ECONOMIA
El mercado pide urgente que el BCRA deje de quemar reservas y que le suelte la mano al dólar

Si hasta hace pocos días el gran interrogante del mercado era qué pasaría con el dólar al día siguiente de las elecciones legislativas del 26 de octubre, ahora ya directamente lo que se debate es si se puede llegar hasta la semana próxima sin tomar medidas cambiarias.
La jornada de este jueves fue una de las más turbulentas que se hayan vivido desde la asunción de Javier Milei, con señales variadas de pérdida de confianza en el plan económico. El Banco Central, que el miércoles había vendido u$s53 millones en el techo de la banda, tuvo que desprenderse de u$s379 millones, lo cual abona los argumentos de que la dinámica de la crisis cambiaria se acelera.
Si esta situación se repitiera en los 25 días hábiles que faltan para la elección, se sacrificarían reservas por u$s9.400 millones, algo que nadie en el mercado considera factible, ni desde el punto de vista financiero ni político.
El riesgo país -principal indicador sobre sospecha de default de la deuda- se disparó por encima de 1.300 puntos mientras los bonos de deuda soberana sufrían desplomes ya de dos dígitos.
La palabra «default», que hasta hace poco tiempo sonaba extraña, ahora volvió a la discusión cotidiana. Con los bonos cotizando por debajo del 50% de su valor nominal, los seguros contra default ya están marcando una alta posibilidad de incumplimiento por parte del gobierno argentino.
Quedó lejísimos el amago de rebote que había insinuado el mercado a primera hora del martes, cuando algunos analistas sostenían que el tono moderado del discurso presidencial en el que se anunció el presupuesto 2026 podría generar un cambio de humor en el mercado.
Resultó más bien al contrario: cuando se conoció la «letra chica» del proyecto, que incluía proyecciones inverosímiles de indicadores -incluyendo un tipo de cambio más bajo en diciembre 2026 que el actual-, volvió el descreimiento. Y los reveses en el Congreso, si bien se daban por descontados, confirmaron la dificultad que tendrá el gobierno para sostener el equilibrio fiscal.
Precisamente, el jueves, en medio de la turbulencia, el ministro Luis Toto Caputo intentó llevar calma con la difusión de los datos fiscales de agosto, que registraron nuevamente superávit tanto a nivel primario como financiero -es decir, después del pago de intereses-. Además, avisó que el costo fiscal de las leyes aprobadas por el Congreso no romperá el equilibrio fiscal, porque serán compensadas con otras medidas de recorte del gasto. No explicó cuál sería la forma de evitar la erosión de los números fiscales -sobre los que, por otra parte, hay cada vez más dudas, por el costo creciente de intereses en cada «rolleo» de deuda-.
Un «deja vu» con la brecha cambiaria
El malestar del mercado se hizo evidente en la caída generalizada de activos y en el regreso de la brecha cambiaria, por ahora pequeña pero con alto potencial de crecimiento. La diferencia entre el tipo de cambio mayorista y el «contado con liquidación» ya está en 4,6%, el nivel más alto desde los días previos al abandono del «crawling peg» y la instauración del sistema de banda de flotación.
Y, en una especie de loop histórico, el mercado volvió a plagarse de buscadores de oportunidades mediante «rulos» cambiarios. Este jueves se podía hacer una diferencia de 1,8% por cada dólar comprado en el banco a $1.495 y revendido en el mercado MEP a $1.522.
Mientras tanto, como es típico de estas situaciones, empieza a estirarse el spread entre tipo de cambio comprador y vendedor -ya en 3,5%-.
Además, en el mercado de futuros A3 ya todas las posiciones se ubican bien por encima del techo de la banda, alimentando más las expectativas devaluatorias. Los contratos a diciembre, por ejemplo, reflejan una cobertura para una devaluación de 7% sobre el techo de la banda de ese momento.
Caputo, con poca ayuda
Mientras Caputo intentaba llevar confianza con el dato fiscal, el entorno político y económico no lo ayudaba mucho. Ya desde el miércoles había causado alto impacto la entrevista que Maxi Montenegro le hizo a Joaquín Cottani, ex viceministro de economía que había renunciado en junio de 2024 «por razones personales». Cottani tuvo expresiones lapidarias para el plan económico, al que calificó de «quimérico» e «impracticable», y recordó que el staff del FMI no llegó a entender nunca la receta de Caputo para estabilizar la economía sin comprar reservas.
