ECONOMIA
Furor por el carry trade: cuál es el problema detrás de la maniobra predilecta de la City

Una de las incógnitas que el mercado no termina de desentrañar es qué ocurrirá con las tasas de interés en la «fase 3» del plan económico de Javier Milei. A juzgar por las reacciones iniciales del mercado, todo indica que la tónica será un mayor retorno por la tasa en pesos. Sin embargo, también hay señales del gobierno en el sentido opuesto.
Por ejemplo, Felipe Núñez, uno de los ideólogos del plan de «las tres anclas», opinó que «con la recapitalización del BCRA y el nuevo esquema cambiario, es de esperar que las tasas reales y nominales compriman fuertemente».
No es lo que se ha visto en las primeras jornadas, sobre todo porque el propio gobierno convalidó subas de tasas en la primera licitación de deuda en pesos. Al mismo tiempo, se verificó el desplome sobre la curva del dólar futuro, lo cual recrea las condiciones para un nuevo carry trade, dado que las tasas en pesos volverán a tener un atractivo incluso si tuvieran una caída nominal.
Por lo pronto, no quedó muy claro qué fue lo que celebró el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, quien al informar sobre el resultado de la licitación dijo que se trataba de «un día histórico para Argentina». Ese día, se logró un «rolleo» de 75,71% de los vencimientos por $6,6 billones. Lo que implica, mirando la parte del vaso vacía, que se inyectaron pesos al mercado $1,6 billón.
Podría interpretarse que fue una buena noticia el hecho de que nadie demandara los bonos «dólar linked», a diferencia de lo ocurrido tres semanas atrás, cuando hubo una demanda de $1 billón por esa cobertura. Pero, en realidad, esa situación era algo que se daba por descontado luego de anunciarse el final del cepo y del agotado «crawling peg».
El regreso del punto Anker
¿Fue, entonces, una buena noticia que haya quedado un 24,29% de los vencimientos sin renovar? No sería la primera vez que en el gobierno se toma esa situación como una noticia positiva, porque se lo interpreta como un aumento genuino de la demanda de dinero. Es decir, que al recuperarse la actividad económica, los bancos vuelven a transferir al sector privado recursos que antes no tenían dónde alojar y terminaba fondeando al Tesoro.
La primera vez que se expuso esa situación como un hecho positivo fue en septiembre del año pasado, cuando los funcionarios explicaron que se estaba llegando al «punto Anker» en el que la economía se remonetizaba después de haber repudiado al peso hasta hacer que la base monetaria se desplomara a menos de un 5% del PBI.
«Estamos logrando que los bancos vuelvan a trabajar de bancos», afirmaba entonces Toto Caputo. Sin embargo, no siempre se mantuvo esa actitud: cuando hace dos meses empezó a quedar en evidencia el nerviosismo del mercado por la situación cambiaria y se produjo un éxodo desde las letras del Tesoro hacia las coberturas del mercado de futuros del dólar, Caputo no dudó en dar un volantazo: concentró el menú de bonos en letras de vencimiento corto y subió las tasas de interés para que el «rolleo» estuviera cerca del 100%.
Pero claro, ya sin cepo, la renovación se torna naturalmente más complicada. «Parte de esto puede venir explicado por la caída de la demanda cautiva de los bancos que implicó la suba de los encajes efectivos a principios de abril en relación con la no renovación de las bonificaciones para la cartera PYME y el endurecimiento de las condiciones de liquidez vía cierre de pases activos«, argumentó un reporte de la consultora Outlier.
¿Inevitable un crédito más caro?
Lo cierto es que cada vez que el Tesoro deja vencer parte de la deuda se inyectan pesos a la economía. Según ha explicado el propio gobierno, esos fondos provienen de los depósitos que, gracias al superávit fiscal, había guardados en el Banco Central. Por ende, se argumenta, el incremento de la liquidez no implica una expansión de la base monetaria en su sentido amplio.
