ECONOMIA
Expertos advierten que el shock externo pone mayor presión al esquema cambiario

El temblor en los mercados internacionales se profundizó en el inicio de esta semana. El presidente Donald Trump anunció este martes que elevaría los aranceles a China hasta un total del 104% y, hoy miércoles, si bien aseguró que pondría una pausa a los aranceles de decenas de países, también advirtió que llevaría finalmente a 125% los aranceles para China. En este escenario de idas y vueltas, el dólar blue y las divisas financieras, Contado con Liquidación y MEP acentuaron la tendencia alcista, aunque esta jornada mantuvieron cierta estabilidad y el riesgo país el martes llegó a rozar los 1.000 puntos.
Los analistas afirman que el shock externo le pone mayor presión al esquema cambiario en un momento donde predomina la incertidumbre sobre el futuro régimem cambiario que surgirá del acuerdo con el FMI, lo que impulsa la cotización de los dólares paralelos.
En este clima, el Banco Central arrancó la semana con ventas en el mercado cambario oficial para abastecer la demanda y las reservas perforaron los u$s25.000 millones y se ubican en el nivel más bajó en los últimos 14 meses.
Ante este panorama, la duda que empieza a sugir es si la escalada de la guerra comercial y la volatilidad cambiaria pueden amenazar con interrumpir el círculo virtuoso que pregona el Gobierno sobre el proceso de desinflación y la recuperación de la actividad económica en forma de V, objetivos prioritarios en un año electoral.
El shock externo genera mayor presión sobre el esquema cambiario y los dólares libres
El dólar blue tuvo un salto de $50 pesos en las primeras dos jornadas de la semana, al cerrar el martes en $1.360, su valor más alto en ocho meses, aunque el miércoles bajó $5, y cerró a $1.355. Mientras que el CCL y el MEP finalizaron en $1.347 (-1,5%), y $1.348 (-2,1%), respectivamente.
Los analistas de PPI señalaron que «el temor a una guerra comercial que se extienda más de lo previsto y, por consiguiente, la mayor probabilidad de ir a un escenario de desaceleración económica, tanto en Estados Unidos como a nivel global, desembocó en una dinámica clásica de flight to quality (vuelo a la calidad), es decir, los inversores están buscando refugio en activos más conservadores».
A su vez, la consultora Eco Go destacó que «en Argentina, el coletazo se da en un contexto de incertidumbre creciente en torno al esquema cambiario negociado con el FMI en el marco de un acuerdo que sigue demorándose». Y sostuvo que «el escenario actual garantiza un crecimiento inferior al promedio en el comercio global y en Brasil, lo que impacta negativamente en los términos del intercambio de Argentina, y por ende en su disponibilidad de dólares».
En ese marco, Rocío Bisang, analista de Eco Go, explicó a iProfesional que «el riesgo percibido, dado el contexto de incertidumbre, impulsa a los mercados a refugiarse en activos más seguros, lo que hace que se desarmen las posiciones en pesos y presionen los tipos de cambio paralelos».
«Además, cae el consumo en EE.UU., producto de la suba de precios dado que ahora se suma el arancel, lo que se traduce en menos importaciones y, por lo tanto, menor entrada de dólares al país, lo que deja al BCRA con menos poder de fuego para intervenir en los mercados«, afirmó.
En Eco Go consideran que «las chances de sostener el esquema cambiario actual (dólar blend más crawling) que habían sido puestas en duda con las declaraciones del ministro Luis Caputo se tornan cada vez más complejas frente al cimbronazo actual».
En ese sentido, recalcó que «lo importante será que el mercado piense que el nuevo esquema será sustentable; un esquema híbrido que contente al Gobierno y al FMI puede ser la peor solución si el mercado no es convencido».
En sintonía, Florencia Fiorentin, economista jefe de Epyca, advirtió que «va a caer el comercio mundial y eso seguramente impactará en nuestro balance comercial. En el mundo, muchos países van a devaluar, ya lo hizo Brasil, y eso va a presionar en nuestro esquema cambiario ya que queda más atrasado todavía siendo que el resto de los países devalúan».
