La final entre Atlético Nacional y Deportes Tolima tuvo su momento decisivo al inicio del segundo tiempo, cuando Yeison Guzmán erró un penal que pudo cambiar el rumbo del partido. Con el marcador 2-0 a favor del Verdolaga, el árbitro Ortega sancionó una mano dentro del área tras la revisión del VAR. Guzmán, portador de la 10 del visitante, asumió la responsabilidad con una confianza que no se reflejó en su ejecución.

El mediocampista del Tolima optó por un remate estilo Panenka, intentando engañar al experimentado David Ospina. Sin embargo, el arquero Verdolaga demostró su jerarquía: aunque ya se había lanzado a su derecha, tuvo tiempo para corregir, retroceder y contener el débil disparo en dos tiempos. Este fallo, más que un error técnico, se convirtió en un golpe emocional para el Tolima y sus aspiraciones.

La elección de Guzmán para cobrar el penal generó controversia. Algunos hinchas del Tolima cuestionaron su decisión de optar por una ejecución tan arriesgada en un momento tan crucial. Otros recordaron su pasado en Atlético Nacional, acusándolo de falta de compromiso. «Un remate con potencia y colocado habría sido más efectivo», se lamentaron los críticos en redes sociales.

David Ospina, por su parte, se consolidó como héroe de la noche. La atajada no solo mantuvo el marcador, sino que también desarticuló el ánimo ofensivo del Tolima. Los hinchas del Nacional lo ovacionaron como si hubiese marcado un gol, mientras el arquero agradecía el respaldo desde la tribuna. “Sabía que era un momento clave, tenía que estar atento”, declaró tras el partido.