ECONOMIA
Expertos advierten que el shock externo pone mayor presión al esquema cambiario

El temblor en los mercados internacionales se profundizó en el inicio de esta semana. El presidente Donald Trump anunció este martes que elevaría los aranceles a China hasta un total del 104% y, hoy miércoles, si bien aseguró que pondría una pausa a los aranceles de decenas de países, también advirtió que llevaría finalmente a 125% los aranceles para China. En este escenario de idas y vueltas, el dólar blue y las divisas financieras, Contado con Liquidación y MEP acentuaron la tendencia alcista, aunque esta jornada mantuvieron cierta estabilidad y el riesgo país el martes llegó a rozar los 1.000 puntos.
Los analistas afirman que el shock externo le pone mayor presión al esquema cambiario en un momento donde predomina la incertidumbre sobre el futuro régimem cambiario que surgirá del acuerdo con el FMI, lo que impulsa la cotización de los dólares paralelos.
En este clima, el Banco Central arrancó la semana con ventas en el mercado cambario oficial para abastecer la demanda y las reservas perforaron los u$s25.000 millones y se ubican en el nivel más bajó en los últimos 14 meses.
Ante este panorama, la duda que empieza a sugir es si la escalada de la guerra comercial y la volatilidad cambiaria pueden amenazar con interrumpir el círculo virtuoso que pregona el Gobierno sobre el proceso de desinflación y la recuperación de la actividad económica en forma de V, objetivos prioritarios en un año electoral.
El shock externo genera mayor presión sobre el esquema cambiario y los dólares libres
El dólar blue tuvo un salto de $50 pesos en las primeras dos jornadas de la semana, al cerrar el martes en $1.360, su valor más alto en ocho meses, aunque el miércoles bajó $5, y cerró a $1.355. Mientras que el CCL y el MEP finalizaron en $1.347 (-1,5%), y $1.348 (-2,1%), respectivamente.
Los analistas de PPI señalaron que «el temor a una guerra comercial que se extienda más de lo previsto y, por consiguiente, la mayor probabilidad de ir a un escenario de desaceleración económica, tanto en Estados Unidos como a nivel global, desembocó en una dinámica clásica de flight to quality (vuelo a la calidad), es decir, los inversores están buscando refugio en activos más conservadores».
A su vez, la consultora Eco Go destacó que «en Argentina, el coletazo se da en un contexto de incertidumbre creciente en torno al esquema cambiario negociado con el FMI en el marco de un acuerdo que sigue demorándose». Y sostuvo que «el escenario actual garantiza un crecimiento inferior al promedio en el comercio global y en Brasil, lo que impacta negativamente en los términos del intercambio de Argentina, y por ende en su disponibilidad de dólares».
En ese marco, Rocío Bisang, analista de Eco Go, explicó a iProfesional que «el riesgo percibido, dado el contexto de incertidumbre, impulsa a los mercados a refugiarse en activos más seguros, lo que hace que se desarmen las posiciones en pesos y presionen los tipos de cambio paralelos».
«Además, cae el consumo en EE.UU., producto de la suba de precios dado que ahora se suma el arancel, lo que se traduce en menos importaciones y, por lo tanto, menor entrada de dólares al país, lo que deja al BCRA con menos poder de fuego para intervenir en los mercados«, afirmó.
En Eco Go consideran que «las chances de sostener el esquema cambiario actual (dólar blend más crawling) que habían sido puestas en duda con las declaraciones del ministro Luis Caputo se tornan cada vez más complejas frente al cimbronazo actual».
En ese sentido, recalcó que «lo importante será que el mercado piense que el nuevo esquema será sustentable; un esquema híbrido que contente al Gobierno y al FMI puede ser la peor solución si el mercado no es convencido».
En sintonía, Florencia Fiorentin, economista jefe de Epyca, advirtió que «va a caer el comercio mundial y eso seguramente impactará en nuestro balance comercial. En el mundo, muchos países van a devaluar, ya lo hizo Brasil, y eso va a presionar en nuestro esquema cambiario ya que queda más atrasado todavía siendo que el resto de los países devalúan».
«Lo correcto sería modificar el esquema cambiario porque la coyuntura global cambió drásticamente. En principio, con un tipo de cambio más coherente a la disponibilidad de divisas y nivel de productividad de Argentina», juzgó.