«Lo correcto sería modificar el esquema cambiario porque la coyuntura global cambió drásticamente. En principio, con un tipo de cambio más coherente a la disponibilidad de divisas y nivel de productividad de Argentina», juzgó.
Por su parte, el analista financiero Christian Buteler, planteó en su cuenta de la red social X: «Dejaron correr los dólares financieros. ¿Están maximizando los pocos dólares que quedan o la modificación del régimen cambiario es tan inminente que ya no vale la pena seguir mal gastando billete?».
Por su parte, Jeremías Morlandi, economista de Thesis Consulting, relativizó el impacto del shock externo: «En Argentina también hay un impacto fuerte, pero ojo, no todo es oscuro. La falta de pesos en la economía debido al oportuno ajuste macroeconómico que hizo el Gobierno el año pasado, junto con el cepo, nos permite estar en una situación obviamente sensible, pero no caótica«.
«Es por el control monetario y el superávit fiscal que los dólares financieros no se dispararon demasiado. Subieron, sí, pero nada comparable a otros contextos macro que Argentina vivió en el pasado», evaluó.
Asimismo, un analizar de LCG reflexionó que «en un contexto que muestra dificultades para acumular divisas (y con reservas exiguas), este panorama introduce dificultades adicionales no sólo por la baja de la soja y el petróleo sino también para calibrar una estrategia cambiaria saludable».
«En un contexto que se requiere flexibilidad, estamos encorsetados con la premisa de que no tienen que haber movimientos cambiarios hasta las elecciones. O tal vez esta sea la excusa perfecta para rever la estrategia cambiaria», razonó.
Pérdida de divisas: el impacto de la baja en el precio de la soja y el petróleo
La consultora EconViews resaltó que «en un sell-off de esta magnitud, es esperable que los activos de un país vulnerable como Argentina sufran», pero «tal vez lo más relevante para la estrategia del BCRA sea la baja del petróleo y la soja y la apreciación del dólar».
EconViews esgrimió que «es difícil calcular los efectos que tendrá (el shock internacional), pero seguramente tendremos un menor crecimiento mundial, y por ende menos demanda agregada, lo que puede presionar el precio de commodities para abajo».
«Esto tendría un fuerte impacto para Argentina, dependiente de las exportaciones agrícolas y ahora de petróleo para hacerse de dólares», aseveró.
Los analistas de PPI también enfatizaron que el actual escenario «redundó en una baja de los commodities», entre ellos el precio de la soja y el petróleo crudo.
«Argentina, como tradicional exportador de commodities agrícolas y ‘nuevo’ exportador de hidrocarburos, sufrirá este shock externo. Es extremadamente importante ver qué sucede con el precio de la soja, ya que es el principal complejo exportador (24,6% de las exportaciones en 2024), y del petróleo crudo por los potenciales dólares que podría traccionar Vaca Muerta», aseguraron.
En ese sentido, en PPI calcularon que «considerando esta baja en el precio internacional de la soja y que la producción se estima en 47,5 millones de toneladas, según la Bolsa de Comercio de Rosario, el valor de la cosecha se redujo en alrededor de u$s860 millones: de u$s17.960 millones previo a los anuncios de Trump, a u$s17.100 millones».
Por su parte, el crudo Brent profundiza el recorte del jueves (-6,4%) y viernes (-6,5%), aunque exhibe una baja más contenida al ceder 2,4% al momento de escribir este informe. Asímismo, estimaron que por la caída en el precio del petróleo, «y teniendo en cuenta nuestra proyección de 100 millones de barriles a exportar en 2025, las exportaciones de crudo se redujeron en u$s1.100 millones de un estimado de u$s7.500 millones a u$s6.400millones».
«Sumando el impacto tanto en la soja como en el Brent, esto se traduce en una pérdidade u$s1.960 millones en el frente externo«, proyectaron.