El propio Javier Milei, en su comentada entrevista de cuatro horas con Alejandro Fantino, planteó que la falta de pesos era un problema para la economía. «Si tuviéramos menos dinero del que circula hoy, ya estaríamos en una economía de trueque«, graficó el presidente, quien sostuvo que no hay otro destino para la moneda nacional que la revaluación.
Dado que se recapitaliza al BCRA y que además habrá una mayor expansión monetaria en Estados Unidos y que la economía argentina crecerá a una tasa anual del 5,5%, el tipo de cambio tenderá a caer sobre el piso de la banda, pronosticó Milei.
En definitiva, ratificó la promesa que había realizado Caputo, en el sentido de que el dólar pasaría a ser la moneda abundante y el peso la moneda escasa. Esa situación sólo puede implicar tasas más altas, y de hecho es lo que está esperando el mercado.
El primer efecto se vio el mismo lunes en las remuneraciones a los ahorristas de plazo fijo, con el Banco Nación tomando la delantera: llevó la tasa nominal anual desde el 29,5% hasta el 37%. Y la decisión se interpretó no sólo como una respuesta al nuevo esquema cambiario, sino también al sorpresivo repunte inflacionario después del 3,7% que dejó el IPC de marzo.
Esto llevó a que los analistas pronosticaran un inevitable aumento del spread con la tasa activa. En otras palabras, que el crédito de los bancos a las empresas se hará más caro, no sólo porque sube la remuneración del plazo fijo, sino porque además ahora el Banco Central ya no marcará una tasa de referencia sino que dejará que sea el propio mercado el que la fije. Y, también, el propio hecho del levantamiento del cepo hace que los «clientes cautivos» que tenían las colocaciones en pesos ahora piden un mayor premio para no ir al dólar.
Como esto implica mayor volatilidad, la previsión es que se viene un encarecimiento de la financiación bancaria
La disyuntiva del carry trade
¿Qué hace Caputo ante esa situación? Podría pensarse que, al estabilizarse la situación cambiaria, buscaría una compresión de las tasas, tanto para bajar el costo de su fondeo como para sacarle presión al costo del crédito privado.
Sin embargo, no fue eso lo que ocurrió. Más bien al contrario, con el 3,75% de tasa efectiva mensual que se pagó por las Lecap más cortas, en el mercado se empezó a hablar sobre la posibilidad de un rearme del carry trade.
Sigue siendo una tasa baja en términos reales, si se considera el último dato de la inflación -3,7% en marzo y pronósticos de IPC similares en los próximos meses-, pero puede tornarse un rendimiento atractivo si se consolida la estabilización del dólar ahora flotante en torno a los $1.200.
El tema implica una disyuntiva para el Gobierno: una tasa más alta puede volver a convertirse en un garante de la estabilidad cambiaria -detalle no desdeñable al entrar en los meses preelectorales- pero, en la parte negativa, puede encarecer el costo de la deuda pública y además restarle fuerza a la recuperación de la actividad productiva.
Por lo pronto, los analistas del mercado dan como inevitable una suba, porque va en línea con la aspiración histórica del Fondo Monetario Internacional sobre las tasas positivas.
Un reporte de la gestora de fondos SBS afirmaba que en el contexto de relajamiento de las restricciones cambiarias, «esto implicará una mayor tasa de incremento de los stocks de deuda en pesos del Tesoro».
Por su parte, la consultora Analytica pronostica que «el crédito se encarecerá, ya sea por suba de los encajes bancarios o por un aumento de la tasa de interés».
La lupa en el plazo fijo
Mientras en el mercado de capitales se debate respecto de si el Gobierno tiene el objetivo de rearmar el carry trade, la lupa está puesta también en la reacción de los miles de pequeños ahorristas que tienen sus pesos depositados a plazo fijo.
Por más que el gobierno esté celebrando que las reservas del BCRA hayan subido a u$s36.799 millones luego de que se acreditara la asistencia del FMI, en el mercado quedó flotando la advertencia de veteranos de las finanzas, como Miguel Kiguel, quien dijo que el objetivo más importante no es que los pesos circulantes estén respaldados por las reservas, sino que se evite una corrida bancaria.