Por su parte, el analista financiero Christian Buteler, planteó en su cuenta de la red social X: «Dejaron correr los dólares financieros. ¿Están maximizando los pocos dólares que quedan o la modificación del régimen cambiario es tan inminente que ya no vale la pena seguir mal gastando billete?».
Por su parte, Jeremías Morlandi, economista de Thesis Consulting, relativizó el impacto del shock externo: «En Argentina también hay un impacto fuerte, pero ojo, no todo es oscuro. La falta de pesos en la economía debido al oportuno ajuste macroeconómico que hizo el Gobierno el año pasado, junto con el cepo, nos permite estar en una situación obviamente sensible, pero no caótica«.
«Es por el control monetario y el superávit fiscal que los dólares financieros no se dispararon demasiado. Subieron, sí, pero nada comparable a otros contextos macro que Argentina vivió en el pasado», evaluó.
Asimismo, un analizar de LCG reflexionó que «en un contexto que muestra dificultades para acumular divisas (y con reservas exiguas), este panorama introduce dificultades adicionales no sólo por la baja de la soja y el petróleo sino también para calibrar una estrategia cambiaria saludable».
«En un contexto que se requiere flexibilidad, estamos encorsetados con la premisa de que no tienen que haber movimientos cambiarios hasta las elecciones. O tal vez esta sea la excusa perfecta para rever la estrategia cambiaria», razonó.
Pérdida de divisas: el impacto de la baja en el precio de la soja y el petróleo
La consultora EconViews resaltó que «en un sell-off de esta magnitud, es esperable que los activos de un país vulnerable como Argentina sufran», pero «tal vez lo más relevante para la estrategia del BCRA sea la baja del petróleo y la soja y la apreciación del dólar».
EconViews esgrimió que «es difícil calcular los efectos que tendrá (el shock internacional), pero seguramente tendremos un menor crecimiento mundial, y por ende menos demanda agregada, lo que puede presionar el precio de commodities para abajo».
«Esto tendría un fuerte impacto para Argentina, dependiente de las exportaciones agrícolas y ahora de petróleo para hacerse de dólares», aseveró.
Los analistas de PPI también enfatizaron que el actual escenario «redundó en una baja de los commodities», entre ellos el precio de la soja y el petróleo crudo.
«Argentina, como tradicional exportador de commodities agrícolas y ‘nuevo’ exportador de hidrocarburos, sufrirá este shock externo. Es extremadamente importante ver qué sucede con el precio de la soja, ya que es el principal complejo exportador (24,6% de las exportaciones en 2024), y del petróleo crudo por los potenciales dólares que podría traccionar Vaca Muerta», aseguraron.
En ese sentido, en PPI calcularon que «considerando esta baja en el precio internacional de la soja y que la producción se estima en 47,5 millones de toneladas, según la Bolsa de Comercio de Rosario, el valor de la cosecha se redujo en alrededor de u$s860 millones: de u$s17.960 millones previo a los anuncios de Trump, a u$s17.100 millones».
Por su parte, el crudo Brent profundiza el recorte del jueves (-6,4%) y viernes (-6,5%), aunque exhibe una baja más contenida al ceder 2,4% al momento de escribir este informe. Asímismo, estimaron que por la caída en el precio del petróleo, «y teniendo en cuenta nuestra proyección de 100 millones de barriles a exportar en 2025, las exportaciones de crudo se redujeron en u$s1.100 millones de un estimado de u$s7.500 millones a u$s6.400millones».
«Sumando el impacto tanto en la soja como en el Brent, esto se traduce en una pérdidade u$s1.960 millones en el frente externo«, proyectaron.
Actividad económica: ¿se frenará el circulo virtuoso del plan económico de Luis Caputo?
Un informe de Facimex Valores sostuvo que «el aumento de la volatilidad cambiaria amenaza con desanclar las expectativas, poniendo en riesgo el círculo virtuoso del programa», en alusión al proceso de baja de la inflación combinada con la recuperación en V de la actividad .
«La desinflación, la recuperación de la actividad y la caída de la pobreza explican que la confianza en el Gobierno medida por la UTDT (Universidad Di Tella) siga en niveles históricamente elevados, incluso cuando mostró leves caídas en los últimos 3 meses», destacó.
