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ECONOMIA

Argentina, un supermercado minero para la estrategia geopolítica de Trump

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La guerra comercial que vienen sosteniendo la administración estadounidense que encabeza Donald Trump con la China que preside Xi Jinping tiene en la minería a uno de los capítulos más problemáticos. Ocurre que la potencia asiática es la principal controlante de materiales que son clave para la producción tecnológica en Norteamérica pero, al mismo tiempo, la industria china también depende de minerales cuya existencia se encuentra distribuida entre socios políticos y comerciales del país del norte. En esa disputa de tinte también geopolítico, el gobierno de Trump observa a la Argentina como uno de los «aliados» que podría garantizar los productos que Estados Unidos considera vitales para mantener su hegemonía tanto económica como militar.

Del otro lado, claro, se ubica el gobierno que encabeza Javier Milei, quien en repetidas instancias ha dejado en claro que la producción minera del país está abierta sobre todo al desembarco de capitales estadounidenses.

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Y que Argentina no sólo puede abastecer con litio al aparato industrial del Norte: también se le podría vender uranio, cobre y tierras raras, este último el material que controla China y que fue un aspecto fundamental en las negociaciones que dieron como resultado la baja de aranceles establecida por Trump para los productos orientales.

Ligado a esto, durante la más reciente visita del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, a la Argentina, se mencionó que el funcionario trajo como mensaje del presidente norteamerican un pedido de ingresos con preferencia para las empresas de la potencia del norte en el negocio del litio, el cobre y las futuras explotaciones que se realicen en el país de las tierras raras. Y que ese mismo pedido fue puesto como condición para el respaldo estadounidense a las negociaciones argentinas ante los organismos de crédito.

Estados Unidos ya es un actor determinante en el extractivismo minero local: según un monitoreo de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) al que accedió iProfesional, los capitales de ese país intervienen en proyectos de litio, oro, plata, plomo y zinc, los cuales se ubican geográficamente en las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca y Santa Cruz.

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Estados Unidos y el interés en el litio y el uranio de Argentina

En cuanto al litio, los norteamericanos dicen presente en el proyecto Fénix que se desarrolla en el Salar del Hombre Muerto, en el noroeste de Catamarca, a través de Livent. A principios de este año, dicha firma se fusionó con Allkem, dando surgimiento a Arcadium Lithium, la actual propietaria y operadora del yacimiento.

Siempre en Catamarca, Lilac Solutions participa del proyecto Kachi, en el salar de Carachi Pampa. «El proyecto Kachi tiene un gran potencial productivo, con una producción anual estimada en 50.000 toneladas de carbonato de litio equivalente durante un periodo de 25 años», indicó la bolsa rosarina.

La expectativa para los capitales estadounidenses es ampliar esta presencia extendiéndose, también, a otros materiales considerados estratégicos. En ese sentido, el uranio asoma como otro mineral clave para el aparato industrial y militar norteamericano con vista a las próximas décadas.

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Respecto de ese mineral, el mismo presidente Javier Milei habló de «vender el uranio a quien lo quiera comprar», aunque siempre poniendo por delante la posibilidad de captar inversiones estadounidenses.

El primer mandatario entiende a ese mineral como otra «ventana de oportunidad» más allá de que persisten las preocupaciones ambientales y rigen leyes que impiden la extracción de uranio, sobre todo en Chubut, considerado el distrito clave en cuanto a presencia del material.

«Si vienen a comprarlo, lo vendo. Son ventanas de oportunidad como las tierras raras o el litio. Esto (sobre los recursos nacionales) es para que la gente viva bien, no para que se mueran como ratas y se defienda algo sobre lo que no se tiene idea», declaró Milei hace muy pocos días.

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La postura del Ejecutivo nacional, más allá de la retórica de «vender al mundo», pasa por atender el creciente interés de la administración que lidera Donald Trump por garantizarse la provisión de uranio con vistas a las próximas décadas.

De hecho, el control del mineral es tema fundamental del Memorándum de Entendimiento (MOU) que Estados Unidos negocia con Ucrania a cambio de mantener la ayuda militar a la nación de Europa oriental.