Hablando en plata, el potencial de corrida asciende a u$s100.000 millones depositados en plazos fijos en pesos. Es una masa que supera cualquier refuerzo de las reservas, y que para mantenerse en su lugar necesita una combinación de tasa atractiva y confianza en el gobierno.
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ECONOMIA
Fin del antidumping a termos: cómo puede impactar en los precios de los productos Stanley

Luego de más de dos décadas de vigencia, el Gobierno nacional resolvió eliminar los aranceles antidumping aplicados a la importación de termos y recipientes isotérmicos de origen chino. La medida, establecida originalmente en 2001, tenía como objetivo evitar la entrada al país de productos a precios inferiores a los de mercado. Esta decisión fue oficializada a través de la Resolución 835/2025 publicada en el Boletín Oficial.
La resolución se basa en un informe técnico elaborado por la Comisión Nacional de Comercio Exterior (CNCE), organismo dependiente del Ministerio de Economía. En el documento, la CNCE reconoció la existencia de márgenes de dumping en la importación de termos procedentes de China, tanto en productos con ampolla de acero inoxidable como en los de ampolla de vidrio. Sin embargo, concluyó que la protección implementada durante más de dos décadas no generó mejoras sustanciales en la industria local.
El análisis de la CNCE determinó que los márgenes de dumping para los termos con ampolla de acero inoxidable alcanzaron el 85,35%, mientras que en los de ampolla de vidrio llegaron al 70,78%. A pesar de estas cifras, la Comisión evaluó que la imposición de derechos no logró fortalecer a los fabricantes nacionales, y que, incluso con la continuidad de las medidas, no se espera una reversión en la situación del sector.
Además, el informe incluyó datos de exportaciones chinas hacia otros mercados, como Perú, donde los márgenes de dumping fueron incluso más elevados: 384,67% para productos de acero inoxidable y 354,78% para los de vidrio. Estos antecedentes fueron considerados por la CNCE como indicativos de una alta probabilidad de recurrencia del dumping si se levantaban las restricciones.
Qué cambia con el fin del antidumping a termos chinos
La medida había sido prorrogada en tres ocasiones desde su implementación inicial. En el caso de los termos con ampolla de vidrio, los derechos antidumping regían desde octubre de 2001; mientras que para los de acero inoxidable, desde enero de 2004. Con la eliminación dispuesta ahora, la protección a la industria nacional se mantuvo vigente por entre 21 y 23 años, dependiendo del tipo de producto.
La solicitud de revisión había sido presentada por la empresa argentina Lumilagro, principal fabricante local de termos. Según la CNCE, durante el último período analizado se registraron caídas significativas en diversos indicadores de desempeño de la industria nacional. Entre ellos, una baja del 26,5% en la producción, del 32% en las ventas internas y del 31% en el empleo. También se observaron aumentos en los niveles de inventario y una reducción en la utilización de la capacidad instalada, que pasó del 51% en 2021 al 21% en 2024.
El informe técnico también destacó un cambio en la composición del consumo de termos en el mercado argentino. Según la CNCE, se produjo un desplazamiento desde los modelos tradicionales de vidrio hacia los de acero inoxidable. A esto se sumó el crecimiento de la demanda de otros productos isotérmicos del mismo material, como botellas, vasos y mates. La empresa nacional no participa en estos segmentos, lo que limitó su capacidad de adaptación a las nuevas preferencias del mercado.
Respecto al posible impacto de la eliminación de los derechos, fuentes oficiales señalaron que se espera una reducción en los precios de venta al público, alineándolos con los valores vigentes en otros países de la región. Sin embargo, en el caso de los productos de marcas internacionales, como Stanley, fuentes del sector privado indicaron que no habría un efecto directo.
Precios de los termos Stanley: qué puede pasar tras la eliminación de aranceles
Según explicaron desde el sector, la mayoría de estos artículos corresponde a líneas de mayor peso y calidad, no alcanzadas por las medidas antidumping previas. Consultados sobre esta cuestión, representantes del sector comercial sostuvieron que los precios podrían disminuir si se igualaran los aranceles con los aplicados en el régimen de compras puerta a puerta. De todas formas, desde el Gobierno estiman que una mayor competencia en el mercado podría generar una presión a la baja en los precios, incluso para las marcas más demandadas.
