Julieta Ortega tiene espalda para hablar de todo. Y, como buena invitada que es, le hizo la segunda a Jey Mammón en su nuevo programa, donde no dejó tema por tocar y de manera muy picante. Allí, lo que más llamó la atención fue la crítica que le hizo a Shakira, lo que contó de Luis Miguel y el picante recuerdo de su divorcio con Iván Noble, el papá de su hijo Benito.

“Siempre parece que uno está como mandándose la parte, pero yo lo conocí cuando fui compañera de cuarto de Erica, una de sus novias. Yo no me lo bancaba porque ella sufría. Él la escondía”, explicó Julieta sobre sus días en Los Ángeles. “Yo estuve desde 1991 hasta 1993 y dos de esos tres años viví con ella. Era como su novia histórica y en la serie está su personaje”, sumó.

“Yo lo veía siempre a Luismi porque él iba a Los Ángeles y grababa los discos ahí. Era muy seductor, era su mejor momento. Era muy talentoso pero no era la música que yo escuchaba pero sí reconozco que tenía una voz increíble y mi amiga estaba muy enamorada”, siguió.

“Yo veía a mi amiga sufrir y uno quiere que se separen. Pero entiendo que debe ser muy difícil dejar a alguien de quien todo el mundo está enamorado. Ella siguió con sus idas y vueltas con él hasta que empezó a salir con María Carey”, firmó.

Eso le dio paso a hablar de Shakira, otra personalidad que Julieta “bancaba” hasta este fin de semana, donde Argentina ganó la Copa América en los Estados Unidos al vencer 1-0 en la final a Colombia en Miami, donde Shak hizo el show del mediotiempo.

«Me gustaba Shakira cuando cantaba en español. Tiene dos o tres discos grandiosos pero para mí después se americanizó. No podía creer lo que estaba viendo el domingo. Qué mal todo. Uno estaba viendo algo que es tan nuestro, el fútbol y ese show no tuvo nada que ver. Parecía un show malo de La Vegas. Y en inglés cómo vas a cantar en la final de Argentina y Colombia una canción en inglés”, expresó indignada.

En el final de la entrevista, Julieta charló sobre su divorcio con Iván Noble, quien fue su pareja durante siete años y se separaron cuando terminaron de construir su casa: “Hicimos un arreglo, pero se la dejé porque era su sueño”, admitió.

“Me llevé un sillón pero dejé todo porque iba a ser la casa de mis hijo los fines de semana”, firmó y terminó: “Ser una Ortega con tanto hermano era una fiesta total. Me invitaban a la casa de mis amigas y no quería ir prefería quedarme en la mía porque la fiesta estaba adentro”.

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