Las posibilidades de negocios que busca instaurar La Libertad Avanza (LLA) dependen de que las normativas que rigen en provincias como la mencionada Chubut cambien y habiliten la extracción de uranio.

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Cobre y tierras raras, otros materiales estratégicos

En un contexto de demanda de insumos para la electrificación, el cobre aparece como uno de los productos que más demanda presentarán con el correr de las décadas. Aunque no lo extrae, Argentina tiene una serie de proyectos mineros en marcha que, aunque pertenecientes a firmas de otro origen, también podrían abastecer a Estados Unidos.

Hoy por hoy, los proyectos más avanzados de cobre corresponden a Los Azules (minera canadiense McEwen), Pachón (de la suiza Glencore) y Josemaría (la canadiense Lunding Mining). Se estima que estas minas comenzarían a funcionar entre 2024 y 2027.

Asimismo, la australiana Fortescue impulsa los emprendimientos Rincones de Araya, Calderón-Calderoncito, Vanesa, Susana, y el Proyecto Nacimiento. Tal como ocurre con el litio, las propuestas en torno a la explotación del cobre son impulsadas en su totalidad por empresas extranjeras. En el ámbito minero señalan que los proyectos en carpeta implicarían inversiones por u$s20.000 millones en el transcurso de una década.

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En torno a la «Mesa del Cobre» –integrada por Salta, Catamarca y San Juan– sostienen que, combinadas, las futuras exportaciones de ese metal y el litio podrían garantizarles u$s12.000 millones anuales a las arcas provinciales y nacionales. Las provincias dan por descontada una irrupción potente de empresas estadounidenses si las disputas mineras entre Trump y Xi Jinping no cesan por completo.

Relacionado con esto, el control de las tierras raras aparece como el último gran aspecto de la batalla generada en torno a los minerales estratégicos. China domina el mercado mundial y viene de aplicarles restricciones tanto a Estados Unidos como a determinados actores del bloque europeo.

En ese contexto, Argentina cobra relevancia en tanto la presencia de esos materiales ha sido constatada en distintos puntos del mapa nacional. Así, una serie de relevamientos del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR) dieron resultado positivo en lo que hace a la disponibilidad de dicho conjunto de minerales en varias provincias.

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«En el territorio argentino los yacimientos con mineralizaciones primarias de tierras raras se encuentran en el noroeste, en las provincias de Salta y Jujuy, en la provincia de San Luis y en el sur de la provincia de Santiago del Estero. Hay además mineralizaciones no evaluadas en pegmatitas del distrito Valle Fértil, en la provincia de San Juan», se indica en un trabajo del organismo al que tuvo acceso iProfesional.

«En cuanto a las mineralizaciones secundarias, hay aluviones con minerales de ETR en Córdoba (río Calamuchita) y San Luis (La Carolina). Finalmente, se han identificado costras de ferro-manganeso con concentraciones de ETR en la Plataforma Continental Argentina», añade.

A esa información debe sumarse que, ya en 2023, la provincia de Buenos Aires confirmó la presencia de los minerales en distintos puntos del centro del distrito. Para ser más precisos, en Barker, en el distrito de Benito Juárez.

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Para el gobierno de Milei, la disponibilidad probada de litio, tierras raras, uranio y cobre abre la puerta a una vinculación económica más intensa con los Estados Unidos y de ahí el apuro del oficialismo por consolidar herramientas impositivas como el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). LLA entiende que la minería tallará fuerte en la pelea geopolítica presente y por venir. Y que, en ese contexto, captar la atención de Trump podría garantizar fondos por demás de suculentos a la planificación económica que proponen los libertarios.

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ECONOMIA

Tras las elecciones, las tasas en pesos cayeron más de 20 puntos y el Gobierno busca reactivar el crédito

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En la última licitación de deuda en pesos, el Tesoro redujo el rendimiento promedio y extendió los plazos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Desde el viernes previo a las elecciones hasta hoy, las principales tasas en pesos que releva el Banco Central registraron una marcada caída. Tanto la TAMAR como la BADLAR mostraron descensos consecutivos que reflejan la nueva orientación de la política monetaria y el intento del Gobierno de abaratar el crédito en pesos.