Y, a los bancos de inversión globales que ya habían dado un «parte negativo» sobre la economía argentina -revisando a la baja el pronóstico de PBI y aconsejando la venta de bonos- se sumó el influyente Barclays, que da por hecho un abandono del esquema de banda de flotación.
Lo peor para el gobierno es que, aun quienes apoyan el sesgo fiscalista del plan económico, ponen en duda el argumento del gobierno, respecto de que mientras haya superávit fiscal no es un problema contar con déficit en la cuenta corriente. Las sospechas se agravaron por el hecho de que el presupuesto esté proyectando para el año próximo un rojo corriente de u$s5.751 millones, casi el doble del déficit que habrá este año.
A partir de allí se intensificaron los debates respecto de cuál es el «poder de fuego» real que tiene el Banco Central para defender el tipo de cambio. Y, sobre todo, se discute si tiene sentido esa defensa o si sería un sacrificio inútil de reservas.
Todos aconsejan cambiar
Respecto de los dólares, parece haber consenso: el Tesoro, después de los últimos pagos, apenas tiene u$s640 millones. Y en cuanto al Banco Central, cuenta con reservas líquidas por u$s20.800 millones, pero cuando se resta el monto que corresponde a encajes de los depósitos bancarios y al fondo Sedesa, lo que queda en el neto es u$s5.498 millones.
Más difícil es encontrar acuerdo respecto de qué tan grande es la masa de pesos que potencialmente podría correr hacia el dólar. Si se toma la base monetaria que informa el BCRA, que es de $42 billones, esto implicaría un potencial dolarizador de u$s28.000 millones -tomando como referencia el dólar minorista de Banco Nación-
En otras palabras, una cantidad de pesos que supera en 40% las reservas líquidas y que quintuplica el monto de reservas netas.
Si, en cambio, se consideran otros agregados monetarios que incluyen depósitos bancarios en plazo fijo, la situación empeora considerablemente. El M3 tiene actualmente $144 billones, lo que implica 7,2 veces las reservas líquidas y 26 veces las netas.
Entre los que defienden el criterio de contabilizar los agregados más amplios está Gabriel Rubinstein, ex viceministro de Sergio Massa. El ex funcionario criticó a Caputo por no haber cumplido su promesa de acumular reservas.
Otros, como Ricardo Inti Alpert, que se postula como diputado liberal opositor a Milei, sostiene que nunca hubo flotación cambiaria real, y destaca que la cantidad de dinero aumentó un 56% en los últimos 12 meses, contra una inflación de 33%. Desde su punto de vista, la emisión de Lecaps por parte del Tesoro fue una forma de subsidiar un tipo de cambio artificialmente bajo.
Por su parte, el influyente Miguel Kiguel dejó otro pronóstico preocupante: que las tasas de interés -que tras la última licitación de deuda habían empezado a bajar- podrían volver a subir en los próximos días. Y le recomendó al equipo de Caputo que deje de afirmar que el dólar flota.
Y, desde el sector empresarial, hasta los que apoyaron al gobierno desde la primera hora están mostrando su discrepancia. Como Cristiano Rattazzi, ex presidente de Fiat, quien dijo que percibe una generalizada pérdida de confianza en el país.
«El plan era genial. El primer año funcionó extraordinariamente, pero hay que saber dar ciertos ajustes cuando las cosas no andan tan bien. Cuando el Fondo te da plata para comprar reservas, comprá reservas. No pidas que el dólar baje más», agregó.
¿No da para más?
Lo que todos, en definitiva, están afirmando, es que la situación actual no es sostenible. Y que los 25 días hábiles que faltan para la elección legislativa son demasiado tiempo como para convivir con un riesgo país de 1.300 puntos, tasas de interés en alza, una brecha creciente entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. Y, sobre todo, que no tiene sentido la pérdida de reservas cuando ya todo el mercado descuenta que habrá una devaluación.
Si se mantuviera en torno de u$s50 millones el nivel de intervención diaria del BCRA, eso implicaría una pérdida de reservas por unos u$s1.300 millones. Y ese no es el escenario más pesimista, dado que cuanto más cerca esté la fecha electoral, mayor será la demanda para cobertura, y la oferta del sector privado tenderá a reducirse al mínimo. Suponiendo, en cambio, que la venta de este jueves, de u$s379 millones, sea la tónica de las próximas semanas, el sacrificio de reservas pasaría los u$s9.400 millones.
