Las encuestas muestran, otra vez, una elección reñida en Estados Unidos entre Kamala Harris y Donald Trump. La intriga sobre quién será el próximo presidente crece además porque en ese país el ganador no siempre es el que cosecha más votos. ¿Por qué?
Según el sistema vigente en Estados Unidos, el voto no es directo. Esto es: el resultado final no siempre depende de la decisión del ciudadano, sino del Colegio Electoral, una asamblea que se reúne después de las elecciones y da el veredicto. Su decisión depende de cómo se votó en cada estado, pero el mecanismo ha recibido críticas, especialmente en las últimas elecciones presidenciales, en 2016 y en 2020.
¿Cómo funciona el Colegio Electoral de Estados Unidos?
Cuando los estadounidenses emiten su voto, en realidad están votando por una lista de electores designados por los partidos políticos de su Estado que se comprometen a apoyar al candidato de ese partido.
En todos los estados y Washington D.C., excepto Maine y Nebraska, el candidato que recibe más votos populares consigue todos los votos electorales de ese estado. Esto se llama «sistema de ganador por estado».
Esto lleva a un intenso enfoque en los estados clave en el campo de batalla, ya que los candidatos buscan aumentar su ventaja electoral apuntando a los estados que pueden ayudarles a alcanzar los 270 votos necesarios del total de 538 que hay en juego. El Colegio Electoral también inspira muchos escenarios hipotéticos, algunos de ellos más probables que otros.
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Este mecanismo comienza con las celebración de las elecciones. Los votos emitidos por los ciudadanos en las elecciones forman parte de un conteo estatal. Cuando la gente vota en las elecciones presidenciales, en realidad está eligiendo a un grupo de electores que prometen apoyar a un candidato.
Luego, son ellos quienes se reúnen y votan por el presidente y el vicepresidente de la nación. Finalmente, el Congreso cuenta los votos que dieron los electores para saber quién ganó.
¿Quiénes forman el Colegio Electoral de Estados Unidos?
Cada estado tiene la misma cantidad de electores como miembros en el Congreso, tanto en la Cámara de Representantes y Senado. Teniendo en cuenta los tres electores de Washington, D.C., hay 538 electores en todo el país.
Los electores presidenciales suelen ser funcionarios electos, aspirantes a políticos o leales al partido desde hace mucho tiempo.
Los partidos políticos de cada estado eligen su propia lista de posibles electores. Sin embargo, quién es elegido para participar como un elector, cómo se elige y cuándo se elige, varía según el estado.
El Colegio Electoral no debate en un solo lugar. En cambio, los electores de cada estado y los electores del Distrito de Columbia se reúnen en un sitio elegido por su legislatura, generalmente el capitolio del estado.
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Estados Unidos: ¿cuándo se conocen los resultados?
Por lo general, se suele proyectar al ganador la misma noche de las elecciones, cuando termina el conteo de los votos de los ciudadanos. Pero la decisión no es final.
Los votos del Colegio Electoral determinarán al ganador oficial, a mediados de diciembre cuando los electores se reúnan en sus estados. Para ganar la elección presidencial, un candidato necesita el voto de al menos 270 electores, es decir, más de la mitad del total.
Si bien la Constitución no exige que los electores voten por el candidato elegido por el voto popular de su estado, algunos estados sí lo tienen reglamentado.
Aquellos electores que voten por otra persona pueden ser multados, descalificados y reemplazados por un elector sustituto, o incluso podrían ser procesados por su estado.
Las críticas al sistema electoral
El Colegio Electoral ha sido objeto de críticas durante más de dos siglos. Una queja que se repite a menudo: la persona que gana el voto popular, no obstante, puede perder las elecciones presidenciales. Eso sucedió dos veces en las últimas dos décadas: en el año 2000 con la elección de George W. Bush y en 2016 cuando Donald Trump perdió el voto popular ante Hillary Clinton por casi 3 millones de votos.
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Joe Biden, por su parte,ganó el voto popular en 2020 y terminó con 306 votos electorales frente a los 232 de Trump. Trump fue el quinto candidato presidencial en la historia de Estados Unidos que perdió el voto popular pero ganó en el Colegio Electoral.