Actividad económica: ¿se frenará el circulo virtuoso del plan económico de Luis Caputo?
Un informe de Facimex Valores sostuvo que «el aumento de la volatilidad cambiaria amenaza con desanclar las expectativas, poniendo en riesgo el círculo virtuoso del programa», en alusión al proceso de baja de la inflación combinada con la recuperación en V de la actividad .
«La desinflación, la recuperación de la actividad y la caída de la pobreza explican que la confianza en el Gobierno medida por la UTDT (Universidad Di Tella) siga en niveles históricamente elevados, incluso cuando mostró leves caídas en los últimos 3 meses», destacó.
«Despejar la incertidumbre sobre el régimen cambiario será la clave para evitar que se desanclen las expectativas, blindando este círculo virtuoso. Mientras más rápido lleguen las definiciones con respecto al futuro esquema cambiario, menor será el impacto sobre las expectativas y el costo en términos de afectar el proceso de desinflación y la recuperación de la actividad«, afirmaron.
La consultora PxQ juzgó que «las circunstancias parecen estar dando lugar a una tormenta perfecta para Argentina: el shock internacional negativo se combina con demasiadas idas y vueltas con el acuerdo con el FMI, en un marco donde tanto EE.UU. como el propio organismo podrían tener otras urgencias».
«El Gobierno pasó así de prever una economía en la previa de las elecciones con inflación en baja, actividad en alta y brecha controlada, a una en la cual la depreciación del paralelo puede revertir la baja de la inflación y esta, a su vez, lastimar la actividad«, aseveró.
Para Fiorentin, «el círculo virtuoso se había empezado a disolver y esto terminó de hacerlo colapsar».
Por su parte, Bisang evaluó que «hoy estamos en un contexto donde prima una fuerte incertidumbre, y el miedo a la recesión en EE.UU. se refleja en los mercados, impulsando un fly to quality, y eso se traduce en la caída de los bonos y acciones y tracciona al alza los dólares paralelos, lo que empeora las perspectivas de desaceleración de la inflación y la recuperación de la actividad, en particular considerando la escasez de reservas y las limitaciones que puede tener el BCRA para capear movimientos muy bruscos».
«En lo que respecta a la inflación, por ahora estamos estimando 2,7% para abril (y 2,6% para mayo, dejando lejos la perspectiva que teníamos hace unas semanas de perforar el 2%», comentó.
El economista Federico Glustein concordó que «el alza de los dólares paralelos tendrá su correlato potencial en precios, posiblemente haya un incremento leve de inflación, frenando la baja al 2% como se pensaba».
Consultado acerca de si corre riesgo la recuperación de la actividad económica, Glustein en principio estimó que no debería haber un gran impacto.
«Va a depender de cuánto dure (el shock). Si hay una extensión temporal amplia podríamos suponer que eso suceda, que impacte de largo. Si se revierte la medida global, en Argentina no tendría un impacto severo. El riesgo para la recuperación depende de otros factores locales».
En sintonía, Morlandi consideró que el shock externo «le agrega incertidumbre en el plano crediticio, pero no tanto en la parte inflacionaria o de actividad; sobre esas cuestiones son más los factores locales los que terminarán influyendo».
Por su parte, el grupo SBS señaló que «de cara a este año, mantenemos nuestra proyección de crecimiento del PBI real en 3,5%-4,%, siendo los factores clave a monitorear la dinámica del plano cambiario y cuentas externas, el crédito en pesos, si continúa o no el proceso de desinflación y en qué medida, y el sesgo de la política fiscal-monetaria en un año marcado tanto por las elecciones como por el nuevo acuerdo con el FMI».
«La inversión dependerá también de la estabilidad y las mayores certezas, por lo que evitar jornadas como las de la segunda mitad de marzo, y contener la volatilidad, serán cuestiones claves para atraer inversión extranjera directa, el flujo que mejor representa la percepción de confianza sobre la marcha macro de un país determinado, y que, de momento, no tracciona, aún con la vigencia del RIGI».
