Arrojar esa daga verbal que es gritarle “mono” a un jugador de fútbol se repitió durante esta Semana Santa en una cancha de Getafe, en Madrid. Y el video viral de un posible ensañamiento en el uso de la fuerza durante una requisa policial a dos jóvenes negros en el barrio madrileño de Lavapiés volvió a encender las alarmas en España sobre cómo combatir el racismo y la xenofobia.

Esta vez le tocó al argentino campeón del mundo Marcos Acuña, que juega en el Sevilla. Durante este fin de semana, su equipo era visitante en el estadio Coliseum del Getafe Club de Fútbol cuando, en el minuto 68, el partido fue suspendido por la agresión verbal que recibió el argentino.

“En el minuto 68 tuve que detener el encuentro debido a que se produjeron insultos racistas sobre el dorsal 19 del equipo visitante, con palabras como ‘Acuña mono’ y ‘Acuña vienes del mono’, desde aficionados situados en la zona central del campo detrás de la posición de mi árbitro asistente nº2 -detalló el réferi en el acta que dejó por escrito-. Dicha incidencia, siguiendo el protocolo de actuación en estos casos, fue anunciada por megafonía, no reanudando el juego hasta dos minutos y medio después y no produciéndose en ninguna ocasión más en el encuentro”.

Durante ese mismo partido, el técnico del Sevilla, Quique Sánchez Flores, también recibió insultos: le gritaban “gitano”.

“Estoy orgulloso de cada poro de mis venas que pueda respirar gitano”, dijo Sánchez Flores cuando terminó el partido que su equipo ganó 1 a 0 con gol de Sergio Ramos.

“Pero una cosa es ser gitano y otra que lo utilicen como insulto. Me parece aberrante”, agregó.

Las agresiones a Acuña y a su entrenador no son un episodio aislado en el fútbol español. El brasileño Vinícius Júnior, que juega en el Real Madrid, ya realizó 18 denuncias por los cánticos que recibe en los campos de juego.

“Alé, alé, alé, Vinicius chimpancé” o “Eres un mono” son algunos de los insultos que corean las hinchadas de los equipos contrarios.

El lunes 25 de marzo, durante la rueda de prensa previa al amistoso que Brasil jugó con España en Madrid, Vinícius no aguantó las lágrimas cuando le preguntaron por los ataques racistas que padece.

“Llevo estudiando mucho tiempo el tema del racismo y cada vez tengo menos ganas de jugar”, dijo el brasileño, de 23 años, que para el amistoso fue capitán de la Selección de su país.

Apenas supo que el argentino Acuña padeció los mismos insultos que él soporta, Vinícius opinó: “Los racistas deben ser expuestos y los partidos no pueden continuar con ellos en la grada. Sólo tendremos victoria cuando los racistas salgan de los estadios directo a la cárcel, lugar que se merecen”.

“El racismo en el fútbol es un problema que depende de todos, de la sociedad entera y obviamente necesitamos mejorar todos”, dijo el argentino Diego Simeone, ex jugador de la Selección argentina y actual técnico de Atlético de Madrid.

Según un informe de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (UE), el 37 por ciento de los negros residentes en España afirma haber experimentado discriminación y episodios de racismo en los últimos cinco años.

El mismo informe de la UE señala que el 52 por ciento de los encuestados en España asegura haber sido sometido a controles por el hecho de ser negro.

Desde el fin de semana circula en las redes un video en el que dos jóvenes negros son reducidos con excesiva violencia en el barrio de Lavapiés.

Las imágenes muestran que, mientras uno de ellos era inmovilizado por un policía en el piso, el que estaba de pie era golpeado por otro uniformado, a pesar de que no presentaba resistencia.

La Policía argumentó que, durante la detención de los jóvenes en un operativo antidrogas, los arrestados se pusieron violentos.

Sin embargo, la organización SOS Racismo Madrid convocó para el domingo una movilización para denunciar la violencia policial, “la criminalización de las personas racializadas”.

Unas 350 personas se reunieron el domingo, a las siete de la tarde, en la plaza de Lavapiés. Con carteles de “Las vidas negras importan” (en alusión al “Black Lives Matter” que identificó a las manifestaciones contra el asesinato en 2020 del afroamericano George Floyd cometido por el policía Derek Chauvin, quien lo asfixió oprimiendo el cuello de Floyd con su rodilla durante más de ocho minutos) y “Poder negro”, los manifestantes coreaban: “Ningún ser humano es ilegal” y “Basta ya de violencia policial”.

Serigne Mbaye, ex diputado de Podemos en el Parlamento regional conocido como Asamblea de Madrid, denunció durante la protesta: “La brutalidad policial y el acoso es algo que los cuerpos racializados tienen que soportar diariamente en Lavapiés”.

Mbaye nació en Senegal y lleva casi dos décadas en España, donde se nacionalizó.

“Exigimos al gobierno que tome medidas para la erradicación de toda violencia racista”, agregó Mbaye, que es miembro de la Asociación de los Sin Papeles y del Sindicato de Manteros de Madrid.

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, pidió este lunes la renuncia del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

“Esta violencia policial absolutamente gratuita e injustificada que se repite contra las personas racializadas no puede tener cabida en una democracia -dijo Belarra-. Lo mejor para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sería actuar por motu propio apartando a quienes no hacen bien su trabajo.”

Desde Sumar, el partido que integra el gobierno de coalición con el PSOE de Pedro Sánchez, también salieron a pedir explicaciones al Ministerio del Interior: “El pasado sábado se viralizó un video en el que se puede ver una actuación desmesurada por parte de agentes de la Policía Nacional ante dos personas migrantes y racializadas -dijo este lunes Ernest Urtasun, portavoz del partido y ministro de Cultura-. Desde Sumar condenamos esos hechos y queremos que se investigue en profundidad esa actuación policial”.

El Ministerio del Interior informó este lunes que abrió una investigación sobre las denuncias de organizaciones antirracistas.

Será la Oficina Nacional de Garantía de los Derechos Humanos la que determinará si hubo o no violencia policial en el operativo contra dos jóvenes negros del fin de semana en Lavapiés.

En julio del año pasado, el mismo ministro del Interior presentó el Informe sobre la evolución de los delitos de odio en España 2022. Según Grande Marlaska, los delitos de odio en España crecieron un 3,7 por ciento respecto del año anterior.