Por otra parte, la CNCE señaló en su informe que, más allá de la protección prolongada, la industria local no logró capitalizar las oportunidades del mercado. La participación de la empresa nacional en el consumo aparente de termos de acero inoxidable apenas pasó del 15% al 17% entre 2018 y 2023, mientras que el tamaño del mercado aumentó un 120% en ese mismo período.
Asimismo, se indicó que la capacidad de producción instalada no fue suficiente para satisfacer la demanda durante gran parte del tiempo analizado. En este sentido, el organismo consideró que la limitada respuesta de la producción nacional no estaría directamente relacionada con la competencia de productos importados.
La evaluación técnica concluyó que la falta de mejoras en el desempeño sectorial durante un período extenso de medidas restrictivas indicaría que la continuidad de los derechos antidumping no resulta conveniente.
Transformación del consumo y desempeño de la industria nacional
Por último, el informe identificó una transformación en la percepción social de estos productos. De acuerdo con la CNCE, los termos dejaron de ser vistos exclusivamente como artículos utilitarios para convertirse, en su gama más alta, en objetos de deseo y de posicionamiento. Esta reconfiguración del consumo no fue acompañada por una estrategia de diversificación productiva que permitiera a la industria local adaptarse a la nueva demanda.
Con la publicación de la Resolución 835/2025, la eliminación de los aranceles antidumping quedó formalizada. La decisión marca el cierre de una etapa de más de dos décadas de protección arancelaria a la industria local de termos y recipientes isotérmicos frente a productos importados desde China.
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ECONOMIA
Dólar: el rango de precios que prevé el mercado para julio, con efecto aguinaldo y menor empuje del agro

Desde el inicio del nuevo esquema cambiario de bandas de flotación, a mediados de abril, el tipo de cambio mayorista, que es la referencia del mercado, tuvo una suba inicial hasta los $1.198 y luego operó con cierta volatilidad en los últimos dos meses y medio. De cara al mes de julio, el mercado prevé que la cotización se ubique por arriba de los $1.200.
«Hasta ahora, la liberalización parcial del cepo ha sido exitosa: el tipo de cambio mostró cierta volatilidad durante los primeros días, pero luego se estabilizó, la brecha con los paralelos desapareció, y no hubo un rebrote inflacionario (de hecho, el IPC Nacional evidenció en mayo la menor suba mensual desde 2017, excluyendo abril 2020)», señaló en un informe la consultora Invecq.
Tras cerrar en mayo a $1.188, lo que implicó una baja mensual de $18, el dólar oficial mayorista durante junio bajó hasta llegar a $1.142,5 el 19/06 y desde entonces comenzó una tendencia alcista hasta los $1.191,5.
Leo Anzalone, economista y director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (Cepec), sostuvo respecto a la baja observada en el dólar durante algunas semanas de junio: «El movimiento se explicó por una fuerte liquidación del agro, por el pico de la cosecha gruesa, y por el ingreso de capitales financieros tras el levantamiento del cepo. A eso se sumó un contexto de inflación en baja y mayor estabilidad, que redujo la demanda de cobertura cambiaria».
En ese sentido, según Ciara-CEC, en los primeros cinco meses del año, el sector agroindustrial aportó u$s11.700 millones, lo que implicó un aumento del 29% respecto al mismo periodo de 2024.
Dólar: qué precio espera el mercado para julio y por qué
Ahora bien, en julio podría haber ciertos factores estacionales que pondrían presión al tipo de cambio y el mercado espera una pequeña suba, aunque lejos de que roce el hecho de la banda de flotación, pero asentaría arriba del los $1.200, entre ese valor y unos $1.250/70. Pero aún lejos del techo de la banda.