Dado el exigente calendario de pagos por la deuda dolarizada -u$s3.000 millones hasta fin de año y u$s18.000 millones en 2026-, en el mercado abundan las recomendaciones por cuidar las reservas y no desgastarse en una pulseada inútil con el mercado, sobre todo porque se prevé que no habrá posibilidad de acceder al crédito internacional.
El propio Toto Caputo, que dio esa batalla desde el Banco Central en 2018, no dio señales sobre eventuales cambios de plan, aunque debe estar viviendo un «deja vu» de su experiencia anterior.
A pesar de que hay muchos argumentos en favor de la flotación del dólar, es cierto que también el gobierno considera una lista de efectos negativos. Los principales son: el riesgo de «overshooting» que contagie a los precios; el pago de un alto costo del BCRA por sus contratos vendedores en el mercado de futuros; y en el plano político una pérdida de votos para Milei.
El mercado, mientras tanto, es un hervidero de versiones, y todas terminan con la palabra «devaluación».
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ECONOMIA
Empleo público: cuáles son las provincias que más empleados tienen y cuáles pagan los sueldos más altos

El trabajo estatal tiene un peso destacado en la ocupación en Argentina y presenta grandes contrastes entre provincias. La mayoría de los empleados públicos trabaja en los niveles provinciales y municipales, con fuertes diferencias en cantidad de personal y salarios según la zona.
En regiones patagónicas y algunos distritos del norte el empleo público resulta más numeroso, en tanto que en las provincias con economías más grandes predomina el sector privado y hay menos presencia estatal.
Según datos del Indec, al segundo semestre de 2025 el 15,8% de los ocupados trabaja en el sector público. De ese total, un 21% pertenece al ámbito nacional, un 66% al provincial y un 13% al municipal.
“Esto refleja el alto grado de descentralización del empleo estatal en el país, donde los gobiernos subnacionales son responsables de la mayor parte de los servicios estatales como educación, salud y seguridad, por lo que concentran la mayor dotación de personal”, señaló un informe de la Fundación Ecosur de la Bolsa de Comercio de Córdoba.
Tierra del Fuego encabeza el ranking, con 130 empleados cada 1.000 habitantes. Le siguen La Rioja (114), Catamarca (106), Neuquén (105) y Santa Cruz (104)
De acuerdo con la información más reciente de la Dirección Nacional de Asuntos Provinciales (DNAP), en diciembre de 2024 se registraron 50 empleados públicos provinciales por cada 1.000 habitantes en Argentina.
Este promedio nacional esconde notorias diferencias: Tierra del Fuego encabeza el ranking, con 130 empleados cada 1.000 habitantes. Le siguen La Rioja (114), Catamarca (106), Neuquén (105) y Santa Cruz (104).

En el otro extremo, Córdoba (33 cada 1.000 habitantes), Buenos Aires (37), Santa Fe (42) y Mendoza (44) son las provincias con menor peso del empleo público sobre la población.
Ecosur destacó que, de este modo, el top 5 de provincias con más peso del empleo público cuentan con entre 3 y 4 veces más trabajadores provinciales por habitante que las últimas del ranking.
“Estas diferencias responden tanto a factores estructurales (como la densidad poblacional o la estructura productiva), como a las decisiones adoptadas por los gobiernos provinciales a lo largo del tiempo. Provincias menos pobladas, como las patagónicas, La Rioja o Catamarca, registran una elevada cantidad de empleados públicos por habitante, pero también se destacan otras del norte y noreste argentino que, pese a tener mayor densidad poblacional, mantienen una fuerte presencia del Estado como empleador”, subrayó el informe.

En cambio, las jurisdicciones más grandes en términos de producción (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza) presentan una menor proporción de empleo público sobre la población, reflejando economías mayor participación del sector privado.
En línea con lo que sucede con la cantidad de trabajadores del sector público, existe una amplia dispersión del gasto en personal entre provincias. Neuquén, Tierra del Fuego y Santa Cruz fueron las de mayor gasto per cápita en 2024.
En contraste, Buenos Aires, Mendoza, Santiago del Estero y Córdoba se ubican entre las provincias con menor gasto en personal por habitante.
