ECONOMIA
El gran temor del mercado: que los pesos de los plazos fijos vayan al dólar y entre en riesgo el plan Caputo

Como decía Guillermo Francella en «El secreto de sus ojos», se puede cambiar de todo, menos de pasión. Y es por eso que mientras el mundo debate el shock arancelario impuesto por Donald Trump, en Argentina la atención sigue puesta en el dólar.
En todo caso, el debate corrió apenas el foco, y pasó a considerar si el ingreso de divisas que Toto Caputo prevé para este año quedó alterado por el sacudón del comercio mundial. Sobre todo, porque la principal consecuencia de la movida arancelaria será una mayor inflación estadounidense puede ser una suba de tasas que cambie los flujos de capitales y, por ende, castigue el precio de las materias primas que Argentina exporta.
En principio, es temprano para sacar conclusiones, pero ya hay algunas señales de precios que no encienden esperanzas. Por ejemplo, el petróleo WTI, que antes del anuncio de Trump cotizaba a u$s71 por barril, cayó abruptamente a u$s67.
No es algo que cause sorpresa, claro: el propio Trump había hecho campaña con la promesa de un abaratamiento de las naftas. Y, ya sea por una recesión o por un incremento de la producción local -con el mantra «drill, baby, drill»-, todo indica que al menos ese objetivo trumpista se cumplirá.
En otros tiempos -sin ir más lejos en 2022, cuando Rusia invadió Ucrania y disparó las cotizaciones del petróleo y el gas- esto habría significado una buena noticia para Argentina, porque en ese momento era un importador neto de energía. Tanto que ese año gastó un 16% de sus importaciones en gas, a un costo de u$s12.868 millones, con un déficit neto de u$s4.500 millones.
Pero se suponía que ahora iba a operar el efecto inverso y que el petróleo sería uno de los pilares de la economía. Uno de los principales argumentos esgrimidos por Caputo para fundamentar que hay un cambio de paradigma es que Argentina ya no depende íntegramente de las exportaciones agrícolas, y que por ser una potencia petrolera en ciernes, el segundo semestre del año -cuando habitualmente afloja el ingreso de sojadólares- empezará el efecto Vaca Muerta sobre la balanza comercial, con un ingreso neto de u$s8.000 millones. Por lo pronto, ese número quedó en duda por la volatilidad de los mercados.
Y además, si ya había dudas respecto de qué harán los productores sojeros, que se venían mostrando renuentes a acelerar la liquidación -pese a la rebaja de retenciones- ahora esa incertidumbre se acrecienta.
Cuentas en rojo
Caputo intentó minimizar la gravedad del momento con un argumento aparentemente irrefutable: si los productores agrícolas están más cautelosos de lo habitual para sacar la soja de los silobolsas, en algún momento aumentarán su volumen y se recuperarán esas divisas. De la misma manera, si un importador compra de más ahora, luego eso se compensará con menores importaciones en los próximos meses.
Pero claro, lo que el ministro no dijo es que esos empresarios están pulseando con el gobierno, y que si llega a haber una devaluación al BCRA le costará más caro comprarles los dólares a los productores sojeros, y además habrá perdido más divisas de los necesario por las importaciones adelantadas.
A pesar de los esfuerzos por trasmitir calma al mercado, las reservas del BCRA siguen peligrosamente cerca de perforar los u$s25.000 millones.
Y estos temores se ven agravados por un indicador del cual el gobierno no habla, pero al que los expertos -empezando por el staff del Fondo Monetario Internacional– le ponen la lupa: el déficit de cuenta corriente. Esta diferencia entre los dólares que salen y los que entran lleva en rojo 10 meses consecutivos, y las consultoras están revisando sus pronósticos: algunos ya lo ven cercano a 2% del PBI para este año si el gobierno se empeña en sostener al tipo de cambio «planchado».
La alerta de Cavallo
Y es ahí cuando vuelve un fantasma del que se habla poco pero que los economistas veteranos de otras crisis tienen muy presentes: el riesgo de que la corrida cambiaria se pueda transformar en algún momento en una corrida bancaria.
El tema está volviendo sobre el tapete porque hay varios analistas que han cuestionado las cuentas de Caputo respecto de cómo, tras el acuerdo con el FMI, los pesos de la economía tendrán un respaldo inédito de dólares guardados en el Banco Central.
