La vicepresidenta estadounidense y candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris, no habló públicamente desde que el recuento de los votos en las elecciones de Estados Unidos comenzó a favorecer ampliamente al postulante republicano, Donald Trump.
Este martes canceló el discurso que estaba previsto que ofreciera al final de la jornada electoral. Según fuentes consultadas por la agencia de noticias Reuters, Harris pronunciaría un discurso reconociendo la derrota en las elecciones este miércoles a las 18 (20, hora de Argentina).
Sería, tal como estaba previsto, en la Universidad Howard, sede de su cuartel general en el noroeste de Washington.
«Todavía tenemos votos por contar. Todavía hay estados que aún no han sido decididos. Seguiremos luchando durante la noche para asegurarnos de que cada voto se cuenta, de que cada voz ha hablado. Así que no habrá noticias de la vicepresidenta esta noche, pero sí mañana», dijo su vocero, al cancelar el discurso.
El portavoz, que se pronunció ante un recinto que en parte ya se había vaciado ante la falta de noticias positivas, indicó que Harris se personará este miércoles para hablar no solo ante la «familia» de ese centro educativo en el que ella se graduó, en 1986, sino para sus seguidores y la nación.
Howard fue fundada por el Congreso de Estados Unidos en 1867, dos años después de la Guerra Civil que puso fin a la esclavitud en la mayoría de los estados del sur, donde continuaba siendo legal.
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La universidad tomó el nombre de Oliver Howard, conocido como el «general cristiano» que promovió la educación superior para los esclavos liberados.
Howard forjó su reputación como una de las mejores instituciones entre las casi 100 conocidas como «colegios y universidades históricamente negros» por atraer principalmente a estudiantes de la comunidad negra y de minorías.
A mediados de agosto, Harris se preparó en este centro para su largo debate contra Trump y dijo a los estudiantes que algún día «podrían ser candidatos para presidentes de Estados Unidos».
Finalmente, se espera que Harris hable en ese campus este miércoles a las 18 para reconocer la derrota. Trump volverá a ser presidente de Estados Unidos tras un contundente triunfo electoral basado en un programa antimigración, proteccionista y políticamente incorrecto que estremece al mundo.
El candidato republicano suma 277 votos electorales frente a 224 de su rival, la vicepresidenta demócrata, según resultados provisionales. Necesitaba 270 para ganar.
El magnate logró el apoyo del 45% de los votantes hispanos a nivel nacional en comparación con el 53% de Harris. En 2020 la repartición fue 32% y 65%.
«Hemos hecho historia», proclamó Trump, de 78 años, a sus seguidores en West Palm Beach, Florida, rodeado de su familia, incluida su esposa Melania.
Melania Trump fue una de las primeras damas más mediáticas de los Estados Unidos, destacándose por su elegante estilo, su pasado como modelo y su enigmática personalidad. A pesar de la constante exposición al ojo público, Melania mantuvo un perfil reservado, contrastando con su esposo, Donald Trump.
En Clarín te contamos la vida de Melania Trump, desde sus humildes comienzos en Eslovenia hasta su papel en la Casa Blanca y su vida privada posterior, destacando los aspectos clave que han moldeado su imagen en el mundo
Melania Trump: dónde nació y su infancia
Nacida como Melanija Knavs el 26 de abril de 1970 en Novo Mesto, una pequeña ciudad de la entonces Yugoslavia, Melania creció en Sevnica, en lo que hoy es Eslovenia. Su infancia estuvo marcada por el régimen comunista de Yugoslavia, bajo el cual su padre, Viktor Knavs, era miembro del Partido Comunista y trabajaba en la administración de una empresa estatal de autos.
Su madre, Amalija, era modista en una fábrica textil y le inculcó el interés por el diseño, lo que sembró en Melania una pasión temprana por la moda. Aunque creció en un ambiente sencillo, su disciplina y determinación la llevaron a aspirar a una vida más allá de las fronteras de su país.
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A los 16 años, comenzó a modelar y se convirtió en una de las pocas jóvenes de su entorno en incursionar en la industria, rompiendo con los estándares conservadores de la época. Tras completar la secundaria, estudió diseño y arquitectura en la Universidad de Ljubljana, aunque dejó los estudios para dedicarse al modelaje a tiempo completo, una decisión que cambiaría el curso de su vida.