«Despejar la incertidumbre sobre el régimen cambiario será la clave para evitar que se desanclen las expectativas, blindando este círculo virtuoso. Mientras más rápido lleguen las definiciones con respecto al futuro esquema cambiario, menor será el impacto sobre las expectativas y el costo en términos de afectar el proceso de desinflación y la recuperación de la actividad«, afirmaron.
La consultora PxQ juzgó que «las circunstancias parecen estar dando lugar a una tormenta perfecta para Argentina: el shock internacional negativo se combina con demasiadas idas y vueltas con el acuerdo con el FMI, en un marco donde tanto EE.UU. como el propio organismo podrían tener otras urgencias».
«El Gobierno pasó así de prever una economía en la previa de las elecciones con inflación en baja, actividad en alta y brecha controlada, a una en la cual la depreciación del paralelo puede revertir la baja de la inflación y esta, a su vez, lastimar la actividad«, aseveró.
Para Fiorentin, «el círculo virtuoso se había empezado a disolver y esto terminó de hacerlo colapsar».
Por su parte, Bisang evaluó que «hoy estamos en un contexto donde prima una fuerte incertidumbre, y el miedo a la recesión en EE.UU. se refleja en los mercados, impulsando un fly to quality, y eso se traduce en la caída de los bonos y acciones y tracciona al alza los dólares paralelos, lo que empeora las perspectivas de desaceleración de la inflación y la recuperación de la actividad, en particular considerando la escasez de reservas y las limitaciones que puede tener el BCRA para capear movimientos muy bruscos».
«En lo que respecta a la inflación, por ahora estamos estimando 2,7% para abril (y 2,6% para mayo, dejando lejos la perspectiva que teníamos hace unas semanas de perforar el 2%», comentó.
El economista Federico Glustein concordó que «el alza de los dólares paralelos tendrá su correlato potencial en precios, posiblemente haya un incremento leve de inflación, frenando la baja al 2% como se pensaba».
Consultado acerca de si corre riesgo la recuperación de la actividad económica, Glustein en principio estimó que no debería haber un gran impacto.
«Va a depender de cuánto dure (el shock). Si hay una extensión temporal amplia podríamos suponer que eso suceda, que impacte de largo. Si se revierte la medida global, en Argentina no tendría un impacto severo. El riesgo para la recuperación depende de otros factores locales».
En sintonía, Morlandi consideró que el shock externo «le agrega incertidumbre en el plano crediticio, pero no tanto en la parte inflacionaria o de actividad; sobre esas cuestiones son más los factores locales los que terminarán influyendo».
Por su parte, el grupo SBS señaló que «de cara a este año, mantenemos nuestra proyección de crecimiento del PBI real en 3,5%-4,%, siendo los factores clave a monitorear la dinámica del plano cambiario y cuentas externas, el crédito en pesos, si continúa o no el proceso de desinflación y en qué medida, y el sesgo de la política fiscal-monetaria en un año marcado tanto por las elecciones como por el nuevo acuerdo con el FMI».
«La inversión dependerá también de la estabilidad y las mayores certezas, por lo que evitar jornadas como las de la segunda mitad de marzo, y contener la volatilidad, serán cuestiones claves para atraer inversión extranjera directa, el flujo que mejor representa la percepción de confianza sobre la marcha macro de un país determinado, y que, de momento, no tracciona, aún con la vigencia del RIGI».
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ECONOMIA
Martín Redrado: “No veo al Tesoro de Estados Unidos interviniendo nuevamente en el mercado cambiario”

En medio de la relativa paz en el mercado cambiario de los últimos días, el ex director del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Martín Redrado, aludió a las intervenciones del Tesoro de los Estados Unidos que le permitieron al Gobierno, en las jornadas previas a la elección legislativa del 26 de octubre, contener la presión devaluatoria y sostener el esquema de bandas cambiarias.
“Esto es parte análisis y parte información: no veo al Tesoro de Estados Unidos interviniendo nuevamente”, afirmó Redrado durante el fin de semana, en una entrevista con Radio Mitre.
