Allá por 2008, el Manchester United era uno de los equipos más poderosos de Europa. Los Diablos Rojos tenían entre sus filas a jugadores como Wayne Rooney, Cristiano Ronaldo y Carlos Tevez. Sumado a ellos, estaba el joven brasileño Anderson, un talentoso volante que supo ser premiado con el Golden Boy y por el cual los ingleses pagaron 32 millones de euros. Sin embargo, luego de tocar el cielo con las manos, Anderson vive uno de los momentos más traumáticos de su vida…

Es que, luego de sus grandes rendimientos en Old Trafford, la carrera de Anderson comenzó una debacle que terminaría en un retiro prematuro en el fútbol turco, a la corta edad de 31 años. Por si fuera poco, en las últimas horas se supo que el brasileño fue condenado a prisión.

Esto se debe a que el ex volante no cumplió con los gastos correspondientes a la manutención de uno sus cuatro hijos. Según informaron desde Brasil, la deuda asciende casi hasta los 53 mil euros. Anderson tiene alrededor de un mes para abonarle esta cifra a su ex pareja, o deberá cumplir su condena en el centro Penal Irmao Miguel Dário de Porto Alegre.

Desde la defensa del brasileño informaron que tratarán de abonar la cifra antes del final del mes. Caso contrario, Anderson no podrá salir del centro penitenciario. Si se acuerda un plan de pago, tendrá la posibilidad de cumplir su condena de manera domiciliaria.

Esta no es la primera vez que Anderson afronta problemas con la justicia. Hace ya un tiempo había sido acusado de blanquear y defraudar por casi 5 millones de libras a través de una red ilegal de criptomonedas.

Toda esta vida caótica y problemática le valieron el apodo de Andershow. Por si fuera poco, el Municipio de Río Grande do Sul lo acusó por más delitos, entre ellos hurto, organización delictiva y blanqueo de bienes.

El joven Anderson debutó con 18 años en Gremio. Con apenas tres partidos en la primera del Tricolor fue transferido al Porto de Portugal. Su talento e inteligencia en la mitad de la cancha hicieron que los medios lo pongan a la altura de Ronaldinho, quien venía de ganar el Balón de Oro un par de años antes.

Sus grandes actuaciones en Portugal hicieron que el Manchester United de Sir Alex Ferguson lo fichara a cambio de 32 millones de euros. Y en los Diablos Rojos, Anderson demostró todo su talento: jugó 181 partidos y ganó 10 títulos con el club inglés, entre los que destaca la Champions League en el año 2008. Esto provocó que ganara el Golden Boy de ese año, superando al Kun Aguero (lo había ganado el año anterior).

Pero luego de estos grandes rendimientos comenzaron los problemas: varias lesiones y una caótica vida fuera de las canchas provocaron que Ferguson fuera perdiendo la confianza en el volante. Su bajón desencadenó en una larga serie de préstamos y un retorno temprano al fútbol brasileño. Volvió a Inter de Porto Alegre, el clásico de Gremio, donde se había formado.

En Inter mostró algunos destellos de aquel gran jugador que supo ser, lo que derivó en un retorno a Europa, al Adana Demirspor de Turquía. Sin embargo, no pudo volver a su mejor versión y se retiró a los 31 años.