En el caso de la TAMAR, que corresponde a los depósitos a plazo fijo mayoristas de más de mil millones de pesos en bancos privados, la tasa nominal anual pasó de 58,5% el 24 de octubre a 36,7% el 3 de noviembre, lo que implica un retroceso de 21,8 puntos porcentuales en menos de dos semanas. La tasa efectiva anual acompañó la tendencia, al caer de 76,9% a 43,5%.

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La BADLAR, que mide el rendimiento promedio que pagan los bancos por depósitos superiores a un millón de pesos, mostró un comportamiento similar: bajó de 49,4% a 34,7% nominal anual entre las mismas fechas. En términos efectivos, se redujo de 62,2% a 40,8%.

El descenso fue constante durante la semana posterior a los comicios. Las tasas se estabilizaron en niveles que no se veían desde comienzos del año y reflejan un proceso de normalización del mercado financiero luego de la volatilidad electoral. Para las entidades bancarias, este movimiento significa un menor costo de fondeo y, eventualmente, podría trasladarse a las tasas de los créditos al sector privado.

La baja también se sintió en el mercado bursátil. Las tasas de cauciones, que son préstamos garantizados a muy corto plazo entre inversores, operaron en torno a 18% nominal anual para los plazos de un día y dentro de una franja de 20% a 30% para períodos de hasta una semana.

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Se trata de valores históricamente bajos para este tipo de operaciones, que se consideran un termómetro de la liquidez del sistema financiero. La caída coincide con un contexto de mayor disponibilidad de pesos y con la decisión del Banco Central de permitir a las entidades un manejo más flexible de sus encajes, lo que redujo la presión sobre las tasas interbancarias.

El descenso de las cauciones también responde a la menor demanda de cobertura en moneda local, producto de la estabilidad cambiaria de las últimas semanas y de la expectativa de que la política monetaria continúe orientada hacia la reducción del costo del crédito.

Para los analistas financieros, esta convergencia entre la baja de las tasas bancarias y las cauciones marca un cambio de etapa. Mientras durante los meses previos al proceso electoral las tasas altas servían para contener la presión sobre el dólar, ahora el foco se desplazó hacia la reactivación del crédito y la normalización del mercado de pesos.

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La última licitación de deuda en moneda local reforzó esa tendencia. El Ministerio de Economía adjudicó 6,87 billones de pesos, lo que representó una renovación del 57,2% sobre vencimientos por casi 12 billones, dejando libre una importante porción de liquidez en el mercado.

Las cauciones operan con tasas
Las cauciones operan con tasas de entre 18% y 30%, los valores más bajos del año (Imagen Ilustrativa Infobae)

El dato más relevante fue la baja de tasas efectivas. En el tramo corto, la tasa mensual promedio fue de 2,87%, mientras que en los títulos con vencimiento más largo la tasa fue de 2,55%. En términos anuales, esos valores equivalen a rendimientos muy inferiores a los observados en licitaciones previas.

El Gobierno priorizó la señal de reducción del costo financiero antes que la renovación total de vencimientos, con el objetivo de consolidar la baja de tasas en todo el espectro de instrumentos en pesos. Según la interpretación predominante en el mercado, se buscó reforzar la expectativa de que las tasas se mantendrán dentro de un rango de 30% a 40% nominal anual, siempre que no se altere el equilibrio cambiario.

Además, el Banco Central modificó el cálculo de los encajes bancarios, que pasarán de computarse de forma diaria a promediarse en el mes con un piso del 95%. Esa medida otorga mayor previsibilidad a las entidades financieras y reduce la necesidad de retener liquidez en los tramos más cortos, lo que también colabora con la baja de las tasas activas y pasivas.

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En paralelo, se destacó una mayor demanda de títulos a tasa fija y plazos más largos, algo que no se observaba desde principios del año. Este cambio en la composición de las colocaciones fue interpretado como un signo de recuperación de la confianza en la deuda en pesos, aunque todavía en una etapa incipiente.