De esta manera, para quien fue el presidente del BCRA entre 2004 y 2010, el secretario norteamericano, Scott Bessent, no volvería a intervenir en el mercado argentino comprando pesos para que el dólar mayorista no toque el techo de la banda.
Según pudo saber Infobae, las versiones vendrían desde Washington DC, pues el gobierno norteamericano considera que ya no hay disrupciones políticas o eventos electorales que alteren el mercado de cambios como sí sucedió en octubre. En esas jornadas tanto el BCRA -en el techo de la banda- como el Tesoro de EEUU -en el interior, pero muy cerca del techo- vendieron dólares y “compraron” pesos para sostener la moneda argentina y evitar una devaluación que hubiera sido políticamente ruinosa para el gobierno.
Se estima que el Tesoro norteamericano, a instancias de su jefe, Scott Bessent, compró pesos por el equivalente a más de USD 1.000 millones, según afirmó el viernes 24 de octubre (último día hábil previo a la jornada electoral), con estimaciones que oscilaron entre USD 1.400 y 1.700 millones.
Esos dólares ya están nuevamente en poder del Tesoro, pues luego de que los pesos fueran colocados en letras del BCRA -con una tasa que todavía no se conoce-, fueron pasados otra vez a dólares a partir de la activación del tramo del swap por USD 2.500 millones por parte de la Argentina, que a su vez sirvió para pagar un vencimiento al Fondo Monetario Internacional (FMI).
“El 40% de los billetes y monedas que los argentinos tenían en circulación más los depósitos a la vista se pasó de pesos a dólares por el proceso de incertidumbre que sin dudas se va a revertir en noviembre”, destacó Redrado Sobre el cierre de la semana pasada, el BCRA dio a conocer que en octubre los argentinos compraron USD 4.669 millones, lo que acumula un total de más de USD 20.000 millones desde la apertura parcial del cepo cambiario.
“La macroeconomía se compone de varias patas. Una pata fiscal que sin duda está sólida y de otras cuatro para darle solidez a la macroeconómica y previsibilidad al sector privado: un horizonte de largo plazo a la política cambiaria y a las políticas monetaria y financiera. Hasta que eso no ocurra, no vamos a ver una disminución de la compra de divisas por parte de pequeños y medianos ahorristas. Pero es un número preocupante y del cual hay que ocuparse”, marcó el expresidente del BCRA.
En esa línea, sostuvo, que la manera de empezar a ocuparse sería sacar las restricciones que hay en el mercado cambiario. Y aunque celebró la medida de la Comisión Nacional de Valores (CNV) para que los residentes extranjeros puedan comprar y vender títulos públicos, aseguró, que todavía queda una “maraña de restricciones que no le dan tranquilidad y previsibilidad al mercado cambiario”.
Las declaraciones de Redrado, de que Bessent ya no intervendría en el mercado argentino comprando pesos, se dan luego de que días atrás el Wall Street Journal publicara que el préstamo por USD 20.000 millones de bancos norteamericanos a Argentina se habría caído y que ahora sería por apenas USD 5.000 millones para enfrentar los vencimientos de enero.
“Si no se le da previsibilidad al sector financiero cómo Argentina se va a financiar, como vamos a pagar los USD 4.500 millones que vencen en enero. Esa es la principal incertidumbre que se debe disipar. Creo que la va a disipar, pero lo están haciendo con decisiones financieras cuando la Argentina necesita reservas en el BCRA”, marcó. Siendo un punto sobre el que viene insistiendo.
Durante su participación en la Conferencia Industrial, Redrado sostuvo que cuando le preguntan cuál es la política monetaria y cambiaria que se necesita, la respuesta es la de acumulación de reservas más allá de discutir las bandas. Pese a que horas antes, por el mismo escenario, había pasado el ministro de Economía, Luis Caputo, quien les aseguró a los empresarios presentes que no debían preocuparse por la meta de acumulación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) -de USD -2.600 millones- porque ya estaba resuelto con el swap con Estados Unidos.
“Dicen que van a acumular en la medida que crezca la demanda de dinero, que el BCRA irá en esa dirección, pero el Tesoro, que tiene superávit todos los meses, esos pesos hay que dedicarlos a comprar reservas”, afirmó. Cuando las reservas netas se encuentran en USD -16.000 millones y cuando en la región todos los países tienen una relación reservas contra Producto Bruto Interno (PBI) que duplica el nuestro. “Argentina tiene 6,3% de reservas brutas contra el PBI y todos los países de América Latina de mínimo tienen 14% y Perú tiene 30%”, agregó.
