ECONOMIA
Paradoja de Milei post cepo: si sigue bajando el dólar, ¿el campo «encanutará» la cosecha?

Una de las preguntas más frecuentes que hicieron los opositores en las redes es de qué se reían exactamente los funcionarios del equipo económico junto a Javier Milei en la célebre foto que el mismo gobierno se encargó de difundir. ¿La estabilización del dólar flotante, la suba de las reservas, la caída del riesgo país, el apoyo del secretario del Tesoro estadounidense? Los motivos podrían ser variados en una semana en la que el gobierno recuperó oxígeno financiero. En cambio, está claro cuál fue el tema por el que no sólo no festejó, sino que se está transformando en el nuevo motivo de preocupación: el esperado boom de exportaciones agrícolas no está ocurriendo.
En las jornadas posteriores al levantamiento del cepo se embarcaron un promedio diario de 43.000 toneladas de soja, mientras que el promedio de la semana anterior había sido de 61.000 toneladas. Con el agravante de que el precio post cepo mejoró un 5% en comparación con el de la semana anterior.
Y nada indica que la situación vaya a cambiar en el corto plazo. A las dudas de los productores sobre si en la nueva situación conviene vender o esperar, se agregó una dificultad logística, por el paro de actividades de aduaneros.
Algunos temen que si se produce la típica congestión de camiones en la ruta 9 rumbo a los puertos de Rosario, pueda haber una caída adicional del precio, lo que hace que la cautela se incremente por parte de los vendedores.
«Viva el silobolsa, carajo»
Pero, sobre todo, lo que está ocurriendo es una politización del debate, que hace que no siempre se actúe acorde a los fundamentos técnicos. Las declaraciones de Javier Milei en las que ratificó que la rebaja temporaria de las retenciones mantiene su fecha de vencimiento en junio causó mucho malhumor entre los productores, que se dedicaron a marcar que esa actitud tiene más parecidos con los modos del peronismo que con un gobierno de inspiración liberal.
La situación hizo recordar a las polémicas de comienzos de año, cuando primero el jefe de gabinete, Guillermo Francos, había hecho un chiste respecto de los silobolsas llenos que se veían a la vera de las rutas. También a las polémicas surgidas cuando Toto Caputo luego anunció el alivio impositivo temporario. El punto máximo de enojo ocurrió cuando en febrero desde el gobierno se les sugirió a los productores que vendieran para aprovechar la ganancia financiera que dejaban las tasas del carry trade.
Productores enojados adelantaban su negativa a deshacerse de su stock mientras no hubiera un cambio definitivo de régimen impositivo. Y se llegó a ver el lema: «Viva el silobolsa, carajo» escrito sobre los propios silos llenos de soja.
Ahora, otra vez se recalentó el debate, porque la militancia oficialista en las redes se queja de la falta de agradecimiento de los productores por no salir a vender de forma masiva. Esto ha dado lugar a las previsibles expresiones de enojo por parte de los productores.
La mayoría de las respuestas tienen este tono: «A nadie se le ocurre (con razón) preguntar: ¿Y cuando van a liquidar los depósitos los ahorristas? Y menos que menos, a nadie se le ocurre subir un impuesto a quien no venda sus dólares post 30/6. Bueno, en el campo es la cantinela diaria que escuchamos (y por menos plata)», se quejó Santiago del Solar, productor y ex jefe de gabinete del ministerio de Agricultura.
Casi u$s9.000 millones en el freezer
Pero, más allá de las discusiones políticas, están los números. Según un cálculo de Marianela de Emilio, técnica del Inta y docente de Agroeducación, hay un potencial de ingreso de u$s8.964 millones desde ahora hasta el final de junio, cuando vuelven a subir las retenciones. Esa es la cifra a la que se llegaría si se produjera una liquidación en la misma proporción que la verificada a esta altura del año pasado.
Implicaria la venta de 14 millones de toneladas de soja -3 de la campaña del año pasado y 11 de la nueva-; más 10,6 millones de toneladas de maíz y 3 millones de toneladas de trigo.
