POLITICA
Miles de simulaciones después, hay un favorito para ganar las elecciones de Estados Unidos de 2024 entre Trump y Harris
Mientras se cierran los centros de votación, crecen las expectativas por la difusión de los resultados de la elección presidencial de Estados Unidos en 2024, que enfrenta a la demócrata Kamala Harris y al republicano Donald Trump en uno de los comicios más reñidos de los últimos años. Sin embargo, según el análisis de modelos predictivos liderados por el reconocido estadístico Nate Silver, basados en 80.000 simulaciones, ya hay un candidato que se perfila como el posible ganador.
Nate Silver y su modelo de 80.000 simulaciones
Nate Silver, el reconocido estadístico electoral que fundó el blog FiveThirtyEight, realizó 80.000 simulaciones para proyectar los posibles resultados de esta elección presidencial. Su método no solo se basa en encuestas, sino también en una variedad de factores demográficos, históricos y políticos, como el control de cada estado por los partidos, la aprobación de los candidatos y del gobierno federal, entre otros. Los resultados, aunque reñidos, reflejan una leve ventaja para Harris.
En sus simulaciones, la demócrata aparece como ganadora en 40.012 ocasiones, mientras que Trump se impone en 39.718. Además, en 270 de estas simulaciones se produjo un empate en el Colegio Electoral, un desenlace que, de acuerdo con la normativa estadounidense, llevaría la decisión final a la Cámara de Representantes, que actualmente tiene mayoría republicana. Esto otorga a Trump un triunfo indirecto en estos casos, lo que eleva su número total de victorias simuladas a 39.988, muy cercano al total de Harris.
Las probabilidades de victoria: por una diferencia mínima
Silver estimó que la probabilidad de victoria de Kamala Harris es de un 50,015%, frente a un 49,647% para Trump. Según explicó en su último boletín antes del inicio de la votación, “la carrera es literalmente más ajustada que un lanzamiento de moneda”. La probabilidad de que salga cara en un lanzamiento de moneda es de un 50,5%, una diferencia ligeramente mayor a la de 50,015% que tiene Harris, según este modelo.
FiveThirtyEight, el antiguo blog de Silver, también llevó a cabo un análisis propio basado en 1000 simulaciones y llegó a un resultado similar: en 503 de estas simulaciones, Harris se lleva la victoria, mientras que Trump lo hace en 492. Aunque la diferencia es mínima, Estos resultados sugieren que Harris mantiene una ventaja leve y estadísticamente incierta sobre su contrincante.
Otro destacado analista electoral, Larry Sabato, del proyecto Crystal Ball, realiza una clasificación cualitativa de los estados, sin asignar probabilidades numéricas, pero evaluando la inclinación de cada estado clave. Según Sabat, Michigan, Wisconsin y Pensilvania tienen una inclinación leve hacia Harris en la recta final de la elección. De confirmarse esta tendencia en estos estados de alta importancia, Harris podría asegurar la presidencia. Cabe aclarar que este tipo de clasificaciones, no ofrecen una cifra exacta de probabilidad.
Asimismo, los expertos advierten que existen múltiples factores que podrían modificar el resultado de las elecciones. Uno de estos es la precisión de las encuestas y la participación electoral.
POLITICA
Euforia por los resultados en el comando trumpista en Florida, donde solo se espera el anuncio final para desatar “una fiesta”
WEST PALM BEACH, Florida.- Con el camino al triunfo de Donald Trump ya prácticamente allanado, la expectativa está puesta en el discurso del líder republicano en el megaevento electoral del candidato republicano, que revolucionó West Palm Beach, en Florida, el lugar elegido por su equipo de campaña para lo que será su fiesta de victoria, de desquite casi personal de la derrota de 2020.
El último estallido del público llegó con las proyecciones de que el magnate se quedó con Pensilvania, uno de los estados que se preveían cruciales. Solo faltaba sumar oficialmente un puñado más de votos en el Colegio Electoral para que Trump se convierte en el 47 presidente de Estados Unidos.
“¡Se acabó!”, festejó un hombre en medio del en griterío que parecía un punto sin retorno. Un joven con una gorra de Make America Great Again subió la apuesta. “¡Que se joda Joe Biden! ¡Que se joda ella!”, dijo en referencia a Kamala Harris, la rival de Trump en las elecciones.
