En medio de una inmensa expectativa y nerviosismo general, comenzaron a cerrar los primeros centros de votación en los estados clave, los que definirán quién será el próximo presidente o presidenta de los Estados Unidos, y se inicia así el lento proceso de escrutinio de estas elecciones que las encuestas predijeron como las más reñidas de la historia. Algunos sondeos a boca de urna ya señalan que la economía y la democracia son las principales preocupaciones de los votantes.
Donald Trump y Kamala Harris se muestran optimistas y confían en una victoria, mientras millones de estadounidenses ya están pegados a la televisión para seguir las noticias, aunque se espera que los resultados puedan demorarse más de lo habitual, incluso podría conocerse al ganador en varios días dado la gran cantidad de sufragios que se emitieron por correo y de forma anticipada, cuyo conteo es más lento.
Algunos condados extendieron el horario de votación porque no anduvo el sistema o porque hubo amenazas de bomba, aunque por ahora no se registraron incidentes graves. Sin embargo, Trump dijo que “se habla” de “un fraude masivo en Pennsylvania”, sin precisar a qué se refería.
Los estados de la costa este del país, más Indiana y Kentucky, son los primeros en clausurar la votación y, dada la extensión del territorio estadounidense, los últimos, en el oeste del país, cerrarán a la 1 de la mañana, hora de Argentina.
Los estados clave
Georgia fue el primero de los estados clave en comenzar el conteo, a las 21 de Argentina, y luego lo siguen Carolina del Norte a las 21.30 y poco después otra tanda de distritos fundamentales como Pennsylvania, Michigan y Wisconsin a las 22.
Advertisement
Estos estados, junto con Arizona y Nevada (más al oeste, cierran a las 23 y a medianoche respectivamente) son los que todo el mundo mira porque están disputadísimos y suelen inclinarse hacia republicano o demócrata según la elección. En el sistema electoral estadounidense no importa quién gane el voto popular, sino que llega a la presidencia quien alcance o supere los 270 votos en el colegio electoral.
El estado “clave” que aporta más votos electorales, y donde se liberará la más feroz batalla por conquistarlo, es Pennsylvania, con 19. Luego están Georgia y Carolina del Norte con 16, Michigan con 15, Arizona con 11, Wisconsin con 10 y Nevada con 6.
A las 21 también cerraron Florida, Carolina del Sur, Vermont y Virginia.
Primeras proyecciones
Mientras el mundo espera por los resultados, ya comenzaron a conocerse algunas proyecciones en base a encuestas a boca de urna que hizo la CNN sobre varios temas. Para un 35% de los votantes, la democracia es el tema más importante de esta elección, mientras que un 31% priorizo la economía, un 14% el aborto y un 11% la inmigración, reveló la cadena.
Un amplio sondeo de AP coincidió con este enfoque. Un 40% dijo que la economía y el empleo serán los principales problemas que el próximo presidente deberá afrontar. Un 20% dijo que la inmigración es un problema y un 10% mencionó al aborto.
Sin embargo, cuando se les preguntó qué lo había influenciado mas a la hora de emitir su voto, un 50% respondió el futuro de la democracia como factor determinante. Fue más de los que privilegiaron la inflación, la situación en la frontera, el aborto o la libertad de expresión.
En el sondeo de CNN, un 21% de los votantes expresó que la inflación le había causado un daño severo a su familia, mientras que un 53% dijo que el daño había sido moderado y un 24% que no lo había padecido.
Advertisement
En un gran esfuerzo final, los candidatos estuvieron en Pennsylvania hasta último momento haciendo campaña el lunes, mientras Trump también sumó Carolina del Norte y Michigan y terminó extenuado a las 2 de la mañana.
Trump y Harris, optimistas
Los candidatos están confiados en que ganarán, pero hasta última hora del martes estuvieron llamando a sus seguidores a que fueran a las urnas porque es vital en una elección que se vaticina como ajustada.
Después de votar en un centro de recreación en Palm Beach, cerca de su casa de Mar-a-Lago en Florida, Trump se mostró optimista: “Veo que los conservadores están votando de manera muy poderosa”, dijo. Junto a su esposa Melania, sin corbata, con gorrita MAGA y con voz ronca de tanto trajín, Trump dijo a la prensa: “Me siento muy confiado vamos a ganar por amplo margen hoy”. “Si esto es una elección justa, será el primero en reconocerla”, agregó.