En medio de una inmensa expectativa y nerviosismo general, comenzaron a cerrar los primeros centros de votación en los estados clave, los que definirán quién será el próximo presidente o presidenta de los Estados Unidos, y se inicia así el lento proceso de escrutinio de estas elecciones que las encuestas predijeron como las más reñidas de la historia. Algunos sondeos a boca de urna ya señalan que la economía y la democracia son las principales preocupaciones de los votantes.
Donald Trump y Kamala Harris se muestran optimistas y confían en una victoria, mientras millones de estadounidenses ya están pegados a la televisión para seguir las noticias, aunque se espera que los resultados puedan demorarse más de lo habitual, incluso podría conocerse al ganador en varios días dado la gran cantidad de sufragios que se emitieron por correo y de forma anticipada, cuyo conteo es más lento.
Algunos condados extendieron el horario de votación porque no anduvo el sistema o porque hubo amenazas de bomba, aunque por ahora no se registraron incidentes graves. Sin embargo, Trump dijo que “se habla” de “un fraude masivo en Pennsylvania”, sin precisar a qué se refería.
Los estados de la costa este del país, más Indiana y Kentucky, son los primeros en clausurar la votación y, dada la extensión del territorio estadounidense, los últimos, en el oeste del país, cerrarán a la 1 de la mañana, hora de Argentina.
Los estados clave
Georgia fue el primero de los estados clave en comenzar el conteo, a las 21 de Argentina, y luego lo siguen Carolina del Norte a las 21.30 y poco después otra tanda de distritos fundamentales como Pennsylvania, Michigan y Wisconsin a las 22.
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Estos estados, junto con Arizona y Nevada (más al oeste, cierran a las 23 y a medianoche respectivamente) son los que todo el mundo mira porque están disputadísimos y suelen inclinarse hacia republicano o demócrata según la elección. En el sistema electoral estadounidense no importa quién gane el voto popular, sino que llega a la presidencia quien alcance o supere los 270 votos en el colegio electoral.
El estado “clave” que aporta más votos electorales, y donde se liberará la más feroz batalla por conquistarlo, es Pennsylvania, con 19. Luego están Georgia y Carolina del Norte con 16, Michigan con 15, Arizona con 11, Wisconsin con 10 y Nevada con 6.
A las 21 también cerraron Florida, Carolina del Sur, Vermont y Virginia.
Primeras proyecciones
Mientras el mundo espera por los resultados, ya comenzaron a conocerse algunas proyecciones en base a encuestas a boca de urna que hizo la CNN sobre varios temas. Para un 35% de los votantes, la democracia es el tema más importante de esta elección, mientras que un 31% priorizo la economía, un 14% el aborto y un 11% la inmigración, reveló la cadena.
Un amplio sondeo de AP coincidió con este enfoque. Un 40% dijo que la economía y el empleo serán los principales problemas que el próximo presidente deberá afrontar. Un 20% dijo que la inmigración es un problema y un 10% mencionó al aborto.
Sin embargo, cuando se les preguntó qué lo había influenciado mas a la hora de emitir su voto, un 50% respondió el futuro de la democracia como factor determinante. Fue más de los que privilegiaron la inflación, la situación en la frontera, el aborto o la libertad de expresión.
En el sondeo de CNN, un 21% de los votantes expresó que la inflación le había causado un daño severo a su familia, mientras que un 53% dijo que el daño había sido moderado y un 24% que no lo había padecido.
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En un gran esfuerzo final, los candidatos estuvieron en Pennsylvania hasta último momento haciendo campaña el lunes, mientras Trump también sumó Carolina del Norte y Michigan y terminó extenuado a las 2 de la mañana.
Trump y Harris, optimistas
Los candidatos están confiados en que ganarán, pero hasta última hora del martes estuvieron llamando a sus seguidores a que fueran a las urnas porque es vital en una elección que se vaticina como ajustada.
Después de votar en un centro de recreación en Palm Beach, cerca de su casa de Mar-a-Lago en Florida, Trump se mostró optimista: “Veo que los conservadores están votando de manera muy poderosa”, dijo. Junto a su esposa Melania, sin corbata, con gorrita MAGA y con voz ronca de tanto trajín, Trump dijo a la prensa: “Me siento muy confiado vamos a ganar por amplo margen hoy”. “Si esto es una elección justa, será el primero en reconocerla”, agregó.