El próximo martes, el Ieral de la Fundación Mediterránea y la Fundación Capital completarán públicamente una alianza institucional para trabajar en conjunto temas de la economía argentina. En un evento en Buenos Aires expondrán el presidente del Banco Central y Reserva del Perú, Julio Velarde, el propio Redrado y Osvaldo Giordano, presidente del Ieral de la Mediterránea.
Redrado alertó sobre el panorama inminente de demanda de dólares. “Hay dos períodos: en diciembre aumenta la demanda de pesos para pagar aguinaldo, sueldos. Pero desde el 15 de enero el proceso se revierte: la gente sale al exterior. Y eso coincide con el pago a acreedores privados de USD 4.500 millones. Hay que clarificar cómo se va a pagar y cuánto el BCRA va a comprar de reservas, qué política monetaria va a tener el BCRA”, marcó.
ECONOMIA
Inversiones 2026: los 5 fundamentos que anticipan un escenario alcista para acciones y bonos argentinos

Los activos financieros vienen de larga data con números positivos. El índice S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires fue el que cosechó mayores beneficios en la comparación global entre 2022 y 2024.
En 2025 se dio una previsible pausa en esta carrera, con acciones que en promedio llegaron a descontar un 40% en dólares desde el récord de enero (2.386 puntos en dólares “contado con liqui” el 9 de enero), en medio de una fuerte tensión política y cambiaria que alcanzó su punto máximo en septiembre.
En este escenario, sorprendió el rally alcista que se desató en las ruedas previas a las elecciones de medio término y que se acentuó conocido el resultado que favoreció a los candidatos de La Libertad Avanza.
Superada la euforia inicial, las cotizaciones se estabilizaron en noviembre, marcando un nuevo punto de comparación con vistas al futuro. Con el S&P Merval cerca de 2.000 puntos en dólares (y en récord nominal de 3.000.000 de puntos en pesos), el índice se mantiene “plano” en el año y los bonos soberanos en dólares promedian una mejora de 4% en la comparación interanual.
Los analistas observan cinco fundamentos que pueden abrir la puerta a un nuevo ciclo de ganancias y precios máximos en 2026.
1) Crece el PBI. La actividad económica dio síntomas de mejora, según el último informe del Indec correspondiente a septiembre. Este dato fue mejor que las proyecciones de estancamiento de los análisis privados y despejó los temores a a posible recesión en una economía aún muy vulnerable.
Una economía que crece ofrece un panorama optimista para las acciones y bonos, pues anticipa mejores números en los balances corporativos y recaudación creciente para las arcas públicas.

“La economía logró esquivar la recesión al mostrar una mejora en el tercer trimestre frente al período previo. El Indec revisó al alza siete de los ocho datos anteriores y confirmó un nuevo avance de la actividad en septiembre, desestimando así los pronósticos negativos que manejaba buena parte de las consultoras privadas. El EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica) registró un incremento del 0,5% en comparación con agosto. Esta suba permitió que el promedio del tercer trimestre también resultara 0,5% superior al del segundo”, dijo Ignacio Morales, Chief Investments Officer de Wise Capital.
Morales detalló que “las correcciones del Indec modificaron el panorama reciente: donde antes se informaba un menor rebote en agosto y caídas en julio y junio, ahora todas esas cifras fueron ajustadas, ubicando la serie desestacionalizada en su nivel más alto desde junio de 2022. En la comparación interanual, la actividad mostró un crecimiento del 5 por ciento”.
Desde Max Capital describieron: “La economía parece haber dejado atrás el período de estancamiento observado en el primer semestre de 2025, recuperándose a niveles superiores a los de diciembre de 2024, pero el dato no ha sido suficiente para impulsar los precios de los activos”.
2) “Pax cambiaria”. Superado el evento electoral, la cotización del dólar se estabilizó en la zona de $1.500 -cerca del techo de las bandas cambiarias, sin intervención oficial. El Tesoro incluso compró divisas. Además, se proyecta que el proceso de desinflación cobre impulso, buscando que el IPC suavice su tasa anual del 30% y converja, a futuro, con la inflación regional del 5% anual.