Kamala Harris llamó a los estadounidenses a salir a la calle a votar. Lo hizo a través de su cuenta en X: «Ahora es tu oportunidad. ¡Sal y vota!», escribió.
Las urnas abrieron más temprano en los estados del este, con buen clima, pero en otros estados del medio-oeste como Michigan y Wisconsin los votantes sufrieron embates de viento y lluvia, pero igualmente los estadounidenses desafiaron el mal tiempo para ir a votar en esta elección histórica.
Los votantes hicieron largas filas antes o después de ir a sus trabajos o a la hora del almuerzo porque Estados Unidos es uno de los pocos países del mundo donde se vota un día laborable, una vieja norma de 1845 que fijó el martes para que no complicara el domingo de misa y la población tuviera el lunes para desplazarse en carruaje a donde estaban las urnas.
Luego de recorrer varias ciudades de Pennsylvania, Harris terminó el lunes por la noche un gran acto en Filadelfia acompañada de Hillary Clinton, Oprah Winfrey y Lady Gaga. En una imagen más que simbólica, plantada en las escaleras que el Rocky Balboa de Sylvester Stallone hizo famosas, Harris dijo que estaba lista para pelear hasta el final en estas elecciones.
Advertisement
Agotada después de su acto final, Harris volvió de madrugada a su casa de Washington DC junto a su marido, Doug Emhoff, y sus dos sobrinitas, hijas de su hermana. Pero apenas pudo descansar y hubo un esfuerzo final. Temprano este martes se dedicó a brindar entrevistas radiales en programas para Georgia y Pennsylvania, dos distritos que pueden definir las elecciones.
Harris, que es residente en California, votó por correo. Confiada en un repunte final que le daría la victoria, la vicepresidenta esperará los resultados esta noche en Washington en la Universidad Howard, una casa de estudios históricamente negra donde ella se graduó en Economía y Ciencias Políticas en 1986 y donde los demócratas han organizado una fiesta para seguir los resultados y celebrar una posible victoria.
«El primer cargo para el que me postulé fue el de representante de la clase de primer año en la Universidad de Howard», recordó Harris en una de las entrevistas radiales de este martes. «Y volver esta noche a la Universidad de Howard, mi querida alma mater, y poder con suerte… Reconozco este día por lo que es, realmente es un círculo completo para mí».
Trump también tuvo un cierre de campaña demoledor. El lunes arrancó con actos en Carolina del Norte, siguió en Pennsylvania y terminó en Grand Rapids, Michigan, el mismo lugar donde cerró en 2016 y 2020.
El ex presidente no suele dormir mucho, mucho menos en una noche con tanta expectativa y nervios. Su compañero de fórmula, JD Vance, contó que estaba durmiendo cuando a las 3 de la mañana Trump lo despertó por teléfono después de terminar su acto en Michigan.
Trump voló este martes temprano hacia Florida, donde votó en persona junto con su esposa Melania en un centro recreativo de Palm Beach, cerca de su casa de Mar-a-Lago. El ex presidente aprovechó las cámaras para instar a sus seguidores a que voten hasta último momento.
“Hemos hecho un gran trabajo”, dijo a la salida del centro de votación. “Ha sido un honor”, agregó con algo de melancolía dado que sería su última campaña, aún si sale elegido presidente. “Tenemos un gran país, un país que está en grandes problemas en muchas maneras”, e insistió en el estado de la economía y en los migrantes que supuestamente “invaden” a los que volvió a calificar de narcotraficantes, criminales y terroristas. “Veo que los conservadores están votando de manera muy poderosa”. Me siento muy confiado de que vamos a ganar por amplo margen hoy” y dijo que habían hecho “una gran campaña”.
Trump organizó para la noche su propia fiesta en el Centro de Convenciones del Condado de Palm Beach, marcando un cambio con respecto a sus reuniones anteriores de la noche electoral en Mar-a-Lago y en un hotel de Nueva York. Dijo que mirará los resultados desde su casa y que se trasladará al centro de convenciones –donde esperarán unos 5.000 invitados— cuando se conozca el ganador.