Pero hasta ahora las señales indican un escaso entusiasmo. La estadística de balanza comercial del Indec recién publicada muestra que en marzo -es decir, todavía con cepo pero ya con retenciones acotadas- hubo una caída interanual en la venta de materias primas de origen agrícola. La caída fue de u$s281 millones, un 16% menos que hace un año. Y si bien es cierto que este año hay precios más bajos, lo que explica el menor ingreso de divisas fue la baja de 12% en el volumen embarcado.
¿Vender ahora o esperar?
En realidad, la cuenta sobre si conviene o no vender ahora no es tan simple como puede parecer a primera vista. Ocurre que así como los productores tienen ingresos dolarizados, también tienen costos que se rigen por el dólar, como la urea, los herbicidas y la maquinaria.
Hasta la semana pasada, estas importaciones se regían por el tipo de cambio oficial, mientras que las exportaciones cotizaban al «blend». Esto implica que la relación entre el producto y el insumo había mejorado para el productor: si en mayo 2024 se necesitaba 2,9 toneladas de maíz para comprar 100 litros de glifosato, esa relación se había abaratado a 2,1 en abril, según un informe de Marianela de Emilio.
Pero claro, el levantamiento del cepo unificó el dólar de exportación e importación, lo que implica que esa ventaja que brindaba el «blend» desapareció. Esto hace que se atenúe el incentivo que dejaba la devaluación.
Y, además, está el tema cambiario propiamente dicho. Con el precio del dólar del martes pasado, los productores sojeros tenían una mejora de 6% respecto del «blend». Pero la caída de la cotización posterior hizo que esa ventaja se diluyera por completo.
Lo cual pone en el centro del análisis lo que ocurra con el nuevo tipo de cambio flotante. Si, como dijo Milei, la política del gobierno será la de no hacer compras dentro de la banda y recién sumar reservas cuando el dólar caiga al piso de $1.000, entonces el campo puede encontrarse con que el levantamiento del cepo fue un empeoramiento de su ecuación de negocios.
Por lo pronto, este miércoles el precio negociado para la tonelada de soja fue de $336.000 por tonelada -expresado en dólares, u$s298. Es el mismo precio en pesos que se observaba dos semanas antes del levantamiento del cepo.
Y, finalmente, está el contexto internacional de precios agrícolas. El actual nivel de u$s381 que muestran las pantallas del mercado de Chicago es, para muchos analistas, un precio destinado a caer como consecuencia del «efecto Trump», dado que históricamente en situaciones de crisis en las que se produjo un cambio de flujos de capitales, se revaluó el dólar y cayeron las materias primas. Para reforzar ese punto, los analistas recuerdan que este es un año con buenas campañas en los principales países productores, lo cual incrementará la oferta.
Sin embargo, no todos en el campo argentino tienen la misma visión. Hay quienes especulan con la posibilidad de que, como parte de la guerra comercial, China suspenda sus compras a los farmers estadounidense y suplante esa demanda con mayores compras en Sudamérica, lo cual mejoraría el precio para Argentina.
Chicago, Massa y el nuevo dólar flotante
A pesar de todas las dudas y del ambiente tenso en el campo, sigue habiendo un argumento que puede inducir a una mayor liquidación en las próximas semanas: los productores nunca habían estado tan cerca de capturar el precio pleno del mercado internacional.
Esto ocurre gracias a la inexistencia de la brecha, que era el principal factor de recorte de ganancias, junto a las retenciones. En el peor momento de escapada del paralelo, cuando Sergio Massa asumió el ministerio en 2022, esta brecha implicaba que los sojeros apenas lograban captar un 30% del precio internacional. Con el régimen de «dólar soja» esa distancia se achicó, y lo que entraba al bolsillo del sojero era 53% del precio Chicago. Era un nivel todavía muy lejos del promedio que cobraban los productores latinoamericanos, pero aun así los productores hicieron una venta masiva, que le permitió a Massa algunos meses de estabilidad cambiaria.
Ya con Milei en la Casa Rosada, el promedio se mantuvo encima del 50% y tuvo un pico de 74% hacia fin de año, cuando el éxito del blanqueo de capitales hizo que la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo cayera a su mínimo.
