Las declaraciones de Yamandú Orsi Martínez, candidato presidencial en Uruguay por el Frente Amplio, durante las últimas horas lograron, más que hacer discutir, poner de acuerdo a todo el arco político del país oriental en su contra. En un discurso ante empresarios en Buenos Aires, dijo este miércoles: «Los uruguayos somos argentinos sin intensidad«.
Las críticas le llegaron desde todos los sectores políticos de su país. Y generaron desconcierto del otro lado del río, donde lanzó su definición.
El marco de sus definiciones fue un evento organizado por Consejo Interamericano de Comercio y Producción en Buenos Aires.
A inicios de la semana, la institución presentaba así a uno de los disertantes de este miércoles por el mediodía: «El Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP) tiene el honor de recibir al Candidato a Presidente de la República Oriental del Uruguay por el Frente Amplio, Yamandú Orsi Martínez. Lo invitamos a participar de este encuentro exclusivo, en el cual se debatirán temas clave para el futuro de la región«.
Ante empresarios de uno y otro lado del Río de la Plata escuchaban atentos el discurso de Orsi Martínez, y entre el público estaba también Gabriel O’Donnell, eventual ministro de Economía si es que el Frente Amplio ganara las elecciones del 27 de octubre. Un video dejó patente un pasaje de su discurso: «En el mundo debe haber pocas cosas tan parecidas como un argentino con uruguayo, no sólo en la manera de hablar: sino también el valor de la palabra, en la idea de creer y apostar más», peroraba el candidato quizás para quedar bien con unos y otros, recurriendo a lugares comunes.
Pero luego Orsi se aventuró: «Yo incluso digo que una de las característica de los uruguayos es que somos medio lentos; o se podría decir distinto, como dice alguien, que los uruguayos somos argentinos sin intensidad«. Se escucharon algunas risas del aforo, al cual la cámara nunca enfoca.
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Y siguió: «Yo los envidio (a los argentinos). La intensidad que tienen… Y cómo se reponen y ahí están...», para luego señalar un punto elevado con su brazo.
Distinto de las distantes risas del aforo que escuchaba la disertación de Orsi Martínez, el panorama en las redes sociales en Uruguay no resultó amigable para con los dichos del candidato del Frente Amplio. Blancos y colorados se turnaron para criticar al candidato.
«Los uruguayos somos uruguayos y estamos orgullosos de serlo», publicó Andrés Ojeda, candidato del Partido Colorado. Un edil -cargo equivalente al de un legislador- del mismo partido fue más tajante: «No Yamandú, vos serás un argentino sin intensidad, los uruguayos somos uruguayos y punto».
En el bando blanco las voces se alzaron con el mismo tenor: «¡ORIENTALES!», en mayúscula la reacción del ex ministro de Defensa, Javier García, actual senador blanco; «Un cipayismo tribilinesco digno de Orsi. Que siga hablando, que lo sigan invitando», apuntó Sebastián Da Silva, otro senador blanco.
Un político de otro partido, el Partido Nacional, Diego Rodríguez, opinó de forma devastadora al respecto: «Y (Yamandú Orsi Martínez) pretende ser Presidente. Los uruguayos somos uruguayos y estamos muy orgullosos. El peor candidato de los últimos 40 años«.
Los dichos del candidato presidencial del Frente Amplio resonaron como también lo hicieran los del fallecido presidente uruguayo Jorge Battle, quien también había incurrido en la tara entre uruguayos y argentinos, pero no con afán comparativo.
La infeliz frase que inmortalizó Jorge Battle sobre los argentinos
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En 2002, Jorge Battle había quedado envuelto en una fuerte polémica por sus dichos contra Argentina al trascender un fragmento de un backstage de un programa televisivo: “Los argentinos son una manga de ladrones, del primero hasta el último. Como dijo el señor (Luis) Barrionuevo, ‘si dejamos de robar dos años, vamos a andar bien’. No compare la Argentina con el Uruguay. ¿O usted es un ignorante absoluto de la realidad argentina y de la realidad uruguaya?”, fue la frase que lo dejó en el sinsabor del recuerdo.
Tras difundirse el video, Batlle, entonces mandatario uruguayo y que murió en 2016, se mostró compungido en una memorable conferencia de prensa en la que pidió disculpas, flanqueado por el entonces presidente Eduardo Duhalde.