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ECONOMIA
Aumentan los colectivos, subtes y peajes: de cuánto será la suba en CABA y Buenos Aires

Desde hoy regirá en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) un nuevo aumento de las tarifas de colectivos, subtes y peajes. Será del 4,3%, producto del último dato de inflación conocido que alcanzó el 2,3%, más un extra de 2 puntos porcentuales hasta que se llegue a la eliminación de subsidios. En la Provincia el ajuste será mayor, debido a la aplicación de un ajuste adicional que llevará el aumento al 14,8%.
De esta manera, en CABA el boleto mínimo de colectivos pasará a costar $593,52 y en la provincia 658 pesos. Así, habrá tres tarifas distintas en las líneas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) dado que las nacionales ya habían aumentado hace dos semanas, estableciendo un boleto mínimo de 494,83 pesos. A su vez, el subte pasará a costar $1.206 por viaje.
Por su parte, el costo del peaje para autos en hora pico será de $4.912,67 en las autopistas Perito Moreno y 25 de Mayo, y $2.042,38 en la Autopista Illia. Fuera de horas pico los valores serán respectivamente de 3.466,55 y 1.444,25 pesos. Los argumentos se basan en un plan de obras a cargo de AUSA, hoy en sus etapas iniciales y que ganaría ritmo en los próximos meses.

Las autoridades de la Ciudad en colectivos y subtes argumentan que los aumentos sirven para recomponer el atraso tarifario, pues en los colectivos la actual tarifa cubre solo el 70% del costo del servicio, en tanto en el subte la cobertura supera levemente el 76 por ciento.
En las 30 líneas de colectivos reguladas por CABA el boleto mínimo será de $593,52 para trayectos de hasta 3 kilómetros, aumentará a $659,50 para trayectos de 3 a 6 kilómetros, a $710,31 para viajes de 6 y12 kilómetros y a $761,15 en recorridos superiores a los 12 kilómetros.
La administración del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, sostiene que además de descontar el atraso respecto de los costos de operación, la actualización tarifaria apunta a sostener un programa de modernización de más de 1.600 unidades, incorporando validadores que aceptan tarjetas de crédito y débito, la SUBE y teléfonos celulares, además de la colocación de cámaras y mejoras en los recorridos.
Por otro lado, la Ciudad apunta a una “migración” hacia energías limpias, brindando incentivos para que las empresas incorporen colectivos a gas o eléctricos a medida que renueven su flota. El propio Gobierno porteño ya lanzó a la calle, en áreas turísticas como el Microcentro y San Telmo, unidades eléctricas, que además se distinguen por su andar completamente silencioso.

En el caso de la Provincia de Buenos Aires, el aumento del 14,8% responde a un nuevo esquema tarifario que eleva el costo de los colectivos urbanos, a partir de una consulta ciudadana que se hizo a mediados de noviembre. El nuevo cuadro de tarifas rige exclusivamente para las líneas que circulan íntegramente por territorio bonaerense y no ingresan a CABA.
Sucede que las líneas que recorren sólo la provincia usan tarifas fijadas por la Gobernación, mientras los colectivos que solo viajan por CABA dependen del gobierno porteño y los servicios nacionales, que atraviesan ambos distritos, tienen sus tarifas definidas a nivel federal.
El Ministerio de Transporte bonaerense explicó que el ajuste incluye un aumento extraordinario del 10%, sumado a un mecanismo de actualización mensual vinculado a la inflación más dos puntos porcentuales, en línea con el sistema vigente desde marzo. De este modo, la suba total para diciembre llega al 14,8 por ciento.
El nuevo cuadro tarifario se detalla según las escalas de kilómetros recorridos. Para servicios urbanos del Gran Buenos Aires, el pasaje mínimo (correspondiente a trayectos de 0 a 3 kilómetros) se establece en $658,44. Los tramos escalonan los precios en función de la distancia: 3 a 6 kilómetros, $733,50; 6 a 12 kilómetros, $790,00; 12 a 27 kilómetros, $846,57; y trayectos mayores a 27 kilómetros, $902,73.