«Considero que en julio podríamos tener una leve suba en el mes, dado el cobro de aguinaldo, una potencial demanda estacional, sumado a alguna inicial dolarización de carteras preelectoral. Creo que, sin embargo, seguirá cerca del medio de banda, aunque es probable que rompa y se asiente arriba de los $1.200», comentó Federico Glustein, economista.
Y agregó: «La liquidación del agro se podría reducir por la reposición de las retenciones todavía no compensadas por la generación de recursos de Vaca Muerta».
Por su parte, Claudio Caprarulo, economista de la consultora Analytica, resaltó que en el séptimo mes del año suele haber una menor oferta de dólares del agro, ya que la cosecha gruesa finaliza en junio y ya sin mayores incentivos por la vuelta de las retenciones (que fueron reducidas temporalmente), lo que provocó una adelanto en la liquidación del campo.
A su vez, crecerá la demanda de la divisa norteamericana debido al cobro del aguinaldo, el cual puede ser utilizado adquirir dólares por parte las familias para ahorro, ahora sin cepo para las personas físicas, o bien para usarlos para pagar los consumos en el exterior de la tarjeta, ya que se prevé una alta demanda vía turismo por vacaciones de invierno de argentinos en el exterior por el atraso cambiario; sumado al creciente incremento de las importaciones.
Así, «la cotización se ubicará arriba de $1.200, entre $1.200 y $1.250/70. La caída de los últimos meses no es sostenible, vuelve a subir, no muy fuerte, dentro de la banda, pero con tendencia alcista», remarcó Caprarulo.
A pesar de la estacionalidad que impondría una pequeña tendencia alcista para el séptimo mes del año, los analistas sostienen que la variación del tipo de cambio, aunque con cierta volatilidad propia del esquema de flotación, se encuentre con cierta estabilidad y no muy lejos del medio de la banda de flotación.
Andrés Reschini, analista financiero y consultor de F2 Soluciones Financieras, expresó: «El Gobierno pasó de hablar de un dólar más yendo hacia la banda inferior a hablar de estabilidad y por ahora no encuentro demasiados argumentos como para pensar que en julio no vaya a ser así, más allá de algunos momentos de volatilidad que pudiesen darse. Con inflación cayendo, tasas positivas en pesos y la colocación de bonos hard peso, entre otras cuestiones, el Gobierno parece haberle encontrado la vuelta para transitar con cierta estabilidad hasta octubre».
«Julio trae menor liquidación del agro, ya que se termina la gruesa y aparece el efecto aguinaldo, que puede generar algo más de circulación de pesos y cierta dolarización. Pero el impacto más fuerte por cobertura electoral probablemente se vea hacia el último trimestre. En este esquema con bandas cambiarias y sin cepo, lo esperable sería que, aunque con fluctuaciones, el dólar siempre tienda al medio de la banda, hoy en torno a los $1.200″, añadió Anzanlone.
El desafiante segundo semestre que afrontará el Gobierno
Para lo que resta del segundo semestre, el Gobierno apuesta a estabilizar el tipo de cambio y no generar mayores ruidos y eso provoque un traslado a precios en medio de las elecciones legislativas de octubre, donde el oficialismo se juega un pleno a la baja de la inflación para poder ganar en las urnas.
Pero la segunda mitad del año es un período estacionalmente en el que el campo liquida menos. Tras los más de u$s11.000 millones aportados por el agro en lo que va del año, se espera que la cifra baje considerablemente en los próximos meses a diciembre. «Hay otras exportaciones, pero es cierto que la gran estacionalidad es abril-junio. Para peor, se adelantó mucho por la baja temporaria de las retenciones, así que el bajón va a ser grande para el segundo semestre», dijo Martín Burgos, economista de la consultora Lado B.
A su vez, en abril se fueron por turismo u$s863 millones por incremento del turismo emisivo, aunque los analistas prevén que este último guarismo se vea incrementado por las vacaciones de invierno y el atraso cambiario.