Y las dudas van más allá de cuál sea el volumen de la ayuda del Fondo y en cuántas cuotas se pague, sino por el hecho de si Caputo está sobreestimando su capacidad de respaldo del peso al contabilizar las reservas brutas -que incluyen encajes por depósitos en dólares-.
Para sorpresa del mercado, fue el mismísimo Domingo Cavallo quien lanzó la alerta. «La simple continuidad del manejo cambiario y el uso de reservas que pertenecen a los depositantes de dólares en el sistema bancario para intervenir tanto en el mercado cambiario oficial como en los mercados pseudo libres (CCL y MEP) no conduce a consolidar el clima de desinflación», advirtió el siempre influyente creador de la Convertibilidad.
Es cierto que es pronto para hablar de una crisis bancaria, pero los depósitos por u$s29.378 millones no lucen una cifra tan alta si se tiene en cuenta que apenas cinco meses atrás habían tocado un pico de u$s34.600 millones. Y el goteo, lento pero continuo, pega directamente sobre las reservas del BCRA, que tiene que devolver esos billetes. De hecho, en los últimos días hubo rumores sobre fuertes pedidos de dólares para afrontar retiros masivos por parte de los ahorristas.
La lupa en los plazos fijos
Del otro lado del mostrador, hay también una polémica respecto de cuál es el agregado de pesos que se debe considerar relevante. En los últimos días, Caputo y su principal asesor en temas monetarios, Federico Furiase, han hecho un raid de entrevistas, en el que explican que la base monetaria está congelada en $47 billones. Y por eso hay una especie de garantía contra devaluación: no habrá pesos suficientes con los cuales comprar todos los dólares del Central.
El gobierno deja de lado de la discusión a los plazos fijos ahorrados en los bancos, dado que técnicamente hablando no son un pasivo del BCRA. Sin embargo, los economistas afirman que es ahí, y no en los pesos «transaccionales», donde está el mayor riesgo de devaluación.
Es por eso que todas las miradas están puestas en un eventual cambio de tendencia sobre el volumen de depósitos. Es algo que todavía no se registró, o por lo menos las últimas estadísticas no lo reflejan -hasta hace un mes, los depósitos aumentaban un 11% mensual real-, pero que podría ocurrir ante un deterioro de las expectativas.
¿Qué tan grave es el problema? Ocurre que si toda esa masa quisiera correr a buscar refugio en el dólar, se trataría de una suma que triplicaría la «base monetaria amplia» que el gobierno usa como referencia.
Según el ex secretario de Finanzas Miguel Kiguel, hay que pensar además en un potencial de u$s100.000 millones depositados en los plazos fijos que podrían correr contra el tipo de cambio. Y afirma que esa variable es el punto débil del plan monetario.
También argumenta en ese sentido el economista Eduardo Levy Yeyati, quien recordó una de las lecciones aprendidas en la crisis de la convertibilidad: «Se pensó que la convertibilidad era inmune a las corridas porque la base estaba respaldada con reservas, cuando en realidad los pesos que corren no son los de la base. Infiero una confusión similar cuando hoy se piensa que hoy no hay pesos para correr contra la tablita».
Levy Yeyati argumenta que, durante una corrida cambiaria, lo que se dolarizan son los depósitos bancarios y no tanto los pesos circulantes. Para fundamentar su punto, recuerda que en 2002, al mismo tiempo que el tipo de cambio subía un 300%, el dinero circulante seguía creciendo.
El mismo punto fue resaltado por Roberto Cachanosky, uno de los más duros críticos del plan de Caputo: «Me llama la atención que habiendo tenido tantas corridas financieras y cambiarias, hay economistas que se dicen liberales y digan que si el BCRA tiene reservas iguales a la base monetaria al tipo de cambio regulado, no hay corrida posible».
«Como el sistema financiero con encaje fraccionario crea moneda, la masa de pesos que puede demandar dólares es mucho mayor a la base monetaria», agrega.
Las «tres anclas» cuestionadas
Ese es el debate que se viene, sobre todo porque una vez que se concrete el desembolso del FMI, el discurso del gobierno sostendrá que está superada toda posibilidad de crisis cambiaria, dado que, al sanearse el balance del BCRA, quedó resuelto «el problema de los stocks».
Pero el argumento de «las tres anclas» -fiscal, monetaria y cambiaria- encuentra cada vez más cuestionamientos. Supuestamente, antes de fin de año el dinero circulante crecerá -debido a la recuperación de la economía-, hasta que los pesos circulantes igualen a la «base amplia». Es decir, se eliminará el «sobrante monetario» que hoy queda colocado en Letras de Financiación del Tesoro.