Para quienes abonan el pasaje con una tarjeta SUBE sin nominalizar, el costo resulta considerablemente mayor, con valores mínimos que parten desde $1.046,92 y alcanzan un techo de $1.435,34 según la distancia recorrida. Este diferencial busca incentivar la nominalización de la SUBE para establecer una correspondencia entre usuario y tarjeta, y limita el uso de subsidios a cada pasajero registrado.
Existe también una categoría específica para beneficiarios del Atributo Social, destinada a personas en situación de vulnerabilidad, quienes conservan descuentos en el boleto. Para diciembre, el cuadro social propone los siguientes montos: hasta 3 kilómetros, $296,30; de 3 a 6 kilómetros, $330,08; de 6 a 12 kilómetros, $355,50; de 12 a 27 kilómetros, $380,96; y, por encima de los 27 kilómetros, $406,23.

En el segmento de colectivos interurbanos de media distancia, que conecta áreas aledañas a CABA y cumple un rol estratégico en la conexión metropolitana, también se observan nuevos valores. El boleto mínimo para este tipo de servicio se modifica: antes costaba $753,99 y ahora asciende a $866,28 con SUBE nominalizada. Si el pasajero utiliza SUBE sin registrar, el boleto mínimo llega a $1.377,39. Además, el cobro por kilómetro fija una base de $33,46 (SUBE nominalizada) frente a $53,20 (no nominalizada), mientras que la tarifa base en terminales inicia en $219,05 ($348,29 con SUBE sin nominalizar).
El alcance del aumento es exclusivo para las líneas provinciales, es decir, en aquellas que no ingresan en Capital Federal, y por tanto no afectan a los servicios regidos por el gobierno porteño y el nacional. El esquema implementado responde a la necesidad, según especificaron fuentes oficiales, de recomponer el equilibrio operativo de las empresas de transporte, que actualmente sufren presiones por el costo de insumos clave. Entre los factores señalados, aparecen la volatilidad del tipo de cambio, los ajustes frecuentes del precio del combustible y el incremento en los insumos para el mantenimiento y renovación de flotas.
ECONOMIA
Los analistas ya pusieron la vista sobre los vencimientos de deuda de enero

Comienza diciembre, un mes que será de alta volatilidad: los inversores estarán atentos a los movimientos del ministro de Economía, Luis Caputo, en vista de los USD 4.200 millones necesarios para pagar los vencimientos de los bonos soberanos en enero.
La única manera es un préstamo. Los trascendidos indican que se avanza en ese sentido. Caputo está cerrando un Repo con bancos de inversión. Morgan Stanley ya está adentro, falta la confirmación del resto. Analizan los detalles del convenio y se cree que la agonía de diciembre será corta.
Las consultoras centraron su análisis en este evento y el cambio de humor de los inversores locales. que comenzaron a desarmar sus coberturas en dólares.
El menú de opciones es bastante amplio. Todas las cartas están sobre la mesa y el Gobierno las está explorando. Probablemente la solución termine siendo un mix
Para EconViews la consultora que dirige Miguel Kiguel, planteó de inicio: “despejemos la incógnita más importante: no tenemos ninguna duda de que se va a pagar. La voluntad política está y el costo de un traspié sería impensable para el programa actual. La pregunta del millón no es si se paga, sino qué alquimia financiera utilizará el equipo económico para que los dólares aparezcan. El menú de opciones es bastante amplio. Todas las cartas están sobre la mesa y el Gobierno las está explorando. Probablemente la solución termine siendo un mix. Siempre está la posibilidad de levantar el teléfono y gestionar alguna ampliación del swap con el Tesoro de Estados Unidos. Eso mismo fue lo que sucedió con el último pago de intereses al FMI y no descartamos que la carta del tío Scott (Bessent) Secretario del Tesoro de Estados Unidos) se vuelva a jugar”.