En contextos electorales de los países vecinos, como en el caso de Uruguay, hay políticos que incurren en comparaciones con Argentina. Santiago Peña, actual presidente de Paraguay, se aventuró en un discurso de campaña en febrero de 2023: «Hay mucha gente que no quiere también trabajar. Nuestros vecinos acá en la Argentina, esos no quieren trabajar. Es una realidad y está mal, no tenemos que llegar a eso», disparó sin reparos en su literalidad.
Y Peña siguió durante su discurso de campaña: «Tenemos que hacer que nuestros jóvenes y adultos quieran trabajar y que el trabajo les dé dignidad y libertad. Sé que Paraguay puede ser el país más desarrollado del mundo cuando miro la riqueza que tenemos», ensalzó a los propios, en desmedro de otros.
Lo curioso es que poco tiempo antes de sus declaraciones de 2023, el por entonces candidato y actual presidente paraguayo había estado de campaña en Argentina. «Me tocó ir a la villa 31 en Buenos Aires y estuve con el cura de la parroquia, que me decía: ‘Los paraguayos son los que más trabajan. No hay un paraguayo desempleado‘. Eso porque el Paraguay quiere trabajar», fueron sus dichos en ese entonces.
Israel no ha cumplido con las demandas de Estados Unidos de permitir un mayor acceso humanitario a la devastada Franja de Gaza, donde las condiciones son peores ahora que en cualquier momento de la guerra que dura ya 13 meses, dijeron grupos internacionales de ayuda este martes.
Washington instó el mes pasado a Israel a “intensificar” el envío de alimentos y otros suministros de emergencia al sitiado enclave y estableció un plazo de 30 días que expiraba el martes. El gobierno del presidente Joe Biden advirtió que el incumplimiento podría activar leyes estadounidenses que le obligarían a reducir el apoyo militar a su aliado, que libra una guerra contra Hamas en Gaza y contra Hezbollah en Líbano.
Israel ha anunciado algunos pasos para mejorar la situación. Pero en los últimos días, funcionarios estadounidenses señalaron que aún no se estaba haciendo lo suficiente, aunque no revelaron si se tomarán medidas contra su socio.
El nuevo ministro israelí de Exteriores, Gideon Saar, pareció restar importancia al plazo el lunes, cuando dijo a reporteros que confiaba en que “el problema se resolverá”. El gobierno de Biden podría tener menos influencia después de la reelección de Donald Trump, quien fue un firme partidario de Israel en su primer mandato.
El informe del martes, elaborado por ocho organizaciones internacionales de ayuda, enumeró 19 medidas para cumplir con las demandas estadounidenses, e indicó que Israel no incumplió 15 y cumplió parcialmente cuatro.
Una carta del 13 de octubre firmada por el Secretario de Estado, Antony Blinken, y el de Defensa, Lloyd Austin, instó a Israel a, entre otras cosas: permitir la entrada de un mínimo de 350 camiones de mercancías a Gaza cada día; abrir un quinto cruce hacia el enclave; permitir que las personas que viven en campamentos de tiendas en la costa impuestos por Israel se trasladen al interior antes del invierno, y asegurar el acceso de los grupos humanitarios al norte, la zona más azotada. Además, pidió a las autoridades israelíes que paralicen la legislación que obstaculizaría las operaciones de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, UNRWA.
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Tras la publicación del reporte, el ejército israelí anunció la apertura de un quinto cruce el martes cerca de la ciudad de Deir al Balah. Esto permitirá la entrega de suministros al centro y el sur del enclave.
A pesar de las medidas israelíes para aumentar el flujo de ayuda, los niveles siguen estando muy por debajo de los estándares de Washington. Se prometió que el quinto cruce se abriría el martes, pero los residentes siguen hacinados en los campamentos y el acceso de los trabajadores humanitarios a la zona norte de la Franja sigue restringido. Israel tampoco ha retirado sus leyes contra la UNRWA.
“Israel no solo no cumplió con los criterios de EE.UU. que indicarían el apoyo a la respuesta humanitaria, sino que, al mismo tiempo, emprendió acciones que empeoraron drásticamente la situación sobre el terreno, particularmente en el norte de Gaza”, indicó el reporte. “Esa situación está hoy en un estado aún más crítico que hace un mes.”
El informe fue firmado conjuntamente por Anera, Care, MedGlobal, Mercy Corps, el Consejo Noruego para Refugiados, Oxfam, Refugees International y Save the Children.
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, dijo la semana pasada que Israel había hecho algunos avances pero que necesitaba hacer más para cumplir con sus condiciones. “Lo importante cuando ves todas estas medidas que se tomaron es lo que eso significa para los resultados”, afirmó.