Y ese, en teoría, sería el momento en el que se puede levantar el cepo sin que haya riesgo de explosión cambiaria.
La realidad es que cada vez más analistas desconfían de ese pronóstico. La visión que muchos sostienen es que el gobierno se enfrentará a la disyuntiva de dejar subir al dólar y defender sus reservas -la opción preferida por el FMI- o de pulsear con el mercado y deteriorar la caja del BCRA.
Y rebaten el argumento de que «no va a haber pesos para comprar dólares» porque afirman que si el gobierno se empeña en fijar el tipo de cambio, será inevitable una suba en la tasa de los plazos fijos, algo que podría dañar la liquidez del sistema bancario en el caso de un súbito cambio de expectativas del mercado.
Y el interrogante que se plantean es si, llegado ese caso, el BCRA se mantendrá firme en su congelamiento monetario -arriesgando un temblor del sistema- o si actuará como prestamista de última instancia y abrirá la canilla de pesos. Una disyuntiva difícil, que según el discurso oficial no debería ocurrir.
¿Pensar en un escenario de ese tipo es adelantarse demasiado a los acontecimientos? Algunos creen que sí, por el anabólico que llegará del FMI. Pero otros creen que, con un contexto global que juega en contra, y encima con la incertidumbre típica de un año electoral, el panorama se puede complicar antes de lo previsto.
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ECONOMIA
Una plataforma cripto argentina obtuvo USD 20 millones de inversores extranjeros para expandirse en América Latina

La fintech argentina Lemon cerró una ronda de financiación Serie B por USD 20 millones con la que aspira a continuar su expansión en el mercado cripto latinoamericano y llegar a los 10 millones de usuarios, el doble que en la actualidad, en los próximos 12 meses.
Fundada en 2019 por Marcelo Cavazzoli, Lemon fue la primera app dual, para operar con pesos y con cripto, del mercado argentino. Con esta Serie, ya acumula un capital recaudado de USD 66 millones desde su fundación. Se trata de la primera ronda de esta magnitud para una compañía cripto en la región en los últimos tres años, con la que Lemon pondrá en marcha sus operaciones en operaciones en Colombia, México, Chile y Brasil y las ampliará en la Argentina y en Perú. En el mercado peruano, Lemon tiene 1 millón de usuarios, por encima de Binance.
“El nuevo sistema financiero va a ser global y usar cripto como infraestructura. Ya creamos la puerta de acceso en Argentina y Perú; ahora vamos por toda América Latina”, afirmó Cavazzoli.
La estrategia a seguir, explicó, es la de “sumarse a la tendencia de generar productos globales” aplicados a la necesidad de cada usuario local, como las cuentas en distintas monedas, las inversiones en base a protocolos DeFi o el uso de Pix para los argentinos que viajan a Brasil, por citar algunos ejemplos.

La inversión se destinará a “sumar infraestructura” para expandirse. “Pudimos atravesar el momento del bearmarket y seguir desarrollando productos en cada mercado. Esta ronda de inversión demuestra que nuestro negocio es sostenible y escalable, y por eso nos podemos consolidar”, explicó Cavazzoli a Infobae. Y destacó que Lemon ya es rentable, por lo que el dinero que reciba será para expandirse: “La clave pasa por dejar de depender de inversiones nuevas para ser sostenible”.
El respaldo financiero proviene de una combinación de fondos estadounidenses y actores clave del sector. La ronda fue co-liderada por F-Prime Capital, una división del gigante financiero Fidelity Investment, y ParaFi, y contó con la participación de DRW Venture Capital, Endeavor Catalyst —presidido por Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn—, Van Eck VC —con más de USD130.000 millones en activos bajo gestión—, Persea VC —liderado por Germán Pugliese, cofundador de Technisys—, Alumni Ventures, Lambda Class y Stani Kulechov, fundador del protocolo de finanzas descentralizadas AAVE.
La experiencia en Perú ha sido determinante para la estrategia regional. En menos de un año, Lemon emitió más de 150.000 tarjetas Visa en ese país, lo que, de acuerdo con la empresa, demostró su “capacidad para adaptarse rápidamente a nuevas culturas, regulaciones y desafíos locales”. Este aprendizaje será clave en la apertura de los nuevos mercados, donde la meta es replicar el crecimiento alcanzado.