El informe agrega que el equipo económico “está explorando otras opciones para no molestar a Scott. Se viene hablando de un nuevo Repo con bancos internacionales. De esto último ya tuvimos una dosis este año. Si bien suele ser deuda de muy corto plazo, puede funcionar como puente financiero para calzar los flujos de caja del verano sin sobresaltos. La contra es que hay que poner títulos como colateral y expone al Tesoro al riesgo de tener que poner más garantías si el precio de los bonos cae. En cualquier caso, tanto el Repo como la ayuda externa implican aumentar los pasivos de corto plazo”.
Para FMyA, consultora de Fernando Marull, “el contexto global siguió positivo para Argentina, con Brasil en modo rebote y la soja sostenida arriba de USD 400 la tonelada. Hay viento de cola para Argentina y lo tiene que aprovechar el Gobierno”.
Según FMyA “el frente dólar debiera seguir tranquilo en diciembre, por mayor oferta de trigo y flujo financiero, y compensar la mayor demanda de turismo y dolarización. El Tesoro compró solo USD 200 millones de los USD 4.200 millones de deuda que emitieron empresas y provincias en noviembre (les queda plazo para liquidar los dólares) ¿Lo bueno? El BCRA y el Tesoro siguen bajando la cobertura cambiaria pre-electoral (redujeron en USD 6.000 millones dollar linked y futuros) pero aún no compran reservas. Para la calma financiera será clave el anuncio del préstamo con bancos para el pago de enero por USD 4.200 millones. El nuevo financiamiento, más las novedades del régimen cambiario (de ocurrir) deberían bajar un escalón el riesgo país”.
REUTERS/Dado Ruvic/Ilustración/Archivo
Por su parte, 1816 se pregunta: “¿Puede el Gobierno hacer compras significativas de reservas con este esquema cambiario?“. Esa, dice, ”sigue siendo la principal duda del mercado luego del rotundo triunfo electoral de Milei, dado que el spot sigue incómodamente cerca del techo de la banda y el CCL incluso lo supera”.
Sobre las tasas de interés la consultora señala que “post comicios, suponíamos que las tasas iban a bajar (algo que ocurrió), pero también que se modificaría al menos marginalmente el esquema monetario (algo que no ocurrió). Bajo el esquema actual la tasa a un día tiene piso (lo que paga BCRA en simultáneas), pero no tiene techo. Ese es un riesgo para alargar duration en pesos: si por cualquier razón el tipo de cambio vuelve al techo de la banda (estamos a menos de 5 %), el Gobierno podría dejar que las tasas vuelvan a subir. Esto es especialmente cierto luego de los datos de EMAE del tercer trimestre: es que, pese a que tuvimos tasas activas altísimas, el PBI creció los tres meses (difícil tener una mejor muestra de la baja sensibilidad de la actividad a la tasa)”.
La consultora F2 de Andrés Reschini indicó que las reservas “siguen siendo un tema de debate y la sensación que queda es que el mercado no se siente cómodo con el nivel actual de cara al cumplimiento de la meta con FMI y sobre todo de los compromisos de deuda en moneda extranjera que se avecinan apenas entrado 2026. La señal que emite el Gobierno es de cautela a la hora de liberar pesos, dado que el BCRA ha logrado bajar tasas y encajes, pero el Tesoro no dejó escapar una gran cantidad de pesos en la licitación de deuda del miércoles y tampoco ha realizado compras de divisas relevantes. En diciembre debe enfrentar vencimientos en pesos por $ 40 billones a lo que puede ayudar la mayor demanda estacional de moneda, pero no deja de ser un vencimiento de gran magnitud que exige prudencia por lo que hay chances de que la acumulación de reservas vía compras de divisas deba esperar un tiempo”.