La brecha entre ambos extremos es amplia: mientras estas últimas gastaron menos de un millón de pesos anuales per cápita (a precios de agosto de 2025), todas las patagónicas gastaron el triple o más.

A partir del gasto total en personal y la cantidad de empleados públicos, Ecosur estimó el costo laboral promedio de cada administración provincial. Aclararon que, aunque los valores no equivalen al salario promedio por incluir aportes patronales y otros conceptos vinculados a distintas formas de contratación, representa una estimación válida del ingreso medio en el empleo estatal provincial y facilita comparaciones entre diferentes jurisdicciones.
En ese sentido, se evidencian fuertes diferencias entre jurisdicciones. Neuquén y Santa Cruz son las de costo laboral más alto, con un gasto mensual promedio de $3,1 y $2,8 millones por empleado, seguida por CABA ($2,3 millones), Chubut ($2,2 millones) y Tierra del Fuego ($2,2 millones). En base a estas cifras, se tratarían de las provincias con los niveles salariales más altos del sector público provincial.
Además, “Neuquén, Tierra del Fuego y Santa Cruz se destacan por combinar elevado costo laboral y alta dotación de personal por habitante, lo que las posiciona entre las provincias con mayor gasto en personal en relación con su población”, resaltó Ecosur.

Por el contrario, La Rioja ($1,1 millones), Jujuy ($1,2 millones), San Luis ($1,3 millones) y Santiago del Estero ($1,4 millones) registran los costos laborales más bajos del país.
“Todas estas provincias presentan una proporción de empleo público superior al conjunto de las 24 las jurisdicciones, aunque con remuneraciones significativamente menores. Se destacan particularmente La Rioja y Jujuy, que ocupan el segundo y séptimo lugar, respectivamente, entre las provincias con mayor cantidad de empleados públicos por habitante”, analizó el reporte.
El cruce entre cantidad de empleados públicos y nivel de remuneraciones muestra que las provincias patagónicas reúnen tanto una gran dotación de personal como salarios elevados, lo que implica un mayor gasto estatal por habitante.
En tanto, distritos como Jujuy y La Rioja presentan alta presencia de empleo público, aunque con sueldos bajos. A su vez, las jurisdicciones de mayor tamaño, excepto la Ciudad de Buenos Aires, exhiben una proporción reducida de trabajadores estatales por habitante y niveles salariales próximos al promedio nacional.
Desde 2012, el empleo público provincial se mantuvo en una tendencia de crecimiento estable y moderado, con una tasa promedio anual del 1,2%, apenas por encima del aumento poblacional (0,9%). En cambio, el empleo público nacional exhibió una evolución más irregular, marcada por fuertes contrastes según las decisiones de cada gobierno.
Durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner (CFK), la cantidad de trabajadores en la Administración Nacional aumentó un 34%; bajo Mauricio Macri cayó un 10%; con Alberto Fernández creció un 4%; y en lo que va del gobierno de Javier Milei se redujo un 16 por ciento.
Aunque el empleo provincial no varió de manera significativa en función del signo político del gobierno nacional, el gasto en personal de las provincias sí replicó, en parte, la dinámica del sector público nacional.
En términos reales, alcanzó su punto máximo en el segundo mandato de CFK, con un incremento acumulado del 20%; avanzó 4% durante la gestión de Fernández; retrocedió 11% en el período de Macri; y, en el primer año del gobierno de Milei, se contrajo un 15%, baja similar a la del gasto total provincial.
En el ámbito nacional, el costo laboral se mantuvo relativamente estable durante el segundo mandato de CFK, pero registró una fuerte reducción entre 2015 y 2020. Tras la salida de la pandemia, repuntó un 32% hasta diciembre de 2023, aunque volvió a caer un 21% a lo largo de 2024.
En el plano provincial, el indicador aumentó un 11% entre 2011 y 2015, pero luego inició una tendencia descendente sostenida. Así, en diciembre de 2024 el costo laboral promedio fue 15% inferior al nivel de diciembre de 2011 en el conjunto de las provincias, y 40% menor en la Administración Nacional.
Esta evolución se corresponde con la caída del salario público reflejada en el Índice de Salarios del Indec, que muestra una disminución real del 39% en el mismo período, superior a la registrada en el salario privado formal (-23%).