Portfolio Personal Inversiones advirtió sobre la debilidad de las reservas en el BCRA y el riesgo de incumplimiento del acuerdo de facilidades extendidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI): “La probabilidad de requerir un nuevo waiver se incrementa cada vez más. Si bien esto no implica una diferencia insalvable en el corto plazo, sigue poniendo blanco sobre negro la tensión existente entre acumular reservas y que el dólar se mantenga alejado del techo de la banda”.

Max Capital agregó: “Pese al dato favorable y de una secuencia de emisiones de deuda externa, el peso sigue bajo presión, probablemente debido a las compras de fin de año impulsadas por el turismo al exterior y por la dolarización de portafolios por parte de empresas de cara al giro de dividendos 2025, la primera oportunidad en seis años más allá del uso de Bopreal u otros canales alternativos”,
3) Superávit gemelos. La administración libertaria enfatiza el mantenimiento del superávit fiscal primario, que coincidió con una balanza comercial positiva que ya lleva dos años.
La falta de reservas netas en el Banco Central y el siempre desafiante déficit de la cuenta de servicios pueden mantener la tensión en el frente cambiario, pero los ingreses por de divisas por bienes y la cuenta capital -con amplio flujo de dólares por la colocación de Obligaciones Negociables- pueden también compensarlo.

MegaQM analizó: “Siguen muy activas las emisiones de deuda corporativa. Las tasas de interés que van apareciendo son en la mayoría de los casos muy atractivas, pero claramente se percibe una preferencia de los inversores por las empresas con excelente track record (historial de proyectos) y negocios probados. Al segundo escalón le cuesta un poco más lograr el volumen o acceder a tasas razonables. Es un mercado que debería seguir ganando nombres, volumen y liquidez”.
4) Base política. El resultado de las elecciones legislativas le brindó al Gobierno un respaldo ciudadano que hasta octubre no tenía contraparte con una mayor presencia de legisladores oficialistas en el Congreso. Esta base política le da pie a Javier Milei para poder negociar una serie de reformas económicas que puso como objetivos de gestión -tributaria, laboral, desregulaciones de distintas actividades- y conseguir la sanción del Presupuesto 2026.
Un informe de Marcos Cohen Arazi e Imanol Gastiazoro, economistas del Ieral de Fundación Mediterránea, resalta: “La mejora en la competitividad viene siendo muy moderada, manteniendo importantes desbalances de costos en porciones significativas de bienes y servicios que son claves para la producción. Esto resulta más notorio si se tiene en cuenta el importante reajuste en la cotización del dólar en Argentina desde julio, hecho que refuerza la urgencia de avanzar en reformas que permitan reducir de manera significativa los costos de la producción de bienes y servicios en el país”.
5) Expectativas financieras. El comportamiento de los inversores depende en gran medida de las expectativas, y en cuanto a la inserción financiera internacional de Argentina se prevé en el corto plazo la posibilidad del reingreso en el índice MSCI Mercados Emergentes desde la marginal posición de “standalone”. Además, una reducción de 200 puntos básicos en el riesgo país haría sostenible una nueva emisión de bonos soberanos en Wall Street después de ocho años. En ambos casos se trataría de un renovado flujo de dólares por la cuenta capital que beneficiaría al desempeño de los activos argentinos.
“Nuestras proyecciones de crecimiento son congruentes con un moderado déficit de cuenta corriente, sin que ello implique una alerta sobre la salud de la macroeconomía. La razón radica, esencialmente, en el superávit fiscal. Las transacciones entre residentes y no residentes se dan entre privados, es decir, no implican un aumento del endeudamiento del sector público por financiar un déficit fiscal o sostener artificialmente un tipo de cambio fijo (atraso cambiario)”, puntualizó un informe de IEB.
“Por el contrario, el déficit de la cuenta corriente se cubre con un superávit de la cuenta financiera impulsado principalmente por la inversión extranjera directa. Los últimos datos disponibles (segundo semestre) indican un saldo de cuenta financiera de USD 2.835 millones, y USD 2.866 millones de inversión extranjera directa”, completó el reporte de IEB.