En diciembre, con el inicio de las sesiones parlamentarias del nuevo Congreso, señala, “la política volverá a ejercer su influencia en los mercados que esperan novedades sobre presupuesto, reforma laboral y tributaria mientras sigue pendiente dar certezas sobre cómo se conseguirán los fondos para hacer frente a los compromisos en moneda extranjera de todo 2026”.
La lenta recuperación del Bitcoin, que ayer estaba por encima de USD 91.000 fue el centro del informe de Buenbit. “El retroceso desde USD 125.000 hasta las zonas de soporte en torno a USD 80.000/USD 86.000 obligó a reexaminar supuestos: el rol de los flujos institucionales, la dependencia del sentimiento minorista, la sensibilidad a la macro y el reacomodamiento entre cohortes on chain. Pero lo que parecía una fase de capitulación se convirtió, casi imperceptiblemente, en una fase de reequilibrio. Ese cambio, respaldado por datos duros, empieza a definir la narrativa que llevará al mercado hacia diciembre”.
En este mes, dice Buenbit, esperan “un BTC estabilizado entre USD 88.000 y 95.000, con una recuperación incipiente pero no confirmada, flujos institucionales que dejaron de ser un factor netamente negativo, y una macro global que se mueve hacia un aterrizaje monetario suave. En este marco, diciembre se perfila como un mes de transición más que como un mes de ruptura”.
El mercado, más allá de esta incomodidad por la acumulación de reservas y el otorgamiento del préstamo para cancelar vencimientos de enero, se muestra optimista y la tendencia positiva de la semana puede repetirse. Son pocos los que piensan salir de bonos y acciones y perderse el repunte que significará el anuncio de la REPO u otra forma de conseguir dólares para cancelar los USD 4.200 millones que vencen en enero.
Europe,LEGACY: Financials (TRBC),Financials (TRBC level 1)
ECONOMIA
Martín Redrado: “No veo al Tesoro de Estados Unidos interviniendo nuevamente en el mercado cambiario”

En medio de la relativa paz en el mercado cambiario de los últimos días, el ex director del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Martín Redrado, aludió a las intervenciones del Tesoro de los Estados Unidos que le permitieron al Gobierno, en las jornadas previas a la elección legislativa del 26 de octubre, contener la presión devaluatoria y sostener el esquema de bandas cambiarias.
“Esto es parte análisis y parte información: no veo al Tesoro de Estados Unidos interviniendo nuevamente”, afirmó Redrado durante el fin de semana, en una entrevista con Radio Mitre.
De esta manera, para quien fue el presidente del BCRA entre 2004 y 2010, el secretario norteamericano, Scott Bessent, no volvería a intervenir en el mercado argentino comprando pesos para que el dólar mayorista no toque el techo de la banda.
Según pudo saber Infobae, las versiones vendrían desde Washington DC, pues el gobierno norteamericano considera que ya no hay disrupciones políticas o eventos electorales que alteren el mercado de cambios como sí sucedió en octubre. En esas jornadas tanto el BCRA -en el techo de la banda- como el Tesoro de EEUU -en el interior, pero muy cerca del techo- vendieron dólares y “compraron” pesos para sostener la moneda argentina y evitar una devaluación que hubiera sido políticamente ruinosa para el gobierno.
Se estima que el Tesoro norteamericano, a instancias de su jefe, Scott Bessent, compró pesos por el equivalente a más de USD 1.000 millones, según afirmó el viernes 24 de octubre (último día hábil previo a la jornada electoral), con estimaciones que oscilaron entre USD 1.400 y 1.700 millones.
Esos dólares ya están nuevamente en poder del Tesoro, pues luego de que los pesos fueran colocados en letras del BCRA -con una tasa que todavía no se conoce-, fueron pasados otra vez a dólares a partir de la activación del tramo del swap por USD 2.500 millones por parte de la Argentina, que a su vez sirvió para pagar un vencimiento al Fondo Monetario Internacional (FMI).