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ECONOMIA
El influencer que desafió a los empresarios de IDEA: “Ustedes se retiraron de la conversación pública, no conversan y no dialogan”

Desde Mar del Plata – “La confianza se gana en la cancha” fue uno de los paneles de la última jornada del 61 Coloquio de IDEA, que se hace en esta ciudad.
Coordinados por Carlos Pérez, de One Step Ahead, fueron protagonistas dos influencers: Rosendo Grobocopatel, joven politólogo y fundador de Constelaciones, y Lara López Calvo, economista y magíster en Finanzas. El objetivo fue contar cómo le hablan e interactúan con sus comunidades, integradas por los millones de seguidores en las redes sociales.
En ese contexto, Grobocopatel -hijo de Gustavo, llamado en su momento “rey de la soja” y fundador de Los Grobo- desafió a los empresarios y levantó aplausos.
Destacó que cuando comenzó el Coloquio Argentina tenía menos del cinco por ciento de pobreza y menos del cinco por ciento de desempleo. “Correlación implica causalidad, nos enseñan en economía. Pero desde que está el Coloquio de Idea, Argentina solo va para abajo”, expresó y la platea se rio fuerte.
Grobo se puso serio: “Me gusta que nos lo tomemos con actitud positiva. A mí un poco a veces me angustia, pero eso de alguna manera nos tiene que ser un llamado de atención. Yo creo que Argentina tiene un problema grande y ustedes son parte del problema. Nosotros somos parte del problema. ¿Qué vamos a hacer para proponerle a nuestra generación? ¿Cómo vamos a hacer para hacer que Argentina de verdad esté a la altura de lo que puede ser? Y creo que hay muchos que tocaron este tema, lo dijo Lauría, Scola, Cambiaso. La conversación está, pero no alcanza con las buenas intenciones», expresó.
Y en ese momento lanzó una crítica a los presentes: “Yo pienso que el empresariado decidió retirarse de la conversación pública. Ustedes decidieron retirarse de la conversación pública. No conversan, no dialogan. Y no sirve lo institucional, porque lo institucional va ocupando un rol cada vez menor”. Otra vez hubo aplausos.
“El Coloquio de IDEA está muy bien y es un espacio en donde hay que conversar, pero hay que conversar con la sociedad. El problema de legitimidad empresarial está con la sociedad, no está en el círculo rojo. Hay que dejar de conversar entre nosotros. Entonces, yo celebro e invito a que hagan este ejercicio que hace Lara, que hago yo, que hacen muchos con distintos tonos y que salgan a conversar. No estamos planteando que todos se conviertan en influencers porque nos dejan sin laburo, pero estamos planteando que la sociedad está esperando entender qué hacen sus empresas. No lo entienden. Y qué hace el sector privado, no lo entiende. Y su respuesta en general es endogámica y es autocomplaciente. Ya hacemos demasiado, hacemos responsabilidad social empresarial, ya estamos en el coloquio, ya hacemos. No alcanza, porque si alcanzara veríamos a la Argentina creciendo, y hace 61 coloquios de IDEA que estamos más abajo», explicó.
López Calvo completó: “A lo de Rosendo, agrego dos cosas: arriesguen y no hay que mentir a la hora de construir confianza”.
Grobocopatel cerró con un mensaje positivo. “El diagnóstico es duro, pero el talento también está. Hay que subirse a ese tren. Argentina va a cambiar y yo voy a estar ahí empujando. Buena parte de mi generación quiere que las cosas sean distintas. Tenemos que ponerle más, no alcanza. Soy optimista porque tenemos todo para que eso ocurra”.
ECONOMIA
“Competencia desigual de monedas”: desde la apertura del cepo, los ahorros se dolarizaron cada vez más rápidamente

El dólar como refugio y la consiguiente caída en la demanda de pesos, casi una huida de la moneda nacional, un problema cíclico de la Argentina que se acentúa en momentos pre-electorales, se potenció debido a la eliminación del “cepo” a las personas a mediados de abril, cuando el gobierno alcanzó el acuerdo vigente con el FMI e inauguró la política de bandas cambiarias.
Desde entonces, dice la consultora Quantum, se libró una competencia de monedas cuya desigualdad se refleja en el cambio de composición de los portafolios.