Anuncios publicitarios, mítines multitudinarios o visitas a los estados «calientes» para convencer a votantes indecisos son puntos claves de cualquier campaña presidencial, a la par que una de las partes más caras de la carrera a la Casa Blanca es esa en la que los políticos se dejan ayudar con los millones que aportan los «megadonantes», las personas más ricas de Estados Unidos.
Algunos multimillonarios hacen contribuciones públicas, como Elon Musk, quien ha prometido incluso premios diarios de un millón de dólares para votantes en los estados claves; mientras que otras grandes fortunas, como la de Bill Gates, usan organizaciones de «dinero oscuro» que no revelan a sus donantes para mostrar su apoyo a golpe de talonario.
La carrera por la recaudación de fondos
Pese a haber empezado más tarde, la campaña de la vicepresidenta, Kamala Harris, ha dado a los demócratas una gran ventaja en la recaudación de fondos: ha recaudado casi tres veces más que la de su contrincante, Donald Trump.
El comité de campaña de Joe Biden y luego de Harris, había recaudado a fecha de 16 de octubre 997,2 millones de dólares, mientras que el comité de campaña de Trump había logrado 388 millones de dólares en total, según la Comisión Federal Electoral.
No obstante, Trump ha conseguido más «dinero exterior» -para ser exactos 613,7 millones de dólares- que Harris, que ha conseguido 474 millones, según el grupo de investigación y transparencia gubernamental Open Secrets, que monitorea las donaciones que llegan por canales distintos a la campaña.
Advertisement
Las carteras detrás de Trump
Aunque casi todos los «megadonantes» aparecen en la lista de personas más ricas de la revista Forbes, no todos son nombres conocidos, como es el caso del mayor donante público de todos, el empresario Timothy Mellon, que ha donado públicamente 172 millones a la campaña republicana.
No hay ningún donante que haya gastado públicamente más dinero en favor de Trump en este ciclo que Mellon, descendiente del ex secretario del Tesoro y magnate bancario Andrew Mellon.
La segunda mayor donante, hasta dos semanas antes de las elecciones, fue la médica Miriam Adelson, quien, según The Post, ha donado 134,8 millones de dólares a la campaña de Trump, contribuyendo a distintos fondos y al súper comité de acción política (PAC) Preserve America.
Adelson, magnate de Las Vegas Sands (grupo de casinos de Las Vegas) con un patrimonio neto de 35.000 millones de dólares, ha estado solicitando a otros multimillonarios que ayuden a llevar a Trump a la Casa Blanca y ha recaudado ya varios millones de dólares para su súper PAC en las últimas semanas, de acuerdo con el The New York Times.
Musk, la persona más rica del mundo, ha sido en estas elecciones una de las figuras más comentadas desde que mostró su apoyo a Trump en X -red social de la que es dueño-, este verano, pero solo es la sexta persona que más ha donado públicamente en esta campaña con 76,3 millones de dólares.
Las carteras detrás de Harris
Advertisement
El octavo en la lista de principales donantes individuales y primer contribuyente público demócrata es Michael Bloomberg, cofundador de la empresa de software financiero y medios de comunicación que lleva su nombre, quien ha donado 43,7 millones de dólares a la campaña de Harris.
El que fue tres veces alcalde republicano de Nueva York y luego se presentó como candidato demócrata en las primarias presidenciales de 2020, además, habría donado unos 50 millones de dólares tras hablar con Bill Gates, según The Times.
El cofundador de Microsoft respaldó a la vicepresidenta con una donación secreta de 50 millones de dólares. No obstante, Gates no ha hecho público su apoyo financiero a la líder demócrata.
George y Alex Soros, la pareja padre-hijo conocidos por ser «megadonantes» en cada ciclo electoral estadounidense, no dudaron en apoyar a Harris después de que Joe Biden anunciara que abandonaría la carrera a la Casa Blanca.
El Fondo para la Reforma Política, que está financiada en gran parte por Soros, destinó 60 millones de dólares a un súper PAC llamado Project Democracy, que apoya a Harris.