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ECONOMIA

Dólar tras las legislativas: las claves que busca el Gobierno para sostener la calma cambiaria

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El dólar oficial opera este martes 4 de noviembre con una caída de cinco pesos, a $1.495, en la pizarra del Banco Nación. En el segmento mayorista, la divisa se negocia a $1.468, y se aleja de del límite superior de la banda cambiaria. En cuanto a los dólares financieros, el contado con liquidación se vende $1.517 (-0,5%), y el MEP se ubica a $1.497 (00%). Por último, en el segmento informal, el blue se negocia a con una suba de diez pesos, en $1455.

El resultado de las elecciones legislativas reconfiguró por completo el tablero financiero argentino. La señal política redujo una parte importante de la incertidumbre y empujó a los activos locales a un rally que sorprendió por su magnitud. En paralelo, la discusión de fondo volvió a la agenda: con el riesgo país en baja y las tasas locales aún muy elevadas, el foco del mercado se corrió hacia el tipo de cambio y el ritmo de la normalización monetaria. La pregunta es directa: ¿puede consolidarse un dólar estable con tasas descendiendo y un contexto internacional más benigno?

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En el muy corto plazo, la atención de los operadores y empresas pasa por el flujo. La oferta y demanda de divisas siguen condicionadas por la intervención pública, la liquidación del agro adelantada en las semanas previas y los eventuales movimientos de actores externos. En ese marco, cualquier gesto de coordinación entre política monetaria y frentes cambiarios tiende a amplificarse en precios. Si el financiamiento en pesos baja de costo sin perder anclaje, las coberturas en dólares deberían moderarse y, con ello, la presión sobre el mercado cambiario.

A la vez, el mediano plazo vuelve a depender de dos variables: acceso a crédito y acumulación de reservas. Si el país logra sostener una compresión del riesgo soberano y reanudar el vínculo con los mercados, el dólar financiero tenderá a estabilizarse por la entrada de capitales y por una menor necesidad de cobertura. De lo contrario, la inercia cambiaria podría reactivarse, especialmente si se diluye la oferta transitoria de divisas.

El telón de fondo incluye señales desde Estados Unidos. Una Reserva Federal más laxa suaviza la tasa global y mejora el apetito por riesgo emergente, pero el mercado local mira con lupa el eventual accionar del Tesoro norteamericano en el mercado local de cambios. La estabilidad del dólar argentino, por tanto, no solo depende de la agenda doméstica: también descansa en el flujo externo y en la consistencia de las próximas decisiones de política.

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Dos llaves para bajar el riesgo y calmar el dólar

La reacción de precios post-electoral fue categórica: los activos argentinos saltaron cuando se despejó el «riesgo político» y se desplomaron cuando reapareció. El día posterior a los comicios, el Merval registró su mayor suba diaria en dólares en al menos tres décadas, un hito que refleja el cambio de expectativas y el potencial de compresión del riesgo si se confirma una agenda promercado.

El próximo paso para recortar el riesgo país y suavizar el tipo de cambio pasa por normalizar la política monetaria para bajar la volatilidad de tasas. El régimen actual, con metas de agregados poco transparentes y picos intradiarios y quincenales, tiene costos sobre la actividad y sobre el fisco. Un ajuste operativo —tasas más claras en el corto plazo y comunicación más previsible— podría ayudar a anclar expectativas y reducir la demanda de cobertura en dólares.

La segunda llave es la acumulación sistemática de reservas. Pese a una mejora reciente, el stock sigue por debajo de pares emergentes y de la trayectoria pactada con el FMI. Además, la baja monetización de la economía habilita compras oficiales sin encender presiones, aunque siempre importará el precio de esa acumulación en términos de tipo de cambio.

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Si el riesgo país quebrara los mínimos de enero y el acceso a los mercados se recompone, la curva en dólares tiene margen para seguir normalizando. Ese cuadro ayudaría a estabilizar el dólar financiero por la vía del flujo y de la menor demanda precautoria. En paralelo, persisten dudas sobre la compatibilidad del esquema de bandas con compras de divisas «en escala», mientras los pagos al FMI y al BCRA siguen marcando el pulso de la caja en dólares.