También, los argentinos demandarán más dólares para dolarizarse, en un contexto de año electoral y sin cepo. En el cuarto mes del año, los ahorristas compraron u$s2.048 millones. Según la consultora Audemus en 2017, un año electoral de medio término también y sin cepo, los datos de lo que se vendía y compraba para dólar ahorro fue de u$s20.000 millones, como para tener un parámetro de una futura posible demanda dolarizadora de carteras de ahorristas.
Todo esto generará presión sobre la cotización de tipo de cambio. «En términos estructurales, siempre el segundo semestre del año es en donde desacumulás divisas. Pareciera que no va a haber muchos más ingresos de dólares que la cuenta financiera. Entonces, teniendo en cuenta la demanda de divisas que enfrenta tradicionalmente la economía argentina en el segundo semestre, evidentemente aparece algún tipo de dificultad para sostener la paridad cambiaria», advirtió Haroldo Montagú, economista jefe de Vectorial.
Ahora bien, el Gobierno apuesta al Bonte 2023, con el cual ya adquirió u$s1.500 millones, para sumar unos mil millones de dólares mensuales hasta fin de año, y con el stock recibido por parte del FMI (u$s12.000 millones) y el REPO con los bancos (u$s3.000 millones en total), esperan robustecer las arcas del Banco Central y tener poder de fuego para sostener a raya el tipo de cambio oficial. Quedará por verse qué tanto le alcanza al equipo económico, sobre todo con nulos resultados del plan «dólar colchón».
Incluso, esta semana se dio a conocer que el Central intervino en el dólar futuro, para anclar las expectativas cambiarias sin la necesidad de sacrificar reservas internacionales. De acuerdo a datos oficiales, el BCRA alcanzó una posición neta vendedora de u$s1.946 millones a fines del mes pasado. El guarismo implica un incremento sustancial frente a abril, cuando el monto era de apenas u$s409 millones. En términos netos, la máxima entidad monetaria cerró contratos por u$s1.537 millones en 30 días.
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ECONOMIA
Wall Street recomienda resolver de manera urgente un problema con el dólar en Argentina

La difusión este miércoles de los datos de balanza de pagos, que confirman una aceleración en la salida de divisas, se produjo en paralelo a las críticas que empiezan a acumularse desde Wall Street.
Es que desde la bolsa estadounidense se advierte que el país no debería repetir los errores del pasado, ya sea con la Plata Dulce de la tablita de Martínez de Hoz —una suerte de antesala al carry trade—, o la tozuda defensa, en la segunda mitad de los 90, de una convertibilidad que terminó dejando un tendal de desocupados, al no advertirse que el mundo empezaba cambiar, primero con el Efecto Tequila a fines de 1994 y, luego, con la devaluación del real brasileño en 1999.
Wall Street advierte a Luis Caputo: ¿su plan necesita un service?
Los principales bancos y calificadoras de Estados Unidos llamaron la atención sobre el fenómeno de «monedas fuertes» que se está produciendo en distintos países latinoamericanos, sin que haya muchos fundamentos para esa tendencia.
Para analistas del JPMorgan Private Bank, la apreciación cambiaria es «un reflejo de la debilidad del dólar, y no una fortaleza de las monedas locales» en América Latina.
Sostienen que no hay razones para que este año las monedas cierren con los niveles que se han dado durante el primer semestre.
En la misma línea, la calificadora Moody’s advirtió que la apreciación del tipo de cambio tiene un impacto «negativo» en las empresas, por mayores costos en dólares y la caída de precios internacionales.
«La apreciación cambiaria derivó en un incremento de los costos operativos en moneda local, con un impacto negativo en la rentabilidad de las compañías que presentan una porción considerable de sus costos en pesos, y cuyos flujos de fondos están denominados principalmente en dólares», dijo esa agencia de rating.
Los datos del déficit en la balanza de pagos se conocieron en una jornada en la que la demanda de dólares dio un salto, e hizo subir $17 la cotización del spot mayorista, hasta los $1.191,50.
En la city porteña se comentaban los datos difundidos por el INDEC correspondientes al primer trimestre del año, que confirmaron un déficit en la balanza de pagos que se habría agudizado entre abril y junio. Salen muchos más dólares de los que entran.