La multitud, eufórica, coreaba: “¡Estados Unidos! ¡Estados Unidos!”. Ahora están reunidos cerca del escenario esperando que Trump entre y pronuncie un discurso. Todo es entusiasmo, abrazos y sonrisas, en un búnker al que siguen llegando invitados, como Tucker Carlson, recibido como una estrella.
“Se va a terminar este desastre [del gobierno demócrata]. Hoy será una fiesta. ¿Alguna duda de eso?”, señaló más temprano Magali, que llevaba un vestido brillante con los colores de la bandera norteamericana. “Me quedaré hasta el final para escuchar a nuestro líder”, añadió la mujer, junto a un grupo de amigas, todas vestidas para una fiesta. Tras una cena múltiple que ofreció en su club Mar-a-Lago a personas de su entorno y donantes de campaña –el multimillonario Elon Musk fue uno de los invitados estelares-, Trump ya se dirige al Palm Beach County Convention Center para dar un discurso.
Con el avance del recuento oficial y el mapa de estados que poco a poco se pintó más de rojo que de azul, como era esperado con los primeros anuncios, la confianza en el búnker trumpista iba en aumento. También por las proyecciones que circulaban en redes sociales y medios de comunicación sobre las mayores posibilidades de victoria republicana en el Colegio Electoral, la llave para volver a la Casa Blanca. Nadie despegaba su mirada de las pantallas y los celulares, atentos a cada dato. De todas formas, ninguno se quería adelantar a los resultados finales.
“Esperamos un triunfo, sin dudas, aunque sabemos que el anuncio oficial puede tardar. Habrá que tener paciencia”, dijo a LA NACION Matt Moore, que viajó especialmente desde Wisconsin para el evento. “Es difícil confiar en el sistema electoral, ya vamos viendo lo que pasa en Pensilvania”, advirtió, mientras mostraba en su celular una publicación de Trump en Truth Social, aún en plena votación, en la que denunciaba “masivas trampas en Filadelfia”.
En medio de un fuerte operativo de seguridad desde temprano en torno al centro de convenciones, unos 5000 republicanos invitados se congregaron para seguir los resultados. El merchandising trumpista estuvo a la orden del día: con gorras rojas MAGA (Make America Great Again), banderas con la cara del magnate y otras norteamericanas, y remeras estampadas con la fórmula Trump-Vance 2024.
El primer grito llegó con la confirmación del amplio triunfo republicano en Florida. “¡Trump! ¡Trump! ¡Trump!”, cantaron los simpatizantes cuando el extremo sudeste del mapa se pintó de rojo, en el estado de residencia del expresidente. “¡Flo-ri-da! ¡Flo-ri-da!”, corearon sus simpatizantes.
Las encuestas preveían un triunfo cómodo de Trump –por unos siete puntos- en el estado del sol, convertido en un bastión republicano después de haber sido un distrito en disputa en elecciones pasadas (Barack Obama se impuso en 2008 y 2012). El candidato republicano se aseguró esos 30 votos para el Colegio Electoral, con la sorpresa de una victoria aplastante: 13 puntos de ventaja sobre Kamala Harris. Fue una diferencia mucho mayor a la pronosticada, lo que consolidó el amplio predominio conservador en el estado (en cada elección en la que participó, Trump aumentó aquí sus márgenes de victoria).
Además, Trump se convirtió en el primer candidato presidencial republicano en ganar Miami-Dade, el condado más poblado de Florida, desde 1988. Biden lo había ganado por siete puntos en 2020.
Un grupo de afroamericanos con remeras de Black Voters for Trump también se hizo presente en el evento trumpista. “Confiamos en él, las cosas no han sido mejores cuando tuvimos a un presidente afroamericano y demócrata”, señala uno de ellos, en referencia a las administraciones de Barack Obama.
Ante la fuerte demanda de medios de prensa de todo el mundo, el equipo republicano rechazó el acceso a decenas de periodistas internacionales, lo que provocó fuertes quejas. Además, según informó la cadena CNN, en represalia por su cobertura se les quitó la acreditación a periodistas de Politico, Voice of America y Mother Jones.
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