Normalizar la política monetaria para aflojar las coberturas

Tras las elecciones, el principal desafío doméstico es reducir la volatilidad y el nivel de tasas observado entre agosto y octubre. Tanto el Banco Central como el Tesoro comenzaron a dar señales de normalización: una baja incipiente de encajes, un menor costo de financiamiento en pesos y la ausencia de demanda por instrumentos dollar-linked en el primer test de deuda post-electoral apuntan a un giro gradual hacia condiciones más previsibles.

La primera licitación posterior a las legislativas dejó una tasa promedio de LECAP de 2,87% mensual, alineada con el mercado secundario. El Tesoro adjudicó 6,9 billones de pesos frente a vencimientos por 11 billones, con una inyección de liquidez reforzada por recompras. En un contexto de tasas extraordinariamente altas —84% TNA en adelantos y 67% en interbancarias—, el 100% de la colocación fue a tasa fija, con vencimientos extendidos hasta 2026 y 2027, mostrando una mayor confianza del mercado.

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El Banco Central volvió al cómputo mensual de encajes (95% al cierre del día), luego del esquema diario vigente desde agosto. Aunque el nivel de exigencia sigue en máximos desde 1993 y las tasas reales continúan elevadas, algunas referencias ya aflojaron: la caución cerró en torno al 20% y el repo en 30%. Falta que el resto de las tasas converja hacia niveles más razonables para que la actividad económica, estancada desde febrero, empiece a reactivarse.

Una política monetaria más predecible y flexible tiende a moderar la demanda de cobertura cambiaria. Si el descenso de tasas se consolida sin desanclar expectativas, el costo de oportunidad de dolarizar carteras sube y la presión sobre el tipo de cambio se atenúa. Menos estrés financiero, más pesos retenidos en instrumentos locales y un dólar financiero menos exigido: esa es la secuencia esperada.

Flujos externos: Tesoro de EE. UU., Fed y el canal al dólar

Hacia adelante, será clave monitorear el accionar del Tesoro de Estados Unidos. Si vuelve a vender dólares en el mercado local, aumentará la oferta en el MULC y contribuirá a la estabilidad cambiaria; si, en cambio, se retira, podría elevar la demanda de divisas y reavivar presiones de corto plazo. Es un factor táctico decisivo para la trayectoria del dólar.

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El contexto externo también juega a favor. La Reserva Federal mantiene un sesgo más laxo, lo que mejora las condiciones financieras internacionales y el apetito por riesgo emergente. Ese viento de cola global favorece que el país retome gradualmente el acceso a financiamiento en los próximos meses, siempre y cuando el riesgo país siga cayendo hacia la zona de 400–500 puntos básicos.

El mercado cambiario seguirá sensible al balance entre cobertura y oferta genuina. Con la liquidación del agro anticipada antes de las elecciones, la oferta podría ser menor que la habitual, por lo que los flujos oficiales y del sector externo serán determinantes para sostener la calma. Cada decisión desde Washington o el regulador local puede alterar la brújula del dólar.

La secuencia ideal combina tasas en baja, un flujo de dólares estable y un acceso renovado a los mercados internacionales. Si esos tres factores convergen, la demanda precautoria de divisas debería disminuir y el tipo de cambio encontrar un nuevo equilibrio sin sobresaltos.

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Reservas, bandas y el puente al financiamiento

La acumulación de reservas en forma sostenida es condición necesaria para darle credibilidad al régimen cambiario y anclar expectativas sobre el dólar. La baja monetización del PBI ofrece margen para compras oficiales sin presiones, pero aún existe incertidumbre sobre la compatibilidad entre el esquema de bandas y las compras masivas de divisas. Ese dilema será central para el sendero del tipo de cambio.

Aunque las reservas mejoraron frente a los peores momentos, todavía se ubican por debajo de los emergentes comparables y del compromiso con el FMI. Los próximos pagos de intereses y capital exigen una coordinación fina entre Tesoro y Banco Central, ya que la administración de esos flujos incide directamente sobre la oferta de dólares y la estabilidad del mercado cambiario.

Si el riesgo país continúa cediendo y el acceso a financiamiento externo se reabre, la presión sobre el tipo de cambio disminuirá. La compresión de spreads observada tras los comicios respalda esa lectura: una Argentina con menor prima de riesgo tiende a estabilizar su dólar financiero mediante confianza y flujo de capitales.