Luego, ese porcentaje bajó cuando se volvió a disparar el paralelo, pero jugó a favor la rebaja de retenciones -del 33% al 26%-. Esto hizo que los productores pudieran captar un 63% del precio internacional. Es decir, un ingreso sensiblemente mayor al que podían acceder durante los programas promocionales de Massa, y sin embargo la liquidación era menor.
Ahora -y mientras dure la baja de retenciones-, se puede captar un 71% del precio Chicago. Claro que esa no es la única cuenta que importa, porque hubo costos al alza que comprometieron la rentabilidad. Las calculadoras en el campo siguen al rojo vivo, mientras Caputo y su equipo aumentan su nivel de ansiedad.
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ECONOMIA
Kristalina Georgieva: “Tal vez este sea el último programa de la Argentina con el FMI”

El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene diálogos avanzados para coordinar junto a Estados Unidos, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un paquete de apoyo financiero destinado a la Argentina.
Desde Washington, la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, detalló a la agencia Reuters la existencia de gestiones multilaterales para definir los lineamientos de la ayuda, que incluyen el aporte de Estados Unidos, y anticipó resoluciones inmediatas respecto de la asistencia. “Esperamos decisiones sobre el tema en breve”, afirmó la funcionaria.
“Si me pongo mi sombrero de optimista, tal vez pueda decir que podría ser el último programa del FMI con Argentina”, dijo.
Entre las opciones en evaluación, según relató Georgieva, figura la posibilidad de que Estados Unidos transfiera a Argentina sus Derechos Especiales de Giro (DEG), modalidad ya utilizada con Qatar en 2023. Los DEG constituyen activos de reserva dentro del FMI, instrumentados para fortalecer la liquidez de países miembros en situaciones críticas.
Para la titular del organismo, la acumulación de reservas constituye el desafío central para el Gobierno. Las palabras llegan en momentos en que el Gobierno utiliza parte de sus escasas reservas para contener las presiones sobre el dólar.
“Cuando el país pueda afrontar las obligaciones del servicio de la deuda y las presiones internas, con una sólida posición de reservas, entonces, por supuesto, podrá continuar implementando sus programas y mantener a la población argentina comprometida”, puntualizó la titular del organismo multilateral de crédito.
Georgieva también indicó que su aspiración es que Argentina logre autonomía financiera sostenida. “Mi sueño es que Argentina se valga por sí sola. Tiene todos los ingredientes para prosperar. Lo que le faltaba era en el ámbito político”, subrayó.
Las negociaciones en la capital estadounidense siguen de cerca tanto los avances en la instrumentación del supuesto “swap” de Estados Unidos como la reacción de los actores políticos en Washington y Buenos Aires frente a este nuevo paquete de apoyo internacional. La dinámica entre Argentina y el organismo multilateral forma parte de un proceso histórico marcado por la repetición de programas y la búsqueda de salidas estructurales a una crisis persistente.
Noticia en desarrollo
ECONOMIA
El Tesoro liquidó 80% de divisas que compró al agro y la City alerta por dólar en techo de la banda

En el mercado advierten que muy pronto el Tesoro se quedará sin dólares para seguir frenando el tipo de cambio en los niveles actuales ($1.430 en la plaza mayorista). De suceder, repuntaría rápidamente hasta el techo de la banda de flotación (ayer, en $1.484,16) y el Banco Central tendría que salir a vender reservas para frenarlo, tal como establece el esquema cambiario, y la tensión cambiaria se haría aún más visible.
La eventual ausencia de oferta del Tesoro y la cercanía con el tope de la banda superior (apenas 3,8%) harían que la cotización oficial trepara inmediatamente hasta ese nivel, a menos que aparezcan señales muy positivas vinculadas con la política o el financiamiento de Estados Unidos a la Argentina que alivien la presión de demanda de dólares o que el Gobierno aplique más restricciones a la operatoria.
La advertencia surge en medio de la seguidilla de abultadas ventas de divisas por parte del Tesoro para mantener planchado al tipo de cambio en estos niveles. Según trascendidos desde fuentes oficiales, ayer habría vendido otros u$s280 millones y la venta del lunes habría ascendido a u$s480 millones. Entre el miércoles y viernes de la semana pasada, el monto fue de alrededor de u$s950 millones.