Kamala Harris llamó a los estadounidenses a salir a la calle a votar. Lo hizo a través de su cuenta en X: «Ahora es tu oportunidad. ¡Sal y vota!», escribió.
Las urnas abrieron más temprano en los estados del este, con buen clima, pero en otros estados del medio-oeste como Michigan y Wisconsin los votantes sufrieron embates de viento y lluvia, pero igualmente los estadounidenses desafiaron el mal tiempo para ir a votar en esta elección histórica.
Los votantes hicieron largas filas antes o después de ir a sus trabajos o a la hora del almuerzo porque Estados Unidos es uno de los pocos países del mundo donde se vota un día laborable, una vieja norma de 1845 que fijó el martes para que no complicara el domingo de misa y la población tuviera el lunes para desplazarse en carruaje a donde estaban las urnas.
Luego de recorrer varias ciudades de Pennsylvania, Harris terminó el lunes por la noche un gran acto en Filadelfia acompañada de Hillary Clinton, Oprah Winfrey y Lady Gaga. En una imagen más que simbólica, plantada en las escaleras que el Rocky Balboa de Sylvester Stallone hizo famosas, Harris dijo que estaba lista para pelear hasta el final en estas elecciones.
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Agotada después de su acto final, Harris volvió de madrugada a su casa de Washington DC junto a su marido, Doug Emhoff, y sus dos sobrinitas, hijas de su hermana. Pero apenas pudo descansar y hubo un esfuerzo final. Temprano este martes se dedicó a brindar entrevistas radiales en programas para Georgia y Pennsylvania, dos distritos que pueden definir las elecciones.
Harris, que es residente en California, votó por correo. Confiada en un repunte final que le daría la victoria, la vicepresidenta esperará los resultados esta noche en Washington en la Universidad Howard, una casa de estudios históricamente negra donde ella se graduó en Economía y Ciencias Políticas en 1986 y donde los demócratas han organizado una fiesta para seguir los resultados y celebrar una posible victoria.
«El primer cargo para el que me postulé fue el de representante de la clase de primer año en la Universidad de Howard», recordó Harris en una de las entrevistas radiales de este martes. «Y volver esta noche a la Universidad de Howard, mi querida alma mater, y poder con suerte… Reconozco este día por lo que es, realmente es un círculo completo para mí».
Trump también tuvo un cierre de campaña demoledor. El lunes arrancó con actos en Carolina del Norte, siguió en Pennsylvania y terminó en Grand Rapids, Michigan, el mismo lugar donde cerró en 2016 y 2020.
El ex presidente no suele dormir mucho, mucho menos en una noche con tanta expectativa y nervios. Su compañero de fórmula, JD Vance, contó que estaba durmiendo cuando a las 3 de la mañana Trump lo despertó por teléfono después de terminar su acto en Michigan.
Trump voló este martes temprano hacia Florida, donde votó en persona junto con su esposa Melania en un centro recreativo de Palm Beach, cerca de su casa de Mar-a-Lago. El ex presidente aprovechó las cámaras para instar a sus seguidores a que voten hasta último momento.
“Hemos hecho un gran trabajo”, dijo a la salida del centro de votación. “Ha sido un honor”, agregó con algo de melancolía dado que sería su última campaña, aún si sale elegido presidente. “Tenemos un gran país, un país que está en grandes problemas en muchas maneras”, e insistió en el estado de la economía y en los migrantes que supuestamente “invaden” a los que volvió a calificar de narcotraficantes, criminales y terroristas. “Veo que los conservadores están votando de manera muy poderosa”. Me siento muy confiado de que vamos a ganar por amplo margen hoy” y dijo que habían hecho “una gran campaña”.
Trump organizó para la noche su propia fiesta en el Centro de Convenciones del Condado de Palm Beach, marcando un cambio con respecto a sus reuniones anteriores de la noche electoral en Mar-a-Lago y en un hotel de Nueva York. Dijo que mirará los resultados desde su casa y que se trasladará al centro de convenciones –donde esperarán unos 5.000 invitados— cuando se conozca el ganador.