“Ese proceso se profundizó a principios de agosto, cuando pasaron a tener mayor influencia otros factores, tales como una lectura del tipo de cambio de mediano plazo distinto al existente, cuestiones precautorias ante la percepción de riesgos en períodos electorales y alteraciones en la política monetaria, entre otros”, dice el último reporte semanal de la consultora. “Entre abril y agosto este año, en función de los últimos datos disponibles, el rubro “Formación de Activos Externos Netos” (esto es, básicamente, dolarización de ahorros) por residentes del balance cambiario promedió compras netas de billetes y monedas por USD 3.600 millones mensuales”, precisa.

Peor aún, datos preliminares señalados por Infobae estiman que en octubre el monto de compra de divisas por parte de individuos y familias podría ser de USD 5.000 millones, tal el apetito de dólares en medio de la incertidumbre electoral y la percepción de muchos de que el tipo de cambio “está atrasado” (ergo, de que el peso está, al contrario de lo que afirmó el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, sobrevaluado).
¿En qué se usaron esos dólares? “Su aplicación, en parte, fueron depósitos en bancos locales, utilización para atender gastos en el exterior o también atesoramiento en divisas. Los depósitos en dólares de los bancos locales aumentaron en USD 3.400 millones en ese período”, dice el informe de Quantum, que también destaca que según datos más recientes entre septiembre y el 8 de octubre pasado los depósitos subieron USD 2.000 millones más.
“Con esos incrementos -precisa- el total de depósitos en dólares del sector privado alcanzó un nivel que supera los USD 34.400 millones, cuando previo al momento del blanqueo en septiembre 2024, estaban en niveles de USD 18.500 millones”.

La contrapartida del crecimiento en la demanda de dólares, ahora en parte abastecida por la venta de dólares a cambio de pesos o de bonos soberanos de la Argentina por parte del Tesoro de EEUU, es la caída de la demanda de pesos. Esto es, los argentinos “huyen” de la moneda nacional.
“El agregado monetario M2 en pesos señala una disminución de 4,9% real entre el 6 de agosto y el 8 de octubre”, precisa Quantum. “En el mismo período, el circulante en poder del público cayó 4,3% en términos reales y el total de los depósitos en pesos creció 0,6% real. En este total, el componente transaccional –cuenta corriente y caja de ahorro- cayó 5% real, pero los depósitos a plazo fijo crecieron 6,5% real, al impulso de una tasa de interés muy alta -promedio 2% real mensual, acumulando 4,2% real en algo más de 2 meses- y la continuidad de las restricciones cambiarias para personas jurídicas”.
La única parte de la demanda de pesos que no cae es aquella remunerada a una tasa superior a la inflación, lo que a su vez se refleja en el encarecimiento del crédito
Esto es, la única parte de la demanda de pesos que no cae es aquella remunerada a una tasa superior a la inflación, lo que a su vez se refleja en el encarecimiento del costo de financiamiento a los demandantes de crédito, que a su vez traba la actividad económica.
“Parte del incremento de los depósitos a plazos fijos puede atribuirse al rol de los fondos de money market, que actúan como cuentas a la vista remuneradas y que tienen depósitos a plazo en bancos entre sus activos. Estos fondos aumentaron el 7,4% en términos reales en el periodo considerado”, dice el informe que considera “evidente” la preferencia por dolarizar, aunque con algunas diferencias respecto de otros episodios: la gente huye de la moneda, pero no del sistema bancario.
“En esta ocasión se nota que el sector financiero local, bancos y el mercado de capitales, están siendo canal de preservación de los activos que se convierten a esa moneda (…) muchos de los montos transformados de pesos a dólares permanecen vía depósitos en la banca local o son captados por Obligaciones Negociables emitidas en moneda extranjera por compañías del país”, dice al respecto Quantum.
Las dificultades para contener las presiones en el mercado de cambios se manifiestan en las ventas de divisas netas de BCRA y el Tesoro y en el “ayudín” que recibió el gobierno del Tesoro de EEUU.
Contener la demanda de cobertura “precautoria” de dólares y poner al peso en mejor posición competitiva -concluye Quantum- exigirá “despejar ciertas dudas sobre aspectos de gobernabilidad, sobre la continuidad y sostenibilidad del actual esquema cambiario-monetario y seguir trabajando sobre mejoras estructurales”.
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