En el contexto latinoamericano, la Argentina se ha consolidado como un mercado líder en adopción de criptomonedas. En Lemon destacan que cuatro de cada diez personas que abren una aplicación cripto en la región lo hacen desde Argentina. Si esta tendencia se mantiene, más de 150 millones de latinoamericanos podrían incorporarse al ecosistema cripto en los próximos tres años.

Actualmente, Lemon lidera el segmento retail cripto en Argentina y Perú, con una base total de 5 millones de usuarios y más de 1 millón de usuarios activos mensuales en su aplicación, lo que la posiciona como la app crypto más utilizada en el país.
Es la app cripto más utilizada de la Argentina, según Sensor Tower. En términos operativos, Lemon procesa en promedio más de 7 transacciones por segundo y proyecta cerrar 2025 con un volumen procesado de USD 9.300 millones, lo que representaría un 57% de incremento respecto al año anterior. Además, la empresa custodia más de USD 160 millones en activos de usuarios, los cuales pueden ser auditados en tiempo real mediante pruebas de reservas y solvencia disponibles en la aplicación.
Desde abril de 2025, Lemon incorporó Bitcoin a su propia tesorería como una posición estratégica, reforzando su convicción de que el futuro del dinero será on-chain. “Vamos a ser la plataforma cripto con mayor distribución del continente, y eso nos prepara para acercar el futuro del internet a millones de personas en toda América Latina”, concluyó Cavazzoli.
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ECONOMIA
Una senadora cuestionó a Trump por la ayuda financiera a Milei, luego del Movistar Arena

La senadora demócrata Elizabeth Warren acaba de cuestionar a Donald Trump por el apoyo financiero de u$s20.000 millones que le otorgará a Argentina, mostrando un video del presidente Javier Milei durante su show en el Movistar Arena.
Mediante su cuenta oficial de X, la senadora por el estado de Massachusetts cuestionó a Trump, al que acusó de otorgarle plata al Gobierno Nacional «mientras recorta la atención médica para los estadounidenses». En su mensaje muestra un video de Milei en donde entona el tema «Demoliendo hoteles», de Charly García, Warren manifestó: «Esta es la persona a la que Donald Trump quiere darle u$s20 mil millones de nuestro dinero, mientras recorta la atención médica para los estadounidenses en su propio país».
La senadora adjuntó un video de Javier Milei en el Movistar Arena
En el video se visibiliza al presidente argentino durante la presentación de su nuevo libro en el Movistar Arena, el pasado 6 de octubre. La crítica de Elizabeth Warren se refiere a las negociaciones entre Estados Unidos y Argentina, en donde el Tesoro americano negocia un swap por un total de US$ 20.000 millones para el país.
Días atrás, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, tuvo un encuentro con el ministro de Economía, Luis Caputo, en la capital norteamericana de Washington, en pos de avanzar en las negociaciones. «Durante su estadía aquí en Washington, continuaremos nuestras productivas discusiones sobre las diversas opciones que el Tesoro tiene preparadas para apoyar las firmes políticas de Argentina», resaltó Bessent en sus redes.
El acto de Javier Milei en el Movistar Arena generó críticas a nivel internacional
Warren no fue la única política de Estados Unidos, sino que recientemente hubo otros que también se han pronunciado. Uno de ellos es Chuck Schumer, Senador Senior de Estados Unidos. «Trump realmente quiere hacernos creer que no hay suficiente dinero para arreglar las primas de atención médica de la ACA [Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio], no hay suficiente dinero para los controladores aéreos, ¿¡pero de alguna manera hay u$s20.000 millones disponibles para rescatar a la Argentina?!«, detalló el político en su cuenta en X, al hacer referencia al monto que el Departamento del Tesoro, liderado por el secretario Scott Bessent, puso sobre la mesa para un posible swap de monedas con la Argentina.
Schumer, líder de la minoría en el Senado, fue uno de los 14 legisladores demócratas que la semana pasada firmó una dura carta dirigida a Trump en la que le reclamaron al presidente norteamericano «detener inmediatamente» el plan de asistencia financiera a la Argentina.
Bessent, uno de los funcionarios más influyentes de la administración Trump, recibió el lunes en esta capital a Caputo y su equipo, y destacó que continuarán con las «productivas discusiones sobre las diversas opciones que el Tesoro tiene preparadas para apoyar las sólidas políticas de la Argentina».