En apenas cinco jornadas hábiles, las ventas netas del Tesoro ascienden a poco más de u$s1.700 millones, por lo que ya se gastó el 78% de los más de u$s2.200 millones que compró días atrás, producto de la liquidación extraordinaria del agro sin retenciones. Los analistas estiman que al Tesoro le quedan menos de u$s700 millones en su cuenta del BCRA, por lo que el «poder de fuego» para seguir frenando al tipo de cambio debería agotarse muy pronto.
A este ritmo, no tardaría más de tres jornadas en suceder. En tal caso, la autoridad monetaria lo esperaría en el techo de la banda de flotación para frenarlo con ventas de reservas. Pero, tal como se observó recientemente cuando la cotización llegó al tope, la presión de demanda probablemente se acentuaría y la brecha del oficial con los paralelos se ampliaría, con el incentivo adicional de la cercanía de las elecciones, dinámica que el Gobierno busca evitar frenando el precio antes del techo de la banda.
Prevén suba del dólar hasta el techo de la banda
«Si las ventas de divisas del Tesoro se mantienen al ritmo actual, el poder de fuego para frenar al dólar alcanzaría para sólo dos días más, tras lo cual el tipo de cambio oficial podría alcanzar la banda superior del esquema cambiario, lo que obligaría al Banco Central a intervenir con ventas de reservas en el mercado», advierte el equipo de research de Max Capital.
El bróker de bolsa sostiene que, en base a lo observado en la última semana, la estrategia del equipo económico del Gobierno parece ser mantener al tipo de cambio oficial planchado en un mismo precio, alrededor de $1.430 en la plaza mayorista, hasta las elecciones del 26 de octubre. Para ello, se posiciona con oferta de dólares en ese nivel, vendiendo todo lo necesario para abastecer la demanda privada, que se mantiene firme.
«El tipo de cambio oficial mayorista se movió ayer nuevamente muy planchado sobre los $1.430, al igual que ocurrió en la rueda del lunes, para terminar levemente por debajo ($1.429,5). La jornada estuvo marcada por nuevas ventas de divisas del Tesoro en el mercado, seguramente en el ‘magic number’ de esta semana, que es de $1.430″, agregan los analistas de Guardian Capital.
El equipo de asesoría financiera resalta que tras las últimas intervenciones oficiales el saldo negativo del Tesoro se aproxima a los u$s2.000 millones, generado en apenas cinco jornadas hábiles, por lo que estima que a este ritmo en lo que resta de la semana podría «reventar» todo o casi todo lo que compró durante el esquema de retenciones cero al sector agroexportador.
Presión sobre el dólar en ascenso
Portafolio Personal Inversiones destaca la presión alcista que también se observa en el mercado de futuros de dólar y los movimientos de las últimas jornadas refuerzan la percepción de que los inversores creen que el equipo económico del Gobierno buscará mantener las bandas de flotación hasta las elecciones del 26 de octubre, aunque la confianza en la sostenibilidad de este esquema más allá de esa fecha aún continúa en duda.
«Como viene sucediendo desde hace varias jornadas, las posturas oficiales provenientes de fondos aportados por el Tesoro sirven como dique de contención de la cotización oficial del dólar. Esto hace que el precio lateralice y, al mismo tiempo, sirve como fuente casi exclusiva de aprovisionamiento para una demanda que no encuentra una contraparte genuina del lado de la oferta privada», señala Gustavo Quintana, operador PR Corredores de Cambio.
El operador de cambios sostiene que las ventas de dólares por parte del Tesoro, efectuadas mediante la intervención del Banco Central en el mercado oficial, continúan siendo la «principal fuente de abastecimiento de divisas en un escenario que, salvo algún imponderable, se repetirá hasta las elecciones legislativas que se realizarán a finales del mes».
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ECONOMIA
Al Gobierno le quedan cerca de USD 700 millones de los que liquidó el campo para evitar que el dólar llegue al techo de la banda

El Tesoro argentino cuenta con cerca de USD 700 millones para evitar que el dólar oficial llegue al techo de la banda de flotación y que el Banco Central deba recurrir a parte de sus escasas reservas para mantener la cotización dentro del esquema cambiario vigente, según fuentes con conocimiento del tema y operadores financieros consultados por Infobae.