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La hoja de ruta conecta cuatro piezas: tasas menos volátiles, reservas en aumento, riesgo país en baja y mercados abiertos. Si el Gobierno logra encadenar esos hitos, el dólar debería moverse en un corredor más previsible; si alguno falla, la cobertura volverá. La coherencia de señales económicas será decisiva en la próxima etapa.

Señal de precios y próximos pasos: cómo se ancla el tipo de cambio

El éxito del ancla cambiaria depende de que la flexibilización monetaria avance a un ritmo controlado, evitando desbordes de expectativas. Tasas a la baja, menos ruido y más previsibilidad son condiciones para que la cobertura cambiaria pierda fuerza y el mercado conviva con un dólar estable.

La credibilidad del esquema mejora si el Banco Central logra comprar reservas sin dañar la dinámica de precios y si el riesgo país perfora los mínimos recientes. Con financiamiento externo disponible y menor volatilidad de tasas, el dólar financiero tendería a estabilizarse tanto por los flujos como por las expectativas.

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El corto plazo dependerá del equilibrio entre oferta y cobertura, con el Tesoro de EE. UU. como factor táctico y del ritmo al que baje el «costo peso». La victoria oficialista ordenó el mapa; ahora la consistencia de las decisiones será la que determine si el dólar entra o no en una etapa de estabilidad sostenida.

En suma, el escenario base combina normalización monetaria, reducción de spreads y mayor acumulación de reservas. Si ese combo se concreta, el dólar tendrá menos razones para sobresaltos y más chances de moverse dentro de un corredor previsible y estable.

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ECONOMIA

Anses: cuándo cobro la Asignación Universal por Hijo en noviembre 2025 y de cuánto es

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El monto de la AUH en noviembre 2025 se fija en $120.066 por menor, con un pago efectivo de $95.958 tras la retención del 20%

En el mes de noviembre de 2025, la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) confirmó tanto las fechas de pago como los nuevos montos de la Asignación Universal por Hijo (AUH), una de las principales prestaciones sociales del Estado argentino.

Este beneficio, que asiste de manera directa a casi 2,5 millones de familias y a unos 4,3 millones de menores en todo el país, experimenta un incremento mensual atado a la variación de la inflación, lo que representa una modificación clave respecto de los años anteriores. Las familias pueden consultar su fecha de cobro y el monto a percibir a través de la plataforma “Mi Anses”, donde también se realizan otros trámites asociados a la prestación.

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A partir de noviembre de 2025, el monto establecido (bruto) para la Asignación Universal por Hijo se ubica en $119.714 por cada menor a cargo. No obstante, los titulares recibirán efectivamente $95.958, debido a que ANSES retiene el 20% del valor total hasta que se presente la Libreta AUH. Este formulario acredita el cumplimiento de escolaridad y controles de salud de los niños que reciben la asignación.

El programa, que cumple la función de resguardar y potenciar el ingreso de los hogares más vulnerables, ajusta el monto mes a mes conforme a la evolución de los precios. En este caso, el valor se definió en base a la variación inflacionaria del mes de septiembre, que arrojó un 2,1% según el índice oficial. Así, esta prestación registra un aumento del 2,08% respecto al mes previo.

La AUH de ANSES está
La AUH de ANSES está destinada a familias en situación de vulnerabilidad, con cobertura automática y alcance federal en todo el país

De acuerdo con el sistema de actualización implementado desde abril de 2024, el ajuste dejó de ser trimestral y pasó a ser mensual, atendiendo al índice de precios al consumidor registrado por el INDEC dos meses antes del pago. Esta dinámica permite que los montos acompañen más de cerca la realidad económica y amortigüen el impacto de la inflación en los ingresos de quienes dependen de la AUH.

Comparando los valores actuales con los vigentes al cierre de 2023, se observa que la AUH muestra una variación real positiva interanual del 5,3%. Este incremento se suma a otros refuerzos, como el beneficio complementario de la Tarjeta Alimentar, que aporta $52.250 extra para quienes tienen un solo hijo, aunque su valor permanece sin cambios desde junio de 2024. A pesar de ello, el monto real combinado de ambos beneficios registra una caída marginal del 0,1% respecto a 12 meses atrás.