El equipo económico, además de Caputo integrado por el secretario de Política Económica, José Luis Daza; el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el presidente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili, mantiene el hermetismo sobre el avance de las tratativas con el Tesoro y también con el Fondo Monetario Internacional (FMI), involucrado en las negociaciones.
De hecho, el lunes Caputo también se reunió con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, quien ha mantenido diálogos con Bessent sobre la situación argentina. «Trabajamos en estrecha colaboración con la Argentina, el Tesoro y otros socios para promover la estabilidad macroeconómica y el crecimiento», señaló la funcionaria.
Ambos posteos de Bessent y Georgieva, que Caputo agradeció en X, no brindaron detalles sobre el alcance de la ayuda a la Argentina, los instrumentos que podrían emplearse ni las fechas, en momentos en que se acerca la recta final para las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre, un test clave para el Gobierno de Javier Milei.
El viaje del equipo económico a Washington se da en un momento especial en Estados Unidos por el cierre del gobierno federal (conocido en la jerga como shutdown), que comenzó el 1° de octubre a raíz de la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos por algunos puntos en el presupuesto.
Ninguno de los bandos ha mostrado señales de ceder. Los demócratas se niegan a reabrir el gobierno sin un acuerdo sobre la extensión de los subsidios de ACA y se aferran a su reclamo a pesar de la amenaza de la administración Trump de despidos masivos en caso de que el shutdown continuara. Los republicanos, por su parte, no se encuentran dispuestos a negociar hasta que el gobierno vuelva a abrir.
La mayoría de los empleados federales, unos 750.000 afectados, no recibirán su sueldo el viernes si no se resolviera la situación. Otra fecha clave será el 15 de octubre, día en que los militares en servicio activo también podrían perder su salario en caso de que no hubiera acuerdo en el Congreso. En su tuit en el que apuntó contra la ayuda a la Argentina, Schumer hizo referencia también a que «no hay suficiente dinero para los controladores aéreos».
Debido al poco personal, el lunes comenzaron a producirse retrasos en vuelos en distintos aeropuertos de Estados Unidos. El propio secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que el cierre del gobierno podría interrumpir los vuelos. «Si creemos que hay problemas en el espacio aéreo, lo cerraremos. Lo cerraremos. Lo retrasaremos», señaló.
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ECONOMIA
Jornada financiera: las acciones argentinas subieron hasta 8% en Wall Street y también rebotaron los bonos

Mientras continúan las gestiones oficiales en Washington para delinear cómo se instrumentará el auxilio financiero para Argentina comprometido por el gobierno de los EEUU, las acciones y los bonos argentinos cerraron en alza este miércoles, en una reacción alentadora tras un arranque negativo.
La tendencia favorable se cristalizó después de la media rueda, cuando la directora gerente del FMI (Fondo Monetario Internacional), Kristalina Georgieva, elogió el ajuste fiscal llevado a cabo por el Gobierno como un ejemplo en el mundo. No obstante, advirtió que el programa necesita apoyo político para tener un éxito duradero.
En el marco de una exposición en el Milken Institute de Washington, la jefa del organismo recordó los casos de países europeos que tuvieron “ejemplos de líderes valientes que hicieron cosas muy difíciles, recortaron pensiones y salarios en un 40% o 50%, y fueron reelegidos” debido a que “lograron que la gente los acompañara”. Y enfatizó: “Ahora miramos a Argentina. Argentina está llevando adelante un programa de ajuste muy drástico. El éxito va a depender de lograr que la gente acompañe”.
Además, Georgieva declaró a la agencia Reuters la existencia de gestiones multilaterales para definir los lineamientos de la ayuda, que incluyen el aporte de Estados Unidos, y anticipó resoluciones inmediatas respecto de la asistencia. “Esperamos decisiones sobre el tema en breve. Si me pongo mi sombrero de optimista, tal vez pueda decir que podría ser el último programa del FMI con Argentina”, dijo.
Estas palabras fueron bien recibidas por los agentes bursátiles, que atraviesan tensas rondas de negocios con una avidez creciente acerca del auxilio financiero que se está discutiendo en Washington.
Así, los bonos en dólares de la Argentina cerraron con una suba promedio de 0,5% que contrastó con los descensos de hasta 2% por la mañana.
El ministro de Economía Luis Caputo permanecerá en Estados Unidos por lo menos hasta la reunión entre Javier Milei y Donald Trump, prevista para el martes 14 de octubre. Su estadía podría extenderse por unos 15 días, ya que luego tiene previsto participar en la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial, que se realizará también en Washington.