Israel lanzó una gran ofensiva el mes pasado en el norte de Gaza, donde sostiene que los insurgentes de Hamas se habían reagrupado. En la operación han muerto cientos de personas y decenas de miles se han visto obligados a abandonar sus casas. Israel no ha permitido la entrada de apenas ayuda en la zona, donde decenas de miles de civiles se habían resistido a cumplir las órdenes de evacuación.
La ayuda a Gaza se desplomó en octubre, cuando entraron solo 34.000 toneladas de alimentos, o menos de la mitad que en septiembre, de acuerdo con los datos israelíes.
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Las agencias de la ONU dicen que llega incluso menos debido a las restricciones israelíes, a los combates y a la anarquía reinante, que dificulta la recogida y distribución de los suministros en el lado gazatí.
En octubre, 57 camiones entraron de media a Gaza cada día, según cifras israelíes, mientras que en la primera semana de noviembre hubo 81 diarios. La ONU da una cifra más baja: 37 camiones diarios desde principios de octubre.
COGAT, el organismo militar israelí encargado de la ayuda humanitaria a Gaza, apuntó que el descenso en el número de camiones en octubre se debió a los cierres de los cruces fronterizos debido a festividades judías y la conmemoración del ataque encabezado por Hamas del 7 de octubre de 2023, que desencadenó la guerra.
“Octubre fue un mes muy débil”, dijo un funcionario israelí, que habló bajo condición de anonimato de acuerdo con la normativa militar. “Pero si observa los números de noviembre, estamos manteniendo un promedio de alrededor de 50 camiones por día al norte de Gaza y 150 por día al resto de Gaza”.
La distribución de la ayuda también se ve obstaculizada por el fracaso de la ONU y de otras agencias para recoger la ayuda que entra en el territorio, lo que provoca cuellos de botella y saqueos por parte de Hamás y de familias del crimen organizado en la Franja, agregó. Estimó que, algunos días, se roba hasta el 40% de la ayuda.
Israel anunció el lunes una pequeña expansión de su “zona humanitaria” costera, donde cientos de miles de palestinos se han refugiado en extensos asentamientos de tiendas de campaña. También dio a conocer otras medidas, como conectar a la red eléctrica a una planta desalinizadora en Deir al Balah, en el centro de la Franja, y esfuerzos para llevar suministros para el invierno. El COGAT reportó el martes una entrega “táctica” de alimentos y agua en Beit Hanoun, una de las localidades más castigadas del norte de Gaza.
También el lunes por la noche, el gobierno de seguridad israelí aprobó un aumento de la ayuda para Gaza, que aumentará el número de camiones que entran el enclave cada día, según un funcionario familiarizado con el asunto.
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La guerra comenzó el año pasado cuando insurgentes liderados por Hamas irrumpieron en el sur de Israel y mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, además de tomar a unas 250 como rehenes. Alrededor de un centenar siguen retenidas en Gaza, de las cuales se cree que eun tercio habrían fallecido.
Más de 40 muertos
Israel respondió con una campaña de bombardeos y una invasión terrestre que se cobraron la vida de más de 43.000 palestinos, más de la mitad de ellos mujeres y niños, según las autoridades de salud, cuyo conteo no distingue entre víctimas civiles e insurgentes. Alrededor del 90% de la población se ha visto obligada a abandonar sus hogares, a menudo varias veces, y cientos de miles están apiñados en sórdidos campamentos, con poca comida, agua o instalaciones de higiene.
Estados Unidos ha enviado miles de millones de dólares en ayuda militar a Israel durante la guerra y lo ha protegido de los llamados internacionales a un alto al fuego mientras presiona para permitir la entrada de más ayuda humanitaria. La cantidad de suministros que llegan al enclave aumentó debido a la presión de Washington la primavera pasada, después de que los israelíes mataron a siete cooperantes, antes de volver a reducirse.
Trump ha prometido poner fin a las guerras en Oriente Medio, aunque no ha dicho cómo. Fue un firme defensor de Israel durante su mandato anterior, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dice que han hablado tres veces desde su reelección la semana pasada.
Está previsto que el presidente israelí, Isaac Herzog, cuyo cargo es principalmente ceremonial, se reúna con el presidente estadounidense, Joe Biden.
El exfuncionario del Departamento de Estado Charles Blaha, quien dirigió la oficina que se encarga de garantizar que el apoyo militar estadounidense cumpla con su legislación y el derecho internacional, predijo que el gobierno de Biden encontraría que Israel violó la ley al bloquear la entrada de la ayuda humanitaria.