Melania Trump: la construcción de una imagen pública
La carrera de Melania en el modelaje la llevó de Eslovenia a ciudades de moda como Milán y París, donde trabajó con agencias de renombre en la década de 1990. Su elegancia europea y su presencia sofisticada la destacaron rápidamente, ganando espacio en campañas publicitarias y editoriales de moda en revistas como Vogue, Harper’s Bazaar, Vanity Fair y GQ.
Su habilidad para proyectar una imagen profesional y reservada le permitió construir una reputación en la industria. En 1996, Melania se mudó a Nueva York, ciudad que le ofreció nuevas oportunidades y que consolidó su carrera a nivel internacional. La Gran Manzana se convertiría no solo en el epicentro de su trabajo, sino también en el lugar donde conocería al empresario Donald Trump.
En Nueva York, Melania logró mantenerse en la industria de manera constante. Asistió a eventos sociales y desfiles, y participó en campañas de publicidad, pero siempre mantuvo una distancia prudente de la vida pública más allá de su rol profesional.
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Melania y su matrimonio con Donald Trump antes de la Casa Blanca
En 1998, durante una fiesta en Manhattan, Melania conoció a Donald Trump, quien en ese momento ya era un empresario prominente en Estados Unidos y una figura mediática de alcance mundial. Su relación capturó rápidamente la atención de los medios, no solo por la diferencia de edad de 24 años, sino también por el contraste entre las personalidades de ambos.
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En 2005, la pareja contrajo matrimonio en una fastuosa ceremonia en Mar-a-Lago, Florida, la cual fue cubierta por revistas y medios de todo el mundo. Melania lució un vestido de Dior valorado en 100,000 dólares, reflejando su estilo sofisticado y gusto por la moda de lujo. Un año después, en 2006, nació su único hijo, Barron William Trump, a quien Melania describió como su “prioridad número uno”.
La relación entre Melania y Donald fue un objeto de estudioconstante, especialmente durante los años de su presidencia. La primera dama se mantuvo al margen de la política, adoptando un rol discreto que alimentó especulaciones sobre su independencia y carácter reservado, así como sobre la dinámica de su matrimonio con Trump.
Matrimonio Trump: su controversial rol como primera dama
Cuando Melania asumió el rol de primera dama en 2017, se convirtió en la primera mujer de origen extranjero en ocupar el cargo desde Louisa Adams, la esposa de John Quincy Adams, en el siglo XIX. Su campaña “Be Best” se centró en temas de bienestar infantil, prevención del ciberacoso y combate a la crisis de opioides. Sin embargo, su labor recibió críticas, especialmente por las contradicciones percibidas entre su mensaje y las acciones de su esposo Donald Trump en redes sociales.
Su estilo como primera dama fue mucho más reservado que el de sus antecesoras, optando por una presencia pública controlada y evitando en gran medida involucrarse en debates políticos. La controversia que rodeó el momento en que usó una campera con la frase“I really don’t care, do u?” (realmente no me importa, ¿a ti?) durante una visita a un centro de detención de niños inmigrantes, generó especulaciones y críticas, colocando en duda el mensaje que buscaba transmitir.
A lo largo de su tiempo en la Casa Blanca, Melania mantuvo un perfil enigmático, siendo una de las primeras damas menos accesibles y mediáticas de la historia reciente, lo cual la convirtió en un personaje complicado dentro y fuera de Estados Unidos.
A pesar de su actitud provocativa durante la visita al centro de detención de niños inmigrantes, Melania mantuvo una imagen distante. Se centró en la moda y en lucir su vestuario, eligiendo diseñadores europeos y estadounidenses que reflejaban su perfil discreto. A diferencia de otras figuras públicas, prefirió mantenerse alejada de las redes sociales y de las entrevistas. Su presencia controlada en los medios le permitió construir una imagen enigmática, convirtiéndola en una de las primeras damas menos accesibles de las últimas décadas.
Melania Trump continúa siendo una figura enigmática, tanto por su vida anterior como modelo y esposa de Donald Trump, como por su tiempo como primera dama. A lo largo de los años, ha cultivado una imagen de independencia y estilo, manteniendo su distancia de la exposición pública, lo que la convierte en un personaje intrigante. Con las elecciones en el horizonte este 5 de noviembre, el tiempo dirá qué pasará si regresa a la Casa Blanca y asume nuevamente el papel de primera dama.