Caputo llegó el sábado pasado a la capital estadounidense, donde mantiene reuniones con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y con Georgieva, para ultimar los detalles del paquete de asistencia financiera que Estados Unidos prometió a la Argentina. En el Palacio de Hacienda no hicieron comentarios sobre el viaje, aunque fuentes oficiales anticiparon que el ministro podría asistir este jueves al discurso de apertura de Georgieva.
El índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires ascendió 1,4% en pesos, en los 1.819.464 puntos. En octubre sostiene una recuperación de 2,5 por ciento.
Los ADR y acciones de compañías argentinas que son negociados en dólares en las bolsas de Nueva York operaron al cierre con mayoría de alzas, encabezadas por Edenor (+8,1%), Banco Francés (+4,5%) y Loma Negra (+4,2%).

“El mercado local se mueve por la expectativa electoral y el hermetismo sobre el viaje del equipo económico. El Tesoro interviene en la zona de $1.430 para contener el dólar oficial y ya vendió gran parte de los dólares obtenidos del régimen retenciones ‘cero’“, reseñaron los analistas de Rava Bursátil.
«Desde el fin de la liquidación extraordinaria del agro por las retenciones cero, el Gobierno optó por que sea el Tesoro y no el Banco Central quien intervenga cuando el tipo de cambio se acerca al límite superior de la banda, con el fin de evitar el uso directo de reservas. Sin embargo, de mantenerse este ritmo, los dólares obtenidos bajo ese esquema podrían agotarse antes del fin de semana», afirmó Ignacio Morales, Chief Investments Officer de Wise Capital.
“Mientras tanto, el ministro de Economía, Luis Caputo, continúa en Washington, donde negocia los detalles del auxilio financiero de Estados Unidos. En el mercado, se especula que el 14 de octubre, fecha en la que el presidente Javier Milei volverá a reunirse con Donald Trump, podría ser clave para algún anuncio que modifique las expectativas cambiarias”, agregó Morales.
Un alto volumen operado en el segmento de contado de USD 676,9 millones fue reflejo de importantes ventas a manos del Tesoro, que colocó posturas a 1.430 pesos desde el inicio hasta el cierre de la operatoria, 50 centavos por encima del cierre anterior. Estimaciones del mercado cifran en unos USD 330 millones las ventas oficiales.
El Banco Central informó una banda superior del esquema cambiario en $1.484,65, unos 54,65 pesos o 3,8% por encima del tipo de cambio oficial.
El dólar al público no ofreció variantes, a $1.455 para la venta en el Banco Nación, la tercera rueda seguida a este nivel. En lo que va de octubre el dólar minorista gana 55 pesos o 3,8 por ciento. El Banco Central informó que en las entidades financieras el dólar promedió $1.462,70 para la venta (suba de 2,07 pesos o 0,1%) y $1.410,60 para la compra.
“Se sigue desarrollando la pulseada en el mercado cambiario a partir de una dolarización pre electoral que no afloja mientras se monitorean los dólares en manos del Tesoro, tras la última compra de las cereales, dado que vienen mermando en la nueva trinchera de $1.430. De ahí que crece la atención sobre los próximos pasos, ya que -bajo la actual dinámica- el BCRA podría tener que volver a intervenir en las próximas ruedas, lo cual despierta crecientes preocupaciones y acentúa las apuestas respecto a un próximo régimen cambiario más libre”, explicó el economista Gustavo Ber.
Los dólares financieros terminaron con bajas en un rango de 10 a 15 pesos. El “contado con liquidación” mediante bonos cerró a $1.525,45 (-1%) y el dólar MEP estuvo operado a $1.516,63 (-0,7%).
Con un monto de negocios más nutrido, por el equivalente en pesos a USD 1.156 millones, los contratos de dólar futuro tuvieron movimientos marginales, en un rango de suba de 0,1% a bajas de 0,5%, según datos de A3 Mercados. Las posturas más negociadas fueron las de diciembre, que cerraron con baja de seis pesos o 0,4%, a 1.594,50 pesos.
Con un salto de 15 pesos o 1% en el día, el dólar blue cerró a $1.475 para la venta, ahora por encima de la cotización minorista en el promedio de bancos. El billete informal alcanzó su precio más alto desde el récord nominal de $1.520 del 19 de septiembre.
Las reservas internacionales brutas del Banco Central restaron USD 136 millones, a USD 42.066 millones, a pesar de una importante suba de 1,4% en la cotización del oro.
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