En ese reporte, se indicó que el turismo al exterior subió casi 46% en mayo, y a su vez cayó 14% el ingreso de visitantes del extranjero. Si se suman linealmente los porcentajes, el saldo negativo sería del 60%.
Este comportamiento explica en parte la salida sostenida de dólares, que el Gobierno viene intentando financiar con endeudamiento, de la mano del expertise de la dupla Luis Caputo-Pablo Quirno.
La cuenta corriente de la balanza de pagos —uno de los datos malditos de la historia económica argentina— arrojó su primer desequilibrio en lo que va del gobierno de Milei, luego de irse deteriorando en forma paulatina.
La balanza refleja la entrada y salida de dólares de la economía por comercio exterior de bienes, turismo y pagos de intereses de la deuda.
El déficit fue de u$s5.191 millones en el primer trimestre, en especial por la cuenta servicios, que tuvo un rojo de u$s4.502 millones (turismo, courier y streaming, entre otros).
Algunos analistas, como los de Cohen Aliados Financieros, señalaron que estos números constituyen «escenas de atraso cambiario explícito».
Y remarcaron que, en el primer trimestre del año, el déficit de la cuenta de servicios fue casi tan alto como el de todo 2023.
Uno de los factores claves que explicaron esos datos fue el turismo, que generó una salida de divisas de u$s3.464 millones en el primer trimestre.
Hubo coincidencia que la salida de dólares por viajes mostró un nivel récord. Pero más parece preocupar que el Gobierno no dé señales de estar advirtiendo el problema. O al menos disimula su preocupación.
Incluso, Milei dijo semanas atrás que no se podía negar el derecho de los argentinos a viajar, lo cual indicaría que el Gobierno poco y nada prevé hacer para frenar esta tendencia.
Para el director de Planificación Productiva de Fundar, Daniel Schteingart, esta tendencia no puede ser sostenible. Y alertó sobre un punto clave: el superávit en bienes no compensa la disparada del déficit en servicios. La razón hay que encontrarla, en buena medida, en la explosión del turismo emisivo.
La presencia de miles de hinchas argentinos en el Mundial de Clubes le pone un manto colorido a un problema que parece ser cada vez más serio: a Caputo se le agotan los dólares, claves, por ejemplo, para afrontar el pago de importaciones.
«Y eso que el INDEC aún no contó los dólares que se están dejando los argentinos en Miami por el Mundial de Clubes. No quiero pensar lo que puede ocurrir si Lionel Messi llega a la final», ironizó un economista que no le pierde pisada a estos datos, y tampoco al fútbol, y que suele publicar sus reflexiones en distintos medios.
Además, el experto llama la atención sobre lo que representa un desequilibrio creciente en la balanza de pagos: «Estás aumentando el endeudamiento con el resto del mundo», asegura.
A su vez, Moody’s alertó sobre una elevada volatilidad en el precio de los commodities, como la soja y el petróleo, lo cual presiona sobre la rentabilidad del sector agropecuario y de extracción de hidrocarburos, agravada por el dólar barato. Si a eso se le suma atraso cambiario, la ecuación no cierra, le faltó agregar.
En ese sentido, Moody’s advirtió que «el sector de producción de hidrocarburos convencional y el industrial ven erosionados sus niveles de rentabilidad por la apreciación cambiaria y el mayor grado de apertura de la economía».
La estrategia de endeudamiento que implementa el ministro Caputo genera cuestionamientos entre los especialistas. Tal vez el más fuerte, entre los economistas que no pueden ser tildados de kirchneristas o peronistas, lo hizo Juan Carlos de Pablo: «A los argentinos no les podés decir que hagan esfuerzo fiscal solo para pagar intereses de deuda», advirtió.
A este escenario se suma el deterioro de la balanza comercial, por el fuerte salto en importaciones.
Un renombrado economista de la UBA suma otro dato: en el segundo trimestre el déficit de cuenta corriente se habría profundizado. La razón: las importaciones van cada vez más rápido por el ascensor, mientras las exportaciones apenas arrastran los pies por la escalera.
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