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ECONOMIA
Confirmaron el pago del bono de $70 mil para jubilados y pensionados: cómo quedan los haberes de diciembre

El Gobierno nacional, mediante el Decreto 848/2025, dispuso el otorgamiento del último bono extraordinario de 70.000 pesos destinado a jubilados, pensionados y beneficiarios de prestaciones del sistema de seguridad social, con el objetivo de compensar la pérdida de poder adquisitivo en los haberes mínimos.
El decreto se publicó esta madrugada en el Boletín Oficial. De esta manera, establecieron, como en ocasiones anteriores, que el beneficio alcanzará a los titulares de prestaciones contributivas previsionales administradas por la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES). También resultarán incluidos los beneficiarios de la Pensión Universal para el Adulto Mayor, los que reciben pensiones no contributivas por vejez, invalidez, madres de siete hijos o más y otras prestaciones asistenciales.
La normativa detalló que para acceder al bono extraordinario, los beneficiarios “deben encontrarse vigentes en el mismo mensual en que se realice su liquidación y el mismo no será susceptible de descuento alguno ni computable para ningún otro concepto”, teniendo en cuenta que en diciembre también se paga el aguinaldo. En el caso de beneficios de pensión, cualquiera sea la cantidad de copartícipes, estos serán considerados como un único titular a los fines de la percepción, señala el texto oficial.
De acuerdo con la reglamentación, quienes perciban un haber igual o inferior al mínimo previsional garantizado, recibirán el monto total del bono extraordinario. Para los titulares que superen ese umbral, el refuerzo se ajustará para que la suma de haberes y bono no exceda el mínimo más el máximo previsto en el decreto. El monto será abonado en el corriente mes, tal como se viene otorgando desde hace más de un año.
“La referida Ley N° 27.609 implicó efectos perjudiciales para todos los jubilados y pensionados, pero principalmente respecto de aquellos de menores ingresos, resultando necesario acudir a su sostenimiento mediante el otorgamiento de ayudas económicas previsionales y/o bonos extraordinarios previsionales mensuales por diferentes montos, desde el mes de enero de 2024 y hasta noviembre de 2025, inclusive”, según expuso el decreto.
A su vez, indicaron que ANSES quedará facultada para dictar las normas complementarias y aclaratorias necesarias para implementar el pago, administrar, supervisar y eventualmente recuperar percepciones indebidas vinculadas al bono extraordinario. La vigencia de la medida se establece desde el día de su publicación oficial y será implementada en el mensual de diciembre.
El jueves de la semana pasada, el Gobierno oficializó el último ajuste del año para jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares, a través de las resoluciones 359/2025 y 361/2025 publicadas en el Boletín Oficial. La medida, que entra en vigencia este mes, responde al mecanismo de actualización mensual vinculado a la evolución del Índice de Precios al Consumidor Nacional (IPC) elaborado por el INDEC.
El nuevo incremento aplicado es del 2,34% sobre los valores vigentes y corresponde a la inflación registrada en octubre, según detallaron desde ANSES. A partir de esta actualización, el haber mínimo garantizado para las jubilaciones quedó establecido en $340.879,59, mientras que el haber máximo será de $2.293.796,92. La base imponible mínima utilizada para el cálculo de aportes se fijó en $114.808,17 y la máxima, en $3.731.212,01. A estos valores, se le sumará el monto del bono. De esta manera, quienes cobren la mínima percibirán $410.879,59.
Los aumentos no solo abarcan a los haberes jubilatorios regulares, sino también a las prestaciones básicas del sistema previsional. Así, la Prestación Básica Universal (PBU) alcanzará $155.936,86 y la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) será de $272.703,67 desde diciembre, detallaron fuentes oficiales.
Para los ingresos de las asignaciones familiares que otorga el Estado nacional, el incremento será el mismo que se aplicó sobre los beneficiarios del sistema previsional. También se actualizaron en igual proporción los límites y rangos de ingresos del grupo familiar que determinan el acceso y el monto a percibir.
A su vez, el Gobierno aclaró que cualquier integrante del grupo familiar que supere los $2.511.024 excluirá automáticamente a la familia del cobro de asignaciones, aunque la suma total no sobrepase el máximo estipulado en los nuevos anexos.
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