“El 40% de los billetes y monedas que los argentinos tenían en circulación más los depósitos a la vista se pasó de pesos a dólares por el proceso de incertidumbre que sin dudas se va a revertir en noviembre”, destacó Redrado Sobre el cierre de la semana pasada, el BCRA dio a conocer que en octubre los argentinos compraron USD 4.669 millones, lo que acumula un total de más de USD 20.000 millones desde la apertura parcial del cepo cambiario.
“La macroeconomía se compone de varias patas. Una pata fiscal que sin duda está sólida y de otras cuatro para darle solidez a la macroeconómica y previsibilidad al sector privado: un horizonte de largo plazo a la política cambiaria y a las políticas monetaria y financiera. Hasta que eso no ocurra, no vamos a ver una disminución de la compra de divisas por parte de pequeños y medianos ahorristas. Pero es un número preocupante y del cual hay que ocuparse”, marcó el expresidente del BCRA.
En esa línea, sostuvo, que la manera de empezar a ocuparse sería sacar las restricciones que hay en el mercado cambiario. Y aunque celebró la medida de la Comisión Nacional de Valores (CNV) para que los residentes extranjeros puedan comprar y vender títulos públicos, aseguró, que todavía queda una “maraña de restricciones que no le dan tranquilidad y previsibilidad al mercado cambiario”.
Las declaraciones de Redrado, de que Bessent ya no intervendría en el mercado argentino comprando pesos, se dan luego de que días atrás el Wall Street Journal publicara que el préstamo por USD 20.000 millones de bancos norteamericanos a Argentina se habría caído y que ahora sería por apenas USD 5.000 millones para enfrentar los vencimientos de enero.
“Si no se le da previsibilidad al sector financiero cómo Argentina se va a financiar, como vamos a pagar los USD 4.500 millones que vencen en enero. Esa es la principal incertidumbre que se debe disipar. Creo que la va a disipar, pero lo están haciendo con decisiones financieras cuando la Argentina necesita reservas en el BCRA”, marcó. Siendo un punto sobre el que viene insistiendo.
Durante su participación en la Conferencia Industrial, Redrado sostuvo que cuando le preguntan cuál es la política monetaria y cambiaria que se necesita, la respuesta es la de acumulación de reservas más allá de discutir las bandas. Pese a que horas antes, por el mismo escenario, había pasado el ministro de Economía, Luis Caputo, quien les aseguró a los empresarios presentes que no debían preocuparse por la meta de acumulación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) -de USD -2.600 millones- porque ya estaba resuelto con el swap con Estados Unidos.
“Dicen que van a acumular en la medida que crezca la demanda de dinero, que el BCRA irá en esa dirección, pero el Tesoro, que tiene superávit todos los meses, esos pesos hay que dedicarlos a comprar reservas”, afirmó. Cuando las reservas netas se encuentran en USD -16.000 millones y cuando en la región todos los países tienen una relación reservas contra Producto Bruto Interno (PBI) que duplica el nuestro. “Argentina tiene 6,3% de reservas brutas contra el PBI y todos los países de América Latina de mínimo tienen 14% y Perú tiene 30%”, agregó.
El próximo martes, el Ieral de la Fundación Mediterránea y la Fundación Capital completarán públicamente una alianza institucional para trabajar en conjunto temas de la economía argentina. En un evento en Buenos Aires expondrán el presidente del Banco Central y Reserva del Perú, Julio Velarde, el propio Redrado y Osvaldo Giordano, presidente del Ieral de la Mediterránea.
Redrado alertó sobre el panorama inminente de demanda de dólares. “Hay dos períodos: en diciembre aumenta la demanda de pesos para pagar aguinaldo, sueldos. Pero desde el 15 de enero el proceso se revierte: la gente sale al exterior. Y eso coincide con el pago a acreedores privados de USD 4.500 millones. Hay que clarificar cómo se va a pagar y cuánto el BCRA va a comprar de reservas, qué política monetaria va a tener el BCRA”, marcó.
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