La Champions League es la competencia predilecta en Europa. Todos los equipos dejan la vida para intentar competir al máximo y dan todo en la búsqueda de la gloria. Incluso cambiar de técnico. De esto sabe el Napoli, que no dudó en dar un volantazo a horas de la ida de los octavos de final ante el Barcelona.

Walter Mazzarri había llegado al club napolitano en noviembre para reemplazar a Rudi García, pero el andar no fue el esperado y en el sur de Italia entendieron que era mejor tarde que nunca para cambiar de entrenador. La igualdad del último fin de semana 1-1 ante Genoa terminó por rebalsar un vaso que se aguantó seis victorias, tres empates y ocho derrotas mientras el bueno de Mazzarri estuvo en el equipo durante 17 partidos.

¿El elegido? Francesco Calzona. El italiano, que estaba dirigiendo la selección de Eslovaquia, recibió un permiso especial y armó las valijas para volver a su tierra natal y hacerse cargo del equipo, a priori, hasta el final de la temporada.

Este miércoles desde las 17, la pelota empezará a rodar en el Diego Armando Maradona y todo Nápoles querrá imponer condiciones en los primeros 90 minutos de la serie ante Barcelona.

Hace apenas unos meses, Napoli era fiesta después de haber conseguido el Scudetto, pero el tiempo es veloz y los resultados no perdonan. Dos técnicos y un andar irregular después, el conjunto celeste se encuentra ante una oportunidad que no querrá dejar pasar.

¿El probable equipo? Fuerte al medio y sin mucho misterio: Meret; Di Lorenzo, Ostigard, Rrahmani, Mazzocchi; Lobotka, Anguissa, Traoré; Kvaratskhelia, Osimhen y Politano.