Faltan doce ruedas para las elecciones legislativas y se anticipa una mayor demanda de divisas, mientras el Gobierno de Javier Milei aguarda los avances de las negociaciones que encabeza el ministro de Economía, Luis Caputo, en Washington para definir los detalles del salvataje que prometió Estados Unidos. El titular del Palacio de Hacienda se quedará en la capital norteamericana junto a su equipo al menos hasta el próximo martes, cuando tenga lugar la reunión que está pactada entre Milei y Donald Trump.
El Tesoro intervino este martes vendiendo divisas por sexta jornada consecutiva y, según Salvador Vitelli, jefe de research de Romano Group, ya acumula ventas por más de USD 1.600 millones. Esta estrategia se reactivó tras la liquidación extraordinaria del sector agropecuario asociada a la rebaja temporal de retenciones, que permitió al Gobierno captar solo USD 2.200 millones de un total estimado superior a USD 6.000 millones. Vitelli calculó que el stock para intervenir es de USD 741 millones.

El economista de GMA CapitaL, Nery Persichini, analizó la situación: “Al jueves, el stock de depósitos del Gobierno era de USD 1.678 millones. Las estimaciones de ventas en el mercado son USD 237 millones el viernes, USD 450 millones el lunes y USD 250 millones hoy. Con este ritmo, proyectamos que el poder de fuego es de USD 741 millones, lo que equivale a cuatro o cinco días de intervenciones si el mercado mantiene la tendencia reciente”.
Si esas divisas se agotan y la presión alcista sobre el tipo de cambio persiste, el Banco Central debería utilizar parte de sus reservas líquidas para defender el techo de la banda de flotación (USD 1.485). La autoridad monetaria intervino el mes pasado en tres rondas consecutivas previas a la rebaja de retenciones, por un total de USD 1.100 millones. Según cálculos privados, el poder de fuego de la entidad es de USD 13.000 millones líquidos, que incluyen depósitos y recursos enviados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Caputo se reunió este lunes con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, para discutir la asistencia financiera prometida por Trump y, posteriormente, con la directora del FMI, Kristalina Georgieva. Por ahora, no hay detalles sobre los montos ni plazos para la llegada de fondos.
La demanda preelectoral sigue creciendo mientras los argentinos recurren al dólar como refugio. En septiembre, los depósitos privados en dólares aumentaron en USD 1.600 millones, lo que muestra que los fondos aún permanecen en los bancos, aunque continúa la salida de dinero por gastos en el exterior.

La posible transformación profunda del régimen cambiario argentino tras las elecciones ganó consenso en el mercado, según informó Barclays en un reporte tras reunirse con 50 inversores y analistas en Buenos Aires. La entidad británica detectó acuerdo en la necesidad de avanzar hacia una flotación total del dólar después de los comicios del 26 de octubre.
Sobre la crisis cambiaria actual, Barclays recogió opiniones contrapuestas respecto a la evolución del mercado de divisas de aquí a las elecciones. Algunos creen que las últimas restricciones al arbitraje entre el tipo de cambio oficial y el paralelo limitarían la pérdida de reservas entre USD 2.000 millones y USD 4.000 millones antes de la votación. La mayoría anticipa mayor presión sobre el dólar a medida que se acerca el día electoral.
Ante este escenario, el endurecimiento de los controles cambiarios surge como una opción de bajo costo. Mientras se presenten como medidas transitorias, no generan percepciones dramáticas en lo económico ni en lo político, sino que son vistas como herramientas para contener el impacto en la coyuntura actual. Barclays advierte que este tipo de intervenciones tiene una consecuencia futura: la previsibilidad social incrementa el desafío para mantener un período preelectoral estable hacia 2027.
Estados Unidos y el FMI permanecen en el centro de las expectativas, mientras el Gobierno sostiene el tipo de cambio con recursos acotados y el mercado monitorea cada movimiento oficial, aún sin certezas sobre el próximo auxilio exterior. La presión sobre las reservas y la proximidad electoral configuran un escenario de máxima tensión en el mercado cambiario argentino.
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