten al entorno y a los vecinos que fueron finalmente quienes intervinieron con las denuncias.