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Junto con la AUH clásica, otras asignaciones universales gestionadas por la ANSES también reciben el ajuste correspondiente en noviembre. La Asignación Universal por Hijo con Discapacidad se eleva a $389.808,61 (Bruto) para el mismo período, un monto diferencial que se otorga sin límite de edad para personas con discapacidad a cargo. En tanto, la Asignación por Embarazo(Bruto), destinada a personas gestantes que cumplen condiciones similares a las de la AUH, se ubica en $119.714,66.

Dentro del conjunto de asignaciones, la ANSES también otorga otros valores según el tipo de evento: la Asignación Universal por Hijo con Discapacidad escala a $389.808, mientras que el monto para la Asignación Universal por Embarazo para Protección Social alcanza los $119.714.

La AUH y la Tarjeta
La AUH y la Tarjeta Alimentar suman beneficios para 2,5 millones de familias, aunque el valor combinado muestra una leve caída interanual.

Por otra parte, la Ayuda Escolar Anual está estipulada en $85.000 (Bruto) por hijo; el pago por Nacimiento asciende a $69.776; para Adopción, el importe es de $408.616; y la prestación Cuidado de la Salud parte desde $117.252.

Estos valores forman parte del esquema integral de protección social, donde las distintas asignaciones, ya sean familiares o universales, se actualizan mensualmente con el objetivo de hacer frente a los cambios económicos y garantizar la cobertura de necesidades básicas para la niñez y adolescencia argentina.

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El calendario de pagos de la AUH dispuesto por ANSES para noviembre de 2025 organiza las fechas según la terminación del número de Documento Nacional de Identidad (DNI) de cada titular. El orden es el siguiente:

  • DNI terminados en 0: lunes 10 de noviembre
  • DNI terminados en 1: martes 11 de noviembre
  • DNI terminados en 2: miércoles 12 de noviembre
  • DNI terminados en 3: jueves 13 de noviembre
  • DNI terminados en 4: viernes 14 de noviembre
  • DNI terminados en 5: lunes 17 de noviembre
  • DNI terminados en 6: martes 18 de noviembre
  • DNI terminados en 7: miércoles 19 de noviembre
  • DNI terminados en 8: jueves 20 de noviembre
  • DNI terminados en 9: martes 25 de noviembre

Para consultar la fecha y el lugar específico de cobro, los beneficiarios pueden ingresar a la página oficial de ANSES y completar el formulario habilitado con su número de CUIL o de beneficio. De esta forma, el sistema le informará la fecha exacta en que estará disponible el pago.

Pueden acceder a la Asignación Universal por Hijo madres, padres, tutores o responsables de menores de 18 años que vivan en el mismo hogar y se encuentren en situación de desempleo, inserción laboral informal o presten servicios en el ámbito doméstico. Para personas con discapacidad a cargo, la prestación se extiende sin límite de edad, siempre que se cumplan los requisitos establecidos por ANSES.

La Asignación Universal por Hijo
La Asignación Universal por Hijo con Discapacidad asciende a $311.748,35 y la Asignación por Embarazo a $95.737,66 en noviembre 2025 (Imagen Ilustrativa Infobae)

El sistema establece que el 20% del valor mensual se retiene hasta la presentación de la Libreta AUH. Este trámite, obligatorio para recibir el pago total, acredita la concurrencia escolar y los controles sanitarios de los menores beneficiarios. El procedimiento se puede realizar en forma digital, accediendo a la plataforma “Mi Anses” con CUIL y Clave de la Seguridad Social, lo que simplifica y agiliza el proceso.

Cada mes, ANSES acredita el monto correspondiente según la cantidad de menores anotados por cada titular en sus cuentas bancarias o a través de las vías habilitadas, en un sistema dinámico y con alcance federal. La AUH juega así un papel fundamental en el esquema de protección e inclusión social de Argentina, ajustándose de manera automática al ritmo de la economía y garantizando cobertura